Cuaderno BDSM 8 - Cuadernos BDSM

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12.07.2015 Views

CUADERNOS DE BDSM - nº83-Estado de la cuestión.Es muy poco lo que a nivel científico sabemos sobre las prácticas de BDSM. Hastaahora, que yo sepa, existen algunos estudios que relacionan sadismo y masoquismo contrastornos de la personalidad o con traumas infantiles, pero se refieren exclusivamente aparafilias, es decir, cuando el BDSM, se ha convertido en un problema grave. Sinembargo, la comunidad BDSM, como tal es aún un campo prácticamente virgen deestudio para la Psicología y esto es así probablemente por dos razones:a) -El estudio de la sexualidad humana es demasiado reciente, queda mucho porsaber y por aprender, ya que la Psicología, tradicionalmente, se ha ocupado máspor los procesos morbosos y enfermizos que por las prácticas saludables.b) -La dificultad enorme de llevar a cabo una muestra estadística significativa. Elanonimato, las reservas, hacen muy difícil un estudio de este tipo. Internet puedeser una herramienta de trabajo inestimable en este sentido, pero por desgracia,aún no se ha generalizado la práctica de llevar a cabo estudios serios por estemedio, que requiere un grado de confidencialidad y de seguridad informáticacostoso.Hoy en día sabemos más de desviaciones sexuales, que de prácticas consensuadas,aunque esto resulte paradójico.La mayoría de los practicantes del BDSM, son personas perfectamente sanas ysociabilizadas que simplemente se dedican al BDSM, como juego, o como filosofía devida. Por tanto, son personas normales y sus actividades no pueden considerarseenfermizas en ningún caso.II. QUE RAZONES TENEMOS PARA PRACTICAR BDSM.1-No somos tan rarosMuchísimas parejas consideradas “vainilla”, introducen en sus juegos prácticas BDSM,sin saberlo, tales como: arañarse, morderse, insultarse, darse algún cachete etc. Esprácticamente común a una gran mayoría de población excitarse escuchando o diciendoobscenidades que contienen un punto de humillación: llamar “puta”, “degenerado” ysimilar es moneda corriente. Un gran porcentaje tiene fantasías de dominación -sumisión, y ya es un clásico el de la mujer que imagina y fantasea con ser violada, locual, por supuesto, no tiene nada que ver con el deseo real de que tal cosa ocurra, nisignifica que, de producirse este desgraciado encuentro, la persona no sufriría gravesconsecuencias psicológicas. Es simplemente una fantasía de dominación/sumisión.Pag. 46

CUADERNOS DE BDSM - nº8Es tradicional asociar el BDSM, a un nivel cultural y social alto, gente rica que seaburre, básicamente. En la actualidad, la difusión de Internet, ha roto esas barrerassociales, y los “vicios”, exclusivos y privados, ya no existen. No son prácticas baratas,pero la extensión a círculos más amplios, hace posible celebrar fiestas y vender ropa aun precio más o menos asequible a un público más numeroso, con lo cual, podemosafirmar, que el atrezzo, (tan necesario en el BDSM) se ha popularizado. Cabríapreguntarse si el BDSM es posible que exista en sociedades no occidentales o en épocaspasadas. Creo que como tal, con nuestra filosofía y sobre todo, con nuestra estética,seguramente no, pero con otros nombres y otras ropas, podemos encontrar su rastro enlos lugares más insospechados. Por ejemplo, vemos aparecer escenas de temáca BDSMen el Satiricon de Petronio (cap XX), en el Kamasutra (descripción de mordiscos yarañazos eróticos) y no olvidemos los tratados sobre shibari del Japón medieval.No cabe duda, de que el número de practicantes del BDSM está creciendo con rapidez.Gracias a Internet, una persona con inquietudes o fantasías de ese tipo, rápidamenteencuentra información y personas con gustos similares. El efecto secundario que seproduce es que se ponga de moda y muchas parejas lo prueben de manera esporádica omás o menos continuada.A la inmensa mayoría de las personas que disfrutan del dolor, solo les gusta encontextos muy determinados, por ejemplo en el transcurso de una sesión. No escualquier dolor, ni provocado de cualquier manera. No conozco a nadie que disfrutecuando se le cae el martillo en el dedo gordo del pie, ni siquiera a los masoquistas másimpenitentes.La activación del organismo es lo que llamamos arousal (Anderson 1990), que va desdeun nivel mínimo en el sueño, a un máximo en situaciones de peligro, que el cerebrointerpreta como “lucha o huye”, y que compartimos con todos los vertebrados. Noexisten tipos arousales distintos según el tipo de estímulo. Es decir, no hay unmecanismo de activación que sea distinto para el sexo, para el estrés, para el dolor….Por esta razón, podemos medir una conexión, conocida desde antiguo, entre erotismo yagresividad. En los circos romanos, a la salida de los juegos era cuando mejor negociohacían prostitutas y prostitutos, ya que el público salía “encendido”, por haberpresenciado un espectáculo violento. Es más, la palabra “fornicar”, viene de latín“fornice” que significa curva de un arco, lugar donde se ponían las prostitutas a la salidadel anfiteatro romano, tal y como nos refieren los graffiti encontrados en Pompeya yHerculano. Nosotros mismos, nos sentimos más “activados”, cuando vemos, porejemplo, una película de acción. Visto desde esa perspectiva, no tiene nada de extrañomezclar la violencia (física o verbal) con el placer. Se me dirá, con razón, que unapráctica consensuada en una sesión no es ni violenta, ni agresiva. A nivel intelectual, sinduda es cierto, pero esto no es lo que el cerebro primitivo en el hipotálamo percibe.Como consecuencia, podemos asegurar que el juego D/S, será aún más excitante si elsometido se resiste un poco al castigo, ya que esto estimulará aún más a ambas partes,por aumento del arousal.Pag. 47

CUADERNOS DE <strong>BDSM</strong> - nº8Es tradicional asociar el <strong>BDSM</strong>, a un nivel cultural y social alto, gente rica que seaburre, básicamente. En la actualidad, la difusión de Internet, ha roto esas barrerassociales, y los “vicios”, exclusivos y privados, ya no existen. No son prácticas baratas,pero la extensión a círculos más amplios, hace posible celebrar fiestas y vender ropa aun precio más o menos asequible a un público más numeroso, con lo cual, podemosafirmar, que el atrezzo, (tan necesario en el <strong>BDSM</strong>) se ha popularizado. Cabríapreguntarse si el <strong>BDSM</strong> es posible que exista en sociedades no occidentales o en épocaspasadas. Creo que como tal, con nuestra filosofía y sobre todo, con nuestra estética,seguramente no, pero con otros nombres y otras ropas, podemos encontrar su rastro enlos lugares más insospechados. Por ejemplo, vemos aparecer escenas de temáca <strong>BDSM</strong>en el Satiricon de Petronio (cap XX), en el Kamasutra (descripción de mordiscos yarañazos eróticos) y no olvidemos los tratados sobre shibari del Japón medieval.No cabe duda, de que el número de practicantes del <strong>BDSM</strong> está creciendo con rapidez.Gracias a Internet, una persona con inquietudes o fantasías de ese tipo, rápidamenteencuentra información y personas con gustos similares. El efecto secundario que seproduce es que se ponga de moda y muchas parejas lo prueben de manera esporádica omás o menos continuada.A la inmensa mayoría de las personas que disfrutan del dolor, solo les gusta encontextos muy determinados, por ejemplo en el transcurso de una sesión. No escualquier dolor, ni provocado de cualquier manera. No conozco a nadie que disfrutecuando se le cae el martillo en el dedo gordo del pie, ni siquiera a los masoquistas másimpenitentes.La activación del organismo es lo que llamamos arousal (Anderson 1990), que va desdeun nivel mínimo en el sueño, a un máximo en situaciones de peligro, que el cerebrointerpreta como “lucha o huye”, y que compartimos con todos los vertebrados. Noexisten tipos arousales distintos según el tipo de estímulo. Es decir, no hay unmecanismo de activación que sea distinto para el sexo, para el estrés, para el dolor….Por esta razón, podemos medir una conexión, conocida desde antiguo, entre erotismo yagresividad. En los circos romanos, a la salida de los juegos era cuando mejor negociohacían prostitutas y prostitutos, ya que el público salía “encendido”, por haberpresenciado un espectáculo violento. Es más, la palabra “fornicar”, viene de latín“fornice” que significa curva de un arco, lugar donde se ponían las prostitutas a la salidadel anfiteatro romano, tal y como nos refieren los graffiti encontrados en Pompeya yHerculano. Nosotros mismos, nos sentimos más “activados”, cuando vemos, porejemplo, una película de acción. Visto desde esa perspectiva, no tiene nada de extrañomezclar la violencia (física o verbal) con el placer. Se me dirá, con razón, que unapráctica consensuada en una sesión no es ni violenta, ni agresiva. A nivel intelectual, sinduda es cierto, pero esto no es lo que el cerebro primitivo en el hipotálamo percibe.Como consecuencia, podemos asegurar que el juego D/S, será aún más excitante si elsometido se resiste un poco al castigo, ya que esto estimulará aún más a ambas partes,por aumento del arousal.Pag. 47

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