Cuaderno BDSM 8 - Cuadernos BDSM

CUADERNOS DE BDSM - nº88- No utilizar siempre el mismo fetiche sexual, ni limitarse a un tipo exclusivo deobjeto, aunque guste menos.9- Siempre alternar castigos con recompensas y nunca dejar al margen la ternura.10- No dejarse llevar por lo que los demás consideren que debe ser un sumiso o unamo, ya que cada cual tiene su nivel y no es más ni menos novato el que usatécnicas más sofisticadas de dolor o humillación.En general, podemos decir que una persona sana psicológicamente, que tenga un pocode cabeza y las ideas claras, no se verá arrastrada hacia un proceso patológico. Por estarazón, no es una práctica aconsejable para iniciarse en la sexualidad, sino que espreferible llegar a ella a través de un aprendizaje de uno mismo y de su cuerpo. Quizásea esta la razón por la cual, la edad media de los miembros de la comunidad BDSM,supere la treintena, aunque cada vez se inicia gente más joven, que ha explorado susfantasías a través de Internet.Una cosa es que nos guste más una relación BDSM, o que nos excite de manera másfuerte, y otra no ser capaz de mantener relaciones “vainilla”. Son cosas distintas, quenos guste más el BDSM, no es un problema, ni puede confundirse con una adicción porsí misma.4- Maltrato y BDSM.Dejo para el final la cuestión más polémica y espinosa, la cara oscura que muchos seniegan a ver, diciendo que el maltrato es ajeno al BDSM. Tal vez sea ajeno a sufilosofía, pero no a su práctica cotidiana, por desgracia.Para mí, la diferencia entre BDSM y maltrato es la misma que hay entre dos niñosjugando a indios y vaqueros con pistolas de juguete y un conflicto bélico.Una personalidad narcisista, es decir, alguien con un complejo de superioridad, pagadade sí misma, prepotente, manipuladora y sin empatía, es decir, con un perfil demaltratadora, fácilmente se considerará a sí misma dominante y por supuesto, darálecciones a los demás sobre como tratar a los sumisos. Esta gente puede hacer un dañoirreparable a quien caiga con ellos. Son frías, egoístas y manipuladoras. Y no pensemosque solo hay hombres, ni mucho menos.Por el contrario, una persona dependiente, con una baja autoestima, que haya vividoexperiencias anteriores de maltrato, o de falta de cariño, particularmente si fueron en lainfancia, que probablemente ha conocido otras parejas maltratadoras, fácilmente verá enel BDSM una respuesta, una salida, “yo no soy una víctima, soy una sumisa”. O sumiso,que los hay. Esta persona habrá aprendido a vivir el cariño a través de la humillación, demanera que la asociación ya está fuertemente establecida y de esta manera, se hacedependiente y justifica a su agresor. Y no son solo mujeres, que va.Y lo peor es que ambos tipos de personalidad se atraen como imanes. Existen muchasparejas de este tipo en todos los ámbitos, pero en el BDSM encuentran una justificacióna sus actos y un marco de aplauso social y permisividad. Para mí, como profesional, esPag. 66