¿Termina la Adolescencia?… - Asociación Psicoanalítica de ...
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MARCOS KOREMBLITMoguil<strong>la</strong>nsky (quien intenta discriminar este concepto <strong>de</strong>l <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificaciónadhesiva <strong>de</strong> Bick y Meltzer), o pre-psicosis para otros, quedan cuenta con esta <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> <strong>la</strong> precariedad <strong>de</strong> un aparatoque no termina <strong>de</strong> constituirse.Estos jóvenes, si bien parecen adolescentes que pue<strong>de</strong>n participar<strong>de</strong> <strong>la</strong> vida grupal con sus emblemas y uniformes, en realidad no hacenverda<strong>de</strong>ra experiencia dado que, mantienen un resto disociado einaccesible. 6Igualmente estas categorías no son absolutas ya que nos encontraremoscon jóvenes que atraviesan estos vaivenes i<strong>de</strong>ntificatorios conmomentos a predominio <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación proyectiva, enquienes como antes mencioné, apo<strong>de</strong>rarse miméticamente <strong>de</strong> aspectos<strong>de</strong>l objeto, resulta <strong>de</strong> un esfuerzo por afianzarse en un mundo alque todavía no sienten como propio, y en otros momentos pue<strong>de</strong>nmás auténtica e introyectivamente i<strong>de</strong>ntificarse con él. 7CONCLUSIONESLa adolescencia tendrá su final o no, en función <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo conceptual<strong>de</strong>l que partamos. Es p<strong>la</strong>usible pensar un final <strong>de</strong> <strong>la</strong> adolescenciapara quienes <strong>la</strong> conciben como “etapa vital” (Quiroga), como “conflicto”o “crisis” (Blos); por el contrario carecería <strong>de</strong> sentido hacerlo si se<strong>la</strong> concibe en términos <strong>de</strong> “estado mental” (Meltzer).Para aquellos autores que equiparan adolescencia y neurosis, víaretorno <strong>de</strong> lo reprimido, una adolescencia no termina o se prolongaen el tiempo, en función <strong>de</strong> los aspectos neuróticos que no pudieronresolverse en su momento, y está asociado a un cierto mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>concepción <strong>de</strong> <strong>la</strong> cura. 86Con los términos “aventura” y “hacer experiencia” aludo a una doble acepción: aventura “<strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> <strong>la</strong> experiencia analítica” pues se percibe un clima <strong>de</strong> riesgo y enriquecimiento exploratoriointra-sesión, pero también a <strong>la</strong> aventura y experiencia “extra-analítica” que ocupan tantas horasen los re<strong>la</strong>tos <strong>de</strong> los análisis con adolescentes. Por suerte cada vez más los analistas hemos idoaprendiendo a incluir esta segunda acepción, mientras que años atrás algunas experiencias setendían a conceptualizar excesivamente en el terreno <strong>de</strong> <strong>la</strong>s actuaciones.7Esta es una i<strong>de</strong>a que sigo manteniendo <strong>de</strong> <strong>la</strong> vieja tradición meltzeriana quien hizo un esfuerzoconceptual importante por discriminar el siempre conflictivo tema <strong>de</strong> <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>ntificaciones; asícaracterizó los distintos tipos <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación operantes en introyectivas y proyectivas; éstas sonsiempre osci<strong>la</strong>ntes y no está en el espíritu <strong>de</strong> Meltzer, al menos a mi enten<strong>de</strong>r, <strong>la</strong> intencionalidad<strong>de</strong> valorar<strong>la</strong>s en términos <strong>de</strong> “buenas” o “ma<strong>la</strong>s” i<strong>de</strong>ntificaciones.8Esta manera <strong>de</strong> concebir <strong>la</strong> adolescencia nos obliga a pensar si existe una psicopatología292Psicoanálisis - Vol. XXIX - Nº 2 - 2007 - pp. 277-296