LA ANTIDIETA 1

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LA ANTIDIETA 20 enseñando a la gente a usar los principios de h higiene natural como estilo de vida, y aún sigo haciéndolo. En 1981 inicié un programa de seminarios, el “método Diamond”, y desde entonces he hablado con millares de personas. Los centenares de cartas entusiastas que recibo de gente de toda edad y condición dan testimonio de la eficacia de esta manera de comer. A comienzos de 1983 me doctoré en ciencias de la nutrición en el American College of Health Science de Austin, Texas, la única institución en Estados Unidos que concede diplomas a graduados en higiene natural. Un mes después de mi primer contacto con la higiene natural había rebajado los veinte kilos de exceso que tantos problemas me habían traído. Eso fue en 1970, y desde entonces no he vuelto a recuperar nada de ese peso. Y me encanta comer. Soy una de esas personas que pueden aumentarse algún kilito nada mas que con leer la revista Gourmet Pero ahora la diferencia esta en que he aprendido la manera de comer, es decir que no solo satisfago mi deseo de hacerlo, es decir que también colaboro con mi cuerpo para mantenerlo en el peso que es mejor para mi. He aprendido a comer para vivir, en vez de vivir para comer. Dicho de otra manera: si en todos estos años no he recuperado el exceso de peso, es porque no me libere de el con una dieta. Altere mis hábitos de alimentación, y este es el resultado. Y la pérdida de peso no es más que uno de los beneficios de anotarse a la higiene natural como estilo de vida. También logré un aumento de energía increíble y una sensación general de bienestar inmensa. Jamás se me hubiera ocurrido que podría llegar a experimentar tales sensaciones. Actualmente, mi excedente normal de energía es tal que algunos conocidos míos me encuentran molesto. Y puesto que paso ya de los cuarenta año, no puedo menos que sentirme encantado al comprobar que soy ahora mucho más sano que cuando tenía veinticinco. Y todo eso se lo debo a la higiene natural. Se trata de una disciplina cuya historia se remonta a la antigua Grecia. Cuatrocientos años antes de Cristo, Hipócrates enunció con toda precisión su punto de vista al decir: “En tu alimentación está tu curación”. La historia moderna de la higiene natural en Estados Unidos se inició en 1830, cuando se formó una organización llamada la American Physiological Society, que

LA ANTIDIETA 21 ocho años más tarde fundó una librería y una tienda de comestibles en Boston, que fue, de hecho, la primera tienda dietética del país. Hacia 1850 cuatro médicos - Sylvester Graham, William Alcott, Mary Grove e Isaac Jennin - comenzaron el primer movimiento importante de higiene natural en la época moderna. A sus filas se unieron rápidamente muchos otros miembros de la profesión médica, deseosos de dar un giro mas natural a la medicina tradicional. En 1862 el doctor Russel Trall formó una asociación higiénica nacional. En 1872 el doctor Trall publicó The Hygienic System, obra que fue muy bien recibida, predecesora de muchas otras sobre la higiene natural que enseñaron la importancia de la dieta para adquisición y el mantenimiento de un nivel de salud óptimo. Uno de los practicantes más respetados y respetables de esta disciplina en la actualidad el doctor Herbert M. Shelton, actualmente retirado, pero que entre 1928 y 1981 dirigió una escuela de salud, que incluía una clínica, laboratorios y un programa de enseñanza, en San Antonio, Texas. Al doctor Shelton se lo considera generalmente la mayor autoridad en lo que se refiere a los principios y la práctica de la higiene natural Autor de numerosas obras, que sintetizan sus ideas y descubrimientos, la ciencia - y arte - de la higiene natural debe a este hombre más que a ninguna otra persona En palabras del doctor Shelton “Las leyes de la naturaleza, las verdades del universo, los principios de la ciencia, son tan ciertos, tan fijos y tan inmutables en relación con la salud como en relación con cualquier otra cosa. La higiene natural es aquella rama de la biología que investiga y aplica las condiciones de las cuales dependen la vida y la salud, y los medios por los cuales esta última se sostiene en toda su virtud y pureza, y se restablece cuando se la ha perdido o está menoscabada”. El representante más eminente y activo de la higiene natural es hoy, sin duda alguna, T. C Fry, decano del American College of Health Science y brillantísimo defensor de la salud, quien afirma: La higiene natural esta en armonía con la naturaleza de acuerdo con los principios de la existencia vital y orgánica; es científicamente correcta, coherente en sus principios éticos y filosóficos, acorde con el sentido común, de comprobado éxito en la práctica, y una bendición para el género humano. Su credo es: “Solo una manera sana de vivir produce salud”.

<strong>LA</strong> <strong>ANTIDIETA</strong> 20<br />

enseñando a la gente a usar los principios de h higiene natural como estilo<br />

de vida, y aún sigo haciéndolo. En 1981 inicié un programa de seminarios,<br />

el “método Diamond”, y desde entonces he hablado con millares de<br />

personas. Los centenares de cartas entusiastas que recibo de gente de toda<br />

edad y condición dan testimonio de la eficacia de esta manera de comer. A<br />

comienzos de 1983 me doctoré en ciencias de la nutrición en el American<br />

College of Health Science de Austin, Texas, la única institución en Estados<br />

Unidos que concede diplomas a graduados en higiene natural.<br />

Un mes después de mi primer contacto con la higiene natural había<br />

rebajado los veinte kilos de exceso que tantos problemas me habían traído.<br />

Eso fue en 1970, y desde entonces no he vuelto a recuperar nada de ese<br />

peso. Y me encanta comer. Soy una de esas personas que pueden<br />

aumentarse algún kilito nada mas que con leer la revista Gourmet Pero<br />

ahora la diferencia esta en que he aprendido la manera de comer, es decir<br />

que no solo satisfago mi deseo de hacerlo, es decir que también colaboro<br />

con mi cuerpo para mantenerlo en el peso que es mejor para mi. He<br />

aprendido a comer para vivir, en vez de vivir para comer. Dicho de otra<br />

manera: si en todos estos años no he recuperado el exceso de peso, es<br />

porque no me libere de el con una dieta. Altere mis hábitos de<br />

alimentación, y este es el resultado.<br />

Y la pérdida de peso no es más que uno de los beneficios de anotarse a la<br />

higiene natural como estilo de vida. También logré un aumento de energía<br />

increíble y una sensación general de bienestar inmensa. Jamás se me<br />

hubiera ocurrido que podría llegar a experimentar tales sensaciones.<br />

Actualmente, mi excedente normal de energía es tal que algunos conocidos<br />

míos me encuentran molesto. Y puesto que paso ya de los cuarenta año, no<br />

puedo menos que sentirme encantado al comprobar que soy ahora mucho<br />

más sano que cuando tenía veinticinco. Y todo eso se lo debo a la higiene<br />

natural.<br />

Se trata de una disciplina cuya historia se remonta a la antigua Grecia.<br />

Cuatrocientos años antes de Cristo, Hipócrates enunció con toda precisión<br />

su punto de vista al decir: “En tu alimentación está tu curación”. La historia<br />

moderna de la higiene natural en Estados Unidos se inició en 1830, cuando<br />

se formó una organización llamada la American Physiological Society, que

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