S ie m p re U n id o s A ñ o 1 4 • N ú m e ro 1 2 • G ra tu ita • m a rz o ...

Arte30marzoabril2011 Elconsumo de la exper<strong>ie</strong>nciaestéticaBertha Yuriko Silva Bustillos *Es un hecho que nuestras soc<strong>ie</strong>dades se organizanen la producción y el consumo, con vistasal logro de una mayor felic<strong>id</strong>ad, y en ese sent<strong>id</strong>oninguna esfera escapa a las <strong>re</strong>cetas de la felic<strong>id</strong>ad.Según Gilles Lipovetski, autor del libro lafelic<strong>id</strong>ad paradójica, estamos viv<strong>ie</strong>ndo el t<strong>ie</strong>mpo de la felic<strong>id</strong>adcon instrucciones de uso, ¿pero hasta que punto,este <strong>id</strong>eal sup<strong>re</strong>mo se ha integrado a la lista como elementode consumo?; ¿la <strong>re</strong>lación del indiv<strong>id</strong>uo y el mercadoha llegado a pervertir el <strong>id</strong>eal de felic<strong>id</strong>ad? Es un hechoque la felic<strong>id</strong>ad se ha convert<strong>id</strong>o en una obsesión, y parallegar a este <strong>id</strong>eal, pa<strong>re</strong>ce que no se ha tomado en cuentaque la exper<strong>ie</strong>ncia, cualqu<strong>ie</strong>ra que ésta sea, permite distinguirlos estadios emocionales por los que transitamoscot<strong>id</strong>ianamente. El aquí y el ahora se han convert<strong>id</strong>o enla p<strong>re</strong>misa por seguir, con una conc<strong>ie</strong>ncia que se enfocamás en el logro de la plenitud como med<strong>id</strong>a sup<strong>re</strong>ma. Nohay t<strong>ie</strong>mpo para vivir un evento, tampoco lo hay paraintelectualizar, ya que el indiv<strong>id</strong>uo está convenc<strong>id</strong>o depoder erradicar exper<strong>ie</strong>ncias de infelic<strong>id</strong>ad, condenandosu existencia a la insatisfacción constante. Lo complicadode la exper<strong>ie</strong>ncia, vista como el proceso por el que se t<strong>ie</strong>necontacto con la <strong>re</strong>al<strong>id</strong>ad, radica en que no puede ap<strong>re</strong>sarse,no se construye sumando ilusiones y espejismos quese sustenten bajo las promesas de la soc<strong>ie</strong>dad de consumoo hiperconsumo. La intim<strong>id</strong>ación, que se ejerce comoconsecuencia para alcanzar las promesas de las soc<strong>ie</strong>dadesde siglo XXI, contradice en muchas de las veces losprocesos naturales e intelectuales, como la percepción ylas manifestaciones sensoriales, conformando amb<strong>ie</strong>ntesde somnolencia, a manera de efectos produc<strong>id</strong>os por estupefac<strong>ie</strong>ntespermit<strong>id</strong>os, que nos alejan de exper<strong>ie</strong>ncias <strong>re</strong>vitalizadorascomo puede ser la exper<strong>ie</strong>ncia estética, quehasta el día de hoy no puede comercializarse.En la exper<strong>ie</strong>ncia estética, no hay neces<strong>id</strong>ades artificiales,sólo sensoriales e intelectuales. La exper<strong>ie</strong>ncia sensible espoder captar lo <strong>re</strong>al a través de la facultad sensitiva y laexper<strong>ie</strong>ncia intelectual conlleva a la interp<strong>re</strong>tación. Con elvalor que le otorgamos, ¿es posible que la exper<strong>ie</strong>ncia estéticase ag<strong>re</strong>gue a la lista para alcanzar el <strong>id</strong>eal de felic<strong>id</strong>ad?La exper<strong>ie</strong>ncia estética contribuye con un goce desconcertante,en la que sólo t<strong>ie</strong>ne cab<strong>id</strong>a el indiv<strong>id</strong>uo, porque hastael momento no existe una exper<strong>ie</strong>ncia sensible globalizadora.En la exper<strong>ie</strong>ncia indiv<strong>id</strong>ual, la exper<strong>ie</strong>ncia estética,posibilita desenlaces inc<strong>ie</strong>rtos. Sin ser una exper<strong>ie</strong>nciaen solitario evoca hacia luga<strong>re</strong>s comunes, construyendo<strong>re</strong>laciones coinc<strong>id</strong>entes. Observamos que la práctica deconsumo en general, se p<strong>re</strong>senta con la c<strong>re</strong>ación de neces<strong>id</strong>adesartificiales. En este sent<strong>id</strong>o, ¿se puede consumir laexper<strong>ie</strong>ncia estética como una neces<strong>id</strong>ad artificial?, ¿puedeap<strong>re</strong>sarse un hecho estético para comercializarlo?, ¿se intentaráestandarizar la exper<strong>ie</strong>ncia estética? Lo que se hahecho p<strong>re</strong>sente es que la actitud estética y contemplativase ha sustitu<strong>id</strong>o por el consumo de imágenes efímeras, encuanto que la exper<strong>ie</strong>ncia estética implica una c<strong>re</strong>ación, noun lugar de paso.En el libro La muralla y los libros, Borges define un hechoestético como: “La inminencia de una <strong>re</strong>velación que no seproduce”, a lo que el antropólogo Néstor García Cancliniag<strong>re</strong>ga que una estética de la inminencia no es una estéticade lo efímero y añade parafraseando a Borges: “El artees un lugar de la inminencia. La exper<strong>ie</strong>ncia estética desdeel arte, como manifestación humana, conduce a <strong>re</strong>nova<strong>re</strong>xper<strong>ie</strong>ncias sensibles; García Canclini encuentra que elarte es un lugar lib<strong>re</strong> inestable e inseguro, anuncia lo quepuede suceder, compromet<strong>ie</strong>ndo a los sent<strong>id</strong>os y al inte-