Neurociencia del consumo y dependencia de sustancias psicoactivas

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7. CUESTIONES ÉTICAS EN LA INVESTIGACIÓN NEUROCIENTÍFICA DEL TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN DE LAS FARMACODEPENDENCIASmentado a favor del empleo de medicación psicoestimulante para prevenir la farmacodependencia,y es poco probable que alguien lo haga. La preocupación delpúblico por la aplicación a largo plazo de fármacos estimulantes para tratar elTDAH indica que surgirá oposición a tal propuesta, y parece aún menos probableque se apoye el uso crónico de fármacos en la infancia tardía o la adolescenciapara prevenir el desarrollo de farmacodependencias.Usos preventivos de inmunoterapias para drogasLos estudios en animales han demostrado que es posible inducir la formación deanticuerpos para sustancias como la cocaína (Fox y colab., 1996; Carrera ycolab., 2000). Estos anticuerpos en la sangre se combinan con la sustancia paraimpedir que llegue hasta el cerebro y produzca sus efectos (Fox y colab., 1996)(véase Capítulo 4). Los estudios en animales han comprobado que los anticuerposcontra la cocaína atenúan marcadamente sus efectos estimulantes y bloqueanla autoadministración en ratas (Carrera y colab., 1995; Johnson y Ettinger,2000). Si las inmunoterapias para la cocaína demuestran ser seguras y efectivaspara tratar a personas con dependencia de esta sustancia, podrían utilizarse paraimpedir la dependencia en adolescentes y adultos jóvenes, así como en adultos yen casos de tratamiento coercitivo legal. Estas posibilidades parecen haber sidoplanteadas y examinadas de forma breve (Cohen, 1997, 2000). Es indudable quesurgirán argumentos similares para la propuesta del uso preventivo deinmunoterapias para la nicotina.Si un estudio clínico controlado demuestra que las inmunoterapias para lanicotina y la cocaína son seguras, y que son tratamientos efectivos contra estetipo de farmacodependencias, entonces será necesario examinar varias cuestioneséticas relacionadas con su empleo en el tratamiento voluntario de los adultos farmacodependientes(Cohen, 1997; Hall y Carter, 2002). El uso preventivo deinmunoterapias contra la cocaína y la nicotina sería ético en el caso de adultosque decidan usarlas voluntariamente, luego de informárseles sobre los riesgos.Las inmunoterapias deben probar ser seguras y efectivas para este propósito, y engeneral se requerirían de normas más altas de demostración respecto a la seguridady eficacia de las medidas preventivas (Hall y Carter, 2002). Se deberíancomunicar los riesgos previsibles del empleo de la inmunoterapia, especificarquiénes tendrían que dar un consentimiento informado para su uso y poner enpráctica medidas para proteger la privacidad de la persona. Bajo estas condiciones,la administración voluntaria de una inmunoterapia para la cocaína enadultos que dieran su consentimiento, y que se consideraran como susceptibles ala dependencia de esta droga, sería éticamente aceptable (Hall y Carter, 2002).Sin embargo, es poco probable que se dé este uso.Una característica potencialmente única en su tipo de la inmunización activacontra la cocaína es que, en principio, podría tener efectos duraderos, específicamentela creación de anticuerpos que podrían detectarse durante meses o inclusoaños en la sangre de los pacientes tratados. Estos niveles de los anticuerpospudieran no ser lo suficientemente altos para ser terapéuticos, pero la posibilidad229

NEUROCIENCIA DEL CONSUMO Y DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS PSICOACTIVASde que fueran detectados plantea cuestiones éticas de privacidad y discriminación(Cohen, 1997).De especial interés es la probable pérdida de privacidad de los individuos que serecuperaran de la dependencia de la cocaína, si sus fuentes de trabajo y las aseguradorastuvieran acceso a esta información. Las fuentes de empleo y las aseguradorasmuchas veces obtienen información médica personal detallada y, ocasionalmente,muestras de sangre de los empleados o clientes potenciales. Dado que con frecuenciala comunidad desaprueba la dependencia de la cocaína, la pérdida de privacidadde un individuo dependiente de la cocaína que esté en recuperación podría producirlebochorno, en el mejor de los casos, y estigmatización y ostracismos socialesen su entorno social y en la comunidad en general. En el futuro, la creciente estigmatizaciónde los fumadores y la posibilidad de que sean discriminados por las fuentesde trabajo y las aseguradoras, podrían plantear cuestiones similares para los fumadoresque se inmunicen contra la nicotina para dejar de fumar.Pudiera producirse discriminación en el caso de que en los lugares de trabajo laspruebas sobre drogas se utilizaran para buscar anticuerpos a la cocaína antes y duranteel proceso de dar empleo. Una persona en recuperación de la dependencia de la cocaínaestaría en riesgo de perder una oportunidad laboral, o incluso su empleo, si sedetectaran anticuerpos a la cocaína en una muestra de sangre. Si esta informaciónse difundiera a otros compañeros de trabajo, esto podría generar un efecto devastadorsobre las oportunidades laborales y la recuperación del individuo (Cohen, 1997).Una forma de evitar esto es aceptar la propuesta de Cohen respecto a que unasociedad que desee recibir los beneficios de una inmunoterapia para la cocaína“debe instituir cambios legales y conductuales que preserven la privacidad y confidencialidad”(Cohen, 1997). Esto requiere una cultura que estimule y apoye larecuperación de las personas farmacodependientes. Ya se han adoptado normaslegales que castigan la discriminación contra las personas en recuperación, en elcaso de individuos infectados con el VIH. La adopción de un enfoque similarpara sujetos que han sido tratados por dependencia de la cocaína representaría unpaso importante para reducir la discriminación y proteger la privacidad.Los riesgos de discriminación y pérdida de privacidad también podríanreducirse al mínimo por medio de una inmunización “pasiva”, en vez de “activa”,para prevenir recaídas (por ejemplo, administrando anticuerpos para la cocaína,en lugar de una inmunización). Este enfoque no produciría un cambio duraderoen el sistema inmunológico de la persona, y los anticuerpos desaparecerían en elcurso de semanas. Sería factible obtener estas ventajas a expensas de un periodomás breve de protección (sin una inyección de refuerzo), lo que podría reducir laefectividad del tratamiento. Esta sería una concesión que quizás estaría dispuestoa hacer un paciente preocupado por su privacidad, aunque es una opción quedebe ofrecerse (Hall y Carter, 2002).La “inmunización” preventiva de niños y adolescentes contra la dependenciade la cocaína es una cuestión ética mucho más compleja. Posiblemente, los niñosserían inmunizados contra la dependencia de la cocaína a solicitud de sus padres.Éstos darían su consentimiento a nombre del niño que, como menor, no tendríacapacidad legal de dar su consentimiento informado. De todas formas, los padres230

NEUROCIENCIA DEL CONSUMO Y DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS<strong>de</strong> que fueran <strong>de</strong>tectados plantea cuestiones éticas <strong>de</strong> privacidad y discriminación(Cohen, 1997).De especial interés es la probable pérdida <strong>de</strong> privacidad <strong>de</strong> los individuos que serecuperaran <strong>de</strong> la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> la cocaína, si sus fuentes <strong>de</strong> trabajo y las aseguradorastuvieran acceso a esta información. Las fuentes <strong>de</strong> empleo y las aseguradorasmuchas veces obtienen información médica personal <strong>de</strong>tallada y, ocasionalmente,muestras <strong>de</strong> sangre <strong>de</strong> los empleados o clientes potenciales. Dado que con frecuenciala comunidad <strong>de</strong>saprueba la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> la cocaína, la pérdida <strong>de</strong> privacidad<strong>de</strong> un individuo <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la cocaína que esté en recuperación podría producirlebochorno, en el mejor <strong>de</strong> los casos, y estigmatización y ostracismos socialesen su entorno social y en la comunidad en general. En el futuro, la creciente estigmatización<strong>de</strong> los fumadores y la posibilidad <strong>de</strong> que sean discriminados por las fuentes<strong>de</strong> trabajo y las aseguradoras, podrían plantear cuestiones similares para los fumadoresque se inmunicen contra la nicotina para <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> fumar.Pudiera producirse discriminación en el caso <strong>de</strong> que en los lugares <strong>de</strong> trabajo laspruebas sobre drogas se utilizaran para buscar anticuerpos a la cocaína antes y duranteel proceso <strong>de</strong> dar empleo. Una persona en recuperación <strong>de</strong> la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> la cocaínaestaría en riesgo <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r una oportunidad laboral, o incluso su empleo, si se<strong>de</strong>tectaran anticuerpos a la cocaína en una muestra <strong>de</strong> sangre. Si esta informaciónse difundiera a otros compañeros <strong>de</strong> trabajo, esto podría generar un efecto <strong>de</strong>vastadorsobre las oportunida<strong>de</strong>s laborales y la recuperación <strong><strong>de</strong>l</strong> individuo (Cohen, 1997).Una forma <strong>de</strong> evitar esto es aceptar la propuesta <strong>de</strong> Cohen respecto a que unasociedad que <strong>de</strong>see recibir los beneficios <strong>de</strong> una inmunoterapia para la cocaína“<strong>de</strong>be instituir cambios legales y conductuales que preserven la privacidad y confi<strong>de</strong>ncialidad”(Cohen, 1997). Esto requiere una cultura que estimule y apoye larecuperación <strong>de</strong> las personas farmaco<strong>de</strong>pendientes. Ya se han adoptado normaslegales que castigan la discriminación contra las personas en recuperación, en elcaso <strong>de</strong> individuos infectados con el VIH. La adopción <strong>de</strong> un enfoque similarpara sujetos que han sido tratados por <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> la cocaína representaría unpaso importante para reducir la discriminación y proteger la privacidad.Los riesgos <strong>de</strong> discriminación y pérdida <strong>de</strong> privacidad también podríanreducirse al mínimo por medio <strong>de</strong> una inmunización “pasiva”, en vez <strong>de</strong> “activa”,para prevenir recaídas (por ejemplo, administrando anticuerpos para la cocaína,en lugar <strong>de</strong> una inmunización). Este enfoque no produciría un cambio dura<strong>de</strong>roen el sistema inmunológico <strong>de</strong> la persona, y los anticuerpos <strong>de</strong>saparecerían en elcurso <strong>de</strong> semanas. Sería factible obtener estas ventajas a expensas <strong>de</strong> un periodomás breve <strong>de</strong> protección (sin una inyección <strong>de</strong> refuerzo), lo que podría reducir laefectividad <strong><strong>de</strong>l</strong> tratamiento. Esta sería una concesión que quizás estaría dispuestoa hacer un paciente preocupado por su privacidad, aunque es una opción que<strong>de</strong>be ofrecerse (Hall y Carter, 2002).La “inmunización” preventiva <strong>de</strong> niños y adolescentes contra la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong><strong>de</strong> la cocaína es una cuestión ética mucho más compleja. Posiblemente, los niñosserían inmunizados contra la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> la cocaína a solicitud <strong>de</strong> sus padres.Éstos darían su consentimiento a nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> niño que, como menor, no tendríacapacidad legal <strong>de</strong> dar su consentimiento informado. De todas formas, los padres230

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