LIONE:L -",-AFERera entonces tan fuerte, que los indios mismoil se afanahan poco para viajar,auii cuando dIos generalmente no se cuidan del mal tiempo ni de ladifieultar! dI: los caminos.Despué" de que Gopson, Hingson y yo pasamos tres o cuatro dias deesta manera. s(: nos juntaron Spratliii y Bouman, muy fatigados de habercorrido Hin guías entre los bosques y los ríos, y sin riá~ alimenlo que algunosplátanos qul: habian encontrado aquí y allít. Nos dij(~ron que JorgeGainy habíu tenido la (lesgracia de ahogarse, como lo refiere DampÍt~l.Lo vieron extendido a In orila del río, despuí~s de que haj ó la marea, conmia cuerda euvuelta en el (~uerpo, y su dínero atado al cuello; pero estahanen estado de eaminar un poco. Pero, en fin, cuando viitan cnnsadm;, qiW no se detuvieron a quitárselo. Ambos ¡iermanecierøn(~on iiosotros unos quince días en la plantación donde nos abandoiiaronnuestros cOllpurieros, y fuimos tratados de la misma lJianera, es decir, quepoco teníamos que eomer, y que los indios nos miraban mal porqueno tenían noticias de SUH amigos, que nuestras gentes habían condncido deguías. A pesar de su disgusto, euidaroIl de mi herida, y me hallaba yaTon qu.. sus hoi!lhresno volvían, comenzaron a perder la paeieneia, y por su seniblaiik paieciaque tramaban vengarse contra nosotros de la pretendida injuria quesils (~ompai'eros habían recibido de los nuestros. Con ese desig;nio SI:consultaban f mcuentemente para saber de qué manera dispondrían de iiOSOtros:unos opinaban por la muerte, otros decían que se nos detuviera enmedio de ellos, y otros que se nos entregara a los españoles, para congraciarseeon ello;;; pero casi todos odiaban tan mortalmente a (~sta nación,que el último pareeer fue pronto abandonado, y resolvieron que no se haríamal alguno hasta que hubiese pasado el tiempo que sus ami~os podíanemplear en la vuelta. Ese término fue de diez ,lía;;, que veníaii a contarnosen los dedos.Cuando se acereó el término, sin que ningiino de sus homhres apareciera,sospecharon que los nuestros los habian asesinado o Ihwado consigo,y resolvieron inmolarnos a su venganza. En esa re;;olución, Itwantaronuna grande ho~uera el déeimo Jia por la mañana, y nos ndvi rtieron queSf'riamos quemados aUi tan pronto como se pusiera el sol, pues querianaplazar nuei;tro suplicio hasta esa hora. Pero su jefe Laeenta, que porfortuna pasó, los disuadió de esa barbaridad, y ks propuso que nos enviasendel lado del norte con dos indios, que podrían saber de lo;; habitanlesde la costa qué suerte habían corrido los otros guías. La proposición fueaceptada al instante, y se escogieron dos hombres para eonducirnos haciael 110rte. Uno de esos indios había sido siempre nuestw enemigo capital,PAGINA 25
íVIAJES AL ISTMO DEL DARIENpero el otro era aquel indio gen()ro~o que se levantaba por la noehe a traernsplátanosmaduros.Fuímos, pues, despedidos el dílt síguiente con nuestra escolta, y mardiamo~akgremente tres días consecutivos, bien persuadidos de que nues"tros amigos lIO hahíun hecho ningún mal a ~us guías. Pasamos esos tresdías por caminos pantanosos, con fuerlrs lluvias, acompañados de truenosÝ relámpagos; ).nos vimos obligados u acostarnos dos noches bajo los árholes,qUI~ no nos pn~scrvabari de la humedad. Acampamos el ten~er diat'll una colina, que el día siguiente por la mañana nos parecía una isla; tangrande era la iliunda(:iÓn en los alrededores. Sin embargo por toda pitanzano habíamos tenido los dus primeros días más que un puñado de maíz, que.Ii)(stros guías indios nos habían dado, y tanto pronto como fue consumi.do, se volvieron a su;,; casa;, y nos abandonaron.Nos quedamos el cuarto día en la colina, y el quinto, después de corridaslas aguas, proseguimos nuestro camino hacia el norte, gracias a unapequeña brúj ula que teníamos. N uestra marcha continuó hasta las seis dela tarde; cncontramos un río qne tenía cerea de cuarenta pies de ancho, yera muy profundo: 121 había un árbol caído que la atravesaha, lo que noshizo conjeturar que nuestros amigos hahiini pasado por allí, de suerte quenos vimos precisados a sentamos a deliberar qué camino tomaríamos.Despuí~s de haber discurrido hien sobre ese punto" se acordÓ que atravi~saríaniosel río, y que buscariamos la senila que nuestros compañeros habíanseguirlo. Por 01 ra parte, el agua que corr.ía un poco al norte en aquelparaji~, nos persuadió que estLlbamos dd otro lado ik la gran cadena demontaí'ías que sepanm la parte septentrinal del Istmo de la meridional, yqUl~ no nos hallábamos muy lejos del mar del l\orle. Pero en lugar deatribuír a las fuertes lluvias ql!e habían caído el rápido creeImiento y decrecimientodel río juzgamos sin fundamento qiW provenían de la marea,y que siendo asi estábamos cerca del mar.Sea de ello lo que fuere" pasamos el río por el árbol, pero la lluviaio había puesto tan resbaladizo, que no era posible caminar sobre él, ynos eostÓ mucho trabajo arrastramos encima a horcajadas. A pesar deew, cuatro de entre 105 cinco tuvimos la felicidad de llegar a la otra ori.lla; mas BoumaIl, que i~ra el Último, resbalÓ y la corriente lo arrastrÓ enun minuto lej 05 de nUl~stras vista, de suerte que lo creímos ahogado. Paiacolmo de aflicciÓn, nos fue imposible encontrar una senda, porque lainundación había cuhierlo todas las tíerras de fango. Reducidos a talextremidad, volvimos a pasar sobre el mismo árbol, con el designio de se-(2) <strong>El</strong> río Cañaza.PAGINA 26
- Page 2 and 3:
"l'ADMINISTRACION DE LA LOTERIA NAC
- Page 4 and 5:
~..DjKUI..DIl, CAaLO I!, WIIBJ-'Dom
- Page 6:
,j uzgauo :Superior; Juez de Circui
- Page 21 and 22:
~lgui6 la carrera de sacerdote con
- Page 23 and 24:
,pital del reino, proclamándose Re
- Page 25 and 26:
de la Iglesia de San Miguel de La A
- Page 27 and 28:
A pesar de la valerosa ai-itud del
- Page 29 and 30:
Los SÍndieo" f'eniOneros BIas Aros
- Page 31 and 32:
~,u llul'trÍsÌIna regresÚ a i,a
- Page 33 and 34:
Dr. JosiJ Higinio, Obispo de Panam
- Page 35 and 36:
Al llegar el 28 de Noviembre se cel
- Page 37 and 38:
.lio de lß23, enviar a las regione
- Page 39 and 40:
&~/ß;alance histórico de 1959por
- Page 41 and 42:
El veto de Francia a la celebració
- Page 43 and 44:
ian dadii ningÚn n:sultndii, envii
- Page 45 and 46:
Una enérgica denum:i;i de nuestro
- Page 47 and 48:
iica )\aÚlmal a la Presidencia de
- Page 49 and 50:
Øi gl//José Franco y La Palabra c
- Page 51 and 52:
Dii~n si' que estamos en lo~ proleg
- Page 53 and 54:
~~/El Tesoro de la Muertapor LEONID
- Page 55 and 56:
ía que aqudlo era pura falsedad, p
- Page 57 and 58:
Nadie creyó conveniente montar gua
- Page 59 and 60:
das por e! viento, bailaban como ii
- Page 61 and 62:
dad tétrica, fue Pedro Nicolás sa
- Page 63:
Z'e fa ~ áe ft ?H Z'úu,øComo con
- Page 66 and 67:
Entonee'i, para que su entrada en l
- Page 68 and 69:
Paso al complicado problema de los
- Page 70 and 71:
¡icos ) l'I1 la empresa de Am(~ric
- Page 72 and 73:
iiil/l/.\ O,.bi.\. Ahora, en el Ren
- Page 74 and 75:
tierras americanas, ya que había i
- Page 76 and 77:
\1as paréceme que se reía muchas
- Page 78 and 79:
tecas, aquí se trataría de grupos
- Page 80 and 81:
metiendo contra el Obispo y contra
- Page 82 and 83:
Vio~ y taii sólo nos ha llegado un
- Page 84 and 85:
j,i;rsona defendía su interí~s ec
- Page 86 and 87:
i,i,:~--La eari-etera Huyd-Ruo;;cve
- Page 88 and 89:
Ji ;),"i-,I.aH aceiolllH vendidaH p
- Page 90 and 91:
-La" Reglas del Método Sociológic
- Page 92 and 93:
le ha perniitido desintegrar la mat
- Page 94 and 95:
des, iodas las consecuencias de la
- Page 96 and 97: ntica y dt~ la fisica y sin embargo
- Page 98 and 99: aún a la Lógica en una palabra a
- Page 100 and 101: C.-Legislación sohre honores" esta
- Page 102 and 103: LUPEZ, Carlos L. \ W79-l944) .--Est
- Page 104 and 105: AHO:-EMENA, Jui;to (l817-1896) .-,-
- Page 106 and 107: la poesía francesa en Panamá, inv
- Page 108 and 109: mezclar las llegas con la pólvora,
- Page 110 and 111: el 8UelO opaco, azul el cielo,ti u
- Page 112 and 113: eluU:C,uatro zap1ador:es dela Micro
- Page 114 and 115: Tanto se esmeró en la construcció
- Page 116 and 117: CAPITULO 1ILAZARO SPi\LLANZANL Natu
- Page 118 and 119: Siendo un nUlO todavia, Pasteur vé
- Page 120 and 121: y su Iliujer le regala un buen dia
- Page 123 and 124: VIA.JES AL ISTMO DEL DARIENA NEW VO
- Page 126 and 127: PROLOGOLa excavacion del Canal de P
- Page 128 and 129: LIONEL W AFERbajo l"msLante a la in
- Page 130 and 131: LIONEL W AFERlos que heino5 querido
- Page 132 and 133: Vida y EscritosdeLionel Waferpor VI
- Page 134 and 135: LIONEL W AFERdujo a su bordo a unos
- Page 136 and 137: LIONEL W AFER\iámos a una ¡.ran d
- Page 138 and 139: LIONEL W AFERturas que me llevaron
- Page 140 and 141: LlONEL WAFER¿, cómo pudieron, hom
- Page 142 and 143: CAPITULO 1Viaje de Lionel Wafer a l
- Page 145: -VIAJES AL ISTMO DEL DARIEN",iera i
- Page 151 and 152: VIAJES AL ISTMO DEL DARIENdes árbo
- Page 154 and 155: LIONEL W AFERde eso:; árboles era,
- Page 156 and 157: LlONEL W AFER;,ecan el oro: tienen
- Page 158 and 159: LIONl!L W AFERte, y se pasaban del
- Page 160 and 161: LIONl£L W AFERnuestros fusiles, ye