Severino-Di-Giovanni.-El-idealista-de-la-violencia%20(1)

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12.07.2015 Views

Faccia a faccia col nemicoSeverino, mientras tanto, aprende en sus horas libres el oficio detipógrafo. Y lee, lee mucho: Proudhon, Bakunin, Reclus, Kropotkin,Malatesta, Nietzche, Stirner.De la violencia de la guerra mundial vivida en su adolescencia—una guerra triste y miserable en la que los italianos son metidos derondón— pasa al periodo más violento aún de la posguerra, que culminacon el advenimiento del fascismo. Es el momento en que se terminan lasgarantías individuales. Todo lo que es oposición es barrido por lossquadristas. Al antifascista se lo humilla hasta el hartazgo: la cárcel, elexilio, la pérdida de su subsistencia, la bastonatura, el olio di ricino, cuandono el asesinato. Galeazzo Ciano, el arrogante favorito de Mussolini,describirá bien el ambiente de esos años con su famosa frase: “Il popolobisogna tenerlo inquadrato e in uniforme della mattina a la sera. E ci vuole5bastone, bastone e bastone”. Severino Di Giovanni, ahora sin empleo,abandona Italia. Esto ocurre en 1922. Ya se ha casado con TeresaMasciulli, una sencilla muchacha a quien siempre Severino llamaráTeresina. La boda ha sido algo repentina. Ella, prima de él, era laencargada de llevarle la comida. Una noche, la muchacha no pudoregresar por una fuerte tormenta y tuvo que quedarse con él. Suficientepara que, de acuerdo con las leyes no escritas de la región, debierancasarse para que Teresina no quedara deshonrada. Ella era mayor cuatroaños que Severino. Los Di Giovanni eran tres hermanos varones y dosmujeres. Severino viajará a América del Sur, Alejandro a Francia y José ylas dos mujeres quedarán en Villamagna.Severino y Teresina recalarán en San Pablo, Brasil, y allí, en SantaAna, él trabajará en la cosecha de maíz. En ese lugar nacerá la primerahija, Laura. De Brasil regresarán a Italia donde emprenderán el definitivoviaje a la Argentina.En mayo de 1923, Di Giovanni, su mujer y su hija Laura llegan abordo del vapor Sofía al puerto de Buenos Aires. Fueron a vivir aItuzaingó. Allí, en media hectárea y con un motor a nafta para el agua,Severino cultivaba flores que vendía en el mercado de abasto al pormayor y también al menudeo, por rama.Severino conseguirá luego un puesto de tipógrafo y comenzará atrabajar en el taller de Polli, en Morón. A partir de ese momento DiGiovanni hará la vida común de los obreros politizados de aquellostiempos. Llegó a ser un buen obrero gráfico especializado: por lo generaltrabajó de tipógrafo pero también fue linotipista, de noche participaba enreuniones anarquistas o con grupos antifascistas.

Severino Di Giovanni. El idealista de la violenciaSeverino y Teresina componen un matrimonio prolífico: en 1924nace la segunda hija, Aurora, y un año más tarde, Ilvo.“L’Italia del Popolo” —diario liberal-socialista de la colectividaditaliana— del 31 de enero de 1931 describe al Di Giovanni de esos años así:“En las reuniones distribuía o vendía diarios y revistas de tendencias anarquistasy hablaba para expresar su desacuerdo con los oradores. Para él, el antifascismoorganizado por todas las tendencias engañaba a las masas y por eso inició lapublicación de un periódico libertario llamado ‘Culmine’. Lo escribía, locomponía y lo imprimía el mismo, en sus momentos libres, robando horas al sueño(...) Cuando lo conocimos era un hombre sencillo, con un rostro agotado demuchacho a quien no siempre le alcanza para comer. Vestía más quehumildemente, como un obrero común: saco y pantalón que a primera vistademostraban un prolongado uso, camisa sin cuello, un echarpe alrededor delcuello, gorra a la cabeza y las clásicas alpargatas proletarias (...) Al Capone—continúa el diario italiano, y esta frase es alusión a un editorial de ‘LaNación’ donde comparaba a Di Giovanni con el gangsternorteamericano— no se veía por ningún lado. De rasgos bien conformados,rubio tirando al castaño, tez ligeramente rosada, tenía en sus ojos —de color azulmar— una luz intensa, casi febril...”Antes de comenzar con ese verdadero periplo de la violencia queprotagonizará Severino Di Giovanni a lo largo de cuatro años —con todasu gama de crueldad, romanticismo, leyenda, valentía y ese algoindefinido que linda entre lo increíblemente delictivo y la apasionadajusticia por propia mano (un jefe de Orden Social de la policía cometerá lagaffe de llamarlo moderno Robin Hood)— queremos referirnos al caráctery la psicología de este hombre, previamente a que comience supersecución implacable. Porque durante sus últimos tres años de vidavivirá acorralado, y un hombre acorralado por la sociedad ha dereaccionar en forma muy distinta que cuando goza de una vida legal.Alberto S. Bianchi —periodista de “La Antorcha” y clásicoorador anarquista de las décadas del 20 y del 30, quien conocióprecisamente a Di Giovanni en ese periodo anterior— nos lo ha descritográficamente de esta manera: “Di Giovanni era como un vino espumanteitaliano en el momento en que se descorcha: desbordante, entusiasta, activísimo.De atractiva presencia, su pasión era, terminada su jornada de labor, continuarcon el plomo y la tinta para expresar sus ideas, ya sea en sus volantes o en suspublicaciones propias, en las que se gastaba su propio dinero. Lo recuerdoalimentándose con algún sandwichito mientras acomodaba letras, en largasnoches de febril trabajo”.Donato Antonio Rizzo, administrador en aquel entonces de “La

Faccia a faccia col nemico<strong>Severino</strong>, mientras tanto, apren<strong>de</strong> en sus horas libres el oficio <strong>de</strong>tipógrafo. Y lee, lee mucho: Proudhon, Bakunin, Reclus, Kropotkin,Ma<strong>la</strong>testa, Nietzche, Stirner.De <strong>la</strong> violencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> guerra mundial vivida en su adolescencia—una guerra triste y miserable en <strong>la</strong> que los italianos son metidos <strong>de</strong>rondón— pasa al periodo más violento aún <strong>de</strong> <strong>la</strong> posguerra, que culminacon el advenimiento <strong>de</strong>l fascismo. Es el momento en que se terminan <strong>la</strong>sgarantías individuales. Todo lo que es oposición es barrido por lossquadristas. Al antifascista se lo humil<strong>la</strong> hasta el hartazgo: <strong>la</strong> cárcel, elexilio, <strong>la</strong> pérdida <strong>de</strong> su subsistencia, <strong>la</strong> bastonatura, el olio di ricino, cuandono el asesinato. Galeazzo Ciano, el arrogante favorito <strong>de</strong> Mussolini,<strong>de</strong>scribirá bien el ambiente <strong>de</strong> esos años con su famosa frase: “Il popolobisogna tenerlo inquadrato e in uniforme <strong>de</strong>l<strong>la</strong> mattina a <strong>la</strong> sera. E ci vuole5bastone, bastone e bastone”. <strong>Severino</strong> <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>, ahora sin empleo,abandona Italia. Esto ocurre en 1922. Ya se ha casado con TeresaMasciulli, una sencil<strong>la</strong> muchacha a quien siempre <strong>Severino</strong> l<strong>la</strong>maráTeresina. La boda ha sido algo repentina. <strong>El</strong><strong>la</strong>, prima <strong>de</strong> él, era <strong>la</strong>encargada <strong>de</strong> llevarle <strong>la</strong> comida. Una noche, <strong>la</strong> muchacha no pudoregresar por una fuerte tormenta y tuvo que quedarse con él. Suficientepara que, <strong>de</strong> acuerdo con <strong>la</strong>s leyes no escritas <strong>de</strong> <strong>la</strong> región, <strong>de</strong>bierancasarse para que Teresina no quedara <strong>de</strong>shonrada. <strong>El</strong><strong>la</strong> era mayor cuatroaños que <strong>Severino</strong>. Los <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong> eran tres hermanos varones y dosmujeres. <strong>Severino</strong> viajará a América <strong>de</strong>l Sur, Alejandro a Francia y José y<strong>la</strong>s dos mujeres quedarán en Vil<strong>la</strong>magna.<strong>Severino</strong> y Teresina reca<strong>la</strong>rán en San Pablo, Brasil, y allí, en SantaAna, él trabajará en <strong>la</strong> cosecha <strong>de</strong> maíz. En ese lugar nacerá <strong>la</strong> primerahija, Laura. De Brasil regresarán a Italia don<strong>de</strong> empren<strong>de</strong>rán el <strong>de</strong>finitivoviaje a <strong>la</strong> Argentina.En mayo <strong>de</strong> 1923, <strong>Di</strong> <strong>Giovanni</strong>, su mujer y su hija Laura llegan abordo <strong>de</strong>l vapor Sofía al puerto <strong>de</strong> Buenos Aires. Fueron a vivir aItuzaingó. Allí, en media hectárea y con un motor a nafta para el agua,<strong>Severino</strong> cultivaba flores que vendía en el mercado <strong>de</strong> abasto al pormayor y también al menu<strong>de</strong>o, por rama.<strong>Severino</strong> conseguirá luego un puesto <strong>de</strong> tipógrafo y comenzará atrabajar en el taller <strong>de</strong> Polli, en Morón. A partir <strong>de</strong> ese momento <strong>Di</strong><strong>Giovanni</strong> hará <strong>la</strong> vida común <strong>de</strong> los obreros politizados <strong>de</strong> aquellostiempos. Llegó a ser un buen obrero gráfico especializado: por lo generaltrabajó <strong>de</strong> tipógrafo pero también fue linotipista, <strong>de</strong> noche participaba enreuniones anarquistas o con grupos antifascistas.

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