¿Termina la Adolescencia?… - Asociación Psicoanalítica de ...
¿Termina la Adolescencia?… - Asociación Psicoanalítica de ...
¿Termina la Adolescencia?… - Asociación Psicoanalítica de ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
MARCOS KOREMBLITversión sumamente exigente y <strong>de</strong>scalificatoria, le propuso ayudarloa comprarse un <strong>de</strong>partamento para irse a vivir solo. El impactoemocional fue enorme ya que Javier no había imaginado jamás esaposibilidad. Surgieron fantasías <strong>de</strong> sentirse “echado” <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> suspadres como confirmatorio <strong>de</strong> <strong>la</strong>s características exigentes <strong>de</strong> supadre. Le era inconcebible pensar en su auto-manutención, cosa que<strong>de</strong> hecho estaba ocurriendo en <strong>la</strong> realidad.No imaginaba vivir en un <strong>de</strong>partamento que no fuera como el <strong>de</strong>sus padres, y <strong>la</strong> mudanza a un <strong>de</strong>partamento más chico y en un barrio<strong>de</strong> menor categoría lo vivía como un <strong>de</strong>scenso social ca<strong>la</strong>mitoso <strong>de</strong>lque su padre lo hacía víctima.El padre, <strong>de</strong> posible facilitador <strong>de</strong> <strong>la</strong> autonomía, pasaba a servivido por Javier como un personaje sádico que lo exponía a unasoledad intolerable.Con un tono me<strong>la</strong>ncólico, se quejaba <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>masiado b<strong>la</strong>ndopara afrontar lo que sentía como el rigor <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida. Sus padres le<strong>de</strong>cían que él era gran<strong>de</strong> y él no se sentía preparado: su visión <strong>de</strong>lmundo <strong>la</strong> construía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un Super-Yo infantil tirano y sádico conaspiraciones siempre imposibles <strong>de</strong> lograr.En <strong>la</strong>s mujeres buscaba alguien que le <strong>de</strong>volviera una imagengrandiosa <strong>de</strong> sí mismo, y <strong>la</strong>s <strong>de</strong>jaba ni bien esto se le ponía encuestión. Utilizaba <strong>la</strong>s mujeres y <strong>la</strong>s drogas para mantener unaposición maníaca i<strong>de</strong>alizada.Le era más fácil un encuentro lábil y casual que <strong>la</strong> dolorosaexperiencia <strong>de</strong>l contacto emocional.Yo era escuchado como parte <strong>de</strong> su reproche me<strong>la</strong>ncólico, lo queobligaba a realizar un trabajo adicional ac<strong>la</strong>ratorio frente a cadainterpretación.Su nivel <strong>de</strong> certezas infranqueable, al igual que <strong>la</strong>s drogas, lollevaban a refugios <strong>de</strong> inaccesibilidad narcisista.Igualmente seguía preocupado por sus dificulta<strong>de</strong>s en proseguircon su tesis. Por esa época se sentía <strong>de</strong>primido y frustrado por nopo<strong>de</strong>r enfrentar estas dificulta<strong>de</strong>s; quería po<strong>de</strong>r “resetear su discorígido, borrar lo anterior y volver a editarlo”, mo<strong>de</strong>lo que nos sirviópor algún tiempo para pensar sobre <strong>la</strong> “rigi<strong>de</strong>z” <strong>de</strong> su disco queparecía torturarlo.Lentamente iban apareciendo momentos <strong>de</strong> mayor contacto yotros en los que necesitaba volver a refugiarse en su habitual técnica<strong>de</strong> distancia y encierro. Esto comenzó a po<strong>de</strong>r revertirse a través <strong>de</strong>un trabajo <strong>de</strong> análisis <strong>la</strong>rgo y sostenido.288Psicoanálisis - Vol. XXIX - Nº 2 - 2007 - pp. 277-296