El poeta de la palabra clara - La Opinión

SaberesLa Opinion A Coruñasuplementode culturanúmero161sábado,19 de enero de 2008El poetade lapalabra claraRecuerdo de Ángel González

Saberes 2La Opinión A CoruñaSábado, 19 de enero de 2008El poeta de la palabra claraLa voz de la ironíaÁngel González y la poesía de posguerra: el significado de un poeta en el tiempoJOSÉ ÁNGEL GAYOLLa Guerra Civil supuso una ruptura política,social, económica y, como no podía serde otro modo, también cultural. En el ámbitoliterario, y en concreto, en la tierra de lapoesía, los años posteriores a la contiendaalumbran una poesía de evasión, que cierralos ojos al país en ruinas. Dos revistas, Garcilasoy Escorial, hacen orbitar las posibilidadesexpresivas de la poesía española. Suspresupuestos son adláteres de la estrategiadel avestruz, un pensar que la realidad desaparecesi no existe para uno.¿Qué supuso, pues, Ángel González en lapoesía de posguerra? Se necesitaría muchaspáginas para abordar esta cuestión con unmínimo de rigor, por lo que ahora trataré deasomarme al acantilado de aquella épocaoscura, que sirvió de base y sustento a laobra de Ángel González, porque sólo comprendiendola imagen del panorama poéticoen los años inmediatos a la Guerra Civil sepuede entender la posición estética y temáticadel autor asturiano.En 1944 Dámaso Alonso publica Hijos dela ira, Vicente Aleixandre hace lo propio conSombra del paraíso, y aparece Espadañabajo la batuta de Antonio González de Lama,Eugenio García de Nora y Victoriano Crémer.Mientras que Hijos de la ira supone uncanto a las desgracias de la humanidad, Sombradel paraíso apuesta por una melancolíadel paraíso perdido, y en ambas se acude aun lenguaje directo, que huye de los preciosismosestilísticos de la poesía atemporalque caracterizaba a la posición garcilasista.Espadaña, por su parte, podría considerarseprecursora de la poesía social de los cincuenta,y su propio nombre e ilustración de portada(donde se aprecia la forma de una espada)remiten a un espíritu combativo con lasituación.Algo se está moviendo, se trata de intentostímidos, ya que el Régimen no permitemuchas alegrías de libertad, y el giro perceptible,aunque todavía medroso, hacia unarehumanización de la poesía, se hace progresivamentepalpable.En cualquier caso, estos años de posguerrason especialmente fecundos para la poesíaespañola. Y ello, a pesar del aislamientocultural en el que se vive. Aparece Cántico,revista vinculada a nombres como RicardoMolina, Pablo García Baena, Juan Bernier oJulio Aumente. Es el año 1947. Ese mismoaño premian con el Adonáis a José Hierro ysu libro Alegría, y Gabriel Celaya publicaMovimientos elementales, Tranquilamentehablando y La soledad cerrada, tres librosbajo tres nombres distintos, aunque se tratede un solo autor.El terreno está abonado para que nazcauna poesía de contenido social claro, queahonda en el tema de España como la Generacióndel 98 hiciera en su momento. Blas deOtero pide la paz y la palabra, aparece Poesíaespañola, una nueva revista que coge eltestigo de ofrecer la aportación poética enaquella España de censura y sotana, sepublica la Antología Consultada de la JovenPoesía Española bajo los auspicios de FranciscoRibes, la fecunda obra de Gabriel Celayaquiere despertar la conciencia del lector através de una poesía que es “un arma cargadade futuro”, y en 1956 se publica Ásperomundo de Ángel González.El aspecto crítico se convierte en el ejefundamental de su poesía: la preocupaciónpor el desvalido, la muerte de los inocentes,el hambre, la corrupción, el desaliento anteun mundo hostil que hiere y mata sin equidadni justicia… La poesía debe posicionarse(“Maldigo la poesía de quien no toma partidohasta mancharse” escribía Gabriel Celaya), ynuestro poeta lo hace. Desde el principio, elcompromiso social de Ángel González esmanifiesto, aunque con matices, como luegoabordaré.Desde el punto de vista del estilo, ÁngelGonzález utiliza los mismos recursos que suscoetáneos de la poesía social: el verso libre,las repeticiones y los paralelismos de estructurassintácticas y léxicas, apelaciones al lectora que tome partido (“De vosotros,/ losjóvenes,/ espero”), metáforas de fácil comprensión,un tono coloquial… y sin embargo,su poesía es distinta.Ángel González no se inscribe plenamenteen la poesía social, porque su poesía tiene uncarácter más cercano al hombre que a lasociedad. El autor asturiano fotografía alhombre, lo retrata, se funde con sus miserias,su historia con la Historia, da testimoniode su ser y estar. Y para ello utiliza la vozde la ironía.El significado de Ángel González para lapoesía de posguerra es que alzó la voz delhumor, de la media sonrisa, del apunte inteligentey certero, como flecha que se colaraen el subconsciente del lector para agitarlo aposteriori, cuando sus defensas están bajas ypuede percibir mejor la verdad que encierransus versos. Ángel González mantuvo latensión crítica, pero liberó a la poesía de suseriedad, la desmitificó en cierta forma, y lahizo por ello más amable, aunque no menoscorrosiva.AyerMIGUEL MUNÁRRIZHemos empezado mal el año sin Ángel. Enestas condiciones, y como él mismo se encargóde pronosticar, no hay alivio posible: ni elbálsamo falaz de la nostalgia, / ni el másfirme consuelo del olvido. Empieza, pues, unlargo período de artritis metafísica, un tiemporeservado al dolor de vivir sin Ángel González.¡Qué duro se presiente ese tiempo!Recuerdo ahora, de pronto, como si su marchatrajera un viento cargado de viejas fotografías,los años compartidos entre lecturas,viajes, publicaciones y noches en las queaprendimos junto a él el deseo de morder lavida.Ángel fue un poeta que escribió los versosmás tristes, a los que vistió con una eleganteironía que le sirvió para marcar una saludabledistancia con ellos. Muchos de sus poemas,y sobre todo muchos de sus finales, sonrealmente demoledores: “En este tiempohostil, propicio al odio”; “mi nombre esÁngel y conduce al llanto”; “me voy rumiandosombras, / rememorando el tiempo devorado/ con un acre sabor a nada en la garganta”.Son versos que comparten un espaciocon los que ha cantado al amor, porqueÁngel lo cantó como nadie, y quien escucheel arrullo de “Si yo fuese Dios y tuviese elsecreto / haría un ser exacto a ti” no podráolvidarlo jamás. Pero no vamos a descubrira estas alturas las bondades de la poesía deEl poeta describe al ser humano, se enternececon el reflejo de ese ser desvalido y desgarradopor los acontecimientos.Los ejemplos de su humor son muchos:“Gritaron: ¡a las urnas!/ y él entendió: ¡a lasarmas! —dijo luego.”, “Se murió diez centímetrostan solo”, “Una vez crucé un añodebajo de los días”, “Meriendo algunas tardes:/no todas tienen pulpa comestible”,“Cuando era joven quería vivir en una ciudadgrande./ Cuando perdí la juventud queríavivir en una ciudad pequeña./ Ahoraquiero vivir”…La media sonrisa que aflora en el lector deÁngel González sirve para interpretar unarealidad, la realidad que cada uno lleva dentrode sí mismo.El sarcasmo propicia el distanciamientonecesario para emitir el juicio correcto, y elautor sabe que la ironía, además de un recurso,es una forma de vivir.Interpretado, o al menos intuido, lo quesignificó en 1956 y en los años siguientes(Sin esperanza, con convencimiento, Gradoelemental, Palabra sobre palabra, Tratadode urbanismo…), ¿qué quedará ahora deÁngel González? ¿Qué le sobrevivirá? Sinduda, mucho: su poesía machadiana, falsamentesencilla y sobria, cómplice con el lector,su delicado cuidado de la palabra libre deafeites, el mensaje de inteligencia y lucidezde su pensamiento y los recuerdos de aquellosque le conocieron.En mi caso, un viaje en tren desde Madrida Asturias charlando de su poesía, de la poesíade otros y de su maldición y afición altabaco.Ángel González, sus innumerables lectoreslo saben, lo que ahora me gustaría decir, ytampoco es un descubrimiento para nadieque le haya conocido o que le haya saludadosimplemente en una lectura pública o sehaya acercado a él a pedirle que le firmarauno de sus libros, es que Ángel era —quéextraño hablar en pasado— un hombrebueno, y que donde él estaba se conciliabatodo lo bueno de cada uno de nosotros.Y yo, ahora, en justicia, debo agradecerleque me haya hecho amigo de sus amigos, deAlarcos y Josefina, de Juan Benito y Lola,de Manuel Lombardero, de Pepa y PepeCaballero Bonald…, y por supuesto quehaya conocido a su mujer, Susana Rivera, miquerida Susi Robles (por su fortaleza), quenos llevaba a casa de madrugada después dehabernos pasado, bebiendo y cantando, todala noche.Alguna vez he pensado que esto tendríaque ocurrir, y he deseado que nadie me llamaranunca y me pidiera unas líneas paradespedirme de Ángel, así que recurro denuevo a sus versos, y le pido permiso paraintervenir en ellos, sólo un poco, tan sólocambiando una palabra de su poema: Ayer.“Por eso mismo, / porque es como os digo, /dejadme que os hable / de él, una vez más /de Ángel: el poeta / incomparable que yanadie nunca / volverá a ver jamás sobre latierra”.

La Opinión A CoruñaSábado, 19 de enero de 20083 SaberesEl poeta de la palabra claraCompromisoy personajeJOSÉ LUIS ARGÜELLESMedimos a los poetas por lo que sus versosinfluyen en nosotros, por la capacidad desu obra para provocar en los lectores un sentimientode adhesión y recreación emotiva,por su poder para transformar la lengua detodos en un nuevo territorio verbal que sea ala vez patrimonio colectivo y voz singular.Más allá de esta sencilla verdad sólo hayretórica, aunque a veces se disfrace con elropaje del elogio heredado, del tópico asumidosin perspectiva crítica o del repetidolugar común que llena de inútil hojarascamuchas historias de la literatura. Poeta es,en fin, aquel cuyas palabras son respetadaspor el tiempo, como bien supo AntonioMachado.Es significativo que Ángel González (Oviedo1925, Madrid 2008) haya puesto su poesíacompleta bajo el título de Palabra sobrepalabra, una obra que se presenta con unainusual coherencia estilística y temáticadesde su primer libro, Áspero mundo (1956),con el que obtuvo un accésit del premio Adonais,hasta Otoños y otras luces (2001), poemariocon el que cierra una de las trayectoriaslíricas insoslayables de las letras españolasdel siglo XX. Algunos de los textos de Sinesperanza, con convencimiento, Grado elemental,Tratado de urbanismo o Deixis enfantasma forman ya parte de esa antologíapersonal que confecciona, con la ayuda de lamemoria y el gusto propios, cada buen lectorde poesía. La prueba es que son muchas laspersonas que conozco a las que he oído recitarpor un motivo u otro, y sin referenciaescrita delante, versos del autor asturiano.Pero hablaba de coherencia, es decir, de larelación con sentido que tienen los distintostramos de la escritura de Ángel González. Nosé con certeza si eso es bueno o malo para unpoeta. Hay críticos que ponen con rapidezbajo el escalpelo de la sospecha cualquiersigno de repetición, la insistencia en ciertasmarcas de estilo, y hacen sonar sin más reflexiónla campana de la acusación de agotamiento.Creo, sin embargo, que los poetasverdaderamente imprescindibles son aquelloscapaces de mantener la fidelidad a unavoz que pueden enriquecer con matices,adquisiciones o subrayados, pero que conservala calidad de su timbre sin dejarse distraerpor otros ecos. En el endecasílabo Paraque yo me llame Ángel González, verso deuno de los poemas más conocidos de Ásperomundo, ya tenemos al crepuscular autor deEl otoño se acerca con muy poco ruido, unade las composiciones de su último libro. Es unhilo continuo (palabra sobre palabra) devocablos sencillos y exactos que huyen de lafalsa elocuencia del verso ampuloso que tantoha gustado en España y en el que son constantesel tono propio de la conversación, ciertagravedad que en muchos otros poemasentrevera con la ironía e incluso con el sarcasmo,la confesión biográfica que no elude latensión histórica —tampoco la nostalgia y lamelancolía— y un pesimismo que podríamoscalificar de crítico y dialéctico. Nada que añadiral ensayo que el profesor Alarcos dedicó,con envidiable precisión, a su buen amigo.Algunos estudiosos han dividido la poesíade Ángel González en dos etapas: la primerade ellas concluiría, siempre según esa discutibleseñalización, con la publicación de Tratadode urbanismo, mientras que el segundode esos períodos arrancaría con Breves acotacionespara una biografía y se alargaríahasta el citado Otoños y otras luces. Es ciertoque en estos últimos libros, publicados apartir de 1969, hayuna mayor reflexiónmetapoética (meparece que como respuestapolémica a lospoemas del mismocorte, pero con distintotratamiento,que empezaron apublicar algunos delos novísimos), unaintensificación de laironía, una mayorlibertad rítmica (aunquetampoco faltanlos ejercicios formales),mayor prosaísmoy un deslizamientohacia la poesíagnómica, tan evidenteen las Máximasmínimas de Prosemaso menos. Pero,como he dicho, noestamos ante unpoeta cuya voz nopodamos reconocercasi inmediatamente;al contrario, las marcasde estilo de ÁngelGonzález están encada una de sus composiciones.No todos los poetas de los años cincuenta—estudiados, entre otros, por José Luis GarcíaMartín en su minucioso La segunda generaciónpoética de posguerra— comparten lamisma concepción de la poesía, pero el asturianoestá entre los seis autores que más haninfluido en las promociones posteriores alvendaval novísimo. Los otros cinco son, enmi opinión, Gil de Biedma, Valente, Brines,Claudio Rodríguez y Gamoneda. En una delas necrológicas que se publicaron tras elfallecimiento de Ángel González José LuisPiquero admitía, por ejemplo, su deuda conel magisterio del autor de Palabra sobrepalabra. Es una confesión que podría suscribirseguro un buen número de poetas enejercicio, incluidos algunos de quienes ponenen cuestión, desde la trinchera de un aparentenuevo realismo de combate, muchos de lospresupuestos estéticos de buena parte de laúltima lírica española.Ángel González defendió una poesía crítica“que es expresión de una actitud moral, de uncompromiso respecto a las cosas más gravesque suceden en la historia” (ver la antologíaPoesía última, de Francisco Ribes), y unplanteamiento del poema en el que “oímossiempre la voz de un personaje” (otra vez lainfluencia de Langbaum y de la personal lecturaque hizo Gil de Biedma del libro La poesíade la experiencia) que habla desde unpesimismo solidario y compatible con elhumor. Son algunas de las bases que han permitidola modernización de nuestro lenguajepoético en los oscuros años de posguerra. Noes poco mérito y es mucha herencia.Vicente Gallego relata en El 50 del 50 suparticular selección de poetas del mediosiglo, el efecto que le causó, a principios delos años ochenta, la lectura de la conocidaantología de Juan García Hortelano El grupopoético de los años 50, publicada por Taurus,en la que el ya también fallecido novelistaincluyó a Ángel González. “Yo no lo sabíaentonces, pero entre sus páginas me esperabanlos versos de varios de los autores a losque sigo teniendo por maestros indiscutibles”,escribe el autor valenciano. “Entré ensus casas y me encontré como en la mía”.Cito este texto porque me parece que resumebien la extraordinaria contribución literariade una nómina de poetas en la que laspromociones posteriores han encontrado,mucho más que en otras propuestas éticas yliterarias, un ejemplo y una enseñanza.¿Realista?LUIS MUÑIZLa conciencia crítica de la realidad, de lapropia y de la ajena, no va acompañada, enla obra de Ángel González, de una concienciacrítica del lenguaje: la herramienta lingüísticano se cuestiona, sólo se manipula, yel poeta centra sus esfuerzos en el fragmentode vida, la circunstancia que se hapropuesto analizar. No se escribe con unafe ciega en las palabras, pero sí con ciertaresignación, y hasta con miedo de queaquéllas puedan decir, si logran zafarse delcontrol discursivo, algo por su cuenta, objetivandoel poema y convirtiéndolo en elúnico centro emisor de sentido. Lo que sequiere plasmar, por tanto, es la subjetividadde quien escribe, no la objetividad deltexto resultante, pues, para el poeta ovetense,éste no es autónomo, no es real, sinorealista, depende del mundo y del empleode un lenguaje plenamente inteligible,comunicante, para existir. La dependenciade lo conocido proporciona consuelo. Cuandoleemos un texto que entendemos, o quehabla de cosas que conocemos, nos sentimosreconfortados; pero ¿hace justicia almundo actual, da cuenta de él, una poesíacomo la de González, tan limpia, tan clara,donde todo está dicho como si no hubieracaos, o donde, al menos, las trazas de éstehan sido borradas del lenguaje y de la dicción?¿Es realista esa poesía? Creo que no.No es realismo crítico, sino realismo sentimental,búsqueda de consuelo en las palabras.Es canción, mucho más que pensamientoy, en consecuencia, poesía popular:a la larga, por número de seguidores (poetas)y lectores, una de las más influyentesde su generación. Nada de malo hay en ello;si acaso, la constatación de que lo que gustaa tantos no puede ser portador de incomodidado molestia, ni mucho menos puedesacudir, poner en cuestión, criticar, ejercerresistencia (la resistencia de seguir escribiendoy retarse a abrir nuevos espacios,incitar a nuevas lecturas). Hablo aquí delúltimo tramo de la obra de Ángel González,y no de libros como Sin esperanza, con convencimiento,Grado elemental o Tratado deurbanismo, donde los textos manifiestanun deseo de realidad que en poemarios posterioresya sólo es deseo de realismo, deser entendido, de llegar a muchos. Sinembargo, a medida que la circunstanciapersonal va ganando la partida a la circunstanciacivil (muere el dictador, vuelve lademocracia), la obra del premio Príncipe deAsturias de 1985 pierde poderío, pierdecapacidad de influencia (no en los lectores,sino en las cosas del mundo) y, como otrasen que el distanciamiento de una realidadurgente acarrea un relajamiento de la tensión,caso, por ejemplo, de la del irlandésSeamus Heaney, el poema se refugia en laperipecia del yo y, frecuentemente, en lasinasibles volutas de la memoria, pero conescasa voluntad de trascender la anécdota,el hecho o el sentimiento que dan pie a suescritura. En contrapartida, lo que sí seacentúa en el último Ángel González es sucuestionamiento del personaje poemático,de la voz que habla en el poema, su críticadel concepto de identidad (Deixis en fantasma).Rara vez, empero, esa crítica havenido de la mano de la otra, la del lenguaje,pues una cosa es la reflexión metapoéticay otra lanzar, a la vez que el poema, unarequisitoria a la poesía que exceda el ámbitotemático e impacte de lleno en el discurso;para lo segundo es preciso escribir contralas palabras y no esperar ningún consuelode ellas. Salvo, claro, el de seguirescribiendo.

Saberes 4La Opinión A CoruñaSábado, 19 de enero de 2008El poeta de la palabra clara¡Ángel, Ángel...!FERNANDO BELTRÁNAtravesaba entre árboles, vencejos yotras nubes y poemas de mayo el madrileñoparque del Retiro cuando escuché de prontomi nombre pronunciado en alto. Volví la caray la atención, pero no encontré por ningúnlado el origen de aquella amable voz en gritoque pregonaba uno de los más inolvidables“Fernando, Fernando” que jamás, y por partidadoble, me nombraron.Reanudé la marcha pensando tal vez en eldesvarío de quien acostumbra a soñar o imaginaramigos, bufandas y caricias con másfrecuencia de lo saludable, cuando el heraldovolvió a la carga y, esta vez sí, el sobresaltadopaseante descubrió allá al fondo, tras elescondite de los troncos, la figura de ÁngelGonzález.Compartí días y ocasiones con Ángel, peroaquel fue el encuentro más íntimo e inesperado,más poético por tanto. Un largo paseocogidos del brazo del que recuerdo cada pasoy del que, sin embargo, la caprichosa memoriade los años me hizo olvidar casi todo.Casi todo, menos aquella voz sin rostro,aquel eco mágico siguiendo al caminante,aquel nombrar llegado de pronto desde ningúnsitio visible, y al tiempo desde todos loslugares. Y lo recuerdo hoy con emoción porquepienso que Ángel González me enseñóaquella mañana una nueva y sabia aproximacióna la verdadera esencia del hecho poético.Porque eso es exactamente la poesía, una voz que nossigue, nos dice, nos señala, asusta, agita, conmueve, guía,resguarda, acompaña; una voz que nos hace volver la cara,el corazón y el alma para buscar en otro lugar, mirar deotra manera, pronunciar de otra forma, amar con otrasmanos.Y eso fue y será ya siempre para todos nosotros el poetaÁngel González. Una voz siguiéndonos detrás, un eco entodas partes, un maestro que enseñó el saber estar a quienesle conocieron y un poeta que seguirá alumbrándonos elsaber ser de cada día cuando, desvelados en mitad de lanoche o distraídos en cualquier lugar y ensoñación del día,acudamos de nuevo a la poesía y comprobemos una vezmás que entre sus troncos hay un poeta ovetense que habita—como los nidos, como los elegidos, como el agua demayo— en las ramas más altas.¡Ángel, Ángel...!Hemos perdido el norte y una a una las lágrimas del fríoesta madrugada, pero yo quiero imaginarte ahora paseandotranquilo y con las manos atrás por el Campo San Francisco,y me imagino también levantándome brusco para llamarte,y frenando en seco cuando siento de pronto, comoaquella mañana, tu mano apretándome el brazo, calmándome,abrigándome, recordándome esta vez que ya has dejadoa nuestro alcance un largo puñado de versos imprescindibles—como faros en días de galerna y dedos acariciandola llaga de los enamorados—, y que ahora es mejor dejartecaminar a solas y a tu aire hacia algún bar o casa prestadade nuestro soñado Lloviedo, donde el encargado de turnosabrá de inmediato —sin conocerle, con sólo mirarle— queacaba de entrar en el local un ángel bueno e irrepetible,amante de la luz, la dignidad, el vino, las rancheras y eleterno escondite de los árboles.Homenajea ÁngelGonzálezANA VEGAPara que yo me llame Ana Vega yescriba esto que ahora escribo, y agarrecon fuerza un folio en blanco y realicecuriosas estructuras y arquitecturasdiversas, o me decida a llevar acabo aquello que Marguerite Durasdescribía bien: “Escribir es contar unahistoria que ocurre por su ausencia”,para todo ello y para que, principalmente,yo me haya salvado de infinitosprecipicios con palabras susurradas alviento, con poemas que aún guardocomo tesoros, para que yo me llameAna Vega, repito, ha sido imprescindibleel descubrimiento en mi vida —y lacompañía de sus versos— de un granpoeta llamado Ángel González. Elhombre que un día me reveló que “unpapel puede cortar como una navaja”.Seguro que “ahora andará por otrastierras, / llevando lejos luces y esperanzas,/ aventando bandadas de pájarosremotos, / y rumores, y voces, ycampanas”. Sigamos pues las instruccionesde Juan Ramón Jiménez ycerremos las puertas, no toquemosnada: “¡Que se encuentre a su agradosu recuerdo!”.SAÚL FERNÁNDEZAntes de ser funcionario de Obras Públicasy mucho antes de alcanzar la gloria conlos poemas, Ángel González fue periodista.Un periodista de esos con carné de escuelaoficial, en una época en que tener carné eraalgo parecido a poseer una medalla.Porque el carné certificaba crónicas. Semetió a periodista, según confesó, por unaquel de ganarse la vida con algo que tuvieraque ver con las letras. Pero, confesaríamás adelante, descubrió muy pronto que elperiodismo no era una buena forma de vida.Así que determinó opositar, hacerse funcionario,trabajar para el Estado, el mejor modode asegurarse el futuro. O eso pensabaÁngel González allá por los primeros cincuenta.El poeta comentó, cuando sólo le quedabarecordar el tiempo transcurrido, que consiguióla plaza en Obras Públicas y que se sentabajunto a Jaime Gil de Biedma en las grisesoficinas ministeriales. Gil de Biedmaestaba contento con esto de “funcionar” parael Estado porque, consideraba, le permitía lacreación literaria sin ninguna traba. Gonzálezdijo en una ocasión que, junto a Gil deBiedma, se convirtió por aquellos entoncesen un poeta de horas de oficina porque enaquellas horas de oficina escribía poemascomo si fueran prosa, todo seguido, sin quebrarlos versos. No fuera ser que el jefe denegociado descubriera en qué empleaban eltiempo aquellos, entonces, jóvenes funcionariosque el futuro convertiría en maestrosdel presente. Pero para llegar a todo esto,Ángel González todavía tuvo que cubriralgunas etapas. La de periodista, la de críticomusical, fue una de las primeras. SusanaRivera, viuda del poeta, editó hace ya unadécada una pequeña recopilación de los trabajosdiarios de Ángel González que tituló50 años de periodismo a ratos y otras prosas(Nobel, 1998). La editora en el prólogoÁngel González.El poeta que fue periodistarecuerda que el poeta, cuando todavía no erapoeta, escribía crónicas en la prensa regionalsobre la actualidad musical de aquellos días—sobre la programación de la SociedadFilarmónica, por ejemplo—. Empezó allá por1947 y aquellos incipientes pasos los estuvodando hasta 1952. Luego vino el tiempo defuncionario, después lo de enseñar en NuevoMéxico y, estando en el sur de Estados Unidos,renació el espíritu periodístico. Ycomenzó a hacer reportajes: viajes, estancias.Esas cosas. De ambicionar la vida periodísticapasó a ejercer de funcionario. Acabócomo poeta, como profesor de Literatura,como maestro del futuro. Ahí quedan todossus libros, ahí quedan todos sus versos comoprueba de su paso por el áspero mundo.Todo un aplauso.

La Opinión A CoruñaSábado, 19 de enero de 20085 SaberesEl poeta de la palabra claraRICARDO LABRAToda evocación del pasado es una fabulación,una ordenación interesada de los diversosmateriales que se han ido sedimentandoen las orillas del largo y, en la mayoría de loscasos, sinuoso río de la experiencia. Cuandohablo de Ángel me asalta la impresión de queconfundo el día de ayer con el del año pasado,que, además, es muy parecido al día de hoy(como puede comprobarse fácilmente). Losrecuerdos de Ángel se me mezclan con losdías sin Ángel, en una proporción explosivapara la memoria. A veces tengo la sensaciónde estar viviendo unas copas por el Oviedoantiguo en su cálida compañía y de demorarmecon él, sin prisa alguna en nuestros relojes,por la calle San Francisco, hasta que seapagan las últimas farolas, lo que solemoshacer con bastante frecuencia. Luego, a lahora de la despedida, me doy cuenta de mierror, de que tan sólo estaba transitando porun libro suyo, mientras —eso sí— se apagabanlas últimas farolas por las calles de LaFelguera. Ésta es una de las magias de laliteratura, también uno de sus sobresaltos. Yes que Ángel siempre se me escapa por lasesquinas del calendario, hasta que por elcallejón de cualquier mes vuelve a aparecercon su sonrisa radiante y su voz de buenamigo.Ángel González es un poeta lógico, por esoresulta tan ilógico —mejor dicho, tan peligroso—para la lógica convencional, convirtiéndoseen un verdadero azote para los crédulos,a los que en más de una ocasión haconseguido escandalizar. En el libro 50 añosde periodismo a ratos y otras prosas podemosencontrar abundantes ejemplos de esteÁngel lógico. En un viaje a Utah, paraíso delos mormones, se encuentra en el aeropuertocon uno de los representantes de esta Iglesia,en misión evangelizadora: “…al que ahuyenté”—nos dice en su artículo— “encendiendoun cigarrillo y preguntándole por elbar (es bien sabido que, para los mormones,los enemigos del alma son dos: el tabaco y elalcohol; así como para alejar a los vampirosno hay nada mejor que un diente de ajo, paramantener a distancia a los misioneros mormonesla simple mención de un vaso dewhisky es muchas veces igualmente eficaz)”.Más adelante, en otro capítulo de este libro,desea ver el retrato de Willian Blake en laabadía de Westminster, pero los oficios vespertinosiban a comenzar y, por lo tanto, loscuriosos tenían que abandonar la abadía.Ángel se resiste a salir de aquel espacio sinhaber cumplido su objetivo, por lo que fingeuna piedad anglicana que conmueve al edecán.En medio de las liturgias, tan depuradas,y de las voces de los niños cantores, elautor de Palabra sobre palabra llega a lasiguiente conclusión: “Ahora comprendo quepor los caminos de la estética se llega amuchas partes; Juan Ramón Jiménez decíaque a la ética, yo pienso que incluso al error.Es tan bella la liturgia en la abadía de Westminsterque, por unos instantes, dudo. Alfinal, todos acaban rezando por la reina, y laincredulidad vuelve a instalarse con firmezaen mi corazón”.Muchas veces he hablado sobre la línea decontinuidad que existe —en mi opinión—entre el personaje que habita los poemas deÁngel González y el propio autor, trazada porun evidente nexo autográfico (por utilizar laexpresión afortunada de Carlos Barral). Aligual que en sus poemas, con Ángel Gonzálezpuede suceder cualquier cosa, ya que lleva suherramienta —o su magia— lógica hasta loslugares más insospechados, que son aquellospor los que más le gusta transitar. La nochecon Ángel se transforma casi siempre en unenigma que hay que saber descifrar con elmisterioso capote de los sentimientos y delas ideas. Sólo entonces se podrá salir de ella,Angelgrafíamás o menos indemne, por la puerta ancha delalba.Recuerdo una noche en la que el peligro resbalabacomo la sombra de un reptil por lasparedes del tugurio en el que nos encontrábamos,en una calle sin nombre de Oviedo. La discusiónse desató de una forma tan absurdacomo violenta; dos hombres pugnaban por cantar,ninguno de los dos se ponía de acuerdo, susvoces eran tan dispares como disímiles suscaracterísticas físicas. Uno era grande y musculoso,el otro pequeño y avieso (o debiera decirtravieso). La situación parecía irreparable; poraquellos frustrados cantores hablaban las víscerasy un viejo rencor, sin duda acumuladodurante años. El conflicto aplazado estaba apunto de pasar del insulto descarnado a la carnalidadde las manos; en el más pequeño sepodía apreciar un brillo metálico que camuflabansus dedos. Ángel se levantó ante aquellasfiguras contrapuestas y se dirigió de maneratemeraria al más grandullón:–Tiene razón este señor, dijo señalando almás pequeño. A ver, cante usted. Y volviéndose,ordenó al más grandullón:–No se le ocurra interrumpirle.El grandullón asintió con un gesto de sorpresa,como si le hubieran arrojado un vaso deagua helada por la espalda. El pequeño comenzóa cantar, a desplegar con orgullo el abanicode sus matices. Cuando ya iba cogiendo vuelosu canción, Ángel le cortó tajantemente.–Ahora le toca a usted, le dijo al todavía atónitograndullón.El pequeño no parecía muy conforme, peroescuchó sin rechistar las tonalidades de su oponente,que vibraban en el aire como un gas comprimido.Ángel nuevamente cortó al esforzadocantante cuando iba a acometer la estrofa querequería un mayor lucimiento personal.–Y ahora —les ordenó sin dejarles otraopción—, los dos a la vez.Ángel los controlaba con el movimiento desus manos, como el que sujeta con cuidado dosdelicados cristales; poco a poco, éstas fueronadoptando una actitud más enérgica, hasta queanudó definitivamente en ellas las riendas de lasituación. El peligro había sido conjurado; casisin darse cuenta, los dos contendientes se abrazabanmansamente en torno a su Ángel conciliador:“Cuando voy por el sendero / hago laspiedras llorar / de tanto como te quiero”, mientrasentonaban canción tras canción. Incluso losdos rivales terminaron por alabar y reconocerlas cualidades del otro. El pequeño —el avieso,travieso—, antes de que abandonásemos ellocal, le dijo con sincera admiración a ÁngelGonzález:–Oiga, usted es algo especial, un director deorquesta, un músico importante o algo así.Y no andaba muy descaminado nuestro pendencierocantor.En realidad, es lo que siempre ha hechoÁngel como autor literario, armonizar los contrarios,potenciar con ellos los matices de laexpresión, dar la vuelta a las cosas mostrándolasverdaderamente como son. Y es que la lógicade Ángel jamás conduce al absurdo, aunquea veces lo parezca, sino a una finalidad muy concreta.Un amigo me comentó que en cierta ocasiónÁngel decidió alargar un poco más la noche ylos invitó a desayunar en un conocido hotel deOviedo en el que se hospedaba. El camarero, unseñor orgulloso de su profesión, recibió concierto recelo aquella horda de adoradores nocturnos,del alcohol y de otras lunas, que hacíanesfuerzos por mantenerse de pie. Con desagradoobservó cómo se introducían entre la ordenadahilera de sillas y de mesas que él tan primorosamentehabía dispuesto. Y con el mismodesagrado se acercó, con una inmaculada servilletacolgándole del antebrazo, a escuchar lasdemandas de aquellos inoportunos —inapropiadospor las horas— clientes.–¿Qué desean los señores?, preguntó con unavoz estrictamente profesional.–Póngame un whisky.Ángel no pudo terminar su petición. Alcamarero le brillaron los ojos con ciertos acentostriunfales. A la ocasión la pintan calva, yésta era la suya.–Perdone, señor —dijo con una entonaciónde un hombre que está curado de escándalos,pero que se escandaliza—, ésta es la hora deldesayuno, y no se pueden servir más que desayunos.El bar a esta hora no lo tenemos abierto.Tras lo que adoptó cierto aire marcial parareafirmar la solidez de sus intenciones y propiciarla desbandada del gremio invasor, un tantopintoresco y debilitado por la profusa navegaciónbajo las constelaciones.Ángel acusó el golpe apenas unos segundos,acaso el tiempo suficiente para percatarse decómo podría darle la vuelta a una realidad tanadversa. Su sonrisa de cazador de instantesafloró en sus labios.–Está bien, desayunemos. ¿Qué tienen ustedespara desayunar? Supongo que tendrán café.–Sí, señor, tenemos café.–¿Todo tipo de cafés, como cabe esperar enun sitio tan distinguido como éste?–Sí, señor, tenemos todo tipo de cafés.El camarero comenzaba a manifestar ciertogrado de impaciencia.–Bien, pues tráigame usted un café irlandés.–¿Un café irlandés, señor?El camarero comenzaba a no dar crédito a loque oía.–Sí, como tienen todo tipo de cafés, yo quieropara desayunar un café irlandés.–Bien, ahora se lo traigo.–Ah, si no tiene inconveniente —el camareroobservaba con horror a Ángel González—, tráigameel café en una taza y el whisky en un vasopara mezclarlo yo.Los camareros de los grandes hoteles sonciudadanos del mundo, viajeros impenitentesde un universo de mesas; unos breves pasos losseparan de distintas fronteras, de París a Lisboa,a la velocidad de una cerveza. El camarero,al que le sobraban horas de vuelo, en seguida sedio cuenta de que había perdido la partida, deque un inesperado jugador —sin duda un maestro—le había dado jaque mate sobre el mismísimotablero de su bandeja. Y no le costó trabajoreconocerlo, cualidad que tienen los buenosoponentes. Ya sin rodeos, le dijo a Ángel González:–Dígame qué whisky desea tomar y muygustosamente se lo traeré al señor. Como nopuede ser de otro modo, invita la casa.Un buen comienzo, sin duda, para una largaamistad.He hablado de la noche —quizá demasiado—y de la lógica de Ángel González. Cualquier día,en un recodo del calendario, nos vemos otravez, querido Ángel. Ahora disfrutemos —carpediem— de este momento.

Saberes 6La Opinión A CoruñaSábado, 19 de ENERO de 2008HistoriaLa libidode losreyesespañoles‘Los grandes polvos de lahistoria’ es un libro, escritopor Ignacio Arana, sobre lasexualidad en la historiaCONCHA BARRIGÓSEl de un rey, Fernando el Católico, muertoa causa de una sobredosis del viagra de laépoca, o los muchos de la viuda de FernandoVII, María Cristina, con Fernando Muñoz,con quien tuvo ocho hijos, son algunos deLos grandes polvosde la historia, destacadospor José IgnacioArana en sunuevo libro.Arana, médico yprofesor de Pediatríade la UniversidadComplutense deMadrid, quería quesu libro tuviese el“recatado” título deHistorias Curiosasde la Sexualidadpero, según ha reveladoen una entrevista,“las mujeresde Espasa Calpe”,que ha editado ellibro, “son tremendasy viendo su contenidodecidieron que no podía llamarse másque como se llama”.Los grandes polvos de la historia es unensayo riguroso sobre la sexualidad a lo largode la historia, aunque escrito “en tono desenfadado”.De entre todas las pasiones amorosas,Arana destaca la que embargó a Fernando elCatólico, ya viudo de Isabel, por Germana deFoix, a la que llevaba 36 años.Se casaron, tuvieron un hijo, Juan, quemurió, y una vida sexual inusual entre larealeza. Para atender a los requerimientosde su esposa, Fernando el Católico se medicócon cantárida, un insecto que contieneuna sustancia responsable de una vasodilataciónmuy parecida a la que produce laviagra.El problema es que la cantárida puedeprovocar graves episodios de congestión, quees lo que le pasó a Fernando el Católico cuandoen 1516, con 64 años “en la espalda” y decamino al monasterio de Guadalupe, hizo unaparada en Madrigalejo y tomó, “para satisfacera la fogosa Germana”, una “sobredosis”que le provocó unahemorragia cerebral.También inusuales la historia deMaría Cristina deParma, la cuartaesposa de Fernando“Hijo mío, la única sangreque corre por tus venas esla mía”, dicen que dijoIsabel II, titular de una“agitada vida sexual”, asu vástagoPara hacer uso delmatrimonio, Fernando elCatólico se ‘medicó’ conun insecto vasodilatanteestilo al viagra actualVII, a pesar de que era su sobrina, y que“aguantó dignamente” los cuatro años dematrimonio, durante los que tuvo dos hijas—Isabel II y Luisa—, con “un sujeto derepulsivo físico” que solo “yacía con ella conlujuria de animal y no con amor de esposo”.Murió él, y ella, a los tres meses, se rindióa la pasión que despertaba en el soldado delcuerpo de Guardias de Corps Agustín FernandoMuñoz. Contrajeron matrimoniosecreto pero ella continuó de regente viudahasta que Isabel II, con 13 años, fue proclamadareina.Hasta entonces, María Cristina combinó laregencia con los embarazos, sin que pasarandesapercibidos en los mentideros: “Llorabanlos liberales que la Reina no paría, ¡y ha paridomás Muñoces que liberales había”, decíanlas coplillas de la época.“Esos escándalos serían hoy impensablesporque la vida ha cambiado mucho, fundamentalmentegracias al mayor avance en lasexualidad: la contracepción, que ha permitidodesligar reproducción de sexo”, afirma elautor.Los grandespolvos de lahistoriaJOSÉ IGNACIODE ARANAPortadaoriginal256 páginas,15 €Arana pide “indulgencia y respeto” paracasi todos los protagonistas de su libro porque,para algunos, como el general Serrano,“un sinvergüenza que violó a Isabel II cuandoera aún una niña”, guarda el mayor desus desprecios.También tienen su espacio los “polvos”que desembocaron en hijos siempre cuestionadosporque a su padre se les atribuíaimpotencia, caso de Enrique IV, y en “ilegítimos”,entre los que el autor, “en un atrevimientoimpertinente pero sugestivo”, incluyea Alfonso XII.“Hijo mío, la única sangre Borbón quecorre por tus venas es la mía”, dicen que dijoIsabel II, titular de una “agitada vidasexual”, a su vástago.Arana, autor de la novela El telón de terciopelo,que acaba de editar Gran Guiñol,dedica a Alfonso XII y Alfonso XIII un capítulocon el título Las 'aficiones teatrales' delos Alfonsos para referirse a las relacionesque tuvo el primero con Elena Sanz, con laque tuvo cuatro hijos, y el segundo con CarmenRuiz Moragas, madre de Leandro.

La Opinión A CoruñaSábado, 19 de ENERO de 20087 SaberesCómicExcelentessegundas partesMúsicaGarlandResucitadaFLORENTINO FLÓREZEn las últimas semanas se han ido publicandolas segundas partes de varios tebeos memorables.Aunque en su momento tuve ocasión de recomendarlos,el paso del tiempo puede conseguir queolvidemos que siguen su curso. Sería una lástima,ya que son realmente buenos. Empiezo por dosseries de Taniguchi. Si la primera entrega deSeton nos deslumbró con su contenida emoción, lasegunda mantiene muy alto el listón. Resulta muycomplicado alcanzar la calidad demostrada en elarranque, pero no decepciona. Resuelve mejor lacontinuación de La cumbre de los dioses, otra desus incursiones en el montañismo. Ya nos sorprendióhace años con el fenomenal K y ahora vuelve almundo de la escalada con un relato de superacióny competencia, una lucha entre dos chiflados de lamontaña, que es arrolladora. La serie es adictiva,a pesar de que el tema no parece a priori especialmenteatractivo. De alguna manera Taniguchi nostransmite el vértigo y el esfuerzo inherentes aestos enloquecidos asaltos a las cumbres más temibles,contagiándonos su amor a ese deporte. Bessllega al segundo número de Pema Ling. No sólomantiene sino que multiplica sus textos. Se acercamucho al ritmo pausado del Príncipe Valiente, conuna interacción entre palabras e imágenes muyespecial. Sus contenidos se vuelven más filosóficosy sus paisajes más líricos. La acción se diluye enun volumen donde priman la contemplación y lareflexión. Parece decidido a consagrar su arte a labúsqueda de la sabiduría y sus páginas se conviertenen auténticos puentes al pensamiento oriental.La comparación con su aventura tibetana en compañíade Jodorowsky es inevitable. Si en El lamablanco el chileno jugaba a contar un relato delamas casi a ritmo de superhéroes, Bess opta porla serenidad y la pureza. Se mantiene fiel a la esenciade lo que nos explica, aunque quizás peca decierta solemnidad. Un poco más de humor seríabienvenido.Finalmente Largo Winch. El dibujo de Francqconstruye algo así como una superproducción, conimpresionantes paisajes, helicópteros, persecucionesy un apabullante desplieguede arquitecturas ycuidadísimos fondos. Yuno de los malos tiene lacara de Brad Pitt. VanHamme por su parteremata como puede laaventura en que habíametido a su héroe. En laprimera parte, El preciodel dinero, el director deuna pequeña empresa sesuicidaba en directo por latele, abrumado porque laspérdidas le habían llevadoa la ruina. Su negocio deslocalizado,sus empleadosdespedidos y su pequeñaciudad hundida por culpade la globalización. Elguionista vuelve a demostrarque conoce bien elcapitalismo y nos sacudecon una sorpresa detrás deotra. Básicamente viene adecir que cualquiera puede resultar cegado por elpoder del dinero, pero que eso poco tiene que vercon una maldad intrínseca del sistema. Más biencon los seres humanos, individuales, que por élpululan. Largo, el héroe millonario, emplea supoder para el bien y los obreros recuperan su trabajo.Por el camino descubrimos cómo algunosbenefactores de la humanidad, amigos de los hotelescaros, también son proclives al soborno. Untebeo lleno de ideas que quizás no cuenta con unfinal a la altura.La ley deldólarVAN HAMME YFRANQNorma Editorial48 páginas,12 €F. F.Hace un año y medio el cantante norteamericanoRufus Wainwright cumplió susueño: resucitar a su adorada Judy Garlanden un concierto en el Carnegie Hallde Nueva York en el que repasó las cancionesque la heroína de El mago de Ozhabía interpretado, sobre ese mismo escenario,45 años antes.Aquel histórico homenaje está ahora ala venta en un doble CD de nombre Rufusdoes Judy at Carnegie Hall, además de unDVD con un concierto de la misma gira enel London Palladium bajo el nombre deRufus! Rufus! Rufus! does Judy! Judy!Judy!Al igual queen sus anterioresálbumes,Wainwrightsigue fiel a suestilo de popbarroco, queahora utilizapara hacer versionesde 36 cancionesdel repertoriode JudyGarland, comoThe trolleysong, WhenYou’re Smiling(The WholeWorld SmilesWith You),Alone Together,I Can’t Give YouAnything ButLove y Chicago,entre otras.Y, como no,no podía faltarOver the Rainbow,tema centralde El magode Oz que Garland,metida enla piel de la inocenteDorothy,cantó junto aEn el álbum no falta‘Over the Rainbow’, temacentral de ‘El mago deOz’, que cantó Garlandhaciendo de DorothyTotó mientrasfantaseaba sobrela existenciade un mundomaravilloso y sinproblemas másallá del arco iris.La adoración de Wainwright por JudyGarland no sólo responde a que la diva sehaya convertido, casi cuatro décadas despuésde su muerte, en un icono gay, si nomás bien al trágico paralelismo de susvidas, marcadas por los excesos, las drogas,las depresiones y por ser, ante todo,políticamente incorrectos en la puritanaAmérica.Wainwright sorprendió al mundo conálbumes como Poses, Want One o Releasethe Stars (2007), gracias a un estilo propioen el que, sin tapujos, fusionaba el pop conla ópera en canciones con letras en las que,predominantemente, habla sobre la homosexualidad,el amor libre y la crítica a lapolítica estadounidense.Un proceso creativo que siempre culminacomo el mejor de los showman: con undirecto en el que interpreta sus cancionescon voz de barítono y ataviado con plumas,tacones y, siempre, con muchohumor.Pero antes de todo ello, Wainwright, asu 35 años, ya había vivido muchas vidasque, sin duda, ahora son más que una inspiracióna la hora de componer; como laviolación de la que fue víctima a los 14años, que a punto estuvo de acabar enestrangulamiento si no hubiese sido porqueal fantasioso de Wainwright se leocurrió hacerse el epiléptico en el últimomomento.Sin embargo, este suceso le crearía untrauma que le ha costado superar más de10 años.Mientras que sumusa, Judy Garland,se acostumbró alconsumo de barbitúricosy anfetaminaspara soportar elritmo cruel de Hollywood,Wainwrightcomenzó a olvidar suterrible pasado abase de fiestas que aderezaba con unasdosis de cristal de metanfetamina, sustanciaa la que ha vivido enganchadovarios años y que a punto ha estado deromper su vida, y sus sueños, en pedazos.Afortunadamente, Wainwright noacabó tirado en un baño como su diva y,después de varias sobredosis —tras unade las cuales incluso se quedó ciegodurante varias horas— en 2002 Wainwrightdecidió rehabilitarse y, desdeentonces, su modo de disfrutar la nochees sobre un escenario halagando a supúblico cada vez más heterogéneo.También tendrá que dedicar algunaque otra noche a lo largo de este año paraterminar su siguiente proyecto: escribirsu primera ópera, titulada Prima donnay que le ha encargado el Metropolitan deNueva York.

Saberes 8La Opinión A CoruñaSábado, 19 de enero de 2008LecturasLA BRÚJULAEUGENIO FUENTESClásicos para jóvenesEl ilustrador asturiano AlfredoGonzález Sánchez (1933), Alfredopara el mundo del arte y lapublicidad, ha sido el encargado derealzar con sus dibujos esta bonitaedición del cuento que CharlesLamb (1755-1834) escribiera sobreuna de las mejores tragedias deShakespeare. Ya saben, el rey Leardecide repartir su reino entre sustres hijas: las dos aduladoras y lafranca al fin desterrada, mientrasronda la locura sobre sus últimosaños. Lamb aceptó el encargo, aprincipios del siglo XIX, deconvertir las tragedias deShakespeare en cuentos aptos parajóvenes. Su hermana, Mary, hizo lopropio con las comedias y, al final,ambos consiguieron una merecidanota a pie de página en la historiade la literatura.Aventuras de Caín en EscociaSexo, violencia, supervivientes delpunk, clase obrera escocesa... Sonalgunos de los elementos que ellector habituado a Irvine Welsh(Trainspotting, Éxtasis, Cola,Porno...) encontrará entre laspáginas de Secretos de alcoba de losgrandes chefs. Pero también treneseléctricos, convenciones deadoradores de Star Trek y todos losramalazos frikis que puedencaracterizar a un alma cándida. Dospolos que se juntan en eldepartamento de Sanidad y MedioAmbiente escocés. Allí trabajanDanny, el protagonista —empeñadoen descubrir si su desconocidopadre es algún chef famoso—, y unrecién llegado, Brian, que desbordaadmiración por Danny. Con esosmimbres las comparaciones conJekyll y Hyde, Dorian Gray o Caíny Abel están servidas.El arte deaburrirse con graciaLa venezolana Teresa de la Parra(1890-1936) fue una personalidadapreciada por intelectualeseuropeos del período deentreguerras. De familia vinculadaal dictador Juan Vicente Gómez, seinstaló en 1922 en París, donde dioa conocer esta Ifigenia, subtituladaDiario de una señorita que escribióporque se fastidiaba. De prosaenérgica y cuidada, la obra narralas vicisitudes de una damaeducada en París a la que el regresoa Venezuela sitúa en la noimaginada tesitura de no poderobrar ni opinar. Una feroz críticasocial que es, a la vez, el desnudoprofundo de un alma femenina.Compendio de horroresAunque las murallas no caen ya alson de las trompas sacerdotales, talvez no esté de más echar un vistazoa este La puta de Babilonia delcolombiano Fernando Vallejo.Novelista y ensayista, Vallejo no hatenido demasiada dificultad enencontrar nutrido material paraestablecer —sin exceso niexageración— esta sucinta historiade los crímenes de la Iglesiacatólica. Y aunque los herederos nodeben ser condenados por lasfechorías de sus antecesores,conviene tenerlas presentes cuandose desempolvan dardos forjados enhogueras inquisitoriales.El rey LearCHARLESLAMBPàmies,284 páginasSecretosde alcobade losgrandeschefsIRVINEWEISHAnagrama,522 páginasIfigeniaTERESA DELA PARRATallerde MarioMuchnik,528 páginasLa puta deBabiloniaFERNANDOVALLEJOSeix Barral,318 páginasEncuentros ydesencuentros amorososMastretta realiza una disección de losconflictos a los que lleva el amor en parejaANA VEGAUna tarde, Julia Corzas abre la puerta a sutercer marido y deciden jugar al ajedrez. Mientras,ella le cuenta diferentes historias de amory desamor, maridos y mujeres, viudas, infidelidad,primeros besos, y pérdida de la ingenuidadcon que un día creímos poder vivir junto al otro.Ángeles Mastretta reúne aquí distintos relatos,no demasiado extensos (algunos tan sólo deunas líneas) en los que lleva a cabo una investigacióncasi antropológica de los encuentros ydesencuentros a los que el amor nos conduce. Eldesencanto, y una visión lúcida y reflexiva sobrela realidad, nos ofrece en estos relatos un retratofiel de todo aquello que hemos vivido —o viviremosen el futuro— en el inestable e irracionalterritorio del amor: “Según la terapeuta se nosdan las relaciones disfuncionales, pero quésaben las terapeutas, lo mismo que antes sabíanlos curas. Nada. A veces oír. Disfuncionalessomos todos”. Y eso deja patente en este libro laautora: nuestro carácter voluble y el escaso onulo control que nosotros podemos imponer alinverosímil, en muchas ocasiones, devenir de loshechos. Mastretta analiza con lupa cada comportamiento(“Mil años de vida juntos conducen auna comprensión del otro que a veces pareceidiotez”), cada mirada, y utiliza el sarcasmo, laironía más afilada y el humor, para reflejar nuestrosenredos cotidianos.Se presenta aquí a los hombres como sujetosdébiles, inestables, cobardes, es la mujer la queimpone el orden en el caos, la que deja las cosasclaras, la que decide, también, callar todo lo quesabe. En un momento dado una de las mujeresque aparecen en esta obra le dice a su marido:“Si tú no sirves para cumplir promesas, yo deberíaservir para cumplir amenazas”. La autoranos describe aquí a mujeres fuertes, que sabenlo que quieren y luchan por ello, pero mujeresAlrededor de la pupilaLa voz de Erri de Lucaestá próxima no ya ala sola emoción sino ala fuente emocionalEn el nombrede la madreERRI DE LUCATrad. Carlos Gumpert.Editorial Siruela,Madrid, 2007112 páginasante todo cuya sabiduría las conduce al perdón(aunque ellos busquen y olviden la redencióncon un simple parpadeo). En otro de los relatos,la mujer se pregunta si cierta frase que ha escuchadopor ahí tendrá en realidad sentido: “Habíaoído decir alguna vez que la mujer ideal es laque se convierte en pizza cuando el hombre idealtermina de hacer el amor y cae en un ataque dehambre”. Mastretta sigue ofreciendo ese prototipode hombre miserable y con pocas luces,tosco (“Había empezado a tener hijos desde queempezó a entrar en ella su marido, que no pedíapermiso de paso”), egoísta (mujer que lleva oncehoras de parto y cuando el marido entra en lahabitación le dice: “No te imaginas qué día tanpesado he tenido”), pero elabora dicho retratocon agudeza, donde su ingenio brilla con luz propia:“Bien lo iba diciendo en todas partes suvecina: cuando el marido de la señora Fez pasó amejor vida, ella también pasó a mejor vida”.Ángeles Mastretta deja clara su postura yadesde la portada elegida para este libro, en ellase muestra la mitad de una naranja, pero esamitad se exhibe jugosa, resplandeciente, comopreguntándose si realmente es necesaria la otramitad. Y la autora nos recuerda entonces algoimprescindible: “Claudia sabía que quien aprendea estar solo aprende a saber lo que quiere”.Encontramos aquí varias lecciones magistralespara nuestra vida cotidiana, algunas aplicablessólo en caso extremo de viudedad o infidelidadno consentida, otras en cambio muy útiles a lahora de enfrentarnos a nosotros mismos: “Todomenos pelearse consigo misma a esas alturas”.Lo que realmente hemos de tener siempre presentees que, como bien dice una de las maravillosasmujeres que habitan estas páginas, “lavida se trata de cerrar los ojos y abrir las manos.Todo lo demás está hecho de rencor y rencillas.No vale la pena detenerse en eso”.CHUS FERNÁNDEZDice Kureishi: “Siempre he asumido que la lecturay la escritura de creación van juntas. La originalidadde un escritor puede consistir en cómodistorsiona o utiliza el trabajo de algún otro.” Elrumor es curso y encuentro; la continuidad, pendientey líquido alimentado por otros líquidos. Lavoz de uno reclama con anterioridad la voz delotro. Recepción es colisión y sólo en la comuniónda comienzo el diálogo. Puede que la lucidez sea lamanera en que relacionamos la información recibidacon los demás y que la creatividad sea laforma en que relacionamos esa misma informacióncon nosotros mismos. Se haga lo que se hagacon él, se le conozca o se le ignore, se le abrace ose le rechace, ¿puede haber algún material másuniversal (y por tanto más ajeno) que el recogidoen las Escrituras? Y lo que es más importante,¿perteneceremos alguna vez a algún lugar comoun día pertenecimos al vientre de nuestra madre?Sólo el ataúd, exacto y oscuro confín, nos acogerácomo nos acogió durante un tiempo su regazo. Elmensajero portaba en sus brazos la falta y el carpinterosalvó a aquel cuyo nombre anunciaba quevenía al mundo para salvarnos. Sí, el carpinterocuidó del fruto sabiendo que no era suya la semi-

La Opinión A CoruñaSábado, 19 de enero de 20089 SaberesJOSÉ LUIS GARCÍA MARTÍNTrieste,encrucijada y mitolla. Contra sus leyes, la nuestra, podría decirle Iosefa Miriàm. Y también: Yo te cubriré cuando arrojenlas piedras. Si te señalan, te abrazaré; si ellos dicentú, yo diré nosotros. Una historia, dos trazos delamor: el que un hombre siente por la mujer en cuyoimprobable relato confía y el que una mujer sientepor el hijo traído por las palabras del ángel. HablaMiriàm con el que le fue dado. A solas, da paso. Intuyeel cierre, anticipa la clausura que aguarda a loque más quiere y porque lo hace, sufre. “Estas sonlas visiones. El solitario viajero pronto cruza el bosque;y ahí, saliendo a la puerta con los ojos entornados,posiblemente para esperar su regreso, con lasmanos en alto, agitado por el viento el blanco delantal,hay una mujer entrada en años que parece (tanpoderosa es esta dolencia) buscar, en un desierto, unhijo perdido, buscar un jinete aniquilado, ser la figurade la madre cuyos hijos han muerto en las batallasdel mundo. Y así, mientras el solitario viajeroavanza por la calle del pueblo en que las mujereshacen labor de punto y los hombres cavan en loshuertos, la atardecida parece siniestro presagio”(Virginia Woolf.). Está claro. Con las tripas se anudanlos augurios. La sombra precede a la nube y noal revés. No habrá otro como el que vendrá, peroserá tu dolor, Miriàm, lo que hará de ti una másMaridosÁNGELESMASTRETTASeix Barral, 2007259 páginasentre las mujeres. Esto podrías decirle al que llevasen tu vientre: En mi caldo estás creciendo y fijará elcielo el límite del agua. Llorarás entre las dunas.Serás restos porque no hallarás rastros. Y cuandohayas dejado atrás la arena, morirás. Renunciarás alalba y en la tierra calará la sangre que somos. Nohabrá paz cuando me faltes. Qué será de mí, hijomío, a otra superficie debemos estar unidos parapoder impulsarnos. El fragmento muestra siemprelo que no aparece en torno a él: la acción se despliegaen los huecos y el tiempo se estira en los espaciosen blanco. La voz, al contrario que el estilo, afianzala escritura y difumina al escritor. La belleza, cuandoes exigida desde las profundidades del texto,cuando es pared y no orla, no sólo es deleite sinoestremecimiento. No leamos, escuchemos. Agradezcamosla posibilidad que hoy nos brinda el oído, celebremosla existencia de una voz como la de Erri deLuca: tan próxima no ya a la simple emoción sino ala fuente de las emociones. Y pidamos más, pues nohay mejor manera de valorar lo que nos acaba de serconcedido. Pidamos más. Volvamos al principio(quien desliza la vista por la primera página del libroque acaba de terminar reemprende su viaje con lasmanos abiertas). Pidamos más. Sí. Hagámoslo. Ydespués, como siempre, volvamos a Godard.Hay un viejo dicho clásico que afirma que los dioses, cuandoquieren castigar a los hombres, les conceden lo que desean. Sonlas plegarias atendidas que a Truman Capote le sirvieron paratitular su última e inacabada novela a partir de una cita apócrifade Santa Teresa. Lo mismo que de los hombres, podría decirse delas ciudades. Trieste, “ciudad abstracta y premeditada”, al igualque San Petersburgo, surgió en el siglo XVIII como puerto francoque permitiera al Imperio austro-húngaro el comercio en elAdriático.Durante dos siglos fue una ciudad austriaca de población mayoritariamenteitaliana y enclavada en un territorio esloveno. Suprosperidad atrajo a gentes de muy diversas culturas. Especialmenteimportante era el componente judío, tanto sefardí comoaskenazi. De las 560 publicaciones periódicas que aparecieronentre 1863 y 1902, la mayoría estaba escrita en italiano, pero tambiénlas había en alemán, francés, griego, español y en diversaslenguas eslavas. De ese crisol de culturas surgió la gran literaturatriestina, la que representan un poeta como Umberto Saba y unnovelista como Italo Svevo.Pero los italianos de Trieste soñaban con liberarse del yugo austriacoy, por fin, lo consiguieron tras el cataclismo de la Gran Guerra.No tardarían en descubrir, como la paloma de la parábola kantiana(que soñaba con liberarse del aire para volar mejor), que eraprecisamente aquello que les oponía resistencia la causa de suprosperidad.Claudio Magris, el mejor representante actual del antiguo espíritude Trieste, y Angelo Ara le han dedicado a la ciudad un librominucioso y ejemplar. Nos cuentan con detalle una historia quesólo conocíamos a grandes rasgos y nos hablan de escritores bienconocidos —forman parte de la literatura europea—, junto a otrosmás localistas, pero no menos representativos de una peculiarmanera de entender el mundo.Unirse al reino de Italia no era la única opción para el puertofranco de Trieste. Los eslavos, pertenecientes a un pueblo sin historia,comienzan a tomar conciencia de su personalidad a comienzosdel siglo XX. Despreciados, minusvalorados, campesinos quellegan a vender sus productos o que se ocupan de los trabajos másbajos, ahora reivindican la ciudad como parte del territorio en queestá enclavada. Tras la II Guerra Mundial se mantuvo Triestealgunos años bajo dominio aliado, mientras que Yugoslavia reivindicabasu entrega (a punto estuvo de conseguirlo, debido a la rupturade Tito con Stalin). No faltaban quienes propugnaban el independentismo,pero pudieron más los que soñaban con la reincorporacióna la patria italiana. Y cuando se consiguió el anhelado sueño,vino la melancolía. Trieste perdió su valor como puerto que permitíael contacto de Centroeuropa con el Mediterráneo, se convirtióen una ciudad provinciana y decadente, ensimismada en una pasadagrandeza que sólo se vio como tal —según suele ocurrir— cuandose hubo perdido.Umberto Saba, judío, librero de viejo, es hoy considerado comoel mejor representante del espíritu triestino, aunque en su tiempose le vio como un ser aparte, un poeta marginal. En Trieste e unadonna, de 1912, escribió: “Trieste tiene una arisca / gracia. Sigusta, / es como un rudo y voraz granuja, / de ojos azules y manosdemasiado grandes / para ofrendar una flor; / como un amor / concelos. / Desde esta cuesta descubro cada iglesia, / cada calle, silleva a la atestada playa, / o a la colina a la que sobre la pedregosa/ cima una casa, la última, se aferra. / En torno / a cada cosa circula/ un aire extraño, un aire tormentoso, / el aire nativo”.El “aire extraño” de Trieste, su particular atmósfera, la ha convertidodesde siempre en un ámbito especialmente propicio para lacreación literaria. La ciudad de papel titulan Magris y Ara el últimocapítulo de su libro. “Trieste —escribió Hermann Bhar— no esuna ciudad. Uno tiene la impresión de no estar en ningún sitio. Heexperimentado la impresión de estar suspendido en la irrealidad”.En la irrealidad de la historia, en la realidad de la literaturaparece suspendido Trieste. Sus contradicciones, “irresueltas en elplano de la realidad, parecen resolverse en la escritura”.Libro de historia, guía de lecturas, retrato y autorretrato, elTrieste de Claudio Magris y Angelo Ara no habla sólo de una ciudadsingular. Trieste vale como un laboratorio donde analizartodas las tensiones del mundo contemporáneo, el choque a la vezfecundo y destructor de los nacionalismos, donde estudiar tambiénel papel de la literatura, a la vez reflejo e invención de la realidad.José Luis García Martín es director de la revista ‘Clarín’

Saberes 10La Opinión A CoruñaSábado, 19 de enero de 2008Letras galegasEl año del poetaCuando está a punto de cumplirse un siglo delfallecimiento del gran poeta civil de Galicia, la RealAcademia Galega ha designado 2008 como o Ano deCurros. Actos y homenajes se van a suceder en tornoa uno de los nombres claves del RexurdimentoTERE GRADÍNEstá a punto de cumplirse un siglo delfallecimiento de una de las grandes figurasque ha dado Galicia. El 7 de febrero de 1908moría en La Habana Manuel Curros Enríquez,por lo que la Real Academia Galega hadecidido designar 2008 como o Ano deCurros, aparte del homenajeado en el Díadas Letras Galegas, que será Xosé MaríaÁlvarez Blázquez. Y es que este año queacaba de comenzar va a ser pródigo en efeméridespara la cultura gallega, que se haceaún más grande con la participación protagonistaen la Feria Internacional del Librode La Habana, del 13 al 24 de febrero. Sonsólo algunos de los acontecimientos queaguardan en el arranque de un año que yacomienza a designarse como histórico por elalcance de las celebraciones.Así que comenzandopor ordencronológico, sla primera aefeméride earranca dcon el centenariodela muertede CurrosEnríquez. Apartir defebrero seránmeses llenos de actosde homenaje y estudio de laobra del insigne poeta con los que sepretende dar proyección a este gran ilustrede las letras. La Real Academia Galega quiereque la celebración no se circunscriba alámbito académico, sino que tenga tambiénun cariz popular.En Celanova, cuna del escritor, es dondese va a desarrollar uno de estos actos. Enesta tierra de ilustres escritores venía almundo el 15 de septiembre de 1851 ManuelCurros Enríquez, uno de los referentes—junto a Rosalía y Pondal— del Rexurdimentode la literatura gallega de finales delsiglo XIX. Fue poeta, crítico de los malesque constreñían a la sociedad de su tiempoe intelectual impulsor de la renovaciónpolítica, social y cultural de Galicia, unode los hijos más ilustres de la tierra,cuyo influjo sigue vivo hoy en día.Varias momentos determinan sutrayectoria. Uno es en 1877, cuandogana el certamen poético en Ourensecon A Virxe do cristal. En estepoema describe de formamagistral la leyenda sobrela aparición de lapequeña imagencuyo santuario seubica en Vilanovados Infantes, lugarde nacimiento deLa Real Academia Galega revitaliza lavida y la obra del autor coruñés a travésde una serie de homenajes a los que lainstitución pretende dar un carácterpopular y que lleguen a ser históricospor el alcance de las celebracionessu madre Petra Enríquez. A este tipo decomposición, en cierto modo de caráctercostumbrista, corresponderían también suspoemas titulados O gaiteiro, Unha boda enEinibó y O Maio.Su trayectoria como gran poetagallego estaba determinada, altiempo que crecía su credorepublicano y galleguista.Otro mo-mento de su vida es en 1880, cuando publicaAires da miña terra, convertido hoy en unode los libros más populares de las letrasgallegas, que alcanzó en vida de Curros grandesaplausos pero también anatemas. Dehecho, el escritor fue procesado y condenadopor el contenido de algunos de los poemas,aunque fue absuelto al poco tiempo por laAudiencia de A Coruña, pero ello no le salvóde la excomunión obispal. Además de declararsu compromiso con el pueblo y con la lengua,el vate celanovés atacaba abiertamentela actitud social de la iglesia. Su anticlericalismono era sólo una reacción personal sinouna faceta de su ideología.La obra de Curros también va más allá dela poesía y se centra durante gran parte desu vida en el periodismo. A Madrid se fue aestudiar Derecho y en la capital frecuentabalas tertulias literarias. En Madrid debutócomo cronista y vivió muy de cerca la Revoluciónde 1868. Su labor informativa le llevóa ejercer como corresponsal de guerra en elPaís Vasco durante la tercera guerra carlista,escribiendo una serie de Cartas del Norteque fueron publicadas en el diario El Imparcialy le proporcionaron prestigio comoredactor. Con estancias entre la capital yGalicia, regresa como funcionario a Ourense,hasta que en 1894 decide emigrar a LaHabana, otro de los momentos que marcaríanla vida y la obra del escritor celanovés.En la capital cubana funda La Tierra Gallega,y llegó a trabajar también en El Eco deGalicia, así como en el Diario de la Marina.Llega en el momento de la Cuba liberal eindependentista, y su labor desde la islacaribeña fue fundamental para, en colaboracióncon Manuel Murguía y otros intelectualesgallegos de uno y otro lado del Atlántico,promover la constitución de la actual RealAcademia Galega da Lingua a través de laAsociación Iniciadora y Protectora de laAcademia Gallega, de la que fue elegido presidente-fundador.Ya socavada su salud,Curros moría 7 de febrero de 1908. Sus restosmortales fueron traídos para Galicia.La casa museoEn diciembre de 1999 comenzaron lasobras de rehabilitación de la que fue casanatal de Curros en Celanova. Con motivode la clausura del I Congreso Internacionalsobre Curros Enríquez e o seu tempo, el día15 de septiembre de 2001, en conmemoracióndel 150º aniversario del nacimiento delpoeta, se celebró el primer acto público enla casa tras su restauración. Desde entoncesel inmueble estuvo abierto de formaesporádica para acoger exposiciones temporalesy otras actividades. Su aperturadefinitiva al público no fue hasta el 18 defebrero de 2006 coincidiendo con la inauguraciónde la exposición 31 artistas arredorde X. L. Méndez Ferrín.La fundación que lleva el nombre delpoeta se ocupa, entre otras finalidades, degestionar la casa museo, además de promovery difundir el conocimiento de la vida yla obra de Manuel Curros Enríquez, asícomo de otros poetas y escritores relacionadoscon Celanova.

La Opinión A CoruñaSábado, 19 de enero de 200811 SaberesXuvenil/novidadesRitmo ferazROMÁN RAÑAHai unha constante na poesía de XoséCarlos Gómez Alfaro (Ribadavia, 1949) queatravesa toda a súa dilatada produción e queconvén remarcar máis unha vez: a súa impetuosamusicalidade, o seu ritmo feraz, a súaferoz onda expansiva. Porque detrás doímpeto da súa música racional debúxase unmar de plural significación. Por un lado,lugar de traballo e esforzo comunal; poroutro, concerto orfeico ofrecido a deusesmisteriosos. A Eros, que goberna o corazón,a Tánatos, que nos lembra que detrás detodo nome aniña a sombra dun sepulcro, oescuro pozo do vacío. Mais tamén unha ansiade transcendencia guiada pola paixón, quetrata de pór orde ao caos dos sentidos, quedá sentido e coherencia a toda a maresía, atodo o territorio oceánico que nos circunda eMar abertoXOSÉ CARLOSGÓMEZ ALFAROEd. Espiral Maior,A Coruña, 2007,60 páxinasViaxe iniciáticaPILAR PONTEViaxe a LibuncaANTONIO YÁÑEZEd. Galaxia, Vigo, 2007,116 páxinas.devora. De todo isto hai en Mar aberto, queacaba de chegar ás nosas mans e que obtivoo XXII premio de poesía Cidade de Ourense.Cómpre informar ao lector que o presentepoemario hospeda cuarenta e tres composicións,case todas elas sonetos, precedidas porun prólogo de Luís González Tosar. Tamén énecesario indicar que case todos os sonetosteñen unha rima asonante e non obedecen,portanto, a preceptos canónicos. Mesmo nalgúnscasos aparecen versos de arte menorcombinados con outros de arte maior. Aalgúns poetas de nova pluma o soneto resúltallesunha forma xa caduca. Para os queamamos o poder da súa música, non noscansa percorrer a marabillosa melodía queatesoura, cando está tan ben medida como ade Xosé Carlos Gómez Alfaro, que clama convoz trémula pola inocencia do home e contraa perversidade do destino. Así podemos lelono primeiro soneto, onde o escritor buscadesesperadamente os límites sagrados daexistencia: “Atrás, atrás, mil ondas a bramar/(mil silencios, mil harpas, mil suturas)/nun mar que vivifica e mais gangrena./Agora é tempo xa de descansar/ de tantas etan arduas singraduras/ á busca sempre,sempre, da alba plena.”Contra a morte do corpo, contra a fin daexistencia, hai unha voz que o di todo, que nosilencio expresa o desexo de durar, como respostaque religa a carne á nosa alma.A Viaxe a Libunca é o volume gañador daVI edición do premio de Literatura Infantil eXuvenil Raíña Lupa, convocado pola DeputaciónProvincial da Coruña, publicadorecentemente pola editorial Galaxia. Non éunha obra estritamente xuvenil, que non seengane o público pensando que é un libropara a rapazada porque apareza na colecciónCosta Oeste ou porque o seu protagonistasexa un rapaz .A historia é basicamente unha viaxe iniciática,un camiño cara a unha particularIthaca chamada Libunca ao longo da calestán moi presentes todas as nosas relaciónsantropolóxicas coas forzas sobrenaturais.Neste sentido créase todo un universo quepartindo da xeografía real de Ferrolterra oautor poboa de personaxes que beben daqueloutrosdo mestre Cunqueiro. E así a cadanovo capítulo entramos nunha realidade conentidade abonda como para ser ela soa xermolodoutra creación literaria, e velaí estánas vedoiras, os ebanistas, os andadores, ascompostoras... rodeados dunha atmosferaque abala entre o realista e o máxico.Cando se lle concedeu opremio, o xurado sinalouque a obra está “construídacunha linguaxe que fai evidenteunha estimable ambición literaria evocación de estilo”, e non lle faltaba razón.Neste sentido atopamos no ferrolán o quenoutros escritores da literatura galegaactual botamos de menos, un discurso limpoonde vemos reflectido o engado da nosa lingua.E isto provén dunha refinada elaboracióndo discurso que ofrece riqueza léxica,recreación fraseolóxica, sintaxe coidada detal xeito que consegue a fórmula exacta paranos ofrecer algo tan difícil de acadar como a“naturalidade”. E así, do mesmo xeito queXoán Froilaz mestura os metais sabiamentepara a fabricación de cataventos para localizarmalos aires, Antonio Yáñez mestura aspalabras na súa peculiar fabricación do discursoliterario.Viaxe a Libunca é deses libros que, ademaisda edición actual, merecerían unhaoutra en gran formato e con fermosas ilustraciónsdignas do texto: un produto no quealgún dos nosos habelenciosos ilustradores,que no país habelos hainos, nos inventase osmapas, a xeografía e as personaxes paradeleite dos nosos sentidos. Nin tampouco sepode ocultar a idoneidade da historia para seachegar a outras formas creativas como ocómic ou o cine. Sería desexable que esteuniverso polo que o autor ferrolea non finenesta obra senón que lle dea pé a novas creacións.Como xa manteñen algúns ilustres lectores,como Xabier Docampo, a Viaxe a Libuncaé un libro que non os ha deixar indiferentes,abofé que non. E aínda que ganas nonfaltan, non desvelaremos o feitío do final poraquilo de manter o segredo, mais, sobre todo,por lle sermos fieis á vedoira de Valverde.Así nacen asbaleasANXOS SUMAISEd. Galaxia,Vigo, 2007,161 páxinas.Sentimentose paixónsDORINDA CASTRO SOLIÑOAs baleas son eses xigantes e sufridosseres mamíferos que nalgunha ocasión seusaron como referencia no mundo da escritafeminina en galego que botara a andar baixoo verso de Xohana Torres “Eu tamén navegar”.Logo de anos de andaina, a literaturaescrita por mulleres en Galiza é un importantefenómeno cultural. Elas van ocupandohoxe por hoxe o espazo da crítica, dos escaparatesdas librarías, dos premios literarios,do ciberespazo... Elas enchen as páxinas enbranco superando a metáfora de Rosalía deencher a páxina “mollando no propio sanguea dura pluma”.Exemplo deste feliz fenómeno emerxenteé o caso de Anxos Sumai (Catoira, 1960),unanimemente recoñecida pola crítica e polopúblico lector que ve nela a súa sensibilidade,a súa sinceridade, a súa proximidade, asúa escrita que converte o cotián en literaturacon metáforas e símiles do máis revelador,o desgarro ás veces por dentro, a escritaurbana, moderna, directa, que a convertennunha escritora de referencia no panoramaliterario actual.O seu laureado camiño comezou hai anoscando en 2004 gaña o Premio da Crítica deGalicia con Anxos de Garda, continuou coéxito de Melodías de días usados e, logo deestar en contacto durante dous anos co públicoa través do blog de cultura galega.org ecolaborar no Diario Cultural, foi recoñecidarecentemente polos editores como escritoramáis destacada no ano 2007. Ademais, resultouser a gañadora do Premio Repsol YPFde narrativa breve na pasada edición (curiosamentecun xurado integrado exclusivamentepor homes), coa súa obra Así nacen asbaleas, que agora acaba de publicar a editorialGalaxia.Neste caso, as baleas son o obxeto deestudo de Nena, unha xove bióloga mariñanarradora e protagonista do relato que volvea casa e reencóntrase co seu pasado. As baleasson tamén o recordo do seu irmán Ramóndiscapacitado psíquico que foi o único refuxiode tenrura durante a súa infancia. O seutamaño, o seu colo, a súa morte e o seu corazónde catrocentos quilos, asóciaos Nena cosmamíferos xigantes.O relato, xénero no que se adentra por vezprimeira Anxos Sumai vainos debullandodesde o reecontro coa familia, as circunstanciasvividas para chegar á situación actual:unha nai sempre fría e distante que se vairompendo a medida que rompe as fotos domatrimonio, que agarda as cartas dun maridoembarcado e perennemente ausente, quesofre a morte do fillo que é quen daba sentidoá súa existencia, o tío Cándido, de apropiadonome, a tía Natalia e a aia Felisa, escuropersonaxe que en palabras de Nena (asíanonimanmente chamada sempre), recorda aun elefante “paciente pero resentido”. Unhaobra que nos retrata un mundo de sentimentose paixóns, de liberación das ataduras convencionais,que se adentra nas grandezas emiserias do ser humano desde unha moi particularvisión e desde a anonimia dun lugarsen nome e uns personaxes nomeados simplementePai, Nai ou Nena.

Saberessaberes@laopinionacoruna.netSábado,19 de enerode 2008NO FONDO DOS ESPELLOSSaúdo a un novo insectoen medio escuroXOSÉ LUÍS MÉNDEZ FERRÍNHesperotyphlus mendezferriniOs entomólogos Francisco Novoa Docet,da Universidade Compostelana, e AndrésBaselga, do Museo de Historia Natural deMadrid, acaban de identificar unha novaespecie de insecto que levará por sempre osmeus apelidos incorporados ao nome científico:Hesperotyphlus mendezferrini. A descripción,a carón da de outra especie taménnova, figura xa nos Annales of the EntomologicalSociety of America (Vol.100, núm.4).Este cronista, inveterado observador e cazadorde insectos, dalle as máis rendidas grazasaos investigadores que se lembraron del.Imaxino a inmensa satisfacción que sentiríao noso grande naturalista Víctor López Seoanecando importantes colegas nomeaban coseu apelido novas especies como a Viperaseoanei ou o Dorcanion seoanei.O Hesperotyphlus mendezferrini Novoa& Baselga pertence aos Coleoptera, orde deinsectos ao que lle corresponde o honor deter sido así designado polo mesmo Aristóteles,pai da Entomoloxía. É da familia dosStaphylinidae, un modelo orgánico de grandeéxito na Natureza. Vexamos: se no mundoeran coñecidas a mediados do século XXunhas 300.000 especies de insectos Coleopterae,20.000 destas especies eran Staphylinidae.Hoxe son moitas máis as especies identificadaspero a proporción xulgo que será amesma. Os insectos Staphylinidae teñencomo características unha reducción extremados élitros que nos permite a visión plenado abdome. Aínda o H. mendezferrini formaparte da subfamilia Leptotyphlinae, pro nonnos imos deter nesta cuestión.O H. mendezferrini vive no sobosco ouchan de follato e humus que se forma nas fragascaducifolias(QuercuspyrenaicaWilldenow e Quercusfaginea Lamarck).Ao longo dos tempos,esta especie foi adaptándosea un medioedáfico e escuro, o que lle conferiu caracteresque son habituais nos animais trogloditas ousubterráneos: non ten ollos, é áptero, os ocelosestán atrofiados, a súa cor castaña claraamosa tendencia á depigmentación. O H.mendezferrini é tan pequeno (1,1–1,3 mm)que se sitúa no límite inferior do tamañoposíbel dos insectos. Isto obriga a que sópoda ser examinado na súa morfoloxía exteriore interior coa axuda do microscopio edificulta, supoño, a súa observación en liberdadeou en catividade no terrario. Coido queo insecto só percibe o mundo exteriormediante os sentidos do tacto e do gusto.É agora candolembro aquelaconsideración, enexceso doutrinale antropocéntrica,do vello mestredarwinistaOdón de Buen: asespecies que nonloitan pola existencia,ou de vidafácil, son degradadaspola Natureza;perdenbeleza e atrófiansellesos órganosinactivos. De todosmodos, é tan valioso para a biosfera cego,pálido, cobreguexante, diminuto e ápteroH. mendezferrini como poida selo o tigre ou aáguia imperial. Para a ollada do naturalistatodas as especies de seres vivos deben gozaro mesmo respecto, a non ser que sexan inimigasda nosa.O Hesperotyphlus mendezferrini Novoa &Baselga foi descuberto no Parque Natural deLos Arribes del Duero (provincias españolasde Zamora e Salamanca) e investigado entre1999 e 2005. O proceso de publicación e aceptacióncomo nova especie acaba de culminar.Quen teña curiosidade poderá encontrardepositado un individuo macho e outro femiano Museu Nacional de Historia Natural deMadrid co número de catálogo 9656 (en Galicianon existe nin parece que vaia existirMuseu Nacional de Historia Natural ningún).“Despois de Paxareiras, Montevós,Virxe do Monte, a Ruña, Adraño,Ameixenda, Filgueira, Currás,Deva e demais parques eólicos, aSerra da Groba está a punto de sermachacada por Albariño 1 (...) Osempresarios da enerxía eólica percorrena Serra da Groba en buscade “comuneiros” aos que propoñerparticipar neste mercado (...). Poucosforon capaces de resistirse aunha oferta semellante por falta deinformación e por falta de amor porunha paisaxe da que todos somospropietarios a pesar de que pensenos directivos da Mancomunidadede Montes do Val Miñor (...) Variaspersoas das zonas afectadas poloproxecto Albariño 1 uníronse a finaisde agosto para crear a asociaciónde defensa medioambientalSOS A Serra da Groba por rexeitarenque unha promotora de parqueseólicos engane a sociedadeasegurando a inocuidade de xigantescosaeroxeneradores de máisde 125 metros que, grazas a un “deseñode vangarda”, non parecensupoñer “dano ambiental ningún”.A empresa Eurovento, de capitalespañol e xaponés, proxecta ocuparna zona queimada o outro anoBuzónMÉNDEZ FERRÍNSen dúbida a referencia máis eruditada narrativa galega, o escritor e académicoXosé Luís Méndez Ferrín, acheganunha serie de artigos a súa sabedoríasobre episodios e personaxesque chaman o seu interese.máis de 2 millóns de metros cadradosdende Baíña e Belesar no concello deBaiona ata a altura do mosteiro de Oia,urbanizando o noso monte de xeito abusivoe especulativo, instalando 21 autoxeneradoressobre candansúa plataformade formigón de 225 m 2 . Os puntos deemprazamento elixidos atópanse nos lugaresmáis inaccesibeis e espectacularesda Groba: alto do Costado e alto a Lebre(675 m) na parte norte e alto doCarroubedo (596 m) na zona de Pedornes.Para construir o parque Albariño 1nos cotos máis altos da nosa Serra, amultinacional prevé crear máis de 20 quilómetrosde pistas novas de 6 m de anchocada unha, con gabias laterais de 1m de ancho e 0,5 m de fondo. No que respectaao transporte soterrado da enerxíaeléctrica, necesitaranse máis de 25 kmde conductos de 1 m de fondo. A construcióne explotación destas infraestructuras,aínda que posteriormente colonizadaspor vexetación, implicará ungravísimo impacto sobre o monte quenunca volverá recuperar a súa fisonomía.No tocante ao aspecto etnográfico, éimportante suliñar que os informes daempresa non mencionan ningún elementodestacable, cando todos sabemosque a Groba alberga unha das riquezasprincipais do patrimonio da nosa terra:os 2.500 cabalos bravos de pura raza galegados que presumían as autoridadesperante a Unesco para que a cultura popularde Galicia-N. de Portugal fose declaradado Patrimonio da Humanidade.Agora Eurovento pretende vulnerar o hábitatnatural e milenario destes animaissalvaxes que dan lugar aos famosos currosde Mougás, A Valga, Torroña e SanCibrán (...).”.ALICIA LÓPEZ PEDREIRASecretaria de SOS A SERRA DA GROBAOs parágrafos transcriptos da carta que Alicianos manda ao Fondo dos Espellos dan unhaidea do perigo que corren os montes daGroba, un espazo natural único da vella Terrade Turonio. Os cabalos ceibes ameazados, ainvasión colonial das eólicas, a falla de lucideze determinación das elites da esquerda e donacionalismo político maioritario na bisbarra eos usos neocaciquís de certas comunidadesde montes veciñais, aparecen reflectidos notexto precedente. Pro existe conciencia e resistencia,e esta céntrase na Asociación SOS Serrada Groba.Aqueles lectores que queiran colaborar coa súa opinión nesta sección poden escribir a:La Opinión de A Coruña. C/ Franja, 40-42 15001 A Coruña. Correo electrónico: saberes@laopinionacoruna.net