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99 (1991) - Sociedad Española de Estudios Clásicos

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ACTIVIDADES DE LA NACIONAL 20 1teatro tuvimos que subir en una tartana local. Aún más allá había unsantuario que no pudimos ver por falta <strong>de</strong> tiempo. No ocurrió así con el<strong>de</strong> la Malaforos en Selinunte, que nos pilló <strong>de</strong> mañana y mereció la pena.Menos conservados están el templo <strong>de</strong> la Victoria en Himera, con restos<strong>de</strong> columnas y cella; y sólo dos columnas <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Apolo en Siracusa. Resultómuy curioso en esta ciudad ver las columnas <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Atenea empotradosen las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Catedral barroca.De los teatros, merecen mención los <strong>de</strong> Siracusa y Taormina, asícomo el <strong>de</strong> Segesta y los restos, pocos, localizados en Solunto.No podían faltar los mosaicos, como aquéllos, inolvidables, <strong>de</strong> la majestuosaVilla Romana <strong>de</strong>l Casale, en Piazza Armerina, don<strong>de</strong> pasamosun buen rato entre el lujo y la riqueza <strong>de</strong> aquella resi<strong>de</strong>ncia con acceso<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el vestíbulo al salón, frigidarium, tepidarium, triclinium, numerosasestancias <strong>de</strong> varias dimensiones, todas ellas <strong>de</strong>coradas con ricos mosaicos<strong>de</strong> clara influencia africana: secuencias <strong>de</strong> caza y pesca, escenas <strong>de</strong> mujeresen «bikini», y no digamos el <strong>de</strong>leite que nos produjo el mosaico cerotico».Uno se pue<strong>de</strong> imaginar aquí el tipo <strong>de</strong> vida que hacían; aún inclusose pue<strong>de</strong>n contemplar restos <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> conducción <strong>de</strong> aguas. Restos<strong>de</strong> mosaicos <strong>de</strong> gran interés vimos en las ricas casas <strong>de</strong> Solunto, con uncolor tan intenso como si acabaran <strong>de</strong> ver la claridad <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> muchossiglos. Y en Selinunte, cerca <strong>de</strong> los templos, localizamos uno fenicio conla diosa Tanit.El primer día pudimos contemplar el majestuoso castillo <strong>de</strong> Euríalo,<strong>de</strong> comienzos <strong>de</strong>l s. IV y días <strong>de</strong>spués contrastarlo con la fortaleza normandaen un punto estratégico junto al mar, Erice, con su santuario <strong>de</strong>Afrodita. Estaba cerrado, pero el paseo por las calles empedradas <strong>de</strong>aquella pequeña localidad medieval nos hizo olvidar este contratiempo.Un sentimiento sobrecogedor produce el paseo en Siracusa entre laslatomías y el sensible eco que emana <strong>de</strong> la Oreja <strong>de</strong> Dioniso. Constituyenalgo fuera <strong>de</strong> lo normal. Otra parada obligada en el itinerario fue lafuente <strong>de</strong> Aretusa, adornada <strong>de</strong> espesa vegetación. Hubo tiempo inclusopara adquirir algún que otro papiro más o menos auténtico. Unsolo día <strong>de</strong>jamos el mar para que Enna nos envolviese en un sueño conProserpina, contemplando a lo lejos el Lago <strong>de</strong> Pergusa. Visitar Siracusa,Mesina y Catania nos hizo retroce<strong>de</strong>r siglos en la historia a la vez quepudimos contemplar la luz <strong>de</strong> ambos mares en contrastre con el cielo.Sensación <strong>de</strong> aventura embarga al que con idas y venidas transita por lascalles típicamente sicilianas <strong>de</strong> una ciudad mo<strong>de</strong>rna como es Palermo,que guarda secretos <strong>de</strong> fenicios, griegos, romanos, bizantinos, árabes,normandos e incluso <strong>de</strong> nuestros antepasados aragoneses. Un pequeño<strong>de</strong>scanso en Monreale nos permitió la visita <strong>de</strong> su catedral, <strong>de</strong> gran bellezaartística, con la solemne y majestuosa figura <strong>de</strong>l Cristo Pantocrátor.Una especie <strong>de</strong> orgullo helénico nos invadió en Himera al traer a la memoriala victoria contra los cartagineses, <strong>de</strong> la que quedan como símbolosrestos <strong>de</strong>l templo ya mencionado. Fue posible ver aquí dos núcleos ar-

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