Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

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12.07.2015 Views

Ante el tribunal de los compañeroscondiciones para el desarrollo del jurado. Severino los aceptará pero esintransigente en la exigencia de que el veredicto final se publique en “LaProtesta”. “En esto no puedo transigir —le responde— y creo que esto (lapublicación del veredicto) es el mejor castigo del calumniador y mi mejorvenganza.” Moscallegra y Treni le han escrito en desacuerdo con algunostérminos de cartas anteriores de Severino y le señalan que para ellos esfundamental el respeto de la vida humana. A esto les contestará DiGiovanni: “No estoy de acuerdo con vosotros en el concepto del respeto que sedebe tener en cuanto a la vida del hombre. Jamás mis manos se ensuciaron con lasangre del hombre bueno, justo e incapaz de bajezas, pero repetiré hasta el fin quelos déspotas, policías, espías y calumniadores serán enemigos únicos dignos derecibir todo mi mal. Sólo en el caso que el calumniador se rectifique y reconozcapúblicamente el mal llevado a cabo, merecerá otro tratamiento. He dado pruebade esto con Aldo Aguzzi y daré prueba con Santillán. Pero si éste no trata dedarme satisfacciones como no quiso darme Arango, no podrá apelar ningúnderecho a la vida, ya que continúa con el asesinato —moral— y por aquellegítimo derecho de defensa que las mismas leyes burguesas reconocen deboobtener razón de él con todos los medios, también con el violento, dado que él noahorra violencia contra mí”.Luego —en esa carta del 21 de mayo—les pide que actúen conun poco más de rapidez “a fin de que las cosas no vayan a la larga”.Treni le contestará tres semanas más tarde, el 14 de junio. Siguefirme en su posición. “Estoy convencido —le dice— de la absoluta necesidad—para quienes como yo somos espectadores doloridos de la tragedia interna delmovimiento anarquista argentino— de abstenerse de echar paja en el fuego envez de aplicar las fuerzas propias en repacificar a los contendientes.” Luego ledice que perseverará “en mi postura de quedar fuera de la reyerta, no comoespectador indiferente pero sí como alguien que sabe que están en juego la vidade los hombres, están nuestras ideas más queridas y toda la razón de nuestralucha. ¿Está mal actuar así? No, estoy profundamente convencido de locontrario”.En esa carta, le anuncia que el tercer miembro del jurado será160Torquato Gobbi.El 23 de junio de 1930, los miembros del jurado le escriben aSantillán. Le dicen que ese jurado tiene como misión verificar “si lasacusaciones realizadas hace mucho tiempo en ‘La Protesta’ contra Severino DiGiovanni son fundadas o si, al contrario, son sólo el resultado de una lamentabley violenta polémica y que, en consecuencia, necesitan ser rectificadas”. Luegode solicitarle los números de “La Protesta” donde estaban dichas

Severino Di Giovanni. El idealista de la violenciaacusaciones, le comunican: “Además, nos parece imprescindible, siendo tú elautor de algunos de estos artículos, de darnos claramente tu pensamiento si esposible explicarnos las razones y la situación que te impulsaron a escribirlos y si,de acuerdo a las pruebas pertenecientes a ti, Di Giovanni es, por sus escritos, supropaganda o su acción: 1) un espía; 2) un provocador; 3) un fascista; 4) o que dealguna manera colaboró con la policía; 5) un dilapidador de fondospertenecientes a las víctimas políticas. O bien, también si según tú y siemprebasándose en pruebas, él fue de alguna manera culpable de acciones quepermitirían la acusación de agente provocador o espía.Contamos contigo —le piden— para una sincera y exhaustivarespuesta, de manera que se pueda honorablemente poner fin a un estado de cosasque provocaron y mantienen, en el movimiento anarquista argentino, un estadode hostilidad y de violencia entre compañeros que es mortal a todo nuestromovimiento. Además, debemos saber también si ‘La Protesta’, cualquiera sea laconclusión del jurado, se compromete a publicar sus conclusiones o, por lomenos, si tú estás dispuesto a emplear tu autoridad para que esto se haga.Disculpa si venimos por un momento a reabrir una llaga dolorosa. Lo hacemoscon la firme convicción y con el intento de ayudar a sanificar nuestromovimiento, seguros de conseguirlo si todos ponemos nuestra buena voluntad”.A pesar del tiempo transcurrido, los calificativos de Abad deSantillán seguían mordiendo ferozmente, hora tras hora, el amor propiodel perseguido. En una carta a Treni del 24-25 de junio, se quejaamargamente de la lentitud con que trabaja el jurado. Cuatro días anteshabía participado del asalto a “La Central” y apenas habían pasado dosdías de la captura de tres de sus mejores compañero. Le pide a Treni queel jurado haga una reunión semanal “por ejemplo, el domingo”, les dice “yyo haré todo lo posible para haceros llegar la correspondencia ese día”. Luegoinsiste en que no debe darse más la dirección de Paco González (el choferde los asaltos y cuyo domicilio sirvió de refugio mucho tiempo aSeverino). “El es un perseguido —le escribe— y tú habrás leído en losperiódicos los hechos de aquí”. Esa dirección está en manos de dosirresponsables, Cortesse y Cressatti, personas hostiles a mí que espían todoaquello que se refiere a mis cosas”. Con respecto al problema de lasdirecciones finaliza diciendo: “¿Cuándo acabaremos con nuestra forma deser infantil y comenzaremos por un camino mas serio y responsable?”.Luego en la carta se explaya sobre uno de sus temas predilectos:coleccionar libros, revistas y periódicos. “Sí, es verdad —le escribe aTreni—, tengo muchas colecciones y siempre les dedico grandes sumas dedinero, pero no tengo duplicados ya que continuamente los regalo a quienes

Ante el tribunal <strong>de</strong> los compañeroscondiciones para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l jurado. <strong>Severino</strong> los aceptará pero esintransigente en <strong>la</strong> exigencia <strong>de</strong> que el veredicto final se publique en “LaProtesta”. “En esto no puedo transigir —le respon<strong>de</strong>— y creo que esto (<strong>la</strong>publicación <strong>de</strong>l veredicto) es el mejor castigo <strong>de</strong>l calumniador y mi mejorvenganza.” Moscallegra y Treni le han escrito en <strong>de</strong>sacuerdo con algunostérminos <strong>de</strong> cartas anteriores <strong>de</strong> <strong>Severino</strong> y le seña<strong>la</strong>n que para ellos esfundamental el respeto <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida humana. A esto les contestará <strong>Di</strong><strong>Giovanni</strong>: “No estoy <strong>de</strong> acuerdo con vosotros en el concepto <strong>de</strong>l respeto que se<strong>de</strong>be tener en cuanto a <strong>la</strong> vida <strong>de</strong>l hombre. Jamás mis manos se ensuciaron con <strong>la</strong>sangre <strong>de</strong>l hombre bueno, justo e incapaz <strong>de</strong> bajezas, pero repetiré hasta el fin quelos déspotas, policías, espías y calumniadores serán enemigos únicos dignos <strong>de</strong>recibir todo mi mal. Sólo en el caso que el calumniador se rectifique y reconozcapúblicamente el mal llevado a cabo, merecerá otro tratamiento. He dado prueba<strong>de</strong> esto con Aldo Aguzzi y daré prueba con Santillán. Pero si éste no trata <strong>de</strong>darme satisfacciones como no quiso darme Arango, no podrá ape<strong>la</strong>r ningún<strong>de</strong>recho a <strong>la</strong> vida, ya que continúa con el asesinato —moral— y por aquellegítimo <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa que <strong>la</strong>s mismas leyes burguesas reconocen <strong>de</strong>boobtener razón <strong>de</strong> él con todos los medios, también con el violento, dado que él noahorra violencia contra mí”.Luego —en esa carta <strong>de</strong>l 21 <strong>de</strong> mayo—les pi<strong>de</strong> que actúen conun poco más <strong>de</strong> rapi<strong>de</strong>z “a fin <strong>de</strong> que <strong>la</strong>s cosas no vayan a <strong>la</strong> <strong>la</strong>rga”.Treni le contestará tres semanas más tar<strong>de</strong>, el 14 <strong>de</strong> junio. Siguefirme en su posición. “Estoy convencido —le dice— <strong>de</strong> <strong>la</strong> absoluta necesidad—para quienes como yo somos espectadores doloridos <strong>de</strong> <strong>la</strong> tragedia interna <strong>de</strong>lmovimiento anarquista argentino— <strong>de</strong> abstenerse <strong>de</strong> echar paja en el fuego envez <strong>de</strong> aplicar <strong>la</strong>s fuerzas propias en repacificar a los contendientes.” Luego ledice que perseverará “en mi postura <strong>de</strong> quedar fuera <strong>de</strong> <strong>la</strong> reyerta, no comoespectador indiferente pero sí como alguien que sabe que están en juego <strong>la</strong> vida<strong>de</strong> los hombres, están nuestras i<strong>de</strong>as más queridas y toda <strong>la</strong> razón <strong>de</strong> nuestralucha. ¿Está mal actuar así? No, estoy profundamente convencido <strong>de</strong> locontrario”.En esa carta, le anuncia que el tercer miembro <strong>de</strong>l jurado será160Torquato Gobbi.<strong>El</strong> 23 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1930, los miembros <strong>de</strong>l jurado le escriben aSantillán. Le dicen que ese jurado tiene como misión verificar “si <strong>la</strong>sacusaciones realizadas hace mucho tiempo en ‘La Protesta’ contra <strong>Severino</strong> <strong>Di</strong><strong>Giovanni</strong> son fundadas o si, al contrario, son sólo el resultado <strong>de</strong> una <strong>la</strong>mentabley violenta polémica y que, en consecuencia, necesitan ser rectificadas”. Luego<strong>de</strong> solicitarle los números <strong>de</strong> “La Protesta” don<strong>de</strong> estaban dichas

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