BOLETÌN DE ESTÈTICA 10 – JUNIO 2009 – ISSN 1668-7132VÁZQUEZ – DESPUÉS DEL FIN DEL ARTE: COPIAsimismo quisiera <strong>de</strong>stacar, que aunque los estudios realizados sobrela vida y obra <strong>de</strong>l autor insisten sistemáticamente en resaltar el carácterinclasificable <strong>de</strong> su obra artística (Aira, 1991; Amícola, 2000; Rosenzvaig,2003; Link, 2003), por otro lado han tendido a la clasificacióno categorización <strong>de</strong> su obra a un lado u otro <strong>de</strong> su producción.De allí que los conceptos se han fijado <strong>de</strong> manera pendular: o se haresaltado el “carácter híbrido” <strong>de</strong> su expresión o se ha pon<strong>de</strong>radocierta zona <strong>de</strong> su producción sobre las otras: “teatro dibujado”, “teatrocómic” y “novela cómic” (Rosenzvaig, 2003); “escritor insólito”(Jitrik, 2003); “Copi no sabe dibujar” (Aira, 1991).Me interesa discutir algunas <strong>de</strong> estas afirmaciones e inscribir la obragráfica <strong>de</strong>l autor en la corriente <strong>de</strong> autores (Landrú, Oski, Quino, Kalondi,Catú y Brascó) que entre la segunda mitad <strong>de</strong> la década cincuentay la primera mitad <strong>de</strong> los sesenta, renuevan estilística y temáticamenteel campo <strong>de</strong>l humor gráfico en la Argentina. Estosantece<strong>de</strong>ntes que también construyen un nuevo público a partir <strong>de</strong>nuevas pautas y convenciones humorísticas, ya han sido trabajadosrigurosamente y con profundidad analítica por: Masotta, (1966; 1969;1970), Rivera (1971; 1972; 1976; 1981), Steimberg (1971; 1972; 1977),Romano (1972; 1985) y Sasturain (1995).Partiendo <strong>de</strong> la aproximación <strong>de</strong> César Aira (1991), si bien la obra <strong>de</strong>Copi no es ni exclusivamente teatral, ni literaria, ni historietística, sinoque transita por un continuum permanente, me interesa consi<strong>de</strong>raralgunos aspectos <strong>de</strong> su i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong>l dibujo con el teatro y supermanencia “en el pasaje” entre ambos. Su impronta artística estáprecisamente ahí, en ese durante; que se queda entre el dibujo y eltexto. Pero no es el dibujo subsidiario <strong>de</strong> su literatura, por el contrario,es el trazo <strong>de</strong> sus primeras incursiones gráficas, la rúbrica permanente<strong>de</strong> su obra. Son sus dibujos los que encierran la sensibilidad(¿monstruosa?) <strong>de</strong> su producción.Y es que antes que nada, Copi es un dibujante. A partir <strong>de</strong> allí, <strong>de</strong>spliegaun universo transpositivo que no respeta frontera alguna entregéneros ni límite entre lenguajes o espacios <strong>de</strong> inserción. En síntesis,en lugar <strong>de</strong> fragmentar su biografía en compartimentos estancos entanto “novelista”, “dramaturgo” o “dibujante” mi principal interés esenten<strong>de</strong>r la serie como una dialéctica <strong>de</strong> producción artística. Porúltimo, cabe resaltar que la obra gráfica <strong>de</strong>l autor es fundamental nosólo para profundizar los estudios sobre el campo <strong>de</strong> la historieta y elhumor gráfico sino también, para pensar problemas más amplios.Dicho en otros términos: su producción resulta peculiar no sólo porquehabilita el análisis <strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> alegorización particular, sinoporque en ese mismo movimiento se trascien<strong>de</strong> a sí misma.COPI: LA TEATRALIDAD DE LA HISTORIETARaulito: Pero ¿me querés <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> qué voy a trabajar?Ya me echaron <strong>de</strong> mucama tantas veces por la barba;ser puto es una carga, vos lo sabés como yo.Cachafaz: Mirá... Te ponés el zorro te apoyás en un faroy ¡no me volvés a entrar sin un kilo <strong>de</strong> morcilla!Copi, El CachafazCasi no hace falta <strong>de</strong>cir que el humor <strong>de</strong> Copi es irreverente y extravagante,pero sí es útil consi<strong>de</strong>rar por qué sus historietas constituyen unaobra <strong>de</strong> vanguardia. Partamos <strong>de</strong> una referencia: Copi fue un exiliadohasta 1984. Raúl Damon<strong>de</strong> Taborda nació en Buenos Aires en 1939 ymurió en París el 14 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1987. En 1962 se instaló <strong>de</strong>finitivamenteen esa ciudad; volvería a Buenos Aires en dos oportunida<strong>de</strong>s,en 1968 y poco antes <strong>de</strong> morir, víctima <strong>de</strong>l Sida. Transcribo esta extensacita, ya que da cuenta <strong>de</strong> la posición <strong>de</strong>l autor frente a la política y elexilio. Sobre su condición <strong>de</strong> “exiliado” <strong>de</strong>staca el artista:4445
BOLETÌN DE ESTÈTICA 10 – JUNIO 2009 – ISSN 1668-7132VÁZQUEZ – DESPUÉS DEL FIN DEL ARTE: COPILos viajes me han enseñado que unas pocas ropas bien elegidasbastan para dar seguridad y buen crédito al exiliado. ¿Exiliado?La palabra ha salido sola <strong>de</strong> mi bolígrafo, seguida porun signo <strong>de</strong> interrogación. Si alguna vez <strong>de</strong>biera <strong>de</strong>cir lo quesea sobre el exilio, me cuidaría muy bien <strong>de</strong> escribir en primerapersona. Y es verdad que he tenido miedo <strong>de</strong> poner los piesen la Argentina <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 1969, eso ya no me suce<strong>de</strong> más. Ladistancia y la ironía con las que pienso en el Río <strong>de</strong> la Plata –que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo es mi lugar natal– son sentimientos recientes.Fue durante los años <strong>de</strong> prohibición que escribía misgran<strong>de</strong>s dramas. Mi escritura fue entonces más argentina quenunca. La persecusión <strong>de</strong> mis hermanos, la muerte violenta <strong>de</strong>algunas personas próximas a mi familia, me hicieron imaginarel Río <strong>de</strong> La Plata como un Purgatorio <strong>de</strong>l que había escapadosintiéndome culpable. No tenía ni un rasguño, aparte <strong>de</strong> los<strong>de</strong>l alma. Me pregunto qué habría sido <strong>de</strong> mi vida en BuenosAires si el azar no hubiera hecho que, a la edad <strong>de</strong> veintidósaños, mientras pasaba mis vacaciones en París, mi padre nohubiera pedido asilo en la embajada uruguaya, perseguido porya no recuerdo cuál régimen. 2Su padre, Raúl Damonte Taborda, tuvo una prominente y controvertidaactuación política; también era pintor y periodista. Fue un políticoradical, diputado nacional en 1938 y una <strong>de</strong> las figuras <strong>de</strong>l frentepolítico-intelectual <strong>de</strong>l antifascismo argentino (Tarcus, 2001). Sumadre era la hija menor <strong>de</strong> Natalio Botana (fundador y propietario<strong>de</strong>l diario Crítica); la esposa <strong>de</strong> éste, Salvadora Onrubias, anarquistafeminista, fue dramaturga y tuvo influencia sobre su nieto (en varias<strong>de</strong> sus historias Copi la retrata como “una anciana erotómana”). 3 Los2Del prólogo <strong>de</strong> una novela que iba a llamarse El Río <strong>de</strong> La Plata y que Copi no pudoterminar. Traducción <strong>de</strong> Tomás Eloy Martínez, citado en Tcherkarki (1998, p. 135).3De la historia <strong>de</strong> los Botana en la historia reciente argentina, hay un relato “excéntrico”y al mismo tiempo sumamente atractivo en las memorias <strong>de</strong>l tío <strong>de</strong> Copi,Helvio Botana (1985).3La reproducción completa <strong>de</strong> la carta pue<strong>de</strong> verse en: César Bruto, Landrú, Copi yotros, Humorismo y costumbrismo (1950-1970), Nro. 116, Buenos Aires, Centro Edi-Damonte se exiliaron en el Uruguay tras el ascenso <strong>de</strong> Perón, con elque Raúl Damonte rompió su vínculo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber pertenecido asu círculo más próximo.Ahora bien, se sabe que en los primeros años <strong>de</strong> década <strong>de</strong>l sesenta,las publicaciones humorísticas atravesaban por un momento <strong>de</strong> relativa<strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia en las ventas pero excepcionalmente esplendorosa enestilos, diversificación y noveda<strong>de</strong>s. Atrás había quedado la <strong>de</strong>nominada“edad <strong>de</strong> oro” <strong>de</strong>l campo y el auge en las ventas <strong>de</strong> revistas popularescomo Rico Tipo o Patoruzito. Por entonces, la clase mediaintelectual argentina (conformada como “nuevo público”) re<strong>de</strong>scubrela potencialidad <strong>de</strong>l género. Siguiendo a Jorge Rivera:Los complejos altibajos <strong>de</strong> los 60 marcarán como una zona<strong>de</strong> fractura y replanteo a este panorama, <strong>de</strong>terminando enla década siguiente una nueva relación entre texto e imagen,más <strong>de</strong>spegada y creativa que en la etapa anterior.Irrumpe, en este nuevo escenario, un público inédito, quetraslada o exige sus propias convenciones culturales y estéticas,pero también, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, una nueva promoción <strong>de</strong>dibujantes y guionistas que hacen lo propio, <strong>de</strong>terminandola emergencia <strong>de</strong> pautas, productos y reglas <strong>de</strong> juego no advertidashasta aquí. (Rivera, 1992, p. 58)En este contexto, revistas como Panorama, Confirmado o Primera Planaincorporaron regularmente en sus páginas tiras <strong>de</strong> los jóvenes dibujantes(las “nuevas promesas”) <strong>de</strong>l mercado editorial: Oski, Caloi, Quino, Copi yKalondi, entre otros. De manera paradigmática surge Tía Vicenta (1957-1966) una revista precursora en imponer un nuevo estilo humorístico yque reúne a la nueva generación <strong>de</strong> profesionales. Justamente, Copi <strong>de</strong>s<strong>de</strong>muy joven colaboró en la publicación intensivamente.tor <strong>de</strong> América Latina, 1981.4647