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Revista CONAMED, Vol. 7, Núm. 2, abril - junio, 2002 - Comisión ...

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Memoria del VI Simposio Internacional Conameden él, la posibilidad y el prestigio ganado para interactuar entreesta relación.Algunos objetivos y tendencias generales que se observan enAmérica Latina, particularmente sobre la regulación del ejercicioprofesional de la salud son los siguientes: Una primera tendenciau objetivo de la regulación tiene que ver con lo que pareciera queha prevalecido en nuestros países en ejercicio de la democraciaque se vivió en tiempos anteriores. Eso significa que el estado reconocehoy como nunca antes, que tiene una función reguladorasobre todos los ciudadanos y que es el gobierno de todos los ciudadanos.Esta es una característica de los estados contemporáneosparticipativos y no en los estados de la democraciarepresentativa. En esa medida la regulación del ejercicio profesionaltiene una función en primer lugar, de protección orientada alos grupos más desprotegidos o aquellos marginados del desarrolloo del sistema de salud.Una segunda tendencia tiene que ver con que hay que saber yentender, desde la posición que ocupe cada uno de los actores enun sistema de salud, ya sea el médico, el directivo, el miembro deun gremio o de una asociación de profesionales, que la regulaciónsiempre es intencional. No hay regulación del ejercicio noble,ni tampoco escéptica, aunque la regulación se preste a muchasinterpretaciones de intención, toda regulación debe ser intencionada,debe buscar un fin, proteger a alguien, evitar desproporciones,compensar algunas inequidades del mercado; toda regulacióndebe tener una intencionalidad.Tercera reflexión, la regulación busca equilibrio ante todo. Debebuscar contrarrestar tendencias naturales al desequilibrio de unestado insatisfactorio, que en el caso del sistema de salud lo podemosrepresentar por algunas tendencias. En el mercado de saludes proverbial la asimetría de información que hay entre pacientesy proveedores de servicios de salud, entre un ofertante de un serviciode seguro y quien lo compra, que hacen que el reguladortenga que estar indagando constantemente y actualizándose parabuscar contrarrestar desequilibrios. Muchas veces una regulaciónresuelve un problema de desequilibrio, pero al mismo tiempo creaotro menor y posteriormente tendrá que venir otra regulación acorregir ese nuevo desequilibrio que fue creado en aras de resolverun problema persistente.La cuarta tendencia que se observa es que la mayoría las regulaciones,sino es que todas, son negociadas. Rara vez el estadoadopta una regulación sin negociarla. Quizá el tema es si la negociócon todos los que debía de haberla negociado o si los queestán participando en la definición de la norma o regulación, sontodos los que tiene un interés o un espacio o un derecho de opinarsobre esa regulación.Hay grupos tradicionalmente postergados en los sistemas deregulación de salud, hay sectores que reclaman regulación y otrosque protestan por la regulación.Existe una tendencia moderna a pensar en la desregulación,por lo menos o al menos de la ejercida por los gobiernos y quizáahí haya una mala interpretación de términos. Quizá lo que enalgún momento se pensó era que el gobierno no necesariamentetenía que ejercer todas las regulaciones, y que los grupos desde lasociedad civil organizados en cualquiera de sus formas, podíantener un espacio de ejecución en la regulación mediante procesospropios internos de autorregulación, de autoformación o de evaluaciónexterna. No fue así, en realidad no ocurrió así y muchasveces se confundió la desregulación con dejar de regular o dejaral mercado que impusiera su propia dinámica en los procesos delmercado de salud. No es la mejor opción en todos los casos.<strong>Revista</strong> <strong>CONAMED</strong>, <strong>Vol</strong>. 7, Núm. 2, <strong>abril</strong> - <strong>junio</strong>, <strong>2002</strong>Generalmente, y esto es extraído del sector económico, se producenempujes regulatorios después de las crisis, así ha pasadogeneralmente en el sector económico, toda crisis detona detrásde ella una acción correctora de la autoridad, del gobierno o delestado en conjunta acción de todos los poderes para tratar decompensar las iniquidades. Nosotros pensamos que también ensalud debe ser así y si entendemos que en los momentos actualeshay algunas crisis en los sistemas de salud del continente, crisis dela inequidad y se siguen privilegiando a aquellos que tienen másrecursos económicos para tener más acceso a la provisión deservicios de salud, debiera haber entonces un detonanteregulatorio. Creo que México está en esa posición. Está regulandohoy en su sector salud como pocas veces se había hecho antes,por lo menos a juzgar por el número de normas y regulacionesnormativas que se ven en el mercado.Cuando se pretende imponer una regulación antimonopoliohay que saber que se está transfiriendo una confianza a los mercados.Quiere esto decir, si nosotros creemos que no debe haber unadministrador de fondos o un proveedor de servicios que monopolicela prestación o la administración de los fondos, es porqueestamos implícitamente dando una confianza al mercado que deun modo u otro puede jugar un papel entre la competencia dediferentes proveedores o administradores de fondo.En contraposición, cuando regulamos la práctica privada hayque saber que estamos emitiendo un voto de confianza al Estado,aceptando que él puede ser efectivo en regular las prácticas privadasy evitar algunas distorsiones que desde el sector privado sepueden dar hacia la práctica de la salud. Tanto una como otrallevan implícito un reconocimiento de que el estado debe tenerun papel regulatorio en salud sobre los mercados que no seautoregulan. El mercado todavía puede propiciar que surjan muchaso que se incrementen algunas regulaciones de las que yaexisten y en esa medida tiene que haber una regulación y el estadodebe de tener un papel hegemónico y predominante en esaregulación. Hay regulaciones que no se pueden o no se quierenimpulsar desde el Estado. Son temas álgidos de debate públicoque tienen que ver con la fe religiosa, en algunos casos con lamoral, con la ética en los temas de planificación familiar, temascomo aborto, uso de medidas para la prevención de la transmisiónde enfermedades sexuales, suscitan debates encontrados dentrode la sociedad y muchas veces el estado se ve limitado en sucapacidad reguladora porque puede levantar barreras muy poderosasque contravienen otros objetivos del gobierno. En esoscasos están surgiendo, y es bueno comentarlo, grupos reflexivosde la sociedad, agrupados en personas con un interés, organizacionesno gubernamentales, asociaciones, grupos, gremios, cualquierforma de organización de la sociedad civil está demostrandoque muchas veces pueden ser efectivos para regular estos temasque desde el estado son conflictivos de regular.La última de estas tendencias generales es velar por la protecciónde grupos especiales, y un rubro es la salud. Esto se logrará através de la regulación que juega un papel determinante al tratarde compensar a esos grupos, en que las iniquidades no se manifiestencon particular crudeza contra éstos.Cierro con una reflexión en cuanto a la regulación de la prácticaprofesional en salud, en la cual debemos aprender de las experienciasde otros países, pero nada sustituye la reflexión propia,más si es informada, participativa y autónoma basada en la experienciade cada país. No hay modelo de regulación ideal y únicopero debe estar basada en el logro de acuerdos con todos losactores, con todos los grupos y con todas las instituciones.17

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