12.07.2015 Views

Castalia Cabott - La presa - Universo Romance, el Portal

Castalia Cabott - La presa - Universo Romance, el Portal

Castalia Cabott - La presa - Universo Romance, el Portal

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Castalia</strong> <strong>Cabott</strong><strong>La</strong> <strong>presa</strong>Chica Were1Zinna Araya, observaba displicentemente <strong>el</strong> movimiento que sedesarrollaba frente a sus ojos. “El encuentro” estaba lleno de gente.Lo que no era nada extraño ya que era <strong>el</strong> club de moda en la ciudad.Con la orden de cateo que la habilitaba para <strong>el</strong> allanamiento en lamano, Zinna esperaba pacientemente que todo se calmara. Habíapreparado muy bien y a su gente y todos sabían perfectamente quéhacer. Una perezosa sonrisa iluminó su juvenil rostro. Ser una de laspocas weremindful tenía enormes ventajas. Y <strong>el</strong>las la habían puestoal mando. El espejo que cubría la pared le devolvió su imagen. Suaspecto humano era <strong>el</strong> de una adolescente que difícilmente superaríalos dieciséis o diecisiete, y con bastante imaginación y soloobservando sus rotundos pechos; como were parecía una dulcecachorra dorada más que una feroz loba. Presentarse como mujer ocomo simple loba tenía ventajas: un aspecto inocente ante <strong>el</strong> cual lossospechosos hablaban sin pensar; después de todo qué puede dehaber de p<strong>el</strong>igroso en una jovencita que seguro aún está en laescu<strong>el</strong>a, ni hablar de un lindo perro dorado.Y aquí estaba, bajo una decoración puramente navideña esperandoque todo se calmara y pudieran recolectar la documentaciónnecesaria. Todo estaba en su lugar y desarrollándose según susplanes.Zinna sonriendo giró para contemplar <strong>el</strong> lujoso salón d<strong>el</strong> club y lovio.De pie, a unos cincuenta metros de <strong>el</strong>la, observando también <strong>el</strong>mismo caos. Vestía un impecable smoking negro, con pajaritaincluida. Parecía que su traje había sido esculpido sobre su cuerpo.Alto, moreno, de profundos ojos café dorados y definitivamentep<strong>el</strong>igroso. Jamás lo había visto en persona y ahí estaba: <strong>el</strong> misteriosoCraig Sander: su <strong>presa</strong>.Editora Digital


<strong>Castalia</strong> <strong>Cabott</strong><strong>La</strong> <strong>presa</strong>Chica WereHabía leído su legajo tantas veces que conocía todo sobre él. Habíavisto tantas veces sus fotos que no había noche en la que no soñaracon él. Verlo ahí de pie, hizo que su corazón comenzara a bombearcon tanta fuerza que sintió a la loba avanzar con fuerza.Giró para quitarlo de su vista mientras llevaba sus manos a sucorazón.—¿Estás bien Zinna?<strong>La</strong> pregunta de H<strong>el</strong>ler la sorprendió. No, no estaba bien, su corazónestaba a punto de colapsar y la loba a saltar d<strong>el</strong>ante de todo <strong>el</strong>mundo. Afirmó con la cabeza y una de sus manos hizo un gesto vago.—Sigue en lo tuyo H<strong>el</strong>ler— respondió.El sargento H<strong>el</strong>ler siguió con lo suyo. Hacía mucho tiempo que sabíaque lo único raro en Zinna Araya eran sus genes, desde que laconocía hacia como diez años parecía exactamente la mismachiquilla. Solo que <strong>el</strong> tiempo le había demostrado que no era unasimple jovencita adorable, inocente y tímida. Era más dura quecualquiera d<strong>el</strong> destacamento e incluso que él mismo. Y tenía en <strong>el</strong>pecho la prueba física. El día en que <strong>el</strong> maldito de Colbert le disparó ycuando pensaba que se desangraría, la novata jovencita a la quetodos humillaban sin piedad, la niña que debía jugar con muñecas, laque debía regresar a lavar platos y limitarse a limpiar las oficinas,entró como una leona, rápida, certera y aún hoy diez años despuésno sabía cómo lo había cargado sin problema alguno y sacado d<strong>el</strong>medio de una balacera. En <strong>el</strong> trayecto recibió una bala en <strong>el</strong> brazo yni eso la detuvo. Todos los presentes ese día comprendieron que noera correcto dejarse llevar por <strong>el</strong> aspecto de Zinna Araya. Ella era unaguerrera en un envase pequeño y atractivo. Durante los siguientesdiez años, todos ansiaban trabajar con <strong>el</strong>la, no solo tenía unextraordinario olfato sino también una arrolladora energía física qu<strong>el</strong>os dejaba jadeando detrás y su mejor cualidad: una mente sagaz,Editora Digital


<strong>Castalia</strong> <strong>Cabott</strong><strong>La</strong> <strong>presa</strong>Chica Wereintuitiva y brillante. <strong>La</strong> habían nombrado capitán hacía dos semanas ypuesto a cargo de la investigación de Sander. Desde entonces <strong>el</strong>lasolía susurrar: algo no está bien. Y nadie sabía qué pasaba. Cuandola vio estática y girar con violencia para tomarse <strong>el</strong> pecho pensó queera eso, <strong>el</strong>la sufría d<strong>el</strong> corazón o estaba a punto de tener un ataquecardíaco. Su respuesta lo tranquilizó. Si <strong>el</strong>la decía que no le pasabanada, era nada, con Zinna nadie discutía. Así que prosiguió su tarea.Zinna intentó calmarse. Había aprendido a convocar a su lobosiendo una niña. Joseph Carter, su maestro, se lo había enseñado.Durante su etapa juvenil reb<strong>el</strong>de pensó que no le hacía falta esaparte suya pero los años le demostraron que sí. El día en que porprimera vez que pudo salvar una vida gracias a su loba, comprendiócuan equivocada estaba. <strong>La</strong> loba y <strong>el</strong>la eran una sola y si juntaspodían lograr mucho más que simplemente existir, lo harían.Lo demás es historia. Pasó por varios oficios r<strong>el</strong>acionados con la ley(tenía un título de abogada por ahí) y entró a la policía. Ahoraacababan de nombrarla capitán y con <strong>el</strong> cargo la misión de capturaral <strong>el</strong>usivo señor Sander.Nombre: Craig SanderEdad: 32 añosEstado civil: divorciadoProfesión: desconocidaOcupación: ¿Em<strong>presa</strong>rio?Cuenta bancaria: astronómica.Orígenes: padres desconocidos, creció entre cinco orfanatos.Causas no comprobadas: lavado de dinero, venta ilegal dedrogas o armas a través d<strong>el</strong> manejo de casinos y locales dediversión nocturna.Causas comprobadas: --Editora Digital


<strong>Castalia</strong> <strong>Cabott</strong><strong>La</strong> <strong>presa</strong>Chica WereSe había pasado muchas noches pensando cómo un tipo que crecióen cinco orfanatos d<strong>el</strong> estado había logrado hacerse con una de lasmayores fortunas conocidas y no había podido responderse.—¿Capitán Araya? —dijo la voz profunda voz de barítono detrássuyo.Zinna respiró con profundidad al tiempo en que giraba. Error. Jamásdebió girar y menos llenar sus pulmones con su olor. Cerró sus ojos yluchó con la absoluta necesidad de lanzarse sobre <strong>el</strong> hombre desmoking d<strong>el</strong>ante suyo.—¿Capitán Araya? —repitió la voz y un río de humedad se deslizóentre sus piernas.Estaba perdida. Abrió sus ojos y levantó su cabeza. Podía sentir <strong>el</strong>dolor de sus pezones bajo <strong>el</strong> chaleco salvavidas.—Sí. —graznó o creyó decir. No reconocía ni su propia voz.—Soy Craig Sander. Me dijeron que estaba al mando de es…to.Hizo un gesto amplio con su mano y <strong>el</strong>la atrajo la atención de Zinna.Grande, fuerte, de dedos largos…—Allanamiento —ofreció Zinna.—Allanamiento —repitió <strong>el</strong> hombre mirándola.Ella no parecía más que una niña. ¿Capitán? Investigaría. Debía serla amante de alguien para lograr que una niña ascendiera. ¿De dóndesacó la idea de ser policía? Lo único que sabía de <strong>el</strong>la era que gozabade una inmejorable reputación entre los suyos. Al parecer eradecente e insobornable. Esperaba contar con eso.—Sí, así es —le respondió mientras doblaba sus puños intentandoque <strong>el</strong> hombre no percibiera sus largas uñas saliendo sin ordenalguna. Podía sentir su pi<strong>el</strong> engrosándose. ¡Demonios! ¡Acaso seconvertiría d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong> hombre? Apretó sus labios, no podíamostrarles sus dientes.—Tenemos que conversar —le dijo él.Editora Digital


<strong>Castalia</strong> <strong>Cabott</strong><strong>La</strong> <strong>presa</strong>Chica WereY una aturdida Zinna metió una de sus manos en <strong>el</strong> bolsillo traserode su ajustado jean y sacó una tarjeta que le extendió cuidando deno mostrarle demasiado sus dedos.Unos larguísimos dedos (¿de uñas encorvadas?) le entregaron unatarjeta que decía: Capitán Policía Metropolitana Zinna Araya.Destacamento 9ª. Oldest Sur 2344, Brigthon.Cuando levantó la cabeza para verla <strong>el</strong>la ya no estaba ahí. Miró atodos lados y no la encontró.R<strong>el</strong>eyó la tarjeta, —Bien, nos veremos entonces— Buscó su c<strong>el</strong>ular ymarcó un número. —antes de lo que piensas. Zinna Araya, mi <strong>presa</strong>,se repitió.Editora Digital


<strong>Castalia</strong> <strong>Cabott</strong><strong>La</strong> <strong>presa</strong>Chica WereEditora Digital

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!