Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

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12.07.2015 Views

Severino Di Giovanni. El idealista de la violenciaDiferente a España —que a fin de cuentas da muestras de tener unajuventud rebelde y de viejos incorruptibles en el respeto a la libertad— distinto aItalia, a los Balcanes, a Rusia...!La Argentina no sufre solamente la calamidad de las deudas. Este mal,más o menos, es sufrido por el mundo entero. La Argentina está infectada de otragangrena, más dolorosa: la bancarrota de la justicia, la quiebra de la Constitución,la corrupción del Poder Ejecutivo, la impotencia del Parlamento —queestafa de mil maneras a la opinión pública con sus payasos— y la podredumbrepolicial.En la Argentina existen territorios en los cuales todavía impera laesclavitud. En el Chaco, en Misiones y en otros lugares se hallan esparcidosmiles y miles de feudos —como ‘La Forestal Ltda’— donde la policía subvencionadapor las empresas está al servicio de los patrones. Y para dar una idea decuánta corrupción está contaminada la Argentina de Yrigoyen, basta citarejemplos de muchos feudos donde los obreros se contentarían no con un aumentode salario, sino con la libertad de comercio y con la libertad de reunión. En lamayor parte de estos feudos, el obrero no puede abandonar el trabajo bajo la penade ser cazado como una fiera por la policía local o de la empresa: ‘Esos esclavos sellaman los mensú. Son explotados sin compasión, sin poder jamás saldar susdeudas con el patrón debido al «anticipo». Si reclaman su libertad, soncastigados; fugan a la selva y allí son reprimidos a palos —o muertos— ydevueltos al trabajo continuo, coaccionado y forzado, donde no pueda hacerescuchar ninguna protesta por estar tan lejos de la justicia argentina’ (informedel juez de Misiones Alejandro Peralta al ministerio del Interior). Y cuando elfeudo queda al descubierto, bajo los ojos de la opinión pública, entonces elfugitivo es procesado y condenado por el delito de... fraude! (Ver copias de losprocesos en el Boletín del Departamento del Trabajo, Nº 26, del estudio delinspector Nicklison).Pero no solamente en los feudos hay absoluta ausencia de libertad. Enla misma ciudad de Buenos Aires se cometen abusos e injusticias increíbles.Hace pocos días, el senador Mario Bravo en una visita a las cárcelesconstató que nada menos que 180 presos sufren ilegalmente la demora en serjuzgados. ‘La Prensa’ del 5 y 6 de mayo cita casos de presos que tienen un pedidode cárcel por parte del fiscal de pocos meses y que pasan un año como reclusos.‘La Razón’ del 6 de mayo —diario conservador y reaccionario como ‘LaPrensa’— da una voz de alarma en su editorial: ‘¡Pobres presos! La visita hechapor el senador Bravo a las cárceles no ha tenido, por cierto, el valor de undescubrimiento. Desde largo tiempo atrás se sabía, en efecto, que la justicia nomarchaba, en lo penal, con la celeridad que se debería desear. ¿Cuántas han sido

Por la libertad absoluta con las obras de Reclus y la colt 45las huelgas de hambre llevadas a cabo estoicamente por aquellos que desesperabanesperando una sentencia? ¿Cuántos son aquellos que han cumplido comopresos un tiempo mayor a la pena solicitada por el fiscal? Si esta visita no hatenido el valor de un descubrimiento, ha servido, por lo menos, para daractualidad una vez más a la necesidad de la reforma judicial. Vacantes en lajusticia y procesos excesivamente largos han conducido a esta situación dedesastre y de injusticia’. Claro, ‘La Razón’ resuelve el problema a su manera,pero la injusticia de la burguesía y de sus leyes merecen otras acciones dejusticia. Y en la Argentina de Yrigoyen la ruina moral y la injusticia son cosastan generalizadas que solamente con energía y con valor se puede repararlas. Lasreformas, las leyes, las críticas periodísticas, las visitas de tal o cual tartufo nosirven nada más que para contemporizar.En un país, donde puede imperar desde 1916 hasta hoy la políticaradical yrigoyenista sin producir la indignación general, es señal que no haymás vergüenza, decoro, dignidad, resurrección de valores morales en suambiente social, en sus relaciones civiles.La esclavitud de los feudos, el poder ilimitado y la corrupción de lapolicía, el menefreghismo de los caudillos radicales, el desastre moral de lajusticia, la omnipotencia de los politicastros ligados al yrigoyenismo hacen de laArgentina un país del mismo nivel reaccionario que los otros países americanosdonde imperan las dictaduras. De otra manera no se comprendería tantapasividad para iniciar la insurrección y erigir a la revuelta un pedestal perenne.Recordemos y tengamos presente que el éxito del fascismo se debe a la audacia delos mesnaderos. E Yrigoyen demuestra ser audaz. Por lo menos hasta hoy...!”.El 7 de agosto, Di Giovanni llevará a cabo su tan ansiado golpe:el asalto para la liberación de Alejandro Scarfó y sus otros compañerospresos en la cárcel de Caseros. El sabe que si triunfa, cambiará su vida. Yaen Francia está todo listo, esperándolo para establecerse con América,con sus hijos, Teresina y el nuevo compañero de ésta. En el mediodíafrancés comenzará una vida distinta en un verdadero kibutz anarquistay estará más cerca de su tierra italiana para iniciar también allí acciones adistancia. La operación libertad ha sido calculada hasta el último detalle.El y sus compañeros saben el riesgo que corren. Lo acompañan elsilencioso Paulino Scarfó que va a luchar por su querido hermanoAlejandro y los demás compañeros; Jorge Tamayo Gavilán, el chilenoanarquista que siente alegría cuando de riesgo se trata, y Braulio Rojas. Alas 13.30 paran el coche celular que traslada detenidos desde la cárcel de

<strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>. <strong>El</strong> <strong>i<strong>de</strong>alista</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> violencia<strong>Di</strong>ferente a España —que a fin <strong>de</strong> cuentas da muestras <strong>de</strong> tener unajuventud rebel<strong>de</strong> y <strong>de</strong> viejos incorruptibles en el respeto a <strong>la</strong> libertad— distinto aItalia, a los Balcanes, a Rusia...!La Argentina no sufre so<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> ca<strong>la</strong>midad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>udas. Este mal,más o menos, es sufrido por el mundo entero. La Argentina está infectada <strong>de</strong> otragangrena, más dolorosa: <strong>la</strong> bancarrota <strong>de</strong> <strong>la</strong> justicia, <strong>la</strong> quiebra <strong>de</strong> <strong>la</strong> Constitución,<strong>la</strong> corrupción <strong>de</strong>l Po<strong>de</strong>r Ejecutivo, <strong>la</strong> impotencia <strong>de</strong>l Par<strong>la</strong>mento —queestafa <strong>de</strong> mil maneras a <strong>la</strong> opinión pública con sus payasos— y <strong>la</strong> podredumbrepolicial.En <strong>la</strong> Argentina existen territorios en los cuales todavía impera <strong>la</strong>esc<strong>la</strong>vitud. En el Chaco, en Misiones y en otros lugares se hal<strong>la</strong>n esparcidosmiles y miles <strong>de</strong> feudos —como ‘La Forestal Ltda’— don<strong>de</strong> <strong>la</strong> policía subvencionadapor <strong>la</strong>s empresas está al servicio <strong>de</strong> los patrones. Y para dar una i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>cuánta corrupción está contaminada <strong>la</strong> Argentina <strong>de</strong> Yrigoyen, basta citarejemplos <strong>de</strong> muchos feudos don<strong>de</strong> los obreros se contentarían no con un aumento<strong>de</strong> sa<strong>la</strong>rio, sino con <strong>la</strong> libertad <strong>de</strong> comercio y con <strong>la</strong> libertad <strong>de</strong> reunión. En <strong>la</strong>mayor parte <strong>de</strong> estos feudos, el obrero no pue<strong>de</strong> abandonar el trabajo bajo <strong>la</strong> pena<strong>de</strong> ser cazado como una fiera por <strong>la</strong> policía local o <strong>de</strong> <strong>la</strong> empresa: ‘Esos esc<strong>la</strong>vos sel<strong>la</strong>man los mensú. Son explotados sin compasión, sin po<strong>de</strong>r jamás saldar sus<strong>de</strong>udas con el patrón <strong>de</strong>bido al «anticipo». Si rec<strong>la</strong>man su libertad, soncastigados; fugan a <strong>la</strong> selva y allí son reprimidos a palos —o muertos— y<strong>de</strong>vueltos al trabajo continuo, coaccionado y forzado, don<strong>de</strong> no pueda hacerescuchar ninguna protesta por estar tan lejos <strong>de</strong> <strong>la</strong> justicia argentina’ (informe<strong>de</strong>l juez <strong>de</strong> Misiones Alejandro Peralta al ministerio <strong>de</strong>l Interior). Y cuando elfeudo queda al <strong>de</strong>scubierto, bajo los ojos <strong>de</strong> <strong>la</strong> opinión pública, entonces elfugitivo es procesado y con<strong>de</strong>nado por el <strong>de</strong>lito <strong>de</strong>... frau<strong>de</strong>! (Ver copias <strong>de</strong> losprocesos en el Boletín <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong>l Trabajo, Nº 26, <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong>linspector Nicklison).Pero no so<strong>la</strong>mente en los feudos hay absoluta ausencia <strong>de</strong> libertad. En<strong>la</strong> misma ciudad <strong>de</strong> Buenos Aires se cometen abusos e injusticias increíbles.Hace pocos días, el senador Mario Bravo en una visita a <strong>la</strong>s cárcelesconstató que nada menos que 180 presos sufren ilegalmente <strong>la</strong> <strong>de</strong>mora en serjuzgados. ‘La Prensa’ <strong>de</strong>l 5 y 6 <strong>de</strong> mayo cita casos <strong>de</strong> presos que tienen un pedido<strong>de</strong> cárcel por parte <strong>de</strong>l fiscal <strong>de</strong> pocos meses y que pasan un año como reclusos.‘La Razón’ <strong>de</strong>l 6 <strong>de</strong> mayo —diario conservador y reaccionario como ‘LaPrensa’— da una voz <strong>de</strong> a<strong>la</strong>rma en su editorial: ‘¡Pobres presos! La visita hechapor el senador Bravo a <strong>la</strong>s cárceles no ha tenido, por cierto, el valor <strong>de</strong> un<strong>de</strong>scubrimiento. Des<strong>de</strong> <strong>la</strong>rgo tiempo atrás se sabía, en efecto, que <strong>la</strong> justicia nomarchaba, en lo penal, con <strong>la</strong> celeridad que se <strong>de</strong>bería <strong>de</strong>sear. ¿Cuántas han sido

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