Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)
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Severino Di Giovanni. El idealista de la violenciaEn el mismo número aparece un artículo de Miguel ArcángelRoscigna, el cerebro de los expropiadores. En él defiende laexpropiación y critica “la infame campaña que hemos sufrido losexpropiadores ‘ilegales’ de parte de los ‘legales’ por intermedio de ‘nuestros’diarios o bien, subterráneamente, dirigidos, y sostenidos por los figurones que172aquí ofician de oráculos del anarquismo”. Esta colaboración en elperiódico de Severino muestra el contacto estrecho que mantenían losdos en esos meses.En esos días de tareas y turbulencias, llega la noticia a BuenosAires, a los grupos expropiadores, de la muerte de Ramé. Desde su huidadel hospital de Rosario vivía con otro nombre en algún lugar de laprovincia de Córdoba. La noticia añade que murió en un accidente,mientras estaba limpiando o manipulando un arma de fuego. Sobre estehecho no se escribió una sola palabra. Lo curioso es que ningúnperiódico anarquista se refirió a la muerte de ese luchador, como lohabía hecho cuando fue rescatado de la cárcel. Siempre existió la duda sital vez sus amigos anarquistas no lo hayan dado por muerto para que lapolicía dejara de perseguirlo y se marchara al extranjero. En los asaltosposteriores realizados por Astolfi hubo testigos que dijeron haberlovisto. Del Uruguay vinieron informaciones que lo habían reconocido enese territorio. La embajada fascista nunca creyó en su muerte. La policíalanzó la versión de que Di Giovanni lo había matado, lo mismo sosteníansus enemigos personales. Pero eso era de prever. Emilio Uriondo nosconfirmó que Ramé murió en ese accidente relatado. Lo mismo dijo DiGiovanni cuando fue interrogado por la policía poco antes de serfusilado. Pero no hemos encontrado carta alguna ni documentoanarquista que nos hable del destino posterior del muchacho que habíasido compañero inseparable de Severino en sus primeras experienciassubversivas.El 2 de octubre de 1930, Severino —pese al bando de pena demuerte— realiza junto a Miguel Arcángel Roscigna el asalto a lospagadores de Obras Sanitarias, en los viveros de Palermo. La prensa y laopinión pública del país están sorprendidas: el asalto se hace a cincuentametros del lugar donde una compañía íntegra de la policía montadahace ejercitaciones de tiro, y a cien metros de allí se hallan más de
La última luchadoscientos soldados de infantería. Pero Miguel Arcángel Rosigna haplaneado hasta el último detalle. Cuando todo había resultado fácil paralos bandidos (Di Giovanni en persona había quitado un revólver de lamano de uno de los pagadores en el momento que iba a disparar, yarrancado a otro la maleta con el dinero) se origina un alocado tiroteoentre los expropiadores y los asaltados. Cae muerto el anarquista PacoGonzález, chofer de uno de los autos, hombre de todas las horas depeligro, de maneras apacibles y poco hablar. Tenía 39 años de edad. Unhombre por quien Di Giovanni tenía gran afecto; había sido el mensajerodurante muchos meses entre él y América. En su casa de la calleCampichuelo se realizaron los primeros encuentros de los dos amantes,el perseguido y la adolescente.También pierden la vida un pagador y el chofer asaltado. Elbotín es cuantioso para aquellos tiempos: 286.000 pesos. El setenta porciento se lo lleva Miguel Arcángel Rosigna, para trabajos de solidaridad.Pero igual, Severino ahora ya puede comprar máquinas para sueditorial.Días después del asalto, una señora muy joven que dicellamarse Josefina Rinaldi de Dionisi se presenta ante el ingeniero ItaloChiochi, en Burzaco, y se muestra interesada en alquilar la quinta “AnaMaría” de propiedad de éste. Es una extensión de terreno de 100 por 300metros en el camino Belgrano. Tiene una casa amplia y otras variasinstalaciones. La joven hace esfuerzos para aparentar más edad —tiene17 años—y se ha puesto para ello un sombrero de señora. A la esposa delingeniero Chiochi le llama la atención la juventud de la visitante pero suporte es tan seguro y simpático que se cierra el trato.El 12 de octubre se firma el contrato de alquiler para lo cualconcurre también el señor Mario Dionisi y el señor Luis Rinaldi,hermano de la joven señora.Al día siguiente, Luis Rinaldi se presenta a la casa Curt Berger yadquiere un taller completo de fotograbado para clichés, y todos loselementos para una imprenta de obra. Paga todo al contado. Todo esllevado a la quinta “Ana María”, de Burzaco. Al mismo tiempo llegan a laquinta muebles nuevos, una amplia biblioteca, libros, herramientas.En los próximos días se verá a los dos hombres trabajar en lasiembra de maíz, en el fondo del terreno, y luego en la instalación de untinglado para la cría de gallinas. Se levantan a la madrugada y trabajanhasta el mediodía. Luego, a la tarde, desaparecen en las habitaciones.
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<strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>. <strong>El</strong> <strong>i<strong>de</strong>alista</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> violenciaEn el mismo número aparece un artículo <strong>de</strong> Miguel ArcángelRoscigna, el cerebro <strong>de</strong> los expropiadores. En él <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> <strong>la</strong>expropiación y critica “<strong>la</strong> infame campaña que hemos sufrido losexpropiadores ‘ilegales’ <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> los ‘legales’ por intermedio <strong>de</strong> ‘nuestros’diarios o bien, subterráneamente, dirigidos, y sostenidos por los figurones que172aquí ofician <strong>de</strong> oráculos <strong>de</strong>l anarquismo”. Esta co<strong>la</strong>boración en elperiódico <strong>de</strong> <strong>Severino</strong> muestra el contacto estrecho que mantenían losdos en esos meses.En esos días <strong>de</strong> tareas y turbulencias, llega <strong>la</strong> noticia a BuenosAires, a los grupos expropiadores, <strong>de</strong> <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> Ramé. Des<strong>de</strong> su huida<strong>de</strong>l hospital <strong>de</strong> Rosario vivía con otro nombre en algún lugar <strong>de</strong> <strong>la</strong>provincia <strong>de</strong> Córdoba. La noticia aña<strong>de</strong> que murió en un acci<strong>de</strong>nte,mientras estaba limpiando o manipu<strong>la</strong>ndo un arma <strong>de</strong> fuego. Sobre estehecho no se escribió una so<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra. Lo curioso es que ningúnperiódico anarquista se refirió a <strong>la</strong> muerte <strong>de</strong> ese luchador, como lohabía hecho cuando fue rescatado <strong>de</strong> <strong>la</strong> cárcel. Siempre existió <strong>la</strong> duda sital vez sus amigos anarquistas no lo hayan dado por muerto para que <strong>la</strong>policía <strong>de</strong>jara <strong>de</strong> perseguirlo y se marchara al extranjero. En los asaltosposteriores realizados por Astolfi hubo testigos que dijeron haberlovisto. Del Uruguay vinieron informaciones que lo habían reconocido enese territorio. La embajada fascista nunca creyó en su muerte. La policía<strong>la</strong>nzó <strong>la</strong> versión <strong>de</strong> que <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong> lo había matado, lo mismo sosteníansus enemigos personales. Pero eso era <strong>de</strong> prever. Emilio Uriondo nosconfirmó que Ramé murió en ese acci<strong>de</strong>nte re<strong>la</strong>tado. Lo mismo dijo <strong>Di</strong><strong>Giovanni</strong> cuando fue interrogado por <strong>la</strong> policía poco antes <strong>de</strong> serfusi<strong>la</strong>do. Pero no hemos encontrado carta alguna ni documentoanarquista que nos hable <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino posterior <strong>de</strong>l muchacho que habíasido compañero inseparable <strong>de</strong> <strong>Severino</strong> en sus primeras experienciassubversivas.<strong>El</strong> 2 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1930, <strong>Severino</strong> —pese al bando <strong>de</strong> pena <strong>de</strong>muerte— realiza junto a Miguel Arcángel Roscigna el asalto a lospagadores <strong>de</strong> Obras Sanitarias, en los viveros <strong>de</strong> Palermo. La prensa y <strong>la</strong>opinión pública <strong>de</strong>l país están sorprendidas: el asalto se hace a cincuentametros <strong>de</strong>l lugar don<strong>de</strong> una compañía íntegra <strong>de</strong> <strong>la</strong> policía montadahace ejercitaciones <strong>de</strong> tiro, y a cien metros <strong>de</strong> allí se hal<strong>la</strong>n más <strong>de</strong>