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PARTE II: El hambre y el aprendizaje - BVSDE

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2. Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong> en <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>Recuadro 2.1 — Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong> en <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> más en detalleEn este capítulo se examinan las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong> en <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>. Para entender bienla r<strong>el</strong>ación, es importante examinar las repercusiones desglosadas por etapas de la vida. Lasetapas de la vida básicas consideradas en este cuadro son: la primera infancia (de 0 a cincoaños); la edad escolar (de 6 a 17 años); y la edad adulta (de 18 años en ad<strong>el</strong>ante). Como seexplica en <strong>el</strong> texto principal y se muestra en <strong>el</strong> diagrama que figura a continuación, <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> encada una de las etapas puede dar lugar ya sea a una menor capacidad para aprender en <strong>el</strong>futuro, o a menos oportunidades de aprender en ese momento.PrimerainfanciaEdad escolarAumento d<strong>el</strong><strong>hambre</strong>Aumento d<strong>el</strong><strong>hambre</strong>Disminución d<strong>el</strong><strong>aprendizaje</strong>Disminución d<strong>el</strong><strong>aprendizaje</strong>Capacidad menoren <strong>el</strong> futuroMenoresoportunidadesEdad adultaAumento d<strong>el</strong><strong>hambre</strong>Disminución d<strong>el</strong><strong>aprendizaje</strong>Para que la representación sea completa es preciso examinar las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong> en losdiferentes componentes d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>. Éste se produce cuando hay disponibilidad, acceso yutilización de las oportunidades de <strong>aprendizaje</strong>. Es decir, que para que haya <strong>aprendizaje</strong>, debenexistir oportunidades de aprender (por ejemplo, tienen que existir escu<strong>el</strong>as con profesores en lazona). La población debe poder acceder a <strong>el</strong>los (por ejemplo, los estudiantes deben poder pagarlos derechos), así como utilizar las oportunidades (por ejemplo, una vez en la escu<strong>el</strong>a, losalumnos han de tener suficiente capacidad de atención y de <strong>aprendizaje</strong> para aprovechar lasclases). <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> afecta a estos aspectos d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en cada una de las etapas de la vida.Primera infancia: <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> en esta etapa de la vida, cuyos signos son bajo peso al nacer,trastornos d<strong>el</strong> crecimiento y carencias nutricionales, pueden dañar la capacidad de <strong>aprendizaje</strong>básica de una persona. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> también puede limitar las oportunidades de los niñospequeños de investigar <strong>el</strong> mundo que les rodea (por ejemplo, para recibir estimulación) y deconcentrarse en esas interacciones (por ejemplo, aprovechar esas oportunidades).Edad escolar: En esta etapa de la vida, la carencia de vitaminas y minerales puede limitar lafutura capacidad de aprender (por ejemplo, afectando a las características básicas d<strong>el</strong> educando y,por consiguiente, a su capacidad para aprovechar en <strong>el</strong> futuro las oportunidades de <strong>aprendizaje</strong>).<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> también reduce las oportunidades de aprender en la escu<strong>el</strong>a, dando lugar a índices dematrícula, asistencia y retención escolar bajos (esto es, acceso limitado) y disminuyendo lacapacidad de atención (es decir, incapacidad para aprovechar plenamente la oportunidad).Edad adulta: <strong>El</strong> <strong>hambre</strong> en la edad adulta no afecta a la capacidad int<strong>el</strong>ectual básica, pero síreduce las oportunidades de aprender aumentando <strong>el</strong> coste de oportunidad de participar en lasactividades pedagógicas (es decir, limitando <strong>el</strong> acceso) y disminuyendo la capacidad de atención(esto es, afectando a la capacidad de aprovechar las distintas oportunidades).40


Figura 2.2 — <strong>El</strong> peso al nacer puede afectar a la capacidadcognitiva en la edad adultaRepercusiones d<strong>el</strong> peso al nacer en la funcióncognitiva en <strong>el</strong> Reino Unido, por edadesinfluyendo en <strong>el</strong> rendimiento escolar eincluso en su ingreso en la universidad(Figura 2.2) 4 , si bien muchas de estasdiferencias desaparecen en la madurez.Función cognitiva en r<strong>el</strong>ación con lapoblación de referencia (valor Z)0,20,10,10,20,30,4Fuente: Richards y otros, 2001.Edad de los gruposComo <strong>el</strong> cerebro se está formando durante <strong>el</strong>embarazo, la malnutrición en la primera infancia aveces causa daños duraderos. Hasta hace poco, lainsuficiencia ponderal al nacer preocupabaprincipalmente por constituir un factor de riesgo deretraso d<strong>el</strong> crecimiento postnatal, lo que (como semuestra en la siguiente sección) puede provocaruna disminución de la capacidad int<strong>el</strong>ectual 3 . Noobstante, cada vez se dispone de más datos queapuntan a que <strong>el</strong> bajo peso d<strong>el</strong> recién nacido es unindicio de daños mentales a más largo plazo.Uno de los ejemplos más ilustrativos es la evidenter<strong>el</strong>ación entre un bajo peso al nacer y <strong>el</strong> futurorendimiento académico. Varios investigadoresexaminaron una serie de datos que reflejaban laevolución int<strong>el</strong>ectual en unas 5.000 personasnacidas en la misma semana de marzo de 1946 enInglaterra, Escocia y Gales. Mediante <strong>el</strong> control dediversos factores socioeconómicos, <strong>el</strong> objetivo d<strong>el</strong>estudio era evaluar las repercusiones d<strong>el</strong> pesoneonatal en la futura capacidad int<strong>el</strong>ectual (Richardsy otros, 2001), examinando los resultados de laspruebas realizadas en <strong>el</strong> grupo a los 8, 11, 15, 26 y43 años. Sorprendentemente, según los autores, losefectos perjudiciales de un bajo peso al nacerpersisten en la adolescencia y hasta la edad adulta,Peso al nacer2,52,53,53,5• Trastornos d<strong>el</strong> crecimientoLos riesgos no terminan con <strong>el</strong> nacimientod<strong>el</strong> niño. Trastornos d<strong>el</strong> crecimiento es <strong>el</strong>término utilizado para describir lasituación en que un niño pequeño noconsigue alcanzar su crecimientopotencial tras <strong>el</strong> nacimiento. Es unaindicación física de que <strong>el</strong> niño no estárecibiendo los nutrientes necesarios y que,probablemente, esté sufriendo algúndaño mental. Gran parte de los problemasque se producen en <strong>el</strong> crecimientodurante la primera infancia se explican por un bajopeso al nacer (Shrimpton, 2001), pero una nutriciónadecuada tras <strong>el</strong> alumbramiento también esimportante. Una inadecuada nutrición altera laestructura y limita <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong> cerebro d<strong>el</strong> niño,especialmente de las partes ligadas al funcionamientocognitivo y al desarrollo de las capacidades motoras.Antes se pensaba que los trastornos d<strong>el</strong> crecimientoempezaban en torno a los tres meses. Másrecientemente, no obstante, un análisis de 39 paísespuso de manifiesto que <strong>el</strong> retraso d<strong>el</strong> crecimiento (unaforma de trastorno d<strong>el</strong> crecimiento) comienzainmediatamente después d<strong>el</strong> parto (véase <strong>el</strong> Intermezzo2). <strong>El</strong> retraso d<strong>el</strong> crecimiento causa daños permanentes,no sólo reduciendo la estatura de las personas que losufren sino causándoles asimismo trastornos en <strong>el</strong>desarrollo mental. En Kenya y México, los niños en edadpreescolar con retraso d<strong>el</strong> crecimiento también estabanretrasados con respecto a los demás niños de su edaddesde <strong>el</strong> punto de vista cognitivo y comportamental.Jugaban, verbalizaban e interactuaban con menorfrecuencia y lloraban o permanecían sin hacer nada mása menudo (Allen y otros, 1992).Cuanto más grave es <strong>el</strong> retraso d<strong>el</strong> crecimiento yantes se produce en la vida d<strong>el</strong> niño, mayores son las41


2. Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong> en <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>incluso entre un 20% o un 30% en <strong>el</strong> caso de lasfamilias más pobres (UNICEF, 2002a). Según losestudios, en Uganda, Bangladesh, Zambia y Nepal,la educación es uno de los principales gastos de lasfamilias (Herz y Sperling, 2004).Además de los gastos directos en derechos escolares,existen gastos indirectos como las contribuciones alas asociaciones de padres y profesores, <strong>el</strong> transporte,la ropa y los acompañantes que v<strong>el</strong>an por laseguridad, en particular de las niñas. Quizá <strong>el</strong>aspecto más importante es que enviar a los niños ala escu<strong>el</strong>a conlleva costos de oportunidad para lasfamilias que sufren <strong>hambre</strong>, ya que los niños podríanrealizar tareas caseras o ganar un salario (UNICEF,2002c). Todos estos costos, sumados, puedenconstituir un factor de disuasión para que estasfamilias matriculen a sus hijos.Si superan estos obstáculos, sigue siendo másprobable que los niños que sufren desnutrición sematriculen en la escu<strong>el</strong>a más tarde que los demásniños de su edad (D<strong>el</strong> Rosso y Marek, 1996). Una d<strong>el</strong>as razones es sencilla pero <strong>el</strong>ocuente: los padres deniños desnutridos no ven a sus hijos losuficientemente mayores para enviarlos a la escu<strong>el</strong>a(Jukes y otros, 2002). De hecho, las personas que noestán familiarizadas con <strong>el</strong> retraso d<strong>el</strong> crecimientosu<strong>el</strong>en quedarse sorprendidísimas cuando se enterande que un niño que aparenta siete años tiene enrealidad 12 6 . En parte como consecuencia de <strong>el</strong>lo,así como de otros factores, un estudio llevado acabo en Ghana puso de manifiesto que un aumentod<strong>el</strong> 10% d<strong>el</strong> retraso d<strong>el</strong> crecimiento daba lugar a unincremento d<strong>el</strong> 3,5% en la edad de la primeramatriculación escolar (Glewwe y Jacoby, 1995).Además, los niños escolarizados que padecen <strong>hambre</strong>tienen más probabilidades de abandonar la escu<strong>el</strong>a.Su<strong>el</strong>en rendir peor debido a los daños sufridos en sucapacidad cognitiva básica y al <strong>hambre</strong> que padecenen esos momentos y que merma su capacidad deatención (véase la siguiente sección). Al estar obligadosa trabajar en casa y no progresar debidamente en laescu<strong>el</strong>a, los niños pueden sentirse desmotivados yfaltar más a las clases. Según un reciente estudio<strong>el</strong>aborado en los Estados Unidos, los niños con riesgosnutricionales asistían menos a la escu<strong>el</strong>a, eran menospuntuales, obtenían peores resultados y presentabanmás problemas de conducta (Kleinman y otros, 2002).Los niños que sufren desnutrición, por tanto, no sóloingresan en la escu<strong>el</strong>a más tarde, sino que cursanmenos años de estudio (Pollitt, 1990; Jukes y otros,2002; Glewwe y Jacoby, 1994).Hu<strong>el</strong>ga decir que, aparte de la desnutrición, existenotros factores que influyen en los índices deescolarización y asistencia a la escu<strong>el</strong>a. Las escu<strong>el</strong>asno funcionan bien sin una infraestructura adecuada(edificios y servicios), material (libros de texto) yrecursos humanos (profesores y directores)(UNESCO, 2004). Asimismo, <strong>el</strong> número de alumnosen <strong>el</strong> aula, los métodos didácticos y otraslimitaciones pueden menoscabar la calidad de laenseñanza y, por tanto, la importancia que leconceden padres e hijos. Estos factores tambiéndeberán tenerse en cuenta en cualquier análisis d<strong>el</strong>os índices de matrícula y asistencia.• Menor capacidad de atenciónIncluso cuando los niños consiguen ir a la escu<strong>el</strong>a, <strong>el</strong><strong>hambre</strong> transitoria puede afectar a su capacidad deatención, dificultándoles <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>. <strong>El</strong> <strong>hambre</strong>transitoria su<strong>el</strong>e darse cuando <strong>el</strong> niño no desayuna ocamina un largo trecho hasta la escu<strong>el</strong>a con <strong>el</strong>estómago r<strong>el</strong>ativamente vacío. Diversos estudios en<strong>el</strong> Perú y los Estados Unidos pusieron de manifiestoque cuando los niños de nueve a once años nohabían comido desde la noche anterior o por lamañana, memorizaban con más lentitud y cometíanmás errores en las pruebas (Pollitt y otros, 1998).Estos síntomas eran especialmente acusados en losniños expuestos a riesgos nutricionales. Asimismo,se ha observado que los niños que no desayunantienen más dificultades para realizar sencillas tareasvisuales y se centran más en información secundariasin importancia para <strong>el</strong> problema que deben resolver(Pollitt, 1990; Simeon y Grantham McGregor, 1989;D<strong>el</strong> Rosso y Marek, 1996).44


2. Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong> en <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>En cambio, los niños que no padecen <strong>hambre</strong>tienen más facilidad para aprender y obtienenmejores resultados en las pruebas de conocimientosconcretos (OMS 1998; Pollitt y otros, 1993). De unestudio realizado en Jamaica se desprendió que losniños tenían más ideas creativas cuando se les dabade desayunar durante dos semanas (Fernald y otros,1997). Según otro estudio llevado a cabo tambiénen Jamaica, los resultados de los niños desnutridosen una prueba de fluidez verbal aumentabanconsiderablemente cuando hacían esa comida(Chandler y otros, 1995).2.3 Edad adultaLa r<strong>el</strong>ación entre <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> y <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en laedad adulta ha sido menos estudiada que en lasetapas anteriores de la vida. En la edad adulta, lacapacidad cognitiva para aprender d<strong>el</strong> individuoestá ya en gran medida formada. La desnutriciónno mermará significativamente su potencial en <strong>el</strong>futuro, aunque sí tendrá amplias repercusionesinmediatas en su capacidad para aprovechar lasoportunidades de <strong>aprendizaje</strong> y aplicar loaprendido.Oportunidades de aprender<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> limita las oportunidades debido a susefectos en las capacidades mentales y en laasistencia a las actividades de formación de adultos.• Disminución de las capacidades mentalesLos adultos pueden adquirir nuevas habilidades, alo largo de toda la vida, en cursos, por ejemplo, dealfabetización o de formación sobre programas demicrocréditos y extensión agraria. Pero <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>puede hacer difícil concentrarse y, por consiguiente,los adultos no pueden aprovechar al máximo lasoportunidades de <strong>aprendizaje</strong>. En 1950 se llevó acabo en Minnesota un estudio, convertido en laactualidad en un clásico sumamente citado, sobr<strong>el</strong>a corr<strong>el</strong>ación entre la disminución de la ingestacalórica y la productividad. En <strong>el</strong> marco de esteestudio se hizo seguir a un grupo de voluntarios,todos <strong>el</strong>los hombres jóvenes, una dieta desemiinanición de 1.550 calorías durante 24semanas, que más tarde se aumentaron a 1.800 enun período de "estabilización". Los participantes en<strong>el</strong> estudio se adaptaron a esta dieta (que aportabatodos los micronutrientes) mediante una reducciónde la producción laboral y un comportamientomás apático.<strong>El</strong> estudio puso de manifiesto que <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> deint<strong>el</strong>igencia y la curva d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> permanecíaninalterados en los adultos desnutridos, pero sucapacidad para aprovechar las oportunidades de<strong>aprendizaje</strong> y aplicar lo aprendido se ve reducida:"En resumen, <strong>el</strong> rendimiento int<strong>el</strong>ectual novaría significativamente con la inanición o larehabilitación. Las quejas sobre laincompetencia int<strong>el</strong>ectual aumentarondurante <strong>el</strong> período de inanición ydisminuyeron durante <strong>el</strong> de rehabilitación.<strong>El</strong> esfuerzo mental espontáneo y los logrosrealizados se redujeron durante <strong>el</strong> períodode inanición, permanecieron en un niv<strong>el</strong>bajo durante la primera fase de larehabilitación (R1 a R12) y sólo se volvió ala 'normalidad' de forma progresiva." (Keysy otros, 1950: 862-63).Estas conclusiones han sido corroboradas por otrosestudios.Las carencias de micronutrientes también puedendificultar <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>. Según lasinvestigaciones, no sólo las personas que sufrenanemia sino también las que tienen carenciasmoderadas de hierro y zinc pueden mostrarsignos de cansancio y letargo. "En los adultos, lascarencias de minerales pueden dar lugar a unadiversidad de alteraciones en la conducta, comoirritabilidad, disminución de la capacidad deatención, fatiga, problemas de memoria y46


depresión. Estos síntomas pueden <strong>el</strong>iminarse conrapidez incorporando la cantidad suficiente deminerales en la dieta" (Kanarek y Marks-Kaufman,1991: 75).• Disminución de la asistenciaEs posible que los adultos puedan participarmenos en cursos de capacitación debido a sucosto. Estos costos su<strong>el</strong>en dividirse en doscategorías: derechos de matrícula y costos deoportunidades. Para participar en algunos de estoscursos para adultos es preciso abonar unacantidad. En los países en desarrollo estosderechos su<strong>el</strong>en ser muy bajos y su aplicacióntiene en general por objeto asegurar la asistenciacontinuada de los participantes (su<strong>el</strong>en aceptars<strong>el</strong>os pagos en efectivo y en especie). Se parte de laidea de que cuando una persona invierte unapequeña cantidad para participar en <strong>el</strong> cursoseguirá asistiendo a él para intentar sacar <strong>el</strong>máximo partido a su inversión.Los costos de oportunidad, sin embargo, son amenudo muy superiores a los costos directos.Corresponden al valor de aqu<strong>el</strong>lo que losparticipantes deben sacrificar para asistir a lasclases. Es posible que éstos tengan que renunciar aun tiempo que podrían dedicar a trabajar,realizando tareas agrícolas o despachando en unatienda, y por consiguiente la asistencia a los cursosde capacitación de adultos puede tener percusionesnegativas inmediatas en sus ingresos. Ante esteproblema, las clases se su<strong>el</strong>en organizar en laactualidad después de la jornada laboral. Pese a<strong>el</strong>lo, las personas que reciben capacitación tendránque sacrificar todavía un tiempo que podríanconsagrar al ocio, a descansar o a la familia.47


desarrollo d<strong>el</strong> feto en <strong>el</strong> útero. Las intervencionesdeberán prestar particular atención al estado ypautas nutricionales de las mujeres embarazadas.Los problemas de talla empiezaninmediatamente después d<strong>el</strong> nacimientoEn lo que se refiere a la talla, los recién nacidos d<strong>el</strong>as tres regiones se situaron en torno al promedio d<strong>el</strong>a población de referencia. De <strong>el</strong>lo se infiere que, alcontrario de lo que ocurre con <strong>el</strong> peso, la talla estáde alguna manera "preprogramada" y no se veafectada especialmente por las condiciones en <strong>el</strong>útero. No obstante, hubo un aspecto que causósorpresa: la "disminución" fue casi inmediata y no seestabilizó en 18 meses. En este período, los niños deAsia perdieron más de dos desviaciones típicas pordebajo de la mediana de la población de referencia.En <strong>el</strong> caso de África, la situación es más grave.La conclusión es que si se espera hasta los tresmeses de edad para hacer frente a los trastornos d<strong>el</strong>crecimiento se estará desatendiendo <strong>el</strong> período máscrítico para la talla y que las intervenciones debenconcentrarse en <strong>el</strong> período que transcurre desde <strong>el</strong>nacimiento hasta los 18 meses de edad.En resumen, de las conclusiones d<strong>el</strong> estudio sedesprende que <strong>el</strong> período más propicio paraintervenir con la máxima eficacia empieza durante lagestación y termina en torno a los dos años de edad.Fuente: Shrimpton y otros, 2001;Banco Mundial, 2005c.Figura 2b — Los problemas de talla empiezan muy prontoTalla para la edad en r<strong>el</strong>ación con la poblaciónde referencia d<strong>el</strong> Centro Nacional de EstadisticasSanitarias de los Estados Unidos (NCHS) (valor Z),,,,,Talla para la edad por regiónEdad (meses)ÁfricaAmérica LatinaNota: <strong>El</strong> valor "Z" es la unidad que representa <strong>el</strong> número de desviaciones típicas con respecto a la mediana.Fuente: Shrimpton y otros, 2001.49


3. Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>En Malí, en las orillas d<strong>el</strong> río Senegal vive unacomunidad tribal. <strong>El</strong> río, que discurre entre <strong>el</strong>oeste de Malí y <strong>el</strong> Océano Atlántico, desborda depeces y proporciona una profusa fuente de aguapara regar los campos. Y, sin embargo, la poblaciónse halla frente a una paradoja: pese a estos recursos,algunos de los habitantes están desnutridos. Unequipo que investigó la situación descubrió que loque más necesitaban los aldeanos no eranalimentos, sino educación para aprovechar de lamejor manera posible sus recursos y garantizar unanutrición adecuada a los adultos y los niños 8 .Figura 3.1 — Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>HambreAprendizajecognitiva y de solución de problemas, pero tambiénenseña conocimientos y habilidades específicas quepueden aplicarse para enfrentarse al <strong>hambre</strong>. En laedad adulta, todavía se puede desarrollar la capacidadcognitiva (por ejemplo, mediante la alfabetización). Sinembargo, muchos adultos prefieren una capacitacióntécnica que no sólo favorezca su desarrollo mental,sino que también pueda aplicarse directamente paraluchar contra <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> de sus hijos y la suya propia.3.1 Primera infanciaEn la primera infancia, <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> ayuda adesarrollar las estructuras cognitivas que permitiránmás tarde en la vida adquirir las habilidades y losconocimientos para luchar contra <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>.Capacidad cognitivaEn <strong>el</strong> capítulo anterior se demostró que <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>obstaculiza <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> durante toda la vida. Sinembargo, una de las soluciones más eficaces paraerradicar <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> es mejorar <strong>el</strong> conocimiento y lashabilidades de los afectados. Para promover un círculovirtuoso y romper la transmisión intergeneracional d<strong>el</strong><strong>hambre</strong> es, por consiguiente, importante no sólo lucharcontra <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> sino también v<strong>el</strong>ar por que se apoye<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>. En este capítulo se examina la forma enque <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en la primera infancia, la edadescolar y la edad adulta puede ayudar a las personas aescapar de ese círculo vicioso (véase la Figura 3.1).En cada una de las etapas de la vida <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>puede, bien construir la capacidad cognitiva básicade una persona para tratar problemas diversos, entre<strong>el</strong>los <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>, en <strong>el</strong> futuro, bien inculcarhabilidades y conocimientos específicos que leayuden a hacer frente al <strong>hambre</strong> más directamente.En la primera infancia, <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> desarrollará lacapacidad de adquirir y aplicar mensajes más tarde enla vida. En <strong>el</strong> caso de los niños en edad escolar, <strong>el</strong><strong>aprendizaje</strong> aumenta principalmente su capacidadLos investigadores saben ahora con mayor certeza quegran parte d<strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> cerebro se produce antesd<strong>el</strong> nacimiento d<strong>el</strong> niño y en los primeros años de vida(Banco Mundial, 2005b). Como decía un autor, unrecién nacido tiene trillones de neuronas "esperandotodas a ser entretejidas en <strong>el</strong> intrincado tapiz de lamente. Algunas de las neuronas ya han sidoconectadas para siempre... pero trillones y trillones de<strong>el</strong>las siguen teniendo un potencial casi infinito”(Begley, 1996: 55). La primera infancia es una etapadecisiva de la vida para aprender vocabulario (0-3años), matemáticas y lógica (1-4), control emocional(0-2) y música (3-10) (Begley, 1996; Banco Mundial,2005b). La estimulación (actividad que genera yrefuerza la función cognitiva) es fundamental paradesarrollar estas neuronas y crear los circuitosadecuados dentro d<strong>el</strong> cerebro. Sin estímulo, lasneuronas, y <strong>el</strong> potencial de <strong>aprendizaje</strong> puedenempezar a atrofiarse.La estimulación abarca una serie de técnicasbastantes sencillas que ayudan a las personas quecuidan al niño a que éste mejore su <strong>aprendizaje</strong>:juego, conversación, exposición a colores y formas yotras actividades. Algunos investigadores han51


3. Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>Recuadro 3.1 — Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> más en detalleEn este capítulo se examinan las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> en cada una de las etapas d<strong>el</strong>a vida: la primera infancia, la edad escolar y la edad adulta. Como se muestra en <strong>el</strong> diagrama que figuramás abajo, <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en cada una de las etapas puede aportar las habilidades y los conocimientosespecíficos necesarios para hacer frente al <strong>hambre</strong> o desarrollar la futura capacidad al efecto.Aumento d<strong>el</strong><strong>hambre</strong>Disminución d<strong>el</strong><strong>aprendizaje</strong>PrimerainfanciaPerspectivas mássombrías para lapróximageneraciónAumento d<strong>el</strong><strong>hambre</strong>Disminución d<strong>el</strong><strong>aprendizaje</strong>Edad escolarAumento d<strong>el</strong><strong>hambre</strong>Disminución d<strong>el</strong><strong>aprendizaje</strong>Edad adultaCapacidadmenor en <strong>el</strong>futuroHabilidades yconocimientosespecíficosPara que la presentación de esta r<strong>el</strong>ación sea completa, es preciso mostrar también las repercusionesd<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en los diversos requisitos para prevenir <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>: la disponibilidad de nutrientes, <strong>el</strong>acceso a <strong>el</strong>los y su utilización. Esto es, para prevenir <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>, debe disponerse de alimentos (porejemplo, pueden producirse o encontrarse en <strong>el</strong> mercado). Las personas que padecen <strong>hambre</strong> tambiéndeben poder tener acceso a esos alimentos (por ejemplo, deben disponer d<strong>el</strong> dinero para comprarlos).Y asimismo, deben poder utilizarlos debidamente (por ejemplo, han de saber s<strong>el</strong>eccionar los alimentosadecuados y consumirlos en cantidad suficiente, y sus cuerpos deben poder absorber los nutrientes).Primera infancia: <strong>El</strong> <strong>aprendizaje</strong> en este período no permite reducir directamente <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>,sino que sienta las bases cognitivas fundamentales para aprender en <strong>el</strong> futuro a hacer frente al<strong>hambre</strong> (por ejemplo, mejorar la disponibilidad de nutrientes, <strong>el</strong> acceso a <strong>el</strong>los y su utilización).Una estimulación insuficiente en este período comprometerá estas bases cognitivas.Edad escolar: En este período, <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> sigue reforzando las bases cognitivas quepermitirán más tarde en la vida mejorar la disponibilidad de nutrientes, <strong>el</strong> acceso a <strong>el</strong>los y suutilización. Asimismo, permite adquirir habilidades y conocimientos r<strong>el</strong>ativos a la salud, <strong>el</strong>saneamiento y la nutrición (todos los cuales están r<strong>el</strong>acionados con una mejor utilización). Sin este<strong>aprendizaje</strong>, se verá afectada la capacidad actual y futura de un niño para hacer frente al <strong>hambre</strong>.Edad adulta: <strong>El</strong> <strong>aprendizaje</strong> en esta etapa crea oportunidades para adquirir y aplicar habilidades yconocimientos que permitan aumentar la producción (esto es, mayor disponibilidad), mayores ingresos(es decir, mejor acceso a los nutrientes), mejores prácticas nutricionales (esto es, mejor utilización) y mejorsalud y saneamiento (es decir, mejor utilización). Estos conocimientos permiten a los padres mejorar lascondiciones para <strong>el</strong>los mismos y para la siguiente generación. Sin embargo, sin este <strong>aprendizaje</strong>, la faltade conocimientos llevará a que tanto los adultos como sus niños padezcan más <strong>hambre</strong>.52


determinado una serie de estrategias de tipointeractivo que pueden servir para estimular al niño:"proporcionar entornos de lenguaje ricos;responder a las peticiones y señales de los niñospronto y con sensibilidad, mantener y ampliar losintereses de los niños…; evitar comportamientosnegativos o restrictivos; ofrecer oportunidades de<strong>el</strong>egir… cuando los niños son más capaces dedirigir su propio <strong>aprendizaje</strong>; y vigilar su conducta"(Landry, 2005).En muchos casos, en las primeras etapas de lainfancia las personas que se ocupanprincipalmente de los niños son los padres u otrosparientes. Cada vez se entienden mejor losefectos básicos de una r<strong>el</strong>ación positiva entre lapersona que se ocupa d<strong>el</strong> menor, normalmente lamadre, y <strong>el</strong> niño en <strong>el</strong> estado nutricional de éste yen su desarrollo cognitivo. En comparación conlas madres que desarrollan lazos afectivosestrechos, las que no consiguen ese vínculo consus recién nacidos son menos receptivas, lo querepercute en la estimulación y <strong>el</strong> desarrollocognitivo. Ahora bien, en la escu<strong>el</strong>a, la guarderíay otros programas de desarrollo de la infancia, laestimulación también proviene de los profesores(y los demás alumnos).Figura 3.2 — La estimulación sirve de ayuda en JamaicaCoeficiente de desarrolloEfectos de la aportación de suplementos y la estimulación en <strong>el</strong> coeficiente medio de desarrollode los grupos que presentan retraso d<strong>el</strong> crecimiento, en comparación con los gruposcon desarrollo normal en Jamaica110105100959085Base 6 12 18 24Fuente: Grantham-McGregor y otros, 1991.MesesGrupos que nopresentan retrasod<strong>el</strong> crecimientoGrupos a los quese ha administradosuplementos y quehan sidoestimuladosGrupos que hanrecibidoestimulaciónGrupos a los quese ha administradosuplementosGrupo de controlLas investigaciones han demostrado de formaconcluyente que la estimulación psicosocialpuede mejorar <strong>el</strong> desarrollo mental (y físico)(P<strong>el</strong>to y otros, 1999). En <strong>el</strong> marco de un estudiosobre nutrición llevado a cabo en Jamaica, secompararon los efectos en <strong>el</strong> desarrollo cognitivoretrasado de niños con retraso también d<strong>el</strong>crecimiento de ofrecer estimulación social ysuplementos nutricionales, y <strong>el</strong> resultado fue que<strong>el</strong> primero contribuía en mayor medida a larecuperación mental que <strong>el</strong> aporte desuplementos (Figura 3.2). Los niños que fueronobjeto de ambas intervenciones llegaron casi aalcanzar un niv<strong>el</strong> de desarrollo cognitivo normal(Grantham-McGregor y otros, 1991). Noobstante, <strong>el</strong> grupo de control (<strong>el</strong> de niños que nofueron objeto de ninguna intervención) siguieronpresentando un gran retraso.Según <strong>el</strong> Banco Mundial (2005b), d<strong>el</strong> examen de losresultados de las evaluaciones de una serie deprogramas ejecutados en países en desarrollo, asaber, Bolivia, India, Turquía y Jamaica, sedesprende que los programas de desarrollo en laprimera infancia (que incluyan estimulación)aportan beneficios que persisten en las siguientesetapas de la vida: coeficientes de int<strong>el</strong>igencia másaltos, índices de matrícula escolar más <strong>el</strong>evados yedad de inscripción más adecuada, menorestasas de abandono escolar y de repetición,mejores resultados escolares y mayorproductividad entre los adultos. Estasrepercusiones, como veremos en lassiguientes secciones, mejoran lasposibilidades de hacer frente al <strong>hambre</strong>.3.2 Edad escolarEn esta etapa de la vida, <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>puede contribuir a hacer frente al <strong>hambre</strong>y a la inseguridad alimentaria de diversasformas. Algunas de <strong>el</strong>las, como un mayorconocimiento sobre las cuestiones r<strong>el</strong>ativas53


Figura 3.3 — <strong>El</strong> <strong>aprendizaje</strong> de las mujeres está r<strong>el</strong>acionado con una¿Por qué la escolarización mejora de forma tanmejor nutrición durante la infanciaeficaz los medios de subsistencia? Caberesponder que, al menos en parte, laPrevalencia d<strong>el</strong> retraso infantil en r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> índicede mujeres matriculadas en la enseñanza secundaria en los países en desarrolloescolarización influye en las actitudes y enhabilidades r<strong>el</strong>acionadas con la generación deingresos y la producción de alimentos como lapropensión a adoptar innovaciones técnicas onuevos métodos de producción. Un estudiorealizado entre agricultores indios (Foster yRosenzweig, 1996) puso de manifiesto que,durante la revolución verde, la educaciónaumentó la productividad de los trabajadoresd<strong>el</strong> sector agrícola cuando se introdujeronÍndice de mujeres matriculadas en la enseñanza secundariatecnologías como por ejemplo nuevasvariedades de semillas. <strong>El</strong> <strong>aprendizaje</strong> dotó aFuente: UNSCN, 2004; UNESCO, 2001.algunos de estos trabajadores de la capacidadpara entender la nueva tecnología y la aperturade espíritu necesaria para probarla (véase también <strong>el</strong> la madre. "Los resultados de las investigacionesRecuadro 3.2). Estos agricultores mejoraronindican claramente que <strong>el</strong> factor que más determinaconsiderablemente su producción, mientras que los <strong>el</strong> estado nutricional y de salud d<strong>el</strong> niño es <strong>el</strong> niv<strong>el</strong>que no tenían instrucción quedaron atrasados 9 . de educación de su madre" (OMS, 1998: 9). Laescolarización enseña a la madre a tomar medidas• <strong>El</strong> camino hacia familias menos numerosas que mejoren su situación: lavar las manos antes depreparar las comidas, s<strong>el</strong>eccionar <strong>el</strong> tipo de<strong>El</strong> <strong>aprendizaje</strong> también puede reducir <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> másalimentos adecuado, prevenir las infeccionestarde en la vida influyendo en <strong>el</strong> momento de formarparasitarias de los niños, etc. La escolarización de lasfamilia y <strong>el</strong> número de miembros que la componen. Lasmujeres ha estado asociada con casi <strong>el</strong> 43% de lamadres que han recibido educación tienden a casarsereducción de la malnutrición infantil en los paísesmás tarde y a tener menos hijos. Un estudio realizadodesarrollados entre 1970 y 1995 (Smith y Haddad,por <strong>el</strong> Banco Mundial en cien países puso de manifiesto2000). Esta r<strong>el</strong>ación también se confirma alque por cada cuatro años de estudios cursados, lascomparar los índices de retraso d<strong>el</strong> crecimiento demujeres tenían en torno a un hijo menos (Klasen,los niños menores de cinco años y la matriculación1999). Cuando se reducen los índices de fecundidad,de mujeres en la escu<strong>el</strong>a secundaria (Figura 3.3),las madres pueden concentrar más la atención en cadaque apuntan a una disminución de ese retraso conhijo y los alimentos deben compartirse entre menosla educación.personas en una familia. La postergación d<strong>el</strong> embarazotambién da margen temporal al propio desarrollo físico• <strong>El</strong> camino hacia la potenciación d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de(incluido <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong> hueso de la p<strong>el</strong>vis), lo que esla mujerfundamental para la nutrición y la seguridad tanto de lamadre como d<strong>el</strong> feto.<strong>El</strong> cuarto camino son los efectos d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> enla potenciación d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de la mujer. Diversos• <strong>El</strong> camino hacia una nutrición y una salud mejores estudios realizados en <strong>el</strong> Asia meridional, <strong>el</strong> Asiasubsahariana, América Latina y <strong>el</strong> Caribe dejan<strong>El</strong> tercer camino es <strong>el</strong> impacto d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en <strong>el</strong>claramente de manifiesto que cuando la situaciónconocimiento futuro sobre la nutrición y la salud desocial de la mujer es superior (lo que con frecuenciaPrevalencia d<strong>el</strong> retraso d<strong>el</strong> crecimiento en los niños menores de cinco años55


3. Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>está asociado a una mayor escolarización) losefectos positivos de ese rango son importantes enlas condiciones nutricionales de los niños. Pareceque las mujeres de clase social más <strong>el</strong>evada secuidan más y presentan un estado nutricionalgeneral mejor (Smith y otros, 2003). Esta tendenciapuede mejorar la situación nutricional de sus hijosde diversas formas. Por una parte, una madre mejornutrida puede ofrecer una mejor nutrición al feto yuna leche de más calidad a su hijo. Por otra, estasmujeres pueden tener una mayor influencia en <strong>el</strong>hogar y, por consiguiente, lograr que los recursos sedestinen principalmente a los niños. Además, susingresos son mayores, lo que les permite ofrecerunos cuidados de más calidad.• <strong>El</strong> camino hacia una visión positiva d<strong>el</strong><strong>aprendizaje</strong>Los padres que han estudiado tienen másprobabilidades de enviar a sus propios hijos a laescu<strong>el</strong>a y crear así un círculo virtuoso de educación.Esta afirmación es especialmente cierta en lo que serefiere a las mujeres y las oportunidades educativas d<strong>el</strong>as niñas. <strong>El</strong> niv<strong>el</strong> de estudios de la madre tiene unamayor influencia en la educación de sus hijas que enla de sus hijos, y dicha influencia es ligeramentesuperior a la d<strong>el</strong> padre (Proyecto d<strong>el</strong> Milenio de lasNaciones Unidas, 2005b). La educación de la madreparece ser importante por tres motivos. En primerlugar, al tener la madre mayores ingresos, puedeinvertir en escolarización. En segundo lugar, al haberrecibido educación, la madre constituye un mod<strong>el</strong>opositivo para su hija. Y, por último, la madre estámejor preparada para ayudar a sus hijos en las tareasescolares y otras actividades pedagógicas (Proyectod<strong>el</strong> Milenio de las Naciones Unidas, 2005b).Habilidades y conocimientos específicosSi bien estos "caminos" dotan a los futuros padresde una mayor capacidad para aportar una buenanutrición a sus familias, <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en los niñosen edad escolar también puede tener un efectoinmediato en <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>. A los niños se les puedeenseñar hábitos concretos que les permitirán abordarmejor cuestiones r<strong>el</strong>acionadas con <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> como <strong>el</strong>VIH/SIDA, la nutrición y <strong>el</strong> embarazo.<strong>El</strong> VIH/SIDA, por ejemplo, puede menoscabar lacapacidad de una familia para alimentarse(Gillespie y Kadiyala, 2005). Cuando uno de lospadres u otro miembro productivo d<strong>el</strong> hogar seenferma, la disminución de la producción dealimentos y de los ingresos repercute en toda lafamilia. Y, además, la persona enferma requierecuidados y alimentos adicionales, lo que exigetiempo y dinero. A la familia le puede ser difícilhacer frente a estas necesidades, y <strong>el</strong> riesgo de quepase <strong>hambre</strong> es mucho mayor. Si se puedeinformar a los niños de las formas de transmisión,quizá éstos tomen medidas para protegerse a símismos y a otros de la infección.Otros ejemplos de lo que puede enseñarse a los niñosson la importancia de comer frutas y verduras, d<strong>el</strong>avarse las manos después de pasar por la letrina yantes de comer o de proteger los alimentos de lasmoscas. Estos hábitos pueden ayudarles a mejorar suestado nutricional de forma inmediata. A lasadolescentes también se les puede enseñar laimportancia de retrasar <strong>el</strong> embarazo, ya que, esperar atener su primer hijo mejorará enormemente <strong>el</strong> estadode salud y nutrición de su hijo y los suyos propios.3.3 Edad adultaLa edad adulta es la etapa de la vida en la que lasinversiones realizadas anteriormente en <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>dan sus beneficios, a través de los caminos arribadescritos. Las oportunidades de aprender en esteperíodo pueden reforzar los logros conseguidos através de estos caminos, contribuyendo a la buenanutrición de los adultos y a romper la transmisión d<strong>el</strong><strong>hambre</strong> de una generación a otra. En estos casos, <strong>el</strong><strong>aprendizaje</strong> no consiste tanto en crear capacidad parahacer frente a las cuestiones r<strong>el</strong>acionadas con <strong>el</strong><strong>hambre</strong> en <strong>el</strong> futuro (aunque sí lo hace), sino en56


inculcar aptitudes y aportar conocimientos que losadultos puedan aplicar directamente para mejorar susituación y la de sus hijos.Habilidades y conocimientos específicosLas actividades de formación pueden mejorar losmedios de subsistencia principalmente de dosmaneras. En primer lugar, mediante los programasde extensión agrícola y otros programas, se puedeaumentar la producción de los cultivos y, con <strong>el</strong>lo,la disponibilidad de alimentos para la familia. Ensegundo lugar, mediante los microcréditos y otrosplanes, es posible aumentar los ingresos d<strong>el</strong> hogar,mejorando su acceso a los alimentos en <strong>el</strong> mercado.Al incrementar así la seguridad alimentaria de loshogares, éstos podrán disponer de más recursospara satisfacer las necesidades nutricionales depadres e hijos.Sin embargo, en la mayoría de los contextos, paraque estas actividades de formación de adultos seaneficaces deben ir acompañadas de otros programasde desarrollo. Es especialmente importantetransferir la responsabilidad de organizar lasactividades económicas locales a la población local.La posibilidad de asumir facultades económicas y degestionar los recursos, que en un principio podríanser bastante modestos —como lo demuestrannumerosos ejemplos de microfinanciación—,estimula la demanda de educación y hace máspertinente la formación de adultos.Una formación de adultos adecuada tambiénpuede ayudar a las personas que padecen <strong>hambre</strong>a utilizar de forma más eficaz los alimentos. Laformación les puede ayudar a s<strong>el</strong>eccionar <strong>el</strong> tipo dealimentos apropiados para cultivar o comprar, a finde satisfacer mejor sus propias necesidadesenergéticas (macronutrientes) y de vitaminas yminerales (micronutrientes). Asimismo, estaformación puede ayudar a las madres a sabercuáles son los alimentos más adecuados para sushijos, así como a consumir las cantidadesnecesarias de alimentos, reconociendo, porejemplo, que las mujeres necesitan ingerir másnutrientes de lo normal cuando estánembarazadas.En <strong>el</strong> marco de esta formación, también se puedeenseñar a mejorar la higiene y <strong>el</strong> saneamiento y aprevenir las enfermedades, que con frecuencia sonfactores que contribuyen a la desnutrición. Laenseñanza, ya sea impartida mediante clases dealfabetización u otras actividades, aporta tambiénotros beneficios. Los padres que saben leer y escribirsu<strong>el</strong>en valorar más <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>, respeto que su<strong>el</strong>etraducirse en un mayor apoyo a la escolarización desus hijos (Proyecto d<strong>el</strong> Milenio de las NacionesUnidas, 2005b).57


3. Las repercusiones d<strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>Intermezzo 3: <strong>El</strong> estudio jamaicanoDurante decenios, <strong>el</strong> tratamiento de la malnutriciónse ha basado en facilitar los nutrientes esenciales yen curar las enfermedades. Pero un destacadoestudio realizado entre niños jamaicanos puso der<strong>el</strong>ieve un componente de recuperación que en granmedida se había desatendido: la función de laestimulación psicosocial.Ya de adulto, <strong>el</strong> famoso arquitecto americano, FrankLloyd Wright, atribuyó parte de su éxitointernacional a los juegos que había compartido consu madre de niño. Incluso de bebé, decía, su madr<strong>el</strong>e ponía juegos de construcción de Froeb<strong>el</strong> porencima de la cuna, que él miraba fascinado. <strong>El</strong>arquitecto hizo remontar su capacidad especial a esetipo de interacciones tempranas. Aunque estaafirmación pueda parecer exagerada, lo cierto esque los investigadores han reconocido cada vez másla importancia de la estimulación en <strong>el</strong> desarrollomental a largo plazo d<strong>el</strong> niño.Esta premisa era uno de los pilares fundamentalesde uno de los estudios más importantesrealizados sobre la estimulación y la malnutrición.En 1975, cincuenta y cuatro niños pequeñosterminaron en un hospital universitario enKingston (Jamaica). Treinta y cinco de <strong>el</strong>losestaban gravemente desnutridos. Losinvestigadores querían averiguar si la estimulaciónpodía ayudar a los niños a recuperarse de losdaños causados por la desnutrición.Los niños fueron divididos en tres grupos: ungrupo de control de 19 niños que no estabandesnutridos; un grupo de control de 17 niñosque estaban desnutridos y que no fueron objetode la intervención; y un grupo de 18 niños quetambién estaban desnutridos y que sí fueronobjeto de la intervención. A diferencia d<strong>el</strong> grupode niños que no fue objeto de intervención, losniños d<strong>el</strong> grupo que sí lo fue recibieronestimulación en <strong>el</strong> hospital y en visitas adomicilio durante un período de tres años trasser dados de alta en <strong>el</strong> hospital. Durante lasvisitas, <strong>el</strong> personal encargado de prestarcuidados jugó con los niños utilizando jugueteshechos en casa y mostraron a las madres lasnuevas técnicas que podían utilizar.Para evaluar los efectos de la intervención a máslargo plazo, los investigadores realizaron unseguimiento a los seis y los 14 años que siguierona su salida d<strong>el</strong> hospital. Observaron que, durant<strong>el</strong>os primeros tres años de la intervención, loscoeficientes int<strong>el</strong>ectuales de los niños habíanaumentado considerablemente, e inclusoalcanzado o sobrepasado los d<strong>el</strong> grupo de controlque nunca había sufrido desnutrición. Sinembargo, después de los seis años de edad (tresaños después de la intervención), sus coeficientesint<strong>el</strong>ectuales habían descendidosubstancialmente. A los 14 años, sus coeficienteshabían incluso disminuido ligeramente, pero sehabía frenado su descenso, y posteriormente sehabía estabilizado y empezado a aumentar algo.Figura 3a — La estimulación permitió aumentar los coeficientes de int<strong>el</strong>igencia, inclusoa largo plazoDesarrollo de los niños de los tres grupos durante los 14 años siguientes a su salida d<strong>el</strong> hospitalDesarrollo de los niños en r<strong>el</strong>acióncon la población de referencia (valor Z),,,,,,,,,Años transcurridos desde que fueron dados de alta en <strong>el</strong> hospitalGrupo de controlGrupo objetode la intervenciónGrupo que nofue objeto de laintervenciónFuente: Grantham-McGregor y otros, 1994.58


<strong>El</strong> dato más significativo de estas conclusiones es qu<strong>el</strong>os resultados d<strong>el</strong> grupo que fue objeto de laintervención fueron sistemáticamente superiores a losd<strong>el</strong> grupo que no lo fue, a un niv<strong>el</strong> estadísticamenteimportante. <strong>El</strong> CI d<strong>el</strong> grupo que no fue objeto de laintervención disminuyó rápidamente durante losaños inmediatamente siguientes a la hospitalización.Aunque los niv<strong>el</strong>es se recuperaron un tantoposteriormente, seguía existiendo una grandiferencia entre <strong>el</strong>los y los grupos de intervención yde control, incluso 14 años después de abandonar <strong>el</strong>hospital. En ámbitos tales como la lectura, laescritura y la aritmética se registraron diferenciassemejantes.Basándose en estas conclusiones, losinvestigadores llegaron a la conclusión de que "laestimulación psicosocial debería formar parteintegrante d<strong>el</strong> tratamiento de los niños quepadecen desnutrición grave". En <strong>el</strong> pasado, sedesestimaba a menudo la importancia —y ladificultad— de proporcionar este tipo deestimulación en zonas donde prevalecían ladesnutrición aguda y <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>.Fuente: Grantham-McGregory otros, 1994.Figura 3b — La estimulación mejoró los resultados en diversos ámbitosResultados medios y globales en lectura, escritura, aritmética de los tres gruposResultado globalLecturaCategoríaCategoríaAños transcurridos desde que fueron dadosde alta en <strong>el</strong> hospitalEscrituraAños transcurridos desde que fueron dadosde alta en <strong>el</strong> hospitalAritméticaCategoríaCategoríaAños transcurridos desde que fueron dadosde alta en <strong>el</strong> hospitalAños transcurridos desde que fueron dadosde alta en <strong>el</strong> hospitalGrupo de controlFuente: Grantham-McGregor y otros, 1994.Grupo objeto de laintervenciónGrupo que no fue objetode la intervención59


4. Intervenciones prácticasEn un antiguo templo situado en una aldea d<strong>el</strong>estado indio de Rajistán, se lleva a cabo unprograma de alimentación suplementaria para niños.En las paredes, las ilustraciones de diferentes alimentosy enfermedades infantiles comunes compiten por laatención con las imágenes de las deidades. De algunaforma, la yuxtaposición entre los problemas humanosy los poderes divinos refleja acertadamente lagravedad de la situación: varios niños que acuden alcentro muestran signos visibles de desnutricióncrónica, y al menos uno de <strong>el</strong>los sufre retraso mental.Los responsables de la <strong>el</strong>aboración de políticaspueden verse enfrentados a un sinnúmero deinquietantes anécdotas y estadísticas acerca d<strong>el</strong>estado de la población adulta e infantil de su país. Enlos capítulos anteriores se demostró la importanciadecisiva de abordar los problemas de nutricióndeficiente y <strong>aprendizaje</strong> inadecuado en cada una d<strong>el</strong>as etapas de la vida. Pero ¿qué es lo que hay quehacer concretamente? En este capítulo se describendiversas intervenciones eficaces en r<strong>el</strong>ación con lanutrición y <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en la primera infancia, laedad escolar y la edad adulta.4.1 Intervenciones en la primerainfanciaEn <strong>el</strong> caso de la primera infancia, debenestablecerse las intervenciones necesarias parahacer frente a los principales factores de deteriorode las capacidades mentales: <strong>el</strong> bajo peso al nacer,<strong>el</strong> retraso d<strong>el</strong> crecimiento, la carencia demicronutrientes y la estimulación inadecuada.Algunas de las principales intervenciones que handado buenos resultados se esquematizan en laFigura 4.1. En muchos casos, la multiplicidad de losproblemas exigirá la aplicación de intervencionesmúltiples, por lo que habrán de prepararseintervenciones globales en función d<strong>el</strong> contexto.Bajo peso al nacer<strong>El</strong> estado nutricional y sanitario de la madre influyemuy directamente en <strong>el</strong> crecimiento intrauterino d<strong>el</strong>feto, en su peso al nacer y en cualquier dañor<strong>el</strong>acionado que sufriera su desarrollo cerebral. Por <strong>el</strong>lo,es importante v<strong>el</strong>ar por la buena nutrición de la madrea lo largo d<strong>el</strong> embarazo. Habrán de contemplarseFigura 4.1 — Resumen de las intervenciones realizadas en la primera infanciaBajo peso al nacer• Suplementos dietéticos• Suplementos de micronutrientes/enriquecimiento de alimentos• Atención prenatal¿Cuál es <strong>el</strong>problema?Retraso d<strong>el</strong> crecimiento• Lactancia materna exclusiva durante 6meses, luego alimentacióncomplementaria• Vigilancia d<strong>el</strong> crecimiento en <strong>el</strong> marcode actividades complementarias• Vacunación y tratamiento de lasinfeccionesCarencia demicronutrientes• Suplementos de micronutrientes/enriquecimiento de los alimentosEstimulación inadecuada• Asesoramiento a los padres• Programas de desarrollo de la primerainfancia61


4. Intervenciones prácticasdiversas intervenciones en función d<strong>el</strong> contexto:suministro de suplementos, alimentacióncomplementaria, administración de suplementosde micronutrientes o enriquecimiento de losalimentos y atención prenatal.• Suplementos dietéticosEn lugares en los que las mujeres embarazadaspadecen desnutrición, complementar su dietaalimentaria con aportes proteicoenergéticosequilibrados favorece <strong>el</strong> crecimiento intrauterino d<strong>el</strong>niño y reduce <strong>el</strong> riesgo de bajo peso al nacer (de Onisy otros, 1998). Uno de los estudios recientes másalentadores procede de Gambia, en donde sesuministró a 1.460 mujeres con carencias alimentariascrónicas un complemento alimenticio <strong>el</strong>aborado insitu, una oblea hecha a base de cacahuete, arroz,harina, azúcar y aceite de cacahuete. Aunque sóloempezaron a tomar <strong>el</strong> complemento alimenticio amitad d<strong>el</strong> embarazo, los resultados fueronimpresionantes. <strong>El</strong> bajo peso al nacer disminuyó enun 39%, y en un 42% en la "estación d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong>"(Ceesay y otros, 1997). Los metaanálisis de otrasexperiencias parecen confirmar la tesis de que loscomplementos alimenticios pueden reducir <strong>el</strong> bajopeso al nacer (Allen y Gillepsie, 2001) 10 .• Suplementos de micronutrientes/enriquecimiento de alimentosLos suplementos de micronutrientes y alimentosenriquecidos también pueden ayudar a preservar <strong>el</strong>estado nutricional de la mujer embarazada y prevenir <strong>el</strong>bajo peso al nacer. Hasta hace poco, no había pruebasconcluyentes de que las vitaminas y mineralesmejorasen <strong>el</strong> peso neonatal (Allen y Gillepsie, 2001).Sin embargo, estudios recientes parecen demostrar lasvirtudes de la administración de una combinación demicronutrientes. Un estudio sobre refugiadosbhutaneses en Nepal, por ejemplo, mostró que laintroducción en la dieta de mezclas alimentariasenriquecidas contribuía a reducir <strong>el</strong> porcentaje de niñoscon bajo peso al nacer d<strong>el</strong> 18% al 8% (Shrimpton yotros, 2003; véase <strong>el</strong> Recuadro 4.1). Según otroestudio reciente realizado en Nepal, la administraciónde un complejo multivitamínico durante <strong>el</strong> embarazotiene mayores efectos en <strong>el</strong> aumento d<strong>el</strong> peso al nacerque la administración de suplementos dietéticossimples (Osrin y otros, 2005) 11 , como <strong>el</strong> hierro o <strong>el</strong> zinc,cuya incidencia es menos clara 12 .• Atención prenatalDurante <strong>el</strong> embarazo, la atención prenatal (esto es,los cuidados previos al nacimiento) puede favorecer laadecuada nutrición de la mujer embarazada y <strong>el</strong> fetoal proporcionarles control, asesoramiento ytratamiento. Los profesionales competentes de loscentros sanitarios locales, usando básculas y otroequipo sencillo, pueden asistir a la mujer embarazadavigilando <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> feto. Pueden también darconsejos sobre la necesidad de descansar, evitarfumar durante <strong>el</strong> embarazo y comer más, ydeterminar si se necesitan otros suplementosdietéticos 13 . Los centros de atención prenatal puedenasimismo ayudar a las madres a prevenir y tratarinfecciones. <strong>El</strong> paludismo, por ejemplo, tiene efectosparticularmente nocivos sobre <strong>el</strong> peso al nacer, y lasmujeres que están en su primer embarazo tienenmenor inmunidad a esta enfermedad 14 .Trastornos d<strong>el</strong> crecimientoDesde <strong>el</strong> punto de vista nutricional, son numerosos losriesgos que amenazan al niño durante la primerainfancia. Los trastornos d<strong>el</strong> crecimientos son signo dedeterioro físico y seguramente mental en <strong>el</strong> niño,aunque hay medidas que dan buenos resultados,como la lactancia natural exclusiva durante losprimeros seis meses, la posterior introducción decomplementos alimenticios, los controles regulares d<strong>el</strong>a evolución d<strong>el</strong> niño a través de programascomunitarios de vigilancia d<strong>el</strong> crecimiento y laprestación de servicios sanitarios.• Lactancia materna exclusiva durante los primerosseis meses y luego alimentación complementariaLa lactancia exclusiva contribuye al desarrollocognitivo de tres maneras diferentes. En primer62


lugar, los ácidos grasos de la leche materna1999a). En caso de que la composición de los alimentoscontribuyen al desarrollo cerebral d<strong>el</strong> bebé. Varios complementarios sea inadecuada y su cantidadestudios han demostrado que la lactancia natural insuficiente, es necesario considerar la posibilidad detiene efectos positivos sobre los coeficientes deproporcionar suplementos. Los efectos en la int<strong>el</strong>igenciaint<strong>el</strong>igencia (Anderson y otros, 1999). En segundo de los niños pueden ser espectaculares.lugar, al mitigar la propensión y la exposición a lasinfecciones d<strong>el</strong> bebé se reducen las posibilidades de En Texonteopán, una localidad pobre de México, sedesnutrición por enfermedad. A este respecto, esrealizó un largo estudio con niños (Chávez y otros,particularmente importante iniciar la lactancia en1995), a la mitad de los cuales se les administró hastalas primeras horas después d<strong>el</strong> parto. <strong>El</strong> calostro,los dos años de edad un suplemento en forma de lecheprimera leche materna, tiene un contenido másenriquecida con vitaminas y minerales. Todos <strong>el</strong>losbajo en grasas y más alto en proteínas, gran parte fueron amamantados, estimulados y gozaron de losde las cuales son inmunológicas. Por <strong>el</strong>lo, iniciar la tratamientos sanitarios oportunos. Posteriormente, lalactancia materna cuanto antes reduce los riesgos edad mental de los niños que recibieron complementosde diarrea, infecciones respiratorias y otrasnutritivos resultó ser significativamente más <strong>el</strong>evada queenfermedades comunes en la primera infanciala de los demás niños de la aldea que no la habían(Holman y Grimes, 2001). La lactancia naturalrecibido (Figura 4.2) 16 .reduce asimismo las posibilidades de infección porutensilios contaminados. En tercer lugar, ayuda a• Programas comunitarios de vigilanciaestablecer vínculos entre madre e hijo y es fuented<strong>el</strong> crecimientode estimulación (véase infra).La vigilancia d<strong>el</strong> crecimiento en las comunidadespermite a las madres y a las demás personas que seSin embargo, sólo aproximadamente la tercera parteocupan de los niños detectar trastornos en <strong>el</strong> desarrollode los bebés d<strong>el</strong> mundo se alimenta exclusivamenteinfantil y obtener <strong>el</strong> asesoramiento adecuado parade leche materna hasta los seis meses de edadsubsanarlos. Las medidas básicas son los controles de(UNICEF, 2004; véase también <strong>el</strong> Mapa 4.1) 15 . EnChile, Malí y otros lugares se han realizadocampañas eficaces de fomento de laFigura 4.2 — <strong>El</strong> suministro de complementos nutritivos en la primerainfancia puede mejorar la int<strong>el</strong>igencia de por vidalactancia natural (en las que <strong>el</strong> mensaje sedifundió en diferentes medios, como loscentros sanitarios, la radio y la t<strong>el</strong>evisión).Complementos nutritivos en la primera infancia y desarrollo posterior, MéxicoEn torno a los seis meses de edad, la lechematerna ya no puede aportar los nutrientesesenciales <strong>el</strong> niño, un ser activo y encrecimiento. A partir de este momento yhasta los dos años aproximadamente, losniños necesitan también complementosalimenticios ricos en nutrientes. Estudiosbasados en la observación han demostradoque con la mejora de las prácticasalimentarias complementarias puede llegar areducirse la malnutrición en hasta un 20%en <strong>el</strong> primer año de vida (Caufi<strong>el</strong>d y otros,Edad mentalFuente: Chávez y otros, 1995.Edad cronológicaVarones a los que seadministró suplementosVarones a los que no seadministró suplementos63


4. Intervenciones prácticasRecuadro 4.1 — Los alimentos enriquecidos con micronutrientes reducen la insuficiencia ponderalal nacer entre los refugiados bhutaneses en NepalUn análisis de los archivos médicos de los refugiados bhutaneses en Nepal puso al descubierto unsorprendente resultado que refuta la idea de que se necesitan varias generaciones para reducir <strong>el</strong> bajoíndice de peso al nacer. Según <strong>el</strong> análisis, este índice había descendido entre los refugiados d<strong>el</strong> 18% en1995 al 8% en 1998. En cambio, en los hospitales de la misma zona de Nepal, <strong>el</strong> índice de nacimientoscon bajo peso fue superior al 30%. Los refugiados habían llegado de Bhután tan sólo entre 1992 y 1993,período en <strong>el</strong> que estos índices se situaban en torno al 30%. Por lo tanto, los cambios tuvieron queproducirse durante los cinco años en que vivieron como refugiados.Para resolver <strong>el</strong> misterio, se examinaron los registros médicos de las madres. Las mejoras en <strong>el</strong> peso al nacerde los niños nacidos en los campamentos se debieron por lo menos en parte a cambios en los alimentosincluidos en la ración general suministrada (ya que en ese período cambiaron pocas otras cosas 17 ). En 1993,como consecuencia de un brote de beriberi, escorbuto y estomatitis angular (todas enfermedades asociadasa carencias nutricionales), se sustituyó <strong>el</strong> arroz descortezado por arroz con cáscara sancochado y se añadióUNILITO, un alimento compuesto enriquecido, a fin de reforzar la dieta general de los refugiados en 1994.Tras los cambios en la ración general, <strong>el</strong> peso al nacer aumentó de forma constante pasando de 2,8kilogramos a 3,0 kilogramos durante <strong>el</strong> período comprendido entre 1994 y 1998. En 1998, no obstante, seretiró <strong>el</strong> UNILITO de la ración general y <strong>el</strong> peso al nacer de los niños se estabilizó.Figura 4a — <strong>El</strong> peso al nacer puede mejorar,Peso al nacer de los bebés nacidos de mujeres bhutanesasen los campamentos de refugiados d<strong>el</strong> Nepal, por años, durante cuatro períodosde distribución de raciones alimentarias (1994-2001)Peso medio al nacer (kg),,,,,,Brote deberiberi,Incorporación de arroz con cáscarasancochado y UNILITO a la ración general,,,Ración dearrozinferior a20 gramospor día,, , ,Retirada de los alimentoscompuestos de la ración general,Ración 1 Ración 2 Ración 3 Ración 4Fuente: Shrimpton y otros, 2003.De los resultados se infiere que <strong>el</strong> suministro de suplementos de micronutrientes aumenta rápidamente <strong>el</strong>peso al nacer y que se pueden lograr mejoras espectaculares incluso en zonas de refugiados.Fuente: Shrimpton y otros, 2003.64


Mapa 4.1 — Aún es posible incorporar un "mundo" de mejoras en la lactanciaProporción de lactantes queno son alimentados exclusivamentecon leche materna hasta losseis meses de edadInferior al 30%30% - 50%50% - 75%75% - 90%Superior al 90%Los límites y nombres indicados y las denominaciones empleadas en este mapa no entrañan, por parte de las Naciones Unidas, aprobación o aceptación oficial alguna. Mapa <strong>el</strong>aborado por la Dirección de VAM d<strong>el</strong> PMA.Fuente de datos: UNSCN.


4. Intervenciones prácticaspeso mensuales durante los primeros 18 o 24 meses, <strong>el</strong>uso de gráficos de crecimiento para evaluar su evolucióny tomar medidas cuando éste no fuera adecuado y laorientación de las madres y <strong>el</strong> personal de atenciónsanitaria. Los programas son más eficaces cuandoproporcionan recomendaciones para <strong>el</strong> crecimientoindividual y ayudan a generalizar las medidas de apoyode la comunidad al crecimiento infantil y la obtención demedios de subsistencia seguros (Allen y Gillepsie, 2001).La concepción esmerada de los programas de control d<strong>el</strong>crecimiento y la disposición a adaptarlos es fundamental,pues en <strong>el</strong> pasado muchos de <strong>el</strong>los han debido afrontardificultades prácticas (véase Ru<strong>el</strong>, 2005).• Inmunización contra las enfermedades quecontribuyen a los trastornos d<strong>el</strong> crecimiento ysu tratamientoEnfermedades como la diarrea, <strong>el</strong> paludismo y laneumonía pueden contribuir a la desnutrición alafectar a la ingesta alimentaria (reduciendo <strong>el</strong> apetitoy aumentando las necesidades metabólicas) y a lacapacidad de absorber los alimentos (expulsando losnutrientes o impidiendo la absorción de otrasmaneras). Es por lo tanto importante inmunizarcompletamente a los niños y asegurarse de quereciban tratamiento para las enfermedades comunes(Proyecto d<strong>el</strong> Milenio de las Naciones Unidas, 2005a).Carencias de micronutrientesSi bien muchas vitaminas y minerales (entre <strong>el</strong>los <strong>el</strong>zinc y la vitamina A) afectan al desarrollo durante laprimera infancia, las carencias de yodo y hierro sonuna de las principales causas de la disminución de lacapacidad int<strong>el</strong>ectual.• Enriquecimiento con yodo de los alimentos oaportación de suplementos de estemicronutrienteLa forma más eficaz de reducir las carencias de yodo enuna población es enriquecer la sal con yodo, es decir,"yodarla". Casi todos los países desarrollados y unnúmero cada vez mayor de países en desarrollo, entre<strong>el</strong>los la India, han procedido a la yodación "universal"de la sal, lo que en la práctica significa que más d<strong>el</strong>80% de los hogares pueden obtener sal yodada (Alleny Gillepsie, 2001). En regiones aisladas, otra posibilidades inyectar a la población aceite yodado, cuyosbeneficios positivos se prolongan durante un máximode cuatro años. Se ha demostrado que las inyeccionesantes d<strong>el</strong> embarazo previenen <strong>el</strong> cretinismo endémicoen algunas zonas (Allen y Gillepsie, 2001). Un estudiode los efectos d<strong>el</strong> aceite yodado en las habilidadescognitivas de los niños de la zona norte d<strong>el</strong> antiguoZaire demuestra que éste aporta mejoras significativas(véase la Figura 4.3).• Enriquecimiento de los alimentos con hierroo aportación de suplementos de estemicronutrientePara hacer frente a las carencias de hierro es igualmenteeficaz la aportación de suplementos como <strong>el</strong>enriquecimiento de los alimentos. A las mujeresembarazadas que sufran anemia se les puede administrarsuplementos de hierro (Proyecto d<strong>el</strong> Milenio de lasNaciones Unidas, 2005a). Se ha demostrado queaumentan <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de hierro en muchas pruebas, peroexisten menos indicios de sus efectos en <strong>el</strong> feto. Tambiénpueden suministrarse suplementos de hierro a los niñosen edad preescolar, período en <strong>el</strong> que la carencia de estemicronutriente constituye un problema. Se hanenriquecido con éxito: la leche en polvo en Chile, diversosalimentos complementarios en Ghana, sal en la India ytrigo y maíz en Venezu<strong>el</strong>a (Allen y Gillepsie, 2001). EnChile, <strong>el</strong> enriquecimiento redujo la anemia infantil de un27% a casi cero. En su caso, se podrá animar a lasmadres y a los niños expuestos a riesgo a que consumanmás productos animales (Allen y Gillepsie, 2001).Estimulación inadecuadaLas intervenciones psicosociales en los primeros añosde vida son fundamentales para estimulardebidamente las neuronas en un cerebro endesarrollo e inculcar la capacidad cognitiva básicapara las siguientes etapas de la vida. Lasintervenciones pueden consistir en asesoramiento alos padres y en programas específicos para los niños.66


• Asesoramiento a los padresComo hemos visto, la estimulación puede tenerefectos espectaculares en <strong>el</strong> desarrollo cognitivo d<strong>el</strong>os niños pequeños, especialmente en aqu<strong>el</strong>los quehan sufrido desnutrición (Figura 3.2 e Intermezzo3). Puede llevarse a cabo de diversas formas:jugando con los niños, hablándoles o interesándosepor sus exploraciones d<strong>el</strong> mundo que les rodea. Lalactancia también puede contribuir a establecer unvínculo estrecho entre la madre y <strong>el</strong> niño y brindaoportunidades tempranas para la estimulación. Sinembargo, a menos que los padres sean conscientesde la importancia de la estimulación, puedendesatenderla en sus esfuerzos por proporcionarsuficientes alimentos a la familia. Los grupos demadres, los voluntarios sanitarios de la comunidad y<strong>el</strong> personal sanitario de los centros sanitarios localespueden ofrecer asesoramiento sobre laestimulación, que debería ser un componente de sulabor de apoyo.• Programas de desarrollo d<strong>el</strong> niño en laprimera infanciaprogramas, como <strong>el</strong> Programa Integrado deDesarrollo d<strong>el</strong> Niño, llevado a cabo en Bolivia, ofrecenintervenciones psicosociales, sanitarias y nutricionalescomplementarias. Otros programas se centranespecíficamente en brindar a los niños oportunidadesadecuadas de estimulación (Banco Mundial, 2005b).En <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> Programa de Educación de la Madre y<strong>el</strong> Niño y d<strong>el</strong> Proyecto de Educación d<strong>el</strong> Niño en laPrimera Infancia, ejecutados respectivamente enTurquía y la India, se enseña a las madres ainteractuar con sus hijos y a estimularlos (BancoMundial, 2005b). Una alternativa para los niños máspequeños son las guarderías, que en la medida de loposible están vinculadas a los centros sanitarioslocales que pueden proporcionar servicios detratamiento antiparasitario y otros tipos de servicios.Problemas multidimensionalesEn muchos casos, no es un solo problema sino variosque, en conjunto, contribuyen a aumentar <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>y obstaculizan <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong> en la primera infancia.Estas situaciones requieren una serie deintervenciones.Los programa de desarrollo d<strong>el</strong> niño en la primera• Programas integradosinfancia, destinados normalmente a niños de más dede nutrición y atencióntres años de edad, puede contribuir al continuodesarrollo cognitivo. Las evaluaciones hanLos programas integrados abarcan variasdemostrado su eficacia en producir beneficiosintervenciones. Cuando se administran complementosduraderos para la int<strong>el</strong>igencia y la futuraalimenticios a una mujer embarazada, también es unproductividad (Banco Mundial, 2005b). Algunosbuen momento para prestarle asesoramiento sobrecómo cuidarse y cómo cuidar a su hijoFigura 4.3 — <strong>El</strong> aceite yodado aumenta la capacidad int<strong>el</strong>ectual de los niñosdurante la gestación y la primerainfancia. Los niños, a la vez que recibenDesarrollo psicomotor de los niños cuyas madres recibieron tratamiento con aceite yodado en <strong>el</strong> Zaireapoyo nutricional, pueden serestimulados. Los programas pueden serdiferentes en función de la situación. LosNiños de madrestratadasprogramas de salud y nutrición de laNiños de madres madre y <strong>el</strong> hijo, tratamiento integrado ded<strong>el</strong> grupo de controllas enfermedades infantiles y desarrollod<strong>el</strong> niño en la primera infancia estántodos <strong>el</strong>los destinados a ofrecer una serieGrupo de edad (meses)de intervenciones adecuadas para losdistintos contextos.Desarrollo psicomotorFuente: Vanderpas y Thilly, 1994.67


4. Intervenciones prácticas4.2 Intervenciones en la edad escolarPara los niños en edad escolar, las intervenciones debenabordar los problemas r<strong>el</strong>acionados con la escasaescolarización y la asistencia, la capacidad de atenciónlimitada, las carencias de micronutrientes y una falta deformación y conocimientos específicos para hacer frenteal <strong>hambre</strong>. En la Figura 4.4, se presentan algunas de lasintervenciones más eficaces, basadas en la experienciasobre <strong>el</strong> terreno. Cada intervención resulta efectiva paraalcanzar ciertos objetivos y puede ser necesario encontraruna combinación adecuada para ciertos contextos.Escasa escolarización y asistencia a la escu<strong>el</strong>aVarias intervenciones han demostrado serparticularmente eficaces para aumentar los índices deescolarización y asistencia a la escu<strong>el</strong>a en zonasdonde <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> es prevalente: alimentación escolar,transferencias condicionales (raciones para llevar acasa y transferencias de efectivo) y reducciones de losderechos escolares. Ahora bien, la ausencia derecursos fundamentales, como profesores o escu<strong>el</strong>as,también afectará negativamente a estos parámetros.• Alimentación escolarLa alimentación escolar consiste en ofrecer a losalumnos una comida o una merienda a lo largo de lajornada escolar. La comida actúa como incentivo parala asistencia, lo que aumenta <strong>el</strong> número de matrículas,en particular de niñas, en lugares donde <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> y ladesnutrición son un problema (véase la Figura 4.3). EnBangladesh, gracias a un programa de alimentaciónescolar que abarcó 6.000 escu<strong>el</strong>as, se consiguióincrementar <strong>el</strong> índice de escolarización en un 14,2%(Ahmed, 2004). Según <strong>el</strong> Programa Mundial deAlimentos para la Educación, la tasa de escolarizaciónaumentó, en promedio, un 10,4% —y en un 11,7%en <strong>el</strong> caso de las niñas— en las 4.000 escu<strong>el</strong>asabarcadas por <strong>el</strong> estudio. Otros estudios han puesto demanifiesto la obtención de resultados positivos en losAndes peruanos (Pollitt y otros, 1996), Malawi (UNICEF,2002b) y la India (Laxmaiah y otros, 1999).No obstante, estos programas son mucho más eficacessi se reúnen ciertas condiciones. En primer lugar, lascomidas deberán proporcionarse con la suficienteregularidad a fin de constituir un auténtico incentivopara que los alumnos se matriculen y permanezcan enla escu<strong>el</strong>a. En segundo lugar, las comidas deberántener <strong>el</strong> suficiente valor económico para compensar loscostos de oportunidad en que incurren las familias porenviar a los niños a la escu<strong>el</strong>a 18 . Por este motivo y entercer lugar, la alimentación escolar su<strong>el</strong>e ser más eficazcuando existe <strong>hambre</strong> y pobreza graves pero noextremas (Levinger, 1986; PMA y otros, 1999). CuandoFigura 4.4 — Resumen de las intervenciones que se llevan a cabo en los niños en edad escolarBajas tasas de matrículay asistencia escolar• Alimentación escolar• Raciones para llevar a casa ytransferencias de efectivo• Reducción de los derechos de matrícula• Infraestructura y capacidad¿Cuál es <strong>el</strong>problema?Capacidad de atenciónreducidaCarencias demicronutrientes• Alimentación escolar• Suplementos de micronutrientes/enriquecimiento de los alimentos• Tratamiento antiparasitario• Huertos escolares y familiaresFalta de habilidades yconocimientosespecíficos• Capacitación sobre nutrición y salud(incluido <strong>el</strong> VIH/SIDA)• Capacitación agrícola68


las personas viven en condiciones miserables, lascomidas no ofrecen suficiente compensación a lasfamilias, y éstas por tanto prefieren que los niños sequeden en casa para trabajar. En cuarto lugar, donde laalimentación escolar tiene mayores repercusiones enlos índices de matriculación y de asistencia es en zonasen que <strong>el</strong> número de niños sin escolarizar es <strong>el</strong>evado. Sila mayoría de los niños ya van a la escu<strong>el</strong>a, losprogramas de alimentación sólo tendrán unasrepercusiones limitadas (Levinger, 1986; PMA y otros,1999). Por último, los padres y las comunidades tienenque conocer las ventajas y las limitaciones d<strong>el</strong>programa y participar activamente en su ejecución(PMA y otros, 1999) 19 .• Raciones para llevar a casa y transferenciasde efectivolas becas y estipendios pueden contribuir a cubrir loscostos indirectos y de oportunidad. En Bangladesh,gracias a un estipendio que cubría las tasas, los libros, losuniformes y <strong>el</strong> trasporte, <strong>el</strong> número de matrículasaumentó hasta duplicar la media nacional (BancoMundial, 2003). En México, en <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> programaOportunidades (anteriormente denominado PROGRESA)se conceden asignaciones en efectivo a las familiaspobres para compensar los costos de oportunidadasociados al hecho de enviar a los niños a la escu<strong>el</strong>a. Enparticular, este programa permitió aumentar <strong>el</strong> índice deescolarización de las niñas y en la actualidad sirve demod<strong>el</strong>o para otros programas de transferencia deefectivo de América Latina (Schultz, 2004; Morley yCoady, 2003).Las raciones para llevar a casa y las transferencias deefectivo (así como la alimentación escolar), cuandoLas raciones para llevar a casa y las transferencias deestán bien dirigidas y adaptadas a las condicionesefectivo también pueden ayudar a que los niños vayanlocales como se ha indicado, pueden mejorara la escu<strong>el</strong>a, aunque, al igual que ocurre con larápidamente los índices de matrícula y asistenciaalimentación escolar, resultan más eficaces cuando vanescolar. Ahora bien, este incremento puede tenerdirigidas a niños desnutridos y a familias pobres. Estastambién sus desventajas. Uno de los temores es que <strong>el</strong>raciones consisten en unas determinadas cantidades deexcesivo número de alumnos empeore la calidad de laalimentos que se entregan a los escolares a intervalosenseñanza, dando al traste con los objetivos educativosregulares para que los lleven a sus familias. A veces s<strong>el</strong>es denomina transferencia condicional, ya qu<strong>el</strong>os alimentos se dan con la "condición" de qu<strong>el</strong>os padres envíen al niño a la escu<strong>el</strong>a conFigure 4.5 — La alimentación escolar logra que los niños y las niñasvayan a la escu<strong>el</strong>aregularidad. En <strong>el</strong> Camerún, estas racionesAumento de los índices anuales de escolarización en las escu<strong>el</strong>as acogidas a los programashicieron incrementar en promedio <strong>el</strong> índice deescolarización de las niñas un 27% (FAS Online,de alimentación escolar en <strong>el</strong> África subsaharianaAumento d<strong>el</strong> porcentaje2005). En <strong>el</strong> Pakistán, las familias de cada una deEscu<strong>el</strong>as acogidas a un programalas alumnas que asistían a la escu<strong>el</strong>a durante almenos 20 días recibían una lata de 5 litros dede alimentación escolarCongoaceite vegetal al mes, un producto básicovaliosísimo para <strong>el</strong>las. De esta forma, secontribuía a modificar la actitud de los padresacerca de la educación de la mujer, y las familiasSierra Leonapodían aceptar mejor que se instruyera a susNiñoshijas (PMA, 2001). En Marruecos y <strong>El</strong> Níger seEscu<strong>el</strong>as con un nuevo programaNiñasde alimentación escolarhan logrado resultados similares (PMA, 2001).Las transferencias de efectivo también puedenaumentar los índices de escolarización. Asimismo,Sierra LeonaFuente: Resultados de la encuesta sobre alimentación escolar, PMA, 2004.69


4. Intervenciones prácticasRecuadro 4.2 — ¿Perjudica al <strong>aprendizaje</strong> un número excesivo de niños en <strong>el</strong> aula(r<strong>el</strong>ación demasiado <strong>el</strong>evada)? Datos de BangladeshEn 1993, <strong>el</strong> Gobierno de Bangladesh puso en marcha un programa de alimentación para la educación destinado aaumentar la asistencia en las escu<strong>el</strong>as. <strong>El</strong> programa era sencillo: ofrecía una ración mensual de comida gratis a lasfamilias pobres de las zonas rurales, a condición de que matricularan a sus hijos en la escu<strong>el</strong>a y éstos acudieran a<strong>el</strong>la <strong>el</strong> 85% d<strong>el</strong> tiempo. Los padres podrían consumir la ración o venderla para comprar otros artículos esenciales.En un sentido, <strong>el</strong> programa fue todo un éxito. Los índices de asistencia aumentaron, especialmente en <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong>as niñas, y cuando <strong>el</strong> programa finalizó en 2002, los niños beneficiarios representaban <strong>el</strong> 13% de los alumnos d<strong>el</strong>a escu<strong>el</strong>a primaria. Pero este éxito provocó otro problema: <strong>el</strong> excesivo número de alumnos en las aulas (ratiodemasiado <strong>el</strong>evada). En las aulas de las escu<strong>el</strong>as participantes, <strong>el</strong> porcentaje de alumnos era un 22% superior al d<strong>el</strong>as demás escu<strong>el</strong>as. <strong>El</strong> temor era que <strong>el</strong> gran número de alumnos en las clases mermara la calidad de la educación.De hecho, los análisis con múltiples variantes llevados a cabo por <strong>el</strong> Instituto Internacional de Investigaciones sobrePolíticas Alimentarias demostraron que esas preocupaciones carecían de fundamento. <strong>El</strong> número de alumnos en <strong>el</strong>aula no afectaba significativamente a la enseñanza. Pero se puso de manifiesto otro problema: la capacidad de losniños que participaban en <strong>el</strong> programa era en promedio menor, en parte porque habían sufrido privacionesnutricionales en etapas anteriores de su vida y en parte porque sus padres se implicaban menos en sus estudios.Esta menor capacidad sí influía en la experiencia educativa de los alumnos que no estaban acogidos al programa,ya que <strong>el</strong> profesor se veía obligado a avanzar más despacio. Según <strong>el</strong> estudio, los efectos empezaban a serimportantes cuando la proporción de estudiantes que participaban en <strong>el</strong> programa representaba <strong>el</strong> 44% d<strong>el</strong> total.Estos efectos se vieron en parte compensados por los criterios de rendimiento mínimos que se exigían en lasescu<strong>el</strong>as para poder acogerse al programa. En términos generales, según <strong>el</strong> estudio, las repercusiones d<strong>el</strong> númeroexcesivo de alumnos en las aulas eran escasas, y <strong>el</strong> impacto en la calidad de la enseñanza de las menorescapacidades de los alumnos que participaban en <strong>el</strong> programa podía compensarse con creces fijando unos niv<strong>el</strong>es derendimiento en las escu<strong>el</strong>as en las que se había implantado <strong>el</strong> programa.Fuente: Ahmed, 2003.d<strong>el</strong> programa e induciendo, en último término, a lospadres a sacar a sus hijos de la escu<strong>el</strong>a. Pocos estudioshan investigado esta cuestión de forma sistemática,pero según uno reciente llevado a cabo en Bangladesh(véase <strong>el</strong> Recuadro 4.2), <strong>el</strong> exceso de alumnos nomerma en sí <strong>el</strong> rendimiento educativo. Sin embargo, lallegada de nuevos estudiantes a las clases con menorcapacidad puede (si no se controla) incidirnegativamente en la calidad de la enseñanza. Otrapreocupación, que se examina más en detalle acontinuación, es que debido a los incrementos de losíndices de matrícula y asistencia, los recursos d<strong>el</strong>sistema educativo puedan resultar insuficientes.• Reducción de los derechos de matrículaLa reducción o supresión de los derechos dematrícula es otra forma de permitir a los niños suasistencia a la escu<strong>el</strong>a. En un informe con datos ypolíticas extraídas de la publicación What Works inGirls’ Education se afirma: "La forma más rápida ydirecta que tienen a su alcance los gobiernos paraincrementar la escolarización es reducir los gastosdirectos e indirectos y los costos de oportunidad"(Herz y Sperling, 2004: 9). En Uganda, <strong>el</strong> númerode matrículas aumentó un 70% después de que seredujeran los derechos de matrícula en <strong>el</strong> marco deuna importante serie de mejoras escolares (Bruns yotros, 2003; Deininger, 2003). En Tanzanía, <strong>el</strong>índice de asistencia se duplicó tras la supresión deestos derechos (Bruns y otros, 2003) 20 .Si bien estos incrementos constituyen un important<strong>el</strong>ogro, pueden suponer un lastre para <strong>el</strong> sistemaeducativo. <strong>El</strong> problema es doble: por una parte, haymás niños en la escu<strong>el</strong>a que necesitan recursos y, porotra, se ha perdido un medio fundamental para70


obtener recursos, a saber, los derechos de matrícula.En general, las ventajas de reducir las tasas (yproporcionar alimentación escolar, raciones para llevara casa y transferencias de efectivo) superan a loscostos, pero es preciso planificar las consecuenciasque <strong>el</strong>lo tendrá en <strong>el</strong> sistema (Proyecto d<strong>el</strong> Milenio d<strong>el</strong>as Naciones Unidas, 2005b).• Mejora de la infraestructura y de lacapacidadLas ventajas de aumentar la asistencia a la escu<strong>el</strong>amediante la alimentación escolar, la raciones parallevar a casa, las transferencias de efectivo y lareducción de las tasas escolares no podránobtenerse si no se cuenta con los recursos básicospara <strong>el</strong> <strong>aprendizaje</strong>. Estos recursos son lossiguientes: infraestructura e instalaciones, materialdidáctico, recursos humanos (directores y profesores)y administración de escu<strong>el</strong>as (UNESCO, 2004). Sin<strong>el</strong>los, la calidad y <strong>el</strong> valor de la enseñanzadisminuyen. Las estrategias gubernamentalesdestinadas a aumentar <strong>el</strong> índice de asistencia debencombinarse con unos recursos suficientes paramantener la capacidad d<strong>el</strong> sistema educativo.Menor capacidad de atenciónIncluso cuando se consigue que <strong>el</strong> niño vaya a laescu<strong>el</strong>a, éste se puede ver afectado por <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>transitoria, que se produce por no haber hechouna comida o caminar largas distancias a la escu<strong>el</strong>acon <strong>el</strong> estómago r<strong>el</strong>ativamente vacío. Este tipo de<strong>hambre</strong> es la principal causante de la disminuciónde la capacidad de atención y de la incapacidadpara concentrarse en <strong>el</strong> aula, lo que provoca amenudo un bajo rendimiento académico. En estoscasos, las intervenciones basadas en laalimentación escolar pueden ser de ayuda.• Alimentación escolarCada vez hay más pruebas de que los programas dealimentación escolar permiten luchar eficazmentecontra <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> transitoria y mejorar la capacidad deatención y la función cognitiva de los escolares. EnBangladesh, gracias a un programa de alimentaciónescolar d<strong>el</strong> que se beneficiaron en torno a un millónde alumnos mejoraron los resultados de los tests un15,7% (Ahmed, 2004). En <strong>el</strong> marco de un estudiorealizado en Jamaica, los niños que realizaron unacomida en la escu<strong>el</strong>a mejoraron sus resultados enaritmética (y <strong>el</strong> índice de asistencia escolar) despuésde un semestre en comparación con las clases decontrol (Simeon, 1998). Sin embargo, los resultadosde otros estudios han sido menos concluyentes(PMA y otros, 1999). Estas discrepancias podríanobedecer a problemas metodológicos, o a fallos enla concepción de determinados programas.Recuadro 4.3 — Lo que no puede hacer la alimentación escolar…La alimentación escolar ofrece posibilidades para abordar factores que afectan al <strong>aprendizaje</strong>, como las bajas tasas dematrícula y de asistencia, <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> a corto plazo o las carencias de micronutrientes. Pero no siempre es apropiadapara perseguir otros objetivos:• No hay pruebas concluyentes de que produzca mejoras a largo plazo en <strong>el</strong> estado nutricional de los estudiantes.• No mejora <strong>el</strong>ementos fundamentales de la calidad de la educación, como <strong>el</strong> plan de estudios, <strong>el</strong> material didáctico,la infraestructura escolar y la formación d<strong>el</strong> profesorado.• Puede que no siempre llegue a los más pobres entre los niños pobres, ya que quizá las comidas no ofrezcansuficiente compensación inmediata a los hogares paupérrimos como para compensar los costos directos y deoportunidad de enviar a los hijos a la escu<strong>el</strong>a.Fuente: Allen y Gillespie, 2001; <strong>el</strong> PMA y otros, 1999; Levinger, 1986.71


4. Intervenciones prácticasEstas constataciones destacan la importancia dediseñar los programas lo más eficazmente posible.Resulta fundamental, por ejemplo, dar las comidaspronto por la mañana, es decir, antes o durante lashoras lectivas. <strong>El</strong> análisis de diversos estudios empíricospuso de manifiesto que <strong>el</strong> desayuno mejora en brevetiempo determinadas capacidades para aprender (enespecial la memoria), <strong>el</strong> estado nutricional y laasistencia a la escu<strong>el</strong>a (Cueto, 2001). Otros estudioshan dado resultados semejantes (véanse Grantham-McGregor y otros, 1998, en Jamaica; y Noriega yotros, 2000, en México) 21 . Asimismo es fundamentaladaptar <strong>el</strong> tamaño y la composición de las meriendaso comidas a las necesidades nutricionales locales.Carencias de micronutrientesLas carencias de micronutrientes, que difícilmentepermiten alcanzar <strong>el</strong> “crecimiento de recuperación” yreducen <strong>el</strong> rendimiento académico de los escolares,pueden tratarse administrando suplementos yenriqueciendo los alimentos, así como con medidastales como <strong>el</strong> tratamiento antiparasitario y laplantación de huertos escolares y familiares.Recuadro 4.4 — Madagascar: la escu<strong>el</strong>a como mediode hacer frente a las carencias de yodoLas carencias en yodo pueden disminuir <strong>el</strong> CI en 15 puntos, perolos suplementos de yodo son prohibitivamente caros. En los paísesdesarrollados, <strong>el</strong> problema se resu<strong>el</strong>ve con sal yodada. En <strong>el</strong> marcode un programa de focalización de recursos para una efectivasalud escolar (Programa de promoción de la salud en las escu<strong>el</strong>as[FRESH]) puesto en marcha en la prefectura de Fort Dauphin, enMadagascar, se abordó <strong>el</strong> tratamiento de la carencia d<strong>el</strong> yodo en <strong>el</strong>aula de un país en desarrollo. Los profesores explicaron en clase losdaños que podía causar la carencia de este nutriente y luegopidieron a los alumnos que trajeran de casa una muestra de sal demesa. Utilizando un maletín de pruebas preparado por <strong>el</strong> UNICEF,los escolares y los profesores comprobaron que ninguna de lasmuestras de sal estaba yodada. Los alumnos informaron a suspadres y las ventas de sal normal fueron a pique. Los comerciantesse apresuraron a llenar sus estantes de sal yodada. En 2002, 232escu<strong>el</strong>as habían puesto a prueba los suministros locales de sal.Fuente: Banco Mundial, 2002• Suplementos de micronutrientes yenriquecimiento de alimentosAlgunas de las formas más eficaces de tratar lascarencias de yodo y hierro son <strong>el</strong> enriquecimiento dealimentos y la aportación de suplementos. La sal yodadapuede administrarse a través de los programas dealimentación escolar y las raciones para llevar a casa. Lossuplementos de hierro también pueden proporcionarse alos niños en las clínicas escolares o en <strong>el</strong> marco de lascomidas servidas en los comedores escolares. En la India,gracias a los suplementos de hierro se <strong>el</strong>iminaron lasdiferencias en <strong>el</strong> rendimiento escolar entre los niños concarencias y los demás (Sheshadri y Golpaldas, 1989,citado en D<strong>el</strong> Rosso y Marek, 1996). También es posibleenriquecer con hierro alimentos como <strong>el</strong> trigo y la sal.• Tratamiento antiparasitarioLos parásitos intestinales, a los que a veces sedenomina por su nombre científico, como laesquistosoma y los h<strong>el</strong>mintos, pueden contribuir aprovocar graves carencias de micronutrientes, entre<strong>el</strong>las la anemia. Los parásitos, que afectan a unos400 millones de niños en todo <strong>el</strong> mundo, puedeningerirse a través d<strong>el</strong> agua contaminada de los ríos odirectamente d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o y dificultan la absorciónpor <strong>el</strong> niño de los nutrientes presentes en losalimentos. Los tratamientos antiparasitarios(consistentes normalmente en la administraciónde comprimidos) puedan ayudar a hacer frentea este problema. La evaluación d<strong>el</strong> proyectopiloto ejecutado en <strong>el</strong> Níger demostró que latasa de prevalencia media de esquistosomadescendió en las zonas más afectadas d<strong>el</strong> 67%al 4% (PMA, 2005e). Un éxito similar se haconseguido con los h<strong>el</strong>mintos en Sierra Leona yotras partes (OMS, 2005a).• Huertos escolares y familiaresUna dieta variada es la mejor forma de subsanarlas carencias de micronutrientes (UNICEF eIniciativa sobre Micronutrientes, 2004). Lasverduras y hortalizas que pueden cultivarse en loshuertos ofrecen una mayor diversidad de vitaminas72


y minerales que la de las dietas básicas de los niños quepadecen <strong>hambre</strong>. Los huertos familiares sonparticularmente eficaces, ya que los niños tienen accesoa alimentos más variados de forma más regular. Loshuertos escolares también proporcionan losmicronutrientes necesarios, si bien en cantidades máslimitadas y de forma menos sistemática. Asimismo, espreciso adoptar medidas para que los niños (y no losfuncionarios de las escu<strong>el</strong>as) se beneficien de losproductos de estos huertos.Habilidades y conocimientos inadecuados parahacer frente al <strong>hambre</strong>Los niños pueden adquirir habilidades y conocimientosaplicables de forma inmediata para ayudarles a hacerfrente al <strong>hambre</strong> a través de cursos de capacitaciónsobre <strong>el</strong> VIH/SIDA, sesiones de orientación dirigidas alas jóvenes adolescentes antes d<strong>el</strong> embarazo y otraformación impartida sobre nutrición y salud.• Capacitación sobre nutrición y saludLa adquisición de conocimientos y <strong>el</strong> desarrollo deactitudes y habilidades para mejorar la salud, la higieney la nutrición pueden empezar con enseñanzas muysimples, como lavarse las manos o almacenar losalimentos de forma segura. En <strong>el</strong> marco de un proyectopara la promoción de la salud en las escu<strong>el</strong>as, que s<strong>el</strong>levó a cabo con gran éxito, se enseñó a los niños deMadagascar la importancia de consumir sal yodada(véase <strong>el</strong> Recuadro 4.4). Estas intervenciones dotan a losniños de las habilidades necesarias para mejorar lautilización de los alimentos, ayudándoles a s<strong>el</strong>eccionarlos más adecuados (por ejemplo, sal yodada en lugar deordinaria) y evitar la enfermedad (por falta de higiene omalos hábitos de almacenamiento) y permitir así a sucuerpo la absorción de los nutrientes.Los programas basados en la escu<strong>el</strong>a tambiénofrecen la oportunidad de prevenir y reducir laextensión d<strong>el</strong> VIH, que tan perjudiciales efectos tienepara la seguridad alimentaria (OMS, 1999). Laescu<strong>el</strong>a primaria puede brindar la posibilidad dedirigirse a los jóvenes antes de que inicien su vidasexual y cuando menos probabilidad hay de que secontagien (PMA, 2004a). Las adolescentes tambiénpueden aprender en la escu<strong>el</strong>a las ventajas de retrasarRecuadro 4.5 — La capacitación sobre nutrición modifica las conductas en MalíEn Malí, <strong>el</strong> Gobierno y las organizaciones no gubernamentales (ONG) competentes se dieron cuenta de que los habitantes de laszonas rurales empezaban a sufrir malnutrición, no por una tragedia repentina, sino porque no conocían los principios básicos de lanutrición. <strong>El</strong> Proyecto Nacional de Comunicaciones fue concebido para transmitir a esta población una serie de sencillos mensajessobre nutrición, como las virtudes de la lactancia, los tratamientos para atajar las carencias de vitamina A y la responsabilidad de loshombres respecto a la nutrición de las mujeres y los niños. En primer lugar, se organizaron sesiones de orientación para las mujeres,mientras que los hombres participaron en representaciones, en reuniones comunitarias y en programas de radio, incluida unaradionov<strong>el</strong>a titulada Sah<strong>el</strong>i Sama (<strong>El</strong>efante d<strong>el</strong> desierto), que gozó d<strong>el</strong> favor d<strong>el</strong> público de todo <strong>el</strong> país.La evaluación sobre los efectos d<strong>el</strong> programa transcurridos cinco años fue la siguiente:• la malnutrición aguda de los niños menores de tres años disminuyó d<strong>el</strong> 38% al 28% en las aldeas que participaronen <strong>el</strong> programa pero no varió en las demás;• la malnutrición crónica, o retraso d<strong>el</strong> crecimiento, se redujo d<strong>el</strong> 46% al 31% en las aldeas que participaron en <strong>el</strong>programa pero no varió en las demás; y• <strong>el</strong> número de niños que reciben la primera leche materna (o calostro) aumentó d<strong>el</strong> 25% al 58% en las aldeasacogidas al programa pero sólo d<strong>el</strong> 30% al 42% en las demás.En términos generales, de la evaluación se desprende que <strong>el</strong> programa de capacitación sobre nutrición fue un éxito, ysu eficacia en r<strong>el</strong>ación con los costos comparable con la de otras intervenciones nutricionales en la primera infancia.Fuente: Parlato y Seid<strong>el</strong>, 1998.73


4. Intervenciones prácticassu primer embarazo y recibir información sobre susnecesidades nutricionales en caso de quedarembarazadas (Shrimpton, 2001).• Capacitación agrícolaLos huertos escolares, además de variar en ciertamedida la dieta, brindan a los niños, en particular alos de las zonas rurales, la oportunidad de aprendera utilizar las técnicas de producción agrícola y atratar las enfermedades de las plantas (cf. Desmondy otros, 2004). En algunos casos, la horticultura seintegra en <strong>el</strong> plan de estudios mediante clasesespecíficas; otras veces es una actividad optativa. Encualquier caso, estos programas deberán gestionarsecuidadosamente o se correrá <strong>el</strong> riesgo de que <strong>el</strong>trabajo de los alumnos se utilice simplemente paraproducir cultivos de los que se beneficiarán losfuncionarios y los profesores de la escu<strong>el</strong>a.Problemas multidimensionalesEn muchos casos, se dan varios problemas a la vez,por lo que convendrá diseñar series deintervenciones que se reforzarán mutuamente parasubsanar los problemas.• Programas integradosAl ser lugares de congregación de niños, las escu<strong>el</strong>assu<strong>el</strong>en constituir una plataforma eficaz para diversasintervenciones. Existen dos programas quedemuestran <strong>el</strong> tipo de medidas que se pueden aplicar.En <strong>el</strong> marco d<strong>el</strong> programa FRESH se definen cuatrocomponentes que en la medida de lo posible deberíanestar presentes a la vez en todas las escu<strong>el</strong>as (UNESCOy otros, 2000): políticas escolares r<strong>el</strong>acionadas con lasalud; suministro de agua salubre y saneamiento;educación sanitaria basada en las habilidades; yservicios de salud y nutrición prestados en la escu<strong>el</strong>a.La iniciativa de prestación de un conjunto mínimo deservicios combina una serie de intervenciones, entre<strong>el</strong>las las siguientes: alimentación escolar, tratamientoantiparasitario, educación sobre salud y nutrición,administración de suplementos de micronutrientes einformación sobre <strong>el</strong> VIH/SIDA.4.3 Intervenciones en la edad adultaLos problemas que se plantean en la edad adulta sonunos medios de subsistencia inadecuados, la falta dehabilidades y conocimientos específicos y la escasacapacidad de concentración y los bajos índices deasistencia. Todas las intervenciones puestas en prácticapara abordarlos (Figura 4.6) deben considerarse en <strong>el</strong>contexto de las actividades más amplias de desarrollo.<strong>El</strong> <strong>aprendizaje</strong> debe formar parte de un enfoqueintersectorial (agricultura, salud, gestión de los recursosnaturales y administración local) que complemente laformación con mayores oportunidades para aplicarlo.Los programas de educación de adultos por sí solospueden fácilmente no funcionar.Falta de habilidades y conocimientos específicosA veces, <strong>el</strong> aspecto que más limita a las familias quedeben hacer frente al <strong>hambre</strong> son sus medios desubsistencia. Sencillamente, no producen suficientesalimentos —o no ganan lo suficiente paracomprarlos— para garantizar que todos losFigura 4.6 — Resumen de las intervenciones que se realizan en la edad adulta¿Cuál es <strong>el</strong>problema?Falta de habilidadesy conocimientosespecíficosCapacidadde concentraciónreducida/ bajosíndices de asistencia• Capacitación técnica• Alfabetización• Capacitación sobre nutrición• Raciones para llevar a casa• Capacitación pertinente74


Recuadro 4.6 — Las raciones para llevar a casa aumentan la eficacia d<strong>el</strong> programa dealfabetización de adultos en Burkina FasoEntre 2000 y 2004 <strong>el</strong> PMA y otros asociados suministraron ayuda alimentaria (consistente en raciones para llevar acasa) a los participantes en centros de alfabetización de adultos de 25 de las provincias más pobres y con mayoresproblemas de inseguridad alimentaria de Burkina Faso. Los objetivos eran aumentar la asistencia (reduciendo los costosde oportunidad) y mejorar <strong>el</strong> rendimiento (atajando <strong>el</strong> <strong>hambre</strong> transitoria), especialmente de las mujeres. La evaluaciónde la actividad, en la que se compararon los resultados de los centros que recibieron alimentos con los índices d<strong>el</strong> restode los centros en <strong>el</strong> plano nacional, puso de manifiesto lo siguiente:• en 2000-2001, la asistencia alimentaria aumentó un 7% <strong>el</strong> número de personas que completaron las dos fases d<strong>el</strong> cursode alfabetización (<strong>el</strong> 84% frente a un 77%). La diferencia en <strong>el</strong> caso de las mujeres fue de un 10%; y• los índices de abandono d<strong>el</strong> curso fueron en la mayoría de las fases de éste entre un 4% y un 5% inferior en laslocalidades que recibieron alimentos que en <strong>el</strong> resto de los centros d<strong>el</strong> país.De los resultados se infiere que, en determinadas circunstancias, la ayuda alimentaria puede aumentar los índices deasistencia y <strong>el</strong> rendimiento en las clases de alfabetización de adultos.Fuente: Silvereano-V<strong>el</strong>is, 2003.miembros de la familia estén debidamentealimentados. En estos casos, la formación de adultosdebería centrarse en la adquisición de capacidades yla alfabetización. A veces, sin embargo, <strong>el</strong> factor qu<strong>el</strong>imita a un hogar hambriento no son los medios desubsistencia, sino los conocimientos r<strong>el</strong>ativos a lanutrición. Puede que en ese hogar no se tomen losalimentos adecuados, que no se utilicen los debidosmétodos de saneamiento o que falten conocimientosprácticos sobre cómo prevenir ciertas enfermedades.En este caso, la capacitación sobre nutrición y laalfabetización pueden resultar especialmente útiles.• Capacitación técnicaLa capacitación técnica, sobre microcréditos, extensiónagrícola o actividades de generación de ingresos, puedemejorar los medios de subsistencia y contribuir a hacerfrente al <strong>hambre</strong>, por cuanto aumenta la producción dealimentos (por ejemplo, extensión agrícola) o losrecursos para comprarlos en <strong>el</strong> mercado (por ejemplo,microcréditos y actividades de generación de ingresos).Para que sean lo más eficaces posible, las intervencionesde formación de adultos deben integrarse en lasiniciativas encaminadas a apoyar la economía localmediante la potenciación de la capacidad de acción d<strong>el</strong>a población local, con frecuencia precedidas por unproceso de descentralización. Esto permite a lascomunidades ejercer un cierto control sobre susservicios sociales y actividades productivas locales, yofrece una auténtica oportunidad de aplicar loaprendido. A raíz de un análisis de la capacitación y laalfabetización dirigida a mejorar los medios desubsistencia, se comprobó que "los programas queempiezan centrándose en la capacidad para ganarse <strong>el</strong>sustento tienen más posibilidades de éxito. Al fin y alcabo, pueden aportar una razón inmediata paraaprender" (Oxenham y otros, 2002: 2) 22 .• AlfabetizaciónLos programas de alfabetización de adultos son confrecuencia un complemento necesario de lacapacitación técnica (y sobre nutrición). Pero segúnalgunos estudios sobre las clases de alfabetizaciónimpartidas aisladamente, son pocos los datos quedemuestran la corr<strong>el</strong>ación entre estas clases y <strong>el</strong>aumento de los ingresos (Valerio, 2003) 23 . Sin lamotivación de un objetivo práctico, <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de lasclases de alfabetización de adultos es a menudo muybajo y la recaída en <strong>el</strong> analfabetismo muy alta (Abadzi,2003). Por consiguiente, es fundamental v<strong>el</strong>ar por queexista una "demanda" de alfabetización.Con todo, se sabe que la alfabetización confiere otrosbeneficios, como <strong>el</strong> de aumentar <strong>el</strong> apoyo de lospadres a la escolarización y <strong>el</strong> compromiso social ypolítico y <strong>el</strong> de lograr que las familias estén más sanas75


4. Intervenciones prácticas(Ahmed, 1975; Lauglo, 2001). De todas estasconclusiones se infiere que la alfabetización de adultospuede ayudar a detener la transmisiónintergeneracional d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong>.• Capacitación sobre nutriciónLa capacitación sobre nutrición dirigida a madres ypadres puede mejorar <strong>el</strong> estado nutricional de sus hijos.Según estudios recientes, la capacitación de las madressobre nutrición mejora, por sí sola, las perspectivas de lasiguiente generación de niños de un modo queanteriormente sólo se consideraba posible con unaeducación de tipo más formal (Webb y Block, 2004). Lacapacitación puede adoptar diversas formas. En algunoscasos, está integrada en otros programas de salud,como los de atención pre y postnatal para madres ehijos. Pero también puede estar combinada con otrasactividades de desarrollo. En Malí, un programa deformación de este tipo aportó buenos resultados sinque se combinara con otras intervenciones nutricionalesdirectas (véase <strong>el</strong> Recuadro 4.5).Escasa capacidad de concentración y bajosíndices de asistenciaLos costos de oportunidad su<strong>el</strong>en ser mucho mayoresque los costos indirectos de la capacitación ycorresponden al valor de aqu<strong>el</strong>lo a lo que las personasque la reciben deben renunciar. Estos costos incluyenlos ingresos no obtenidos (a causa d<strong>el</strong> tiempo que nose dedicó a trabajar en los campos o a despachar enuna tienda) y las oportunidades de ocio perdidas.• Capacitación pertinenteLos costos de oportunidad a menudo se traducen en laexclusión de la capacitación de un segmento de lapoblación. Contribuyen a un alto índice de absentismo yabandono de la capacitación y a un bajo índice de éxito,en particular en <strong>el</strong> caso de las formaciones (como loscursos de alfabetización) que tardan más en demostrarsus frutos. Por consiguiente, los programas decapacitación destinados a las poblaciones que padecen<strong>hambre</strong> deben mostrar razones claras e inmediatas paraacogerse a <strong>el</strong>los y perseverar en la asistencia al curso, yofrecer como expectativa que la paliación d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong> yla mejora de los medios de subsistencia superarán a loscostos que conlleva la asistencia.• Raciones para llevar a casaAsimismo se ha demostrado que las raciones parallevar a casa pueden en cierta medida contrarrestar losefectos de los costos de oportunidad y aumentar laasistencia. Los costos de oportunidad para las personasque padecen <strong>hambre</strong> su<strong>el</strong>en estar r<strong>el</strong>acionados con <strong>el</strong>acopio de alimentos para la subsistencia cotidiana, y laración para llevar a casa compensa algunos de estoscostos. Muchos programas de capacitación hanregistrado una asistencia superior y mejores resultadosdespués de haber distribuido comida a los participantes(véase <strong>el</strong> Recuadro 4.6).<strong>El</strong> <strong>hambre</strong> puede también dificultar la concentración unavez que la persona se ha inscrito en un curso decapacitación. <strong>El</strong> participante puede sentirse sin energía oestar distraído y tener problemas para asimilar realment<strong>el</strong>o que se le está enseñando. Con las raciones para llevar acasa se garantiza que los participantes dispongan de unaalimentación suficiente para centrarse en lo que se les estáexplicando y sacar mayor provecho de la capacitación.Problemas multidimensionalesCuando sea posible, se pueden combinar los distintostipos de capacitación (habilidades, alfabetización ynutrición) en lo que a veces se denomina "programas depotenciación de la capacidad de acción". En estosprogramas se reconoce que los problemas sonmultidimensionales y que los distintos <strong>el</strong>ementos de unaestrategia multidimensional se refuerzan mutuamente. Laalfabetización permite adquirir las capacidades y laconfianza para emprender actividades generadoras deingresos. La capacidad de acción que confiere <strong>el</strong> éxito enestos ámbitos propicia una mayor apertura hacia nuevasideas y, en <strong>el</strong> caso de las mujeres, permite adquirir unmayor poder de negociación para modificar loscomportamientos en <strong>el</strong> hogar y mejorar así la nutrición.Las raciones para llevar a casa también pueden servir, ensu caso, para aumentar la asistencia y la concentración.76


Intermezzo 4: Aumento de laalfabetización de adultos ydisminución d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong> en Uganda<strong>El</strong> programa de Alfabetización Funcional de Adultos,llevado a cabo con éxito en Uganda, enseñó a losbeneficiarios los conocimientos, actitudes y hábitosque les ayudan a luchar contra <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>. Pero pesea las buenas ideas y los importantes resultados, losdesafíos que plantea la descentralización podríandesac<strong>el</strong>erar los progresos hacia <strong>el</strong> objetivo d<strong>el</strong>Gobierno de lograr una alfabetización universal y ladisminución d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong>.Al igual que muchos países en desarrollo, Uganda seenfrenta a varios problemas difíciles: desde unas malascondiciones nutricionales hasta unos altos índices dedesempleo y pobreza. La esperanza de vida al nacer estan sólo de 45,7 años. Para hacer frente a estasdificultades, <strong>el</strong> Gobierno introdujo programas paramodernizar la agricultura (un sector en <strong>el</strong> que trabaja<strong>el</strong> 75% de la población) y fomentar <strong>el</strong> desarrollo rurala través de planes de microcréditos. Estos programaspresentaban un gran potencial para luchar contra <strong>el</strong><strong>hambre</strong> (además de contra otros problemas). Sinembargo, en un principio a quienes más beneficiaronfueron a personas alfabetizadas, ya que <strong>el</strong> resto de lapoblación carecía de la formación y las capacidadesnecesarias para aprovecharlos. Varios estudios quedemostraban <strong>el</strong> estrecho vínculo existente entre losíndices de alfabetización, <strong>el</strong> desarrollo económico y <strong>el</strong>bienestar social convencieron al Gobierno de que laalfabetización era una forma de mejorar la situaciónde la población analfabeta y hambrienta de Uganda.<strong>El</strong> programaA lo largo de la historia de Uganda se han llevadoa cabo numerosos programas de alfabetizacióndesde que los misioneros r<strong>el</strong>igiosos impartieran susclases a finales d<strong>el</strong> siglo XIX. Sin embargo, no fuehasta <strong>el</strong> principio de la década de 1990 cuando unproyecto piloto de gran éxito auspiciadoconjuntamente por la UNESCO, <strong>el</strong> UNICEF, laAsociación Alemana de Educación de Adultos y <strong>el</strong>Gobierno indicó un enfoque adecuado para <strong>el</strong>programa de Alfabetización Funcional de Adultos.Este programa, iniciado en 1996, intenta integrarla alfabetización con actividades de capacitaciónpertinentes (por ejemplo, r<strong>el</strong>acionadas con lageneración de ingresos y la nutrición) que sepuedan aplicar a la lucha contra <strong>el</strong> <strong>hambre</strong>.<strong>El</strong> programa de Alfabetización Funcional de Adultos haobtenido algunos éxitos importantes. Según laUNESCO, en 2004 <strong>el</strong> índice de personas alfabetizadasen Uganda era d<strong>el</strong> 68,9%, lo que supone unincremento de más d<strong>el</strong> 10% en r<strong>el</strong>ación con 1990.Gran parte de esta mejora se debe al programa deAlfabetización Funcional de Adultos. Una evaluaciónrealizada en 1999 por <strong>el</strong> Banco Mundial puso demanifiesto que los participantes en <strong>el</strong> programasuperaban con creces a los analfabetos de la mismacomunidad en lo que se refería a conocimientos,actitudes y prácticas, aspectos muchos de <strong>el</strong>los quemejoran directamente la seguridad alimentaria yreducen la desnutrición.En cuanto al conocimiento funcional, las personas quehabían sido alfabetizadas dos años antes comprendíanmejor que los analfabetos temas como qué alimentosaportan energía al cuerpo (35% frente al 27%); cuálesson las principales ventajas de la lactancia materna (87%frente al 70%) y qué productos, aparte de los abonos,se pueden utilizar para mejorar la producción agraria(57% frente al 52%). La actitud de los primeros tambiénera diferente de la de los analfabetos en r<strong>el</strong>ación con lascuestiones r<strong>el</strong>ativas al <strong>hambre</strong>. Por ejemplo, las personasalfabetizadas pensaban que la fruta no era sólo para losniños (91% frente al 82%) y que la lactancia maternaera mejor que la artificial (90% frente al 77%). Tambiénparecía que los alfabetizados valoraban más laeducación, tanto <strong>el</strong> caso de los niños como de las niñas.<strong>El</strong> conocimiento y las actitudes se traducían en prácticasque permitían hacer mejor frente al <strong>hambre</strong>: <strong>el</strong> 73% d<strong>el</strong>os participantes alfabetizados dos años antes utilizabalos abonos, mientras que sólo lo hacía <strong>el</strong> 41% de losanalfabetos. A raíz de la formación, <strong>el</strong> 71% de laspersonas muestreadas declararon que las clases lesayudaron a incrementar su producción y ganar másdinero. En las comunidades se han puesto en marchauna serie de actividades no agrícolas y generadoras deingresos que proporcionan recursos a las personas quesiguieron <strong>el</strong> programa para enfrentarse mejor al <strong>hambre</strong>.Aun más allá de los beneficios directos para la seguridadalimentaria, la alfabetización funcional de adultos parececontribuir al desarrollo social y político más amplio.Incluso dos años después de obtener su diploma, eramás probable que las mujeres alfabetizadas en edad deprocrear practicaran la planificación familiar (39% frenteal 15%), y las que habían sido alfabetizadas dos añosantes en general eran mucho más proclives a sermiembros de grupos sociales (69% frente al 25%).77


4. Intervenciones prácticasAdemás de mejorar los indicadores de desarrollo socialcomo las tasas de fecundidad y <strong>el</strong> capital social, laalfabetización también parece contribuir a aumentar laparticipación política. Las personas alfabetizadas solíanasimismo votar más a menudo en las <strong>el</strong>ecciones (91%frente al 79% a niv<strong>el</strong> local), asistir a las reuniones d<strong>el</strong>consejo municipal (58% frente al 32%) y hacer uso d<strong>el</strong>a palabra en ese contexto (62% frente al 31%).Gracias a esta mayor participación social y política, laspersonas alfabetizadas tendrán mucha mayorinfluencia en la forma en que se emplearán losrecursos comunitarios para luchar contra problemascomo <strong>el</strong> d<strong>el</strong> <strong>hambre</strong>.ProblemasPese a estos resultados satisfactorios, <strong>el</strong> programapresenta una serie de problemas que debensuperarse. Uno es <strong>el</strong> de los instructores. No estánretribuidos y muy pocos están suficientementeformados para enseñar. Si bien <strong>el</strong> recurso a losvoluntarios mantiene los costos a un niv<strong>el</strong> bajo, estamedida puede limitar la eficacia d<strong>el</strong> programa. Otrode los problemas es que la mayoría de losparticipantes son personas que ya han ido a laescu<strong>el</strong>a. Casi tres cuartas partes de quienes finalizan<strong>el</strong> programa poseen algún tipo de formación académica.<strong>El</strong> p<strong>el</strong>igro es que <strong>el</strong> programa haya pasado por alto algrupo destinatario al que en un principio estabadirigido, a saber, <strong>el</strong> de las personas completamenteanalfabetas.<strong>El</strong> tercer problema, y más importante, es la financiaciónd<strong>el</strong> programa. Las políticas de descentralizaciónaplicadas por <strong>el</strong> Gobierno durante <strong>el</strong> decenio de 1990hicieron recaer en las regiones y los distritos unacreciente responsabilidad financiera. Sin embargo,algunos distritos no están desembolsando las cuantíassuficientes para compensar la diferencia e introducencontinuas restricciones en los fondos d<strong>el</strong> programa.Como consecuencia de <strong>el</strong>lo, en los distritos conmayores recursos <strong>el</strong> programa funciona bien, mientrasque en los más pobres parece ser menos eficaz, lo queacentúa las desigualdades y limita la capacidad d<strong>el</strong>programa para llegar a los más necesitados.Para que los auténticos logros d<strong>el</strong> programa enmuchos ámbitos, entre <strong>el</strong>los la reducción d<strong>el</strong><strong>hambre</strong>, sean duraderos, es preciso encontrar lamanera de conseguir que los gobiernos locales denprioridad a la alfabetización de adultos.Fuentes: Okech y otros, 2001;Oxenham y otros, 2001.Figura 4b — Los conocimientos, las actitudes y los hábitos mejoran la alfabetización funcionalComparaciones entre los conocimientos, las actitudes y las prácticas de los participantesanalfabetos y los que habían sido alfabetizados dos años antes.Porcentaje de respuestas correctasActitud: La fruta ¿sólo deberíadarse a los niños?Personas alfabetizadasdos años antesAnalfabetosPorcentaje de respuestas correctasConocimientos: ¿Cuáles son las principalesventajas de la lactancia materna?Personas alfabetizadasdos años antesAnalfabetosPorcentaje de respuestas correctasPrácticas: ¿Utiliza usted abonos?Personas alfabetizadasdos años antesAnalfabetosPorcentaje de asistencia probableProbabilidad de que <strong>el</strong> participante asistaa las reuniones municipalesPersonas alfabetizadasdos años antesAnalfabetosFuente: Okech y otros, 2001.78

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