12.07.2015 Views

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>. <strong>El</strong> <strong>i<strong>de</strong>alista</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> violenciaScarfó— <strong>Severino</strong> me lo llevó un día, conjuntamente con Alejandro y conAmérica. <strong>Severino</strong> me ha llevado los tres chicos. <strong>El</strong> es el único culpable”.Por último <strong>la</strong> madre marchará a <strong>la</strong> penitenciaría para <strong>de</strong>spedirse<strong>de</strong> su hijo con<strong>de</strong>nado a muerte. Paulino no querrá recibir<strong>la</strong> paraque no lo viera en el estado en que se encontraba. Pasan sólo su hermanoAntonio, un primo y el abogado César Raúl Flores.Los tres le pi<strong>de</strong>n que solicite clemencia y firme un papel que hantraído ya redactado. Paulino les respon<strong>de</strong>: “Un anarquista nunca pi<strong>de</strong>gracia”. Antonio se emociona y tiene un ataque <strong>de</strong> l<strong>la</strong>nto, Paulino lespi<strong>de</strong> entonces que se retiren, que no le amarguen <strong>la</strong>s últimas horas que lequedan. Mientras tanto, en <strong>la</strong> cárcel, <strong>la</strong> madre se pondrá <strong>de</strong> rodil<strong>la</strong>s anteel director <strong>de</strong> <strong>la</strong> prisión, doctor Viñas, y le besará <strong>la</strong> mano. Por su parte,en un último intento, el hermano Antonio, antes <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> <strong>la</strong> cárcelconversará con el subjefe <strong>de</strong> Or<strong>de</strong>n Social, comisario Florio, y le dirá queél era partidario <strong>de</strong> Uriburu y que el 8 <strong>de</strong> setiembre había concurrido alCorreo a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r a los jefes <strong>de</strong> <strong>la</strong> revolución.A América, a esa muchacha <strong>de</strong> 17 años, le esperaba ahora <strong>la</strong>segunda parte <strong>de</strong>l drama, <strong>la</strong> <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong> su hermano.Todo fue muy breve. <strong>El</strong><strong>la</strong> no pudo simu<strong>la</strong>r su dolor al ver elrostro hinchado <strong>de</strong> él. <strong>El</strong> <strong>la</strong> contuvo diciéndole: “No llores”. Y luegoagregó con mucho cariño: “pobre pibita... “ y le dio un beso en <strong>la</strong> mejil<strong>la</strong>.América lo besó muy fuerte y le preguntó: “¿No quieres ver a mamá?”. <strong>El</strong>le respondió: “No, ¿no ves como estoy?”. Cuando se percibió que elcomisario Florio se había distraído un momento le dijo a América: “No teasombres <strong>de</strong> lo que veas. Nos hicimos culpables <strong>de</strong> todo para que no persigan a losque quedan”. Por último agregó: “Seguí estudiando. Estoy <strong>de</strong>seando que estotermine <strong>de</strong> una vez”.<strong>El</strong> <strong>la</strong> besó; América volvió a abrazarlo y se miraron a los ojos.<strong>El</strong><strong>la</strong> no lloró. <strong>El</strong> policía Florio urgió para que terminaran. América se fuecon paso firme. Los periodistas notaron una lágrima en su rostro.(En “L’en Dehors”, escribirá América: “Con mi hermano Paulino,con mi amigo y camarada y confi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> siempre se me permitió estar so<strong>la</strong>mentecinco mezquinos minutos, contro<strong>la</strong>dos, con reloj en <strong>la</strong> mano por el máscínico <strong>de</strong> los verdugos, el comisario Florio. Al verle el rostro, todo <strong>de</strong>sfigurado lepregunté si estaba herido. Me contestó con una sonrisa: ‘No es nada’. Sustorturas habían sido tan atroces que aspiraba a ser fusi<strong>la</strong>do para terminar consus sufrimientos. Intenté confortarlo asegurándole que para mí era un granconsuelo <strong>de</strong> ver que él, mi hermano, sabía morir con valentía. Me respondió queeso estaba sobreentendido. Refiriéndose a mamá me pidió que se le ahorrara el

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!