12.07.2015 Views

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>. <strong>El</strong> <strong>i<strong>de</strong>alista</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> violenciatragedia ya que como lo veremos más a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte su más íntima aspiración erapo<strong>de</strong>r entregarse a una vida <strong>de</strong> estudio, <strong>de</strong> búsquedas y <strong>de</strong> enriquecimiento en elcampo <strong>de</strong>l pensamiento mientras que por el contrario, él era arrastrado por un<strong>la</strong>rgo enca<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> hechos en su vida <strong>de</strong> todos los días entregándose a <strong>la</strong>lucha más ardiente. Experimentaba así una nueva osci<strong>la</strong>ción que lo arrastraba<strong>de</strong> un extremo al otro. Por eso podía escribir: ‘¡Como sueño a veces —en el ocio aque me obliga <strong>la</strong> vida actual— con un mundo todo en armonía: cada ten<strong>de</strong>nciabasada en su propia iniciativa, sin jamás chocar, sin jamás humil<strong>la</strong>rse, para sermás fuertes en el mañana cuando <strong>de</strong>bamos correr todos hacia <strong>la</strong> gran batal<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>revolución! Pero son todos sueños’.Algunas pa<strong>la</strong>bras todavía antes <strong>de</strong> concluir con esta fase <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>nuestro camarada pues es, sin ninguna duda, el episodio que lo trastornó más ylo perseguía como una obsesión y no cesaba <strong>de</strong> hacer alusión en cada una <strong>de</strong> suscartas a este tema. Después <strong>de</strong> <strong>la</strong> publicación <strong>de</strong> mi escrito aparecido en‘L’Adunata’ sobre ‘<strong>la</strong> moral anarquista o <strong>la</strong> moral <strong>de</strong> los salvajes’ y en don<strong>de</strong>respondía a algunas afirmaciones <strong>de</strong> un camarada <strong>de</strong> nombre Casio, <strong>Severino</strong> meescribió al respecto: ‘He leído tu artículo sobre <strong>la</strong> moral <strong>de</strong> los salvajes. Te hablofrancamente así nos compren<strong>de</strong>remos mejor y nos apreciaremos más todavía. Nohas comprendido el final <strong>de</strong> <strong>la</strong> frase <strong>de</strong> Casio —un camarada que no conozco yque muchos han tomado por mi seudónimo— y él se extrañaba que hechos comoel que se trata no se sucedan más seguido en razón <strong>de</strong> <strong>la</strong>s campañas <strong>de</strong> asesinatomoral tan numerosas contra nuestros mejores amigos. Este asombro noconstituía una apología pero quedaba en el dominio <strong>de</strong> los asombros. ¿Hacer <strong>la</strong>apología? ¿En qué sentido? ¿<strong>El</strong> camarada asesinado moralmente no pue<strong>de</strong>responsabilizarse <strong>de</strong> <strong>la</strong> actitud que <strong>de</strong>be asumir? Todo el mundo no pue<strong>de</strong> ver <strong>la</strong>scosas bajo el mismo aspecto’.Y en otra carta, siempre sobre el mismo tema, y a propósito <strong>de</strong> <strong>la</strong>cuestión precitada pero que viene muy bien para iluminar su pensamiento,a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su estado <strong>de</strong> ánimo, escribía: ‘Debo <strong>de</strong>cirle que no soy aquel que sepueda influenciar tirándole aceite sobre el fuego. Tengo una línea <strong>de</strong> conducta—bárbara e intransigente en ciertos casos— <strong>de</strong> <strong>la</strong> cual pocos pue<strong>de</strong>n quitarme.No le huyo a <strong>la</strong> discusión. Al contrario, <strong>la</strong> busco, pero no obro sino influenciadopor <strong>la</strong> convicción más firme. La crítica sana, cuando el<strong>la</strong> es justa, no me molestapero me indignan todos aquellos que buscan disfrazar esa crítica y arrastrar<strong>la</strong>por el camino <strong>de</strong> <strong>la</strong> calumnia y <strong>de</strong> <strong>la</strong> ma<strong>la</strong> fe. Y me indigno con toda <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong>mi ser. No soporto al falso ni cuando se encuentra en <strong>la</strong> cima <strong>de</strong> los altares don<strong>de</strong>lo ha colocado <strong>la</strong> ido<strong>la</strong>tría <strong>de</strong> los camaradas, y según mi temperamento golpeo <strong>de</strong>una manera que pue<strong>de</strong> parecer dura pero que reflexionando no lo es tanto.Cuando elijo un camino, no me retracto, a menos que me aperciba <strong>de</strong> un error oque alguien colocado en mi senda reconozca el mal hecho’.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!