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<strong>LA</strong> <strong>ANTIDIETA</strong> 103<br />
10 Los productos lácteos<br />
Que comer productos lácteos sea aconsejable es algo tan discutible como el<br />
hábito de comer carne. En mi opinión, consolidada después de quince años<br />
de estudio, no hay nada, aparte de los alimentos cárnicos, que pueda echar<br />
a pique un plan sensato y saludable para rebajar de peso con más rapidez<br />
que el consumo de productos lácteos. También en este punto estoy<br />
empeñado en hacer añicos un sistema de creencias. Ya sé lo difícil que será<br />
para algunas personas estar de acuerdo conmigo. Es probable que en algún<br />
momento alguien haya seguido un régimen exclusivo de carne y productos<br />
lácteos, y haya perdido peso. ¡Yo tuve esa experiencia! Recuerdo haber<br />
comido en una época nada más que huevos, carne y queso durante un mes.<br />
Perdí más de once kilos, pero os diré una cosa: me sentía horrible, y un<br />
mes después de haber vuelto a una dieta normal ya los había recuperado. Si<br />
pude rebajar de peso fué porque siempre que se suprime de la dieta un<br />
grupo completo de alimentos, o dos, el cuerpo perderá peso, simplemente<br />
porque su esfuerzo digestivo se ve aliviado. Pero, como las cosas que<br />
estaba comiendo eran de bajo contenido acuoso, yo no me sentía bien, el<br />
régimen me aburría increíblemente y tenía un aliento que parecía la<br />
emanación de una depuradora de aguas servidas que estuviera<br />
descompuesta. Además, indudablemente no estaba dispuesto a seguir<br />
comiendo nada más que huevos, carne y queso durante el resto de mi vida.<br />
En los Estados Unidos se consumen más productos lácteos que en todo el<br />
resto del mundo. En una encuesta realizada por el Grocers’Journal of<br />
California en septiembre de 1982 se comprobó que los productos lácteos<br />
son los que tienen el mayor índice de consumo entre todas las categorías de<br />
alimentos. Sólo el seis por ciento de los norteamericanos dicen que no<br />
consumen leche en ninguna de sus formas.<br />
Si los productos lácteos son un alimento tan bueno, y los norteamericanos<br />
los consumimos más que todo el resto del mundo, entonces lo razonable<br />
sería esperar que tuviéramos también el más alto nivel sanitario. En<br />
realidad, según el inforrne de Richard O. Keeler, director de programas del<br />
President’s Council on Physical Fitness, aparecido en Los Angeles Times<br />
en abril de 1981, el obrero norteamericano ocupa el primer lugar en el<br />
mundo en cuanto a enfermedades degenerativas.