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Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

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Faccia a faccia col nemicoAntorcha” nos lo ha <strong>de</strong>scrito cuando concurría al taller <strong>de</strong> <strong>la</strong> calle Rioja1689: “Cuando lo conocí, <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong> trabajaba en el taller <strong>de</strong>l Banco <strong>de</strong> Boston.De allí casi siempre se traía algo, especialmente tintas, para que el costo <strong>de</strong> superiódico ‘Culmine’ no fuera tan elevado. <strong>El</strong> hacía todo el trabajo. Lo escribía ensu mayor parte, paraba <strong>la</strong>s letras, lo armaba y finalmente hasta hacía <strong>la</strong>expedición. Era <strong>de</strong> esos hombres que lo quieren hacer todo porque si no creen quenada marcha. Se olvidaba <strong>de</strong> comer en sus interminables horas <strong>de</strong> trabajo. De vezen cuando mascaba algún pedazo <strong>de</strong> pan duro que encontraba por ahí mientrasseguía embebido en su tarea. Su carácter era impetuoso y reaccionabaespontáneamente, sin cálculos. Vestía humil<strong>de</strong>mente, pero en forma correcta. Noera hombre <strong>de</strong> interesarle su apariencia exterior”.En “L’Adunata <strong>de</strong>i Refrattari” <strong>de</strong> Nueva York se dirá: “Quien lorecuerda en <strong>la</strong> época en que todavía no estaba prófugo, sabe con cuánta pasión se<strong>de</strong>dicó a <strong>la</strong> propaganda <strong>de</strong> <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as libertarias y recuerda que si bien era6impetuoso, <strong>la</strong> jovialidad <strong>de</strong> su carácter le hacía ganar amigos y compañeros”.Pero <strong>la</strong> c<strong>la</strong>ve está en esto: <strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong> era por encima<strong>de</strong> todo, un autodidacta. Su letra, por ejemplo, no es <strong>la</strong> <strong>de</strong> un obrero sino<strong>la</strong> <strong>de</strong> casi un calígrafo. Y cuando se convierte en periodista, su estilo seráturbulento, arrol<strong>la</strong>dor, sin ro<strong>de</strong>os, directo. Escribe c<strong>la</strong>ro, es un tantoimitativo, pero su lenguaje es periodístico, interesante, sabe muy biencómo dirigirse a sus lectores.Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> iniciarse como tipógrafo tomó contacto con ungrupo <strong>de</strong> anarquistas antifascistas que editaba “L’Avvenire”, PubblicazioneAnarchica di Cultura e di Lotta, que dirigía Camilo D’Aleffe eintegraban Ricucci, Cortese, Tibiletti, Tirabassi, <strong>Di</strong> Guistini y AldoAguzzi, este último, también exiliado <strong>de</strong>l fascismo, era <strong>de</strong> todos ellos elteórico más capacitado.La primera vez que aparece <strong>Severino</strong> en ese diario —bajo elseudónimo <strong>de</strong> N. Donisvere— es en <strong>la</strong> lista <strong>de</strong> contribuyentes con unaporte <strong>de</strong> cinco pesos, que en aquel tiempo era mucho dinero (es <strong>de</strong>cir,en general, los aportes iban <strong>de</strong> 0,50 centavos a un peso mensuales), y elprimer artículo que escribe es bien significativo ya <strong>de</strong> su futura acción. Es<strong>de</strong>l 1º <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1924 y se titu<strong>la</strong> “¡Delenda Cartago!” Y lo inicia así:“Destruyamos a Cartago. ¡A <strong>la</strong> Cartago mo<strong>de</strong>rna, esa <strong>de</strong> los ricos, <strong>de</strong> los curas y<strong>de</strong> los militares! Este <strong>de</strong>be ser el grito <strong>de</strong> los rebel<strong>de</strong>s y el lema <strong>de</strong> <strong>la</strong> revoluciónsocial. <strong>El</strong> grito <strong>de</strong>l errante fatigado, <strong>de</strong>l hambriento que se consume en <strong>la</strong>inanición, <strong>de</strong> los sedientos <strong>de</strong> justicia, <strong>de</strong> los caídos por su justa crítica, culpables<strong>de</strong> rebelión”. Y luego va repitiendo: “¡Destruyamos a los Tartufos! ¡Destruyamos<strong>la</strong>s cuevas <strong>de</strong> los tiranos! ¡Destruyamos <strong>la</strong>s cortes, sean monárquicas o

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