99 (1991) - Sociedad Española de Estudios Clásicos

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14 NARCISO SANTOS YANGUASla privación cuasi absoluta del ejercicio de sus derechos políticos,no contaba tampoco ya como medio de vida con los dispendios ylarguezas (misthoi) que las clases más poderosas les entregaban enlos siglos anteriores, puesto que prácticamente habían desaparecido.De esta manera únicamente una reducida minoría, que seidentifica con una especie de mediana burguesía y que, en el ámbitode las ciudades, contaba no sólo con las fuentes tradicionalesde riqueza, y fundamentalmente col1 la tierra, sino también conlos únicos y últimos vestigios de representatividad y responsabilidadpolíticas que aún quedaban, parecía mostrarse satisfecha conlas nuevas circunstancias, sobre todo si tenemos en cuenta que sucompleta docilidad les reportaba ciertas contrapartidas por partede los reyes o monarcas respectivo^'^.No obstante, no es posible generalizar, puesto que en algunasciudades la burguesía, tradicionalmente apegada a su independenciay que aún se encontraba en una situación floreciente, pudo llegara intentar hacer frente al poder macedónico, por lo que debiópagar bastante cara su posterior alianza con el mismo *'.Por otro lado hemos de contar con un hecho igualmente significativo,consistente en los antagonismos existentes entre las tresdinastías en conflicto (Seléucidas, Lágidas y Antigónidas), lo quedejaba libre cierto campo de actuación para estos burgueses, quienes,pasando de un bando a otro, se aseguraban de esta maneraventajas sustanciales y sustanciosas. Así, por ejemplo, los Antigónidasen una primera fase, y los Lágidas a continuación, supieronsacar partido con habilidad de este tipo de situaciones con el finde excluir a sus adversarios. Frente a ello los Seléucidas, que enmás oportunidades se convertirían en atacados que en atacantes.se verían obligados a hacer concesiones, de manera que los centrosurbanos de dicho Imperio llegarían a gozar de un grado de libertade independencia mas amplio que en el resto de los reinoshelenísticos 'l.Desde el punto de vista político será en el territorio correspondientea dicho Imperio donde la tiranía adquiera un mayor arraigoy desarrollo durante estas décadas como forma política. Deeste modo a lo largo de las dos centurias de dominio seléucida, ymas acentuadamente aún con motivo de la presencia romana, los'" C. Mosse. La g.rannie dans la Grece anrique. París 1969. p. 151." Éste e5 el caso de Atenas. al menos hasta mediados del siglo [ir. o de Mileto entre otra,.aunque quizá donde más claramente se pongan de relieve estas características sea en Rodas.-- W. Tarn y G. T. Griffith. La cidixción helenisrica. México 1969. p. 112 y SS.

CRISIS ANTIGUA Y MUNDO ACTUAL 15tiranos abundarían en todo un conjunto de ciudades de reducidasdimensiones tanto en Siria como en Asia Menor. Ahora bien, talespersonajes se nos muestran con relativa frecuencia como merosagentes del poder real en los centros urbanos, pasando a convertirseen exponentes y garantes de la fidelidad debida a dichos monarcas23.Elegidos por norma general entre los integrantes de la burguesía,que constituiría a su vez el estamento de la clase dirigente decada una de las ciudades, estos personajes (tiranos), destacadosmiembros de sus respectivas comunidades, serían respetados porsus conciudadanos y recibirán de los mismos una autoridad aúnmayor con el fin de poder enfrentarse al poder real como interlocutoresválidos.De ningún modo puede resultarnos extraña una actitud de estanaturaleza por parte de los griegos. Si nos circunscribirnos al sigloIV a.n.e. podemos observar entre los escritores una corriente depensamiento favorable a la monarquía, a la realeza, como la mejorforma de g~bierno'~. Los grandes cambios estructurales quesiguieron a las conquistas de Alejandro Magno reforzarían aúnmás esta inclinación hacia dicha institución: como consecuencia deello el ideal monárquico sería admitido prácticamente por todos(tanto por los escritores políticos como por los habitantes de lasciudades), de manera que la superioridad del gobierno de una solapersona sin oposición no seria puesto en duda frente al de la masaignorante y despolitizada 25.En este sentido a esta burguesía de los tiempos helenísticos leresultaba sin duda más fácil imponer su dominio sobre ampliosgrupos de personas empobrecidas y miserables, confiando el gobiernode la ciudad a un hombre respetado, que estableciéndolo através de una oligarquía, resquebrajada, dividida y debilitada encasi todos los casos. Este tipo de hombre de gobierno, catalogadocomo ((buen tirano)) por los autores antiguos, podemos descubrirlono sólo en los centros urbanos de Asia sino también en el territoriocorrespondiente a la propia Grecia: para no citar más que'' Únicamente en casos muy aislados llegarian a convertirse en expresión de la voluntad deindependencia de una ciudad frente a la debilidad que presentaba el poder seléucida. Cf. L. Robert.Villes d'Asie Mineure. Paris 1937.l4 Platón, Rep. 562 a. 565 c-566 a, 566 e-567 a etc. y Georgius 466 c y e. 468 d. 479 a etc.:Aristóteles, Fol. 1305 a 7-15, 1313 b 18 y SS. Rher. 1365 b 37: Xenoph.. Hieron 8.K. Raaflub. «Polis Tyrannos: zur Entstehung einer politischen Metaphorn, HellcrlicSrurlirs to M. W. Kno'c, Berlín-Nueva York 1979, p. 237 y ss.

14 NARCISO SANTOS YANGUASla privación cuasi absoluta <strong>de</strong>l ejercicio <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>rechos políticos,no contaba tampoco ya como medio <strong>de</strong> vida con los dispendios ylarguezas (misthoi) que las clases más po<strong>de</strong>rosas les entregaban enlos siglos anteriores, puesto que prácticamente habían <strong>de</strong>saparecido.De esta manera únicamente una reducida minoría, que sei<strong>de</strong>ntifica con una especie <strong>de</strong> mediana burguesía y que, en el ámbito<strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s, contaba no sólo con las fuentes tradicionales<strong>de</strong> riqueza, y fundamentalmente col1 la tierra, sino también conlos únicos y últimos vestigios <strong>de</strong> representatividad y responsabilidadpolíticas que aún quedaban, parecía mostrarse satisfecha conlas nuevas circunstancias, sobre todo si tenemos en cuenta que sucompleta docilidad les reportaba ciertas contrapartidas por parte<strong>de</strong> los reyes o monarcas respectivo^'^.No obstante, no es posible generalizar, puesto que en algunasciuda<strong>de</strong>s la burguesía, tradicionalmente apegada a su in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>nciay que aún se encontraba en una situación floreciente, pudo llegara intentar hacer frente al po<strong>de</strong>r macedónico, por lo que <strong>de</strong>biópagar bastante cara su posterior alianza con el mismo *'.Por otro lado hemos <strong>de</strong> contar con un hecho igualmente significativo,consistente en los antagonismos existentes entre las tresdinastías en conflicto (Seléucidas, Lágidas y Antigónidas), lo que<strong>de</strong>jaba libre cierto campo <strong>de</strong> actuación para estos burgueses, quienes,pasando <strong>de</strong> un bando a otro, se aseguraban <strong>de</strong> esta maneraventajas sustanciales y sustanciosas. Así, por ejemplo, los Antigónidasen una primera fase, y los Lágidas a continuación, supieronsacar partido con habilidad <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> situaciones con el fin<strong>de</strong> excluir a sus adversarios. Frente a ello los Seléucidas, que enmás oportunida<strong>de</strong>s se convertirían en atacados que en atacantes.se verían obligados a hacer concesiones, <strong>de</strong> manera que los centrosurbanos <strong>de</strong> dicho Imperio llegarían a gozar <strong>de</strong> un grado <strong>de</strong> liberta<strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia mas amplio que en el resto <strong>de</strong> los reinoshelenísticos 'l.Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista político será en el territorio correspondientea dicho Imperio don<strong>de</strong> la tiranía adquiera un mayor arraigoy <strong>de</strong>sarrollo durante estas décadas como forma política. Deeste modo a lo largo <strong>de</strong> las dos centurias <strong>de</strong> dominio seléucida, ymas acentuadamente aún con motivo <strong>de</strong> la presencia romana, los'" C. Mosse. La g.rannie dans la Grece anrique. París 1969. p. 151." Éste e5 el caso <strong>de</strong> Atenas. al menos hasta mediados <strong>de</strong>l siglo [ir. o <strong>de</strong> Mileto entre otra,.aunque quizá don<strong>de</strong> más claramente se pongan <strong>de</strong> relieve estas características sea en Rodas.-- W. Tarn y G. T. Griffith. La cidixción helenisrica. México 1969. p. 112 y SS.

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