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Teología26marzoabril2011Entonces dirá también a los de su izqu<strong>ie</strong>rda: ‘Alejaosde mí, malditos, al fuego eterno; p<strong>re</strong>parado para eldiablo y sus ángeles.Porque tuve hamb<strong>re</strong>, y no me disteis de comer; tuvesed, y no me disteis de beber; era forastero, y no meacogisteis; estaba desnudo y no me vestisteis; enfermoy en la cárcel y no me visitasteis’.Entonces <strong>re</strong>sponderán ellos también: ‘Señor, ¿cuándote vimos hambr<strong>ie</strong>nto, sed<strong>ie</strong>nto, forastero, desnudo,enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’Y Él les <strong>re</strong>sponderá: ‘En verdad, os digo: en cuantohabéis dejado de hacerlo a uno de éstos, los más pequeños,tampoco a mí lo hicisteis».Practicando este “temario”, <strong>re</strong>sulta<strong>re</strong>mos “aprobadoscon mención honorífica” (Ven<strong>id</strong>, benditos demi Pad<strong>re</strong>, tomad posesión del <strong>re</strong>ino p<strong>re</strong>parado paravosotros desde la fundación del mundo).Epílogo¿Cómo ac<strong>re</strong>ditamos nuestra <strong>re</strong>sur<strong>re</strong>cción?Para tal ac<strong>re</strong>ditación, Jesús nos ent<strong>re</strong>ga “la guía de examen”que podemos consultar en el Evangelio (Mt 25, 34-45):«Entonces el <strong>re</strong>y dirá a los de su de<strong>re</strong>cha: ‘Ven<strong>id</strong>, benditos demi Pad<strong>re</strong>, tomad posesión del <strong>re</strong>ino p<strong>re</strong>parado para vosotrosdesde la fundación del mundo. Porque tuve hamb<strong>re</strong>, y me disteisde comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, yme acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; estaba enfermo,y me visitasteis; estaba p<strong>re</strong>so, y vinisteis a verme’.Entonces los justos le <strong>re</strong>sponderán, dic<strong>ie</strong>ndo: ‘Señor, ¿cuándote vimos hambr<strong>ie</strong>nto, y te dimos de comer, o sed<strong>ie</strong>nto, y tedimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos;o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en lacárcel, y fuimos a verte?’Y <strong>re</strong>spond<strong>ie</strong>ndo, el <strong>re</strong>y les dirá: ‘En verdad, os digo: en cuantolo hicisteis a uno solo, el más pequeño de estos mis hermanos,a mí lo hicisteis’.Persiste la p<strong>re</strong>gunta: “¿Cómo podría vivir mialma separada del cuerpo al momento de mimuerte corporal?” Por c<strong>ie</strong>rto, no es posibleuna <strong>re</strong>spuesta filosófica concluyente. Para nuestro actualconocim<strong>ie</strong>nto antropológico <strong>re</strong>sulta acertada la doctrinacristiana de la “<strong>re</strong>sur<strong>re</strong>cción de los muertos” que afirma lasupervivencia de todo el homb<strong>re</strong> en su un<strong>id</strong>ad corpó<strong>re</strong>oespiritual,en una existencia nueva no mensurable mediantelas dimensiones espacio-temporales de nuestro mundoactual. Es verdad que aquí y ahora no podemos imagina<strong>re</strong>n qué consiste el cuerpo espiritual, el cuerpo <strong>re</strong>sucitado,pero la certeza de la <strong>re</strong>sur<strong>re</strong>cción nos infunde la esperanzade una <strong>re</strong>alización definitiva tras la transitor<strong>ie</strong>dad de lav<strong>id</strong>a actual.* Investigador de la Facultad de Human<strong>id</strong>ades y C<strong>ie</strong>ncias Sociales. Profesor Eméritode Filosofía, C<strong>ie</strong>ncias Religiosas y Letras Clásicas, lbf@ulsa.mx