12.07.2015 Views

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>. <strong>El</strong> <strong>i<strong>de</strong>alista</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> violencia<strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ndo cada vez más. Recuerdo bien que a fines <strong>de</strong> 1926, tomé un libro <strong>de</strong> <strong>la</strong>biblioteca <strong>de</strong> mi querido hermano, libro que me interesó por su tapa y por su título.Era La Madre, <strong>de</strong> Máximo Gorki.Leí este libro y pu<strong>de</strong> notar que influyó gran<strong>de</strong>mente en mis sentimientos <strong>de</strong>adolescente. Lo releí porque en verdad me gustaba, me emocionaba, me convenía.Des<strong>de</strong> ese momento fui más bueno con mi madre.<strong>El</strong> libro <strong>de</strong> Gorki tocó mis fibras más tiernas y profundas.Y por primera vez medité, solitaria y silenciosamente, acerca <strong>de</strong> <strong>la</strong> nueva vidaque iniciaba. Pensaba en los explotados y en los explotadores. Me interrogaba y merespondía a mí mismo... Gorki volvía en todo instante a mi memoria. Me encariñe con sulibro porque me parecía interpretar a través <strong>de</strong> él <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>l pueblo torturado,vilipendiado y asesinado cruel y miserablemente. Leí otros libros <strong>de</strong> él pero ningunoemu<strong>la</strong>ba a La Madre.<strong>El</strong> personaje Pablo, homónimo <strong>de</strong> mi hermano, se me presentaba como un serquerible. Su perseverancia, su fe <strong>i<strong>de</strong>alista</strong>, su espíritu <strong>de</strong> sacrificio por <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> losoprimidos, su tesoro <strong>de</strong> nobles sentimientos hacia los hombres <strong>de</strong>l pueblo fueron mi guía,el sentido <strong>de</strong> una nueva vida que me saludaba sonriente. Con afecto lo leí y con afecto lorecuerdo en este instante.Tenía ya 17 años. Trabajaba durante el día y estudiaba <strong>de</strong> noche en los cursos <strong>de</strong>enseñanza gratuita. Había frecuentado <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> hasta los 13 años, el 5º grado primario.La abandoné por iniciativa personal. La enseñanza que se nos suministraba, totalmenteuniforme, bajo <strong>la</strong> rígida y severa mirada <strong>de</strong> una maestra <strong>de</strong>l Estado chocaba con micarácter refractario. Se me c<strong>la</strong>sificaba con pésima conducta y frecuentemente se meaplicaban castigos y correctivos. Mi espíritu no se compa<strong>de</strong>cía con los reg<strong>la</strong>mentosabsurdos e injustos que imperaban en <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Era indisciplinado, no por maldad perosí por ansia <strong>de</strong> saber, por curiosidad <strong>de</strong> muchacho, por rebeldía al respeto hipócrita que losmaestros imponen a viva fuerza en <strong>la</strong>s escue<strong>la</strong>s <strong>de</strong>l Estado.La explosión se hacía inevitable. Me liberé <strong>de</strong> este ambiente pesado que measfixiaba. No fui más a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Le prometí a mi madre <strong>de</strong>dicarme a un buen trabajo.Sentía una verda<strong>de</strong>ra vocación por <strong>la</strong> mecánica y <strong>de</strong>cidí procurarme una ocupación <strong>de</strong> esetipo.Después <strong>de</strong> tres o cuatro días que no acudí a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> el director remitió unacircu<strong>la</strong>r a mis padres advirtiéndoles <strong>de</strong> mi ausencia. Más tar<strong>de</strong> dirigió una nueva cartadirigida a mí; me aconsejaba <strong>de</strong> mil maneras que regresara a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>. Pero había yarepudiado para siempre esta enseñanza castradora, que no me seducía y que <strong>de</strong>testaba;tanto fue así que ninguno logró hacerme retornar a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>.Se me presentaba una nueva forma <strong>de</strong> vida: como obrero <strong>de</strong>bía recorrer <strong>la</strong>scalles en busca <strong>de</strong> un patrón al cual ser útil con mi trabajo, ofreciéndole mis débiles brazospara que los ocupara en una oficina o en una fábrica a cambio <strong>de</strong> algunas monedas a guisa<strong>de</strong> sa<strong>la</strong>rio. Y como obrero, para ganarme el pan recorría <strong>la</strong>s calles <strong>de</strong> Buenos Aires enbusca <strong>de</strong> ocupación. Por fin luego <strong>de</strong> muchos días <strong>de</strong> <strong>la</strong>rgas caminatas cotidianas logréentrar en un taller mecánico.Ya no era más el muchacho que va a <strong>la</strong> escue<strong>la</strong> con un <strong>de</strong><strong>la</strong>ntal b<strong>la</strong>nco bienp<strong>la</strong>nchado; el muchacho que iba todos los días a c<strong>la</strong>se bien peinado y con <strong>la</strong>s manos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!