99 (1991) - Sociedad Española de Estudios Clásicos

queológicos, distantes uno del otro. con restos de habitaciones del s. v a.C.. uno de ellos, próximo al mar, recientemente excavado y muy bien señalizado.Ruinas también de una ciudad helenístico-romana se encuentranen un lugar de inolvidable panorámica, Solunto. Restos de suntuosascasas poseedoras de frescos y mosaicos a las que se accedia por escalonesde piedra que hacían superar el declive de la colina.Tampoco faltó osadía para que cogiésemos la pequeña barca que nostrasladó a Motia una mañana de fuerte viento. Pero solo asi tuvimos ocasiónde ver aquella colonia punica conservada milagrosamente en un entornodecisivo para la historia de este lugar. Y como recuerdo fenicio deeste viaje nos trajimos la imagen del barco excepcionalmente expuesto enel museo de Marsala. Poco tiempo tuvimos para deternernos en Cefalúdonde encontramos la catedral cerrada, aunque nos quedó el consuelo dedegustar una vez más los ñoquis sicilianos. Mereció la pena la loca carreraa través de las calles de Mesina para llegar justo a tiempo en que elreloj daba las 12 y nos deleitaba durante 15 minutos con la música y losmovimientos de sus magníficas figuras. Gozamos de tiempo de ocio ytranquilidad en una ciudad como Taormina. estructurada en terrazas sobreel declive de un monte, y en una maravillosa posición panorámica,con el Etna al fondo, y el mar Jónico y la costa al otro lado.Finalmente me siento obligada a hacer un verdadero elogio de los museosque visitamos. Es ya de imaginar los grandes tesoros de la historiaque albergan: la estatua del Magistrado en Motia o los dos grandes broncesde Riace, cada cual más bello, en Reggio Calabria son un ejemplo deesculturas. o de relieves, las metopas de los templos de Selinunte en elmuseo de Palermo. Visitar aquellos museos supone retroceder en el tiempo:urnas. sarcófagos. estelas votivas, capiteles, metopas. estatuillas enbronce. terracotas. todo tipo de objetos de adorno, cerámica ática de figurasrojas y negras. y un gran etcétera. Pero uno queda realmente sorprendido.no sólo en el Museo de Palermo, un antiguo convento. sinotambién en aquellos museos locales de Himera, Motia. Reggio, Agrigento,etc., por la exquisita organización de todo el material cuidadosamenteexpuesto, lo que hace que las visitas a las innumerables obras de arte queposee la isla resulten bellas y aleccionadoras. No menos gratificantes resultanlas visitas a los yacimientos arqueológicos. donde podíamos adquirircon facilidad guías y postales a la entrada de cada uno de ellos.Y para terminar, sólo me queda mostrar el deseo. compartido pormuchos, de que la SEEC siga realizando este tipo de viajes. Y con ellovaya nuestro más sincero agradecimiento a los organizadores.Rrik ES ALONSO GARC~APUBLICACIONESPodemos ya anunciar que finalmente ha aparecido la edición de lasActos del Simposio sobre Didáctica de las Humanidades Clásicas celebradopor esta Sociedad en diciembre de 1989.