12.07.2015 Views

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>. <strong>El</strong> <strong>i<strong>de</strong>alista</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> violenciaconservador <strong>de</strong>muestra que el tano ajusticiado ni siquiera sabía hab<strong>la</strong>rbien el idioma. <strong>Di</strong>ce así en un recuadro, recordando una escena <strong>de</strong>ljuicio: “<strong>El</strong> último <strong>de</strong> los testigos termina su exposición. Se trata <strong>de</strong> un agenteque ha tenido actuación en los acontecimientos. <strong>El</strong> tribunal militar toma nota <strong>de</strong>sus pa<strong>la</strong>bras e inmediatamente el presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l cuerpo pregunta al <strong>de</strong>ponente sireconocería al acusado. <strong>El</strong> testigo no titubea y lo afirma. <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong> esconducido nuevamente a presencia <strong>de</strong> quienes lo juzgan, y el agente no tienedudas, afirmando categóricamente que es el mismo que había hecho fuego contrasus compañeros. Un gesto <strong>de</strong> reprobación se dibujó en el rostro <strong>de</strong>l asesino y paradar mayor fuerza a <strong>la</strong> situación le espetó con <strong>de</strong>jo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sprecio al <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rante:‘cállese, no sea men<strong>de</strong>rosso’”.Ahí le pone punto final al recuadro. <strong>El</strong> sutil redactor sabe lo quele gusta a su lector. Y le rega<strong>la</strong> esa especie <strong>de</strong> postrecito con dulce <strong>de</strong>leche en su lectura <strong>de</strong> <strong>de</strong>sayuno.Pero, sin ninguna duda, algunos habían exagerado. Se habíacaído en <strong>la</strong> tilinguería. <strong>El</strong> diario “<strong>El</strong> Día”, <strong>de</strong> Montevi<strong>de</strong>o, en <strong>la</strong> crónica<strong>de</strong>l fusi<strong>la</strong>miento <strong>de</strong>sliza una crítica: “La gente —dice— dio el más tristeespectáculo que pedir se pueda, al punto <strong>de</strong> que algunos copetudos fueron apresenciar el bárbaro acto vistiendo smokings o sea verda<strong>de</strong>ros trajes <strong>de</strong> ga<strong>la</strong>”.Evi<strong>de</strong>ntemente se trataba <strong>de</strong> hombres <strong>de</strong> pro que habían venidodirectamente <strong>de</strong> recepciones, banquetes o bailes, a rematar <strong>la</strong> nochecomo quien toma un licor <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> copiosa cena. De todo esto huboun testigo. Silencioso. Solitario. Roberto Arlt. Concurrió con el fin <strong>de</strong>escribir el aguafuerte para “<strong>El</strong> Mundo”. Ha observado todo. Y <strong>de</strong>scribirálo que ha visto, nada más. No tiene ni admiración ni misericordia por e<strong>la</strong>narquista. Pero sí una profunda curiosidad. No tiene odio ni <strong>de</strong>spreciopor <strong>la</strong> sociedad que lo con<strong>de</strong>na. No necesita <strong>de</strong>cir cómo es ni calificar<strong>la</strong>.Aplica el distanciamiento brechtiano sin haberlo leído. Se permite alfinal sólo una moraleja, apenas una ironía. Se titu<strong>la</strong> “He visto morir”, ydice así:“Las 5 menos 3 minutos. Rostros afanosos tras <strong>de</strong> <strong>la</strong>s rejas. Cincomenos 2. Rechina el cerrojo y <strong>la</strong> puerta <strong>de</strong> hierro se abre. Hombres que seprecipitan como si corrieran a tomar el tranvía. Sombras que dan gran<strong>de</strong>s saltospor los corredores iluminados. Ruidos <strong>de</strong> cu<strong>la</strong>tas. Más sombras que galopan.Todos vamos en busca <strong>de</strong> <strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong> para verlo morir.Espacio <strong>de</strong> cielo azul. Adoquinado rústico. Prado ver<strong>de</strong>. Una cómodasil<strong>la</strong> <strong>de</strong> comedor en medio <strong>de</strong>l prado. Tropa. Máuseres. Lámparas cuya luz

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!