Neurociencia del consumo y dependencia de sustancias psicoactivas

Neurociencia del consumo y dependencia de sustancias psicoactivas Neurociencia del consumo y dependencia de sustancias psicoactivas

cicad.oas.org
from cicad.oas.org More from this publisher
12.07.2015 Views

6. TRASTORNOS CONCURRENTESSerotoninaUna menor neurotransmisión serotonérgica es uno de los cambios más consistentesque ocurren durante la abstinencia de una variedad de sustancias, comolos estimulantes (Parsons, Smith y Justice, 1991; Imperato y colab., 1992;Rossetti, Hmaidan y Gessa, 1992; Weiss y colab., 1992; Parsons, Koob y Weiss,1995), etanol (Rossetti, Hmaidan y Gessa, 1992; Weiss y colab., 1996) y benzodiazepinas(Lima, Salazar y Trejo, 1993). Es interesante hacer notar que en elcaso de la abstinencia de estimulantes, las disminuciones en los niveles de serotoninaen el núcleo accumbens fueron mayores y aparecieron antes que las disminucionesen dopamina (Parsons, Smith y Justice, 1995); y durante la abstinenciade etanol, las disminuciones en los niveles de serotonina fueron másresistentes a la reversión por autoadministración de etanol adicional que las disminucionesen dopamina (Weiss y colab., 1996).La serotonina parece estar crucialmente implicada en la depresión, y se ha formuladola hipótesis que una menor neurotransmisión serotonérgica media ladepresión (Schildkraut, 1965; Coppen, 1967). Las mediciones de fluido cerebroespinalreflejaron actividad central de serotonina en humanos con depresión,proporcionando evidencias de una menor actividad serotonérgica (Caldecott-Hazard y colab., 1991). Por consiguiente, algunos de los antidepresivos más efectivosson inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (SSRI), y donde casitodos los SSRI probados hasta ahora fueron efectivos para tratar la depresión(Caldecott-Hazard y Schneider, 1992). La alteración en los niveles de serotoninaproduce estados de ánimo disfóricos en individuos sanos (Young y colab., 1985;Benkelfat y colab., 1994; Ellenbogen y colab., 1996) y en individuos con depresión(Shopsin y colab., 1975; Shopsin, Friedman y Gershon, 1976; Delgado ycolab., 1990, 1991, 1993; Lam y colab., 1996; Miller y colab., 1996a), sugiriendoun papel de la serotonina en la depresión (sin embargo, no todos los estudiosreportaron tales efectos) (Delgado y colab., 1994; Heninger y colab., 1996).Finalmente, el tratamiento crónico con una variedad de tratamientos antidepresivos,como tricíclicos, MAOIs, terapía electroconvulsiva, antidepresivos atípicosy SSRI, producen cambios robustos en la función de serotonina mediantemecanismos presinápticos y postsinápticos (Willner, 1985; Green, 1987; Blier,de Montigny y Chaput, 1990; Caldecott-Hazard y colab., 1991; Blier y deMontigny, 1994). Los cambios neuroquímicos observados en sistemas serotoninérgicosconsistentes principalmente en cambios de los receptores serotonina1Ay serotonina2A (Blier y de Montigny, 1994; Stahl, 1994).Recientes experimentos con ratas proporcionaron fuertes evidencias de unarelación entre la depresión y la abstinencia de psicoestimulantes y nicotina. El déficitde recompensa observado durante la abstinencia de anfetamina o nicotina fue revertidopor un tratamiento con fármacos que incrementó la función de serotonina (Alleny colab., 1997), sin haber efectos sobre los aspectos somáticos de la abstinencia(Harrison, Liem y Markou, 2001). La reversión de los aspectos similares a la depresiónde la abstinencia de dos distintas sustancias (es decir anfetamina y nicotina)con mecanismos primarios de acción distintos, mediante un tratamiento con fár-185

NEUROCIENCIA DEL CONSUMO Y DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS PSICOACTIVASmacos serotonérgicos antidepresivos clínicamente demostrados, apoya la hipótesisde anormalidades neurobiológicas traslapadas que median la sintomatología depresivaobservada en distintas categorías diagnósticas psiquiátricas (Geyer y Markou,1995; Markou, Kosten y Koob, 1998; Geyer y Markou, 2002).En el caso de las farmacodependencias, la mayoría de las evidenciasdisponibles subraya la función crítica de la neurotransmisión de dopamina, másque la de serotonina, en la mediación de los efectos agudos de recompensa devarias sustancias psicoactivas, como estimulantes, opioides, nicotina y etanol(Koob y Le Moal, 2001). En contraste, no se ha demostrado convincentementeuna función crítica de dopamina en la depresión (Markou, Kosten y Koob,1998), porque los agonistas dopaminérgicos directos e indirectos no parecen sertratamientos antidepresivos efectivos (Caldecott-Hazard y colab., 1991;Caldecott-Hazard y Schneider, 1992; Kapur y Mann, 1992). Podría formularsela hipótesis de que una menor neurotransmisión dopaminérgica puede produciralgunos síntomas de depresión, pero la mayoría de los síntomas pueden mediarsemediante otros sistemas neurotransmisores.Sistemas péptidosOtro punto común curioso entre la neurobiología de la depresión y la dependenciade sustancias es la observación consistente de una mayor neurotransmisiónCRF en la depresión (Post y colab., 1982; Nemeroff y colab., 1984) y en la abstinenciade todas las sustancias psicoactivas investigadas hasta la fecha (Richter yWeiss, 1999; Koob y Le Moal, 2001). Además, existen evidencias que indicanproblemas de neurotransmisión del neuropéptido Y (NPY) y somatoestatina en ladepresión (Heilig y Widerlov, 1990; Rubinow, 1986), y una menor neurotransmisiónde NPY en la abstinencia de psicoestimulantes (Wahlestedt y colab.,1991). En base a la hipótesis de que los sistemas NPY y de somatoestatina actúanen oposición al sistema CRF (Heilig y colab., 1994), existe un valor heurístico enseguir investigando la función de NPY y somatostatina en la dependencia de sustancias.Una hipótesis es que NPY y somatostatina pueden ser “amortiguadores”endógenos contra la liberación inducida por estresores de CRF. Dada la funciónde CRF y NPY en las reacciones conductuales al estrés (Heilig y colab., 1994), esconcebible que la neurotransmisión de CRF, NPY y somatostatina está muy ligadaa la sintomatología de ansiedad o estrés que se presentó en un subgrupo de personascon depresión y en aquellos con abstinencia de sustancias. También se puedeargumentar lo mismo sobre el sistema GABA que también ha sido implicado enla depresión (Lloyd y colab., 1989; Petty, 1995), y en la dependencia de alcohol ybenzodiazepina (Andrews y File, 1993; Roberts, Cole y Koob, 1996), considerandoque las benzodiazepinas que aumentan la neurotransmisión GABAérgicason ansiolíticos. La administración de sustancias psicoactivas, como cocaína yalcohol, modulan la neurotransmisión de CRF (Goeders, Bienvenu y de Souza,1990; Merlo Pich y colab., 1995; Richter y colab., 1995; Richter y Weiss, 1999)y NPY (Wahlestedt y colab., 1991), y por consiguiente restauran temporalmenteel posible desequilibrio entre ambos sistemas.186

NEUROCIENCIA DEL CONSUMO Y DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS PSICOACTIVASmacos serotonérgicos anti<strong>de</strong>presivos clínicamente <strong>de</strong>mostrados, apoya la hipótesis<strong>de</strong> anormalida<strong>de</strong>s neurobiológicas traslapadas que median la sintomatología <strong>de</strong>presivaobservada en distintas categorías diagnósticas psiquiátricas (Geyer y Markou,1995; Markou, Kosten y Koob, 1998; Geyer y Markou, 2002).En el caso <strong>de</strong> las farmaco<strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong>s, la mayoría <strong>de</strong> las evi<strong>de</strong>nciasdisponibles subraya la función crítica <strong>de</strong> la neurotransmisión <strong>de</strong> dopamina, másque la <strong>de</strong> serotonina, en la mediación <strong>de</strong> los efectos agudos <strong>de</strong> recompensa <strong>de</strong>varias <strong>sustancias</strong> <strong>psicoactivas</strong>, como estimulantes, opioi<strong>de</strong>s, nicotina y etanol(Koob y Le Moal, 2001). En contraste, no se ha <strong>de</strong>mostrado convincentementeuna función crítica <strong>de</strong> dopamina en la <strong>de</strong>presión (Markou, Kosten y Koob,1998), porque los agonistas dopaminérgicos directos e indirectos no parecen sertratamientos anti<strong>de</strong>presivos efectivos (Cal<strong>de</strong>cott-Hazard y colab., 1991;Cal<strong>de</strong>cott-Hazard y Schnei<strong>de</strong>r, 1992; Kapur y Mann, 1992). Podría formularsela hipótesis <strong>de</strong> que una menor neurotransmisión dopaminérgica pue<strong>de</strong> produciralgunos síntomas <strong>de</strong> <strong>de</strong>presión, pero la mayoría <strong>de</strong> los síntomas pue<strong>de</strong>n mediarsemediante otros sistemas neurotransmisores.Sistemas péptidosOtro punto común curioso entre la neurobiología <strong>de</strong> la <strong>de</strong>presión y la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong><strong>de</strong> <strong>sustancias</strong> es la observación consistente <strong>de</strong> una mayor neurotransmisiónCRF en la <strong>de</strong>presión (Post y colab., 1982; Nemeroff y colab., 1984) y en la abstinencia<strong>de</strong> todas las <strong>sustancias</strong> <strong>psicoactivas</strong> investigadas hasta la fecha (Richter yWeiss, 1999; Koob y Le Moal, 2001). A<strong>de</strong>más, existen evi<strong>de</strong>ncias que indicanproblemas <strong>de</strong> neurotransmisión <strong><strong>de</strong>l</strong> neuropéptido Y (NPY) y somatoestatina en la<strong>de</strong>presión (Heilig y Wi<strong>de</strong>rlov, 1990; Rubinow, 1986), y una menor neurotransmisión<strong>de</strong> NPY en la abstinencia <strong>de</strong> psicoestimulantes (Wahlestedt y colab.,1991). En base a la hipótesis <strong>de</strong> que los sistemas NPY y <strong>de</strong> somatoestatina actúanen oposición al sistema CRF (Heilig y colab., 1994), existe un valor heurístico enseguir investigando la función <strong>de</strong> NPY y somatostatina en la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> <strong>sustancias</strong>.Una hipótesis es que NPY y somatostatina pue<strong>de</strong>n ser “amortiguadores”endógenos contra la liberación inducida por estresores <strong>de</strong> CRF. Dada la función<strong>de</strong> CRF y NPY en las reacciones conductuales al estrés (Heilig y colab., 1994), esconcebible que la neurotransmisión <strong>de</strong> CRF, NPY y somatostatina está muy ligadaa la sintomatología <strong>de</strong> ansiedad o estrés que se presentó en un subgrupo <strong>de</strong> personascon <strong>de</strong>presión y en aquellos con abstinencia <strong>de</strong> <strong>sustancias</strong>. También se pue<strong>de</strong>argumentar lo mismo sobre el sistema GABA que también ha sido implicado enla <strong>de</strong>presión (Lloyd y colab., 1989; Petty, 1995), y en la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> alcohol ybenzodiazepina (Andrews y File, 1993; Roberts, Cole y Koob, 1996), consi<strong>de</strong>randoque las benzodiazepinas que aumentan la neurotransmisión GABAérgicason ansiolíticos. La administración <strong>de</strong> <strong>sustancias</strong> <strong>psicoactivas</strong>, como cocaína yalcohol, modulan la neurotransmisión <strong>de</strong> CRF (Goe<strong>de</strong>rs, Bienvenu y <strong>de</strong> Souza,1990; Merlo Pich y colab., 1995; Richter y colab., 1995; Richter y Weiss, 1999)y NPY (Wahlestedt y colab., 1991), y por consiguiente restauran temporalmenteel posible <strong>de</strong>sequilibrio entre ambos sistemas.186

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!