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<strong>LA</strong> <strong>ANTIDIETA</strong> 62<br />
7 El principio del correcto consumo de la fruta<br />
Es indudable que en el amplio tema de la salud no hay campo que haya<br />
sido peor entendido, más injustamente calumniado ni más vituperado que<br />
el consumo de fruta.<br />
En nuestra civilización, la gente no sabe cómo se ha de comer la fruta. No<br />
quiero decir que no sepan como encontrarla y comérsela; eso lo saben muy<br />
bien. Lo que no saben es cuando ni cómo comerla. El correcto consumo de<br />
fruta se relaciona muy íntimamente con la combinación adecuada de los<br />
alimentos.<br />
¿Cuántas personas conoces que realmente aborrezcan la fruta? ¿Que no<br />
puedan aguantarla? Probablemente ninguna. La mayor parte de la gente,<br />
cuando se le pregunta, dice que le gusta la fruta Tal vez el comentario más<br />
negativo que se pueda oir al respecto sea: «Me encanta, pero no me cae<br />
bien», o «Me encanta, pero no puedo comerla» Y lo más frecuente es que<br />
la razón de que no puedan comerla se basa en la ignorancia de cómo se ha<br />
de consumir correctamente la fruta.<br />
En todos los seminarios que doy pido que levanten la mano aquellos a<br />
quienes no les gusta la fruta, y es raro, incluso en grupos de setecientas<br />
personas o más, que se levante alguna mano. La razón de que a casi todos<br />
nos guste la fruta es que nuestro cuerpo está instintivamente ávido de ella.<br />
Con sus deliciosas combinaciones de sabor y aromas, con sus colores que<br />
son un deleite para el ojo, la fruta es siempre una invitación al placer de<br />
comer. La fruta es, indudablemente, el alimento más benéfico que se pueda<br />
consumir, el que más energía suministra y el más vivificante. Con la<br />
CONDICIÓN de que se la consuma correctamente. Lo que ahora vamos a<br />
aprender será quizás recibido con cierto escepticismo, en cuanto contradice<br />
lo que habitualmente se cree sobre la fruta, y es natural, ya que pone en<br />
juego una nueva manera de pensar en nuestro cuerpo y en la forma en que<br />
debemos nutrirlo.<br />
Para todos, jóvenes y viejos, la fruta es un placer, un regalo. Una tajada de<br />
melón frío, en un día caluroso, es una delicia. Tras haber comido algo muy<br />
condimentado, la fruta refresca y suaviza el paladar.