Neurociencia del consumo y dependencia de sustancias psicoactivas

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5. BASES GENÉTICAS DE LAS FARMACODEPENDENCIAScolab., 1997; Johnson y colab., 1998; Han y colab., 1999a; Prescott, Aggen yKendler, 1999; Prescott y Kendler, 1999; Enoch y Goldman, 2001). Las estimacionessobre la heredabilidad fueron de 66% en mujeres y de 42 a 75% en hombres,respecto a la frecuencia del consumo de alcohol (Heath y colab., 1991;Heath y Martin, 1994), y de 57% en mujeres y de 24 a 61% en hombres, respectoa la cantidad promedio consumida al beber (Heath y colab., 1991).Aún no es claro si el riesgo genético es un factor decisivo en la iniciación delbeber o en el hacerlo durante la adolescencia (Han y colab., 1999a; Maes ycolab., 1999; Stallings y colab., 1999). Podría ser que los efectos ambientalesexpliquen casi todas las variaciones en la iniciación del beber, aunque los factoresgenéticos son más importantes para explicar la frecuencia de la intoxicación(Viken y colab., 1999). Los factores genéticos contribuyen a la estabilidad respectoal tiempo (69-80%) en la frecuencia y la cantidad de alcohol consumido porcada ocasión de beber (Kaprio y colab., 1992; Carmelli y colab., 1993).También se es factible utilizar estudios en gemelos para examinar otros aspectosde la dependencia de alcohol. La heredabilidad estimada para el uso temprano delalcohol fue significativamente mayor en muchachos (55%) que en mujeres jóvenes(11%) (Rose y colab., 2001). Los varones (pero no las mujeres) con un mayor riesgode dependencia del alcohol presentaron una menor sensibilidad al etanol (Heathy colab., 1999b). El riesgo genético respecto a la dependencia del alcohol se incrementóen aquellos que reportaban un historial de trastornos de conducta o depresiónimportante, y entre aquellos sumamente neuróticos con inconformismo social,“terquedad”, búsqueda de novedades o (sólo en mujeres) calificaciones de extroversión(Heath y colab., 1997). Probablemente hay genes específicos que influyen sobrela heredabilidad del síndrome de abstinencia del alcohol (revisado en Schuckit, 2000).Además, las influencias genéticas también alteran la búsqueda de tratamiento (41%)para la dependencia del alcohol, en la cual el entorno común explica otro 40% dela varianza (True y colab., 1996).Estos hallazgos también indican la existencia de influencias genéticas en variasetapas del desarrollo de la dependencia de sustancias, y que ciertamente hay factoresque influyen la conducta de búsqueda de tratamiento. Los criterios definitorios delfenotipo en cuestión pueden tener efectos significativos sobre los resultados del estudio.Aunque es claro que existe un componente genético para múltiples aspectos delhábito de beber alcohol (es decir la iniciación, frecuencia, cantidad y respuesta alalcohol), la relación entre genes y conducta del beber dista de ser simple.Dependencia del alcohol y estudios de acoplamientoSe identificó en el cromosoma 4q una posición muy cercana a la región de losgenes de alcohol deshidrogenasa (ADH) (Long y colab., 1998; Reich y colab.,1998; Saccone y colab., 2000); se han asociado estos genes con efectos protectoresen asiáticos, como se verá posteriormente en este mismo capítulo (Reich ycolab., 1998). El hallazgo de un acoplamiento a 4q en tribus indias del suroestede Estados Unidos, así como en estadounidenses de descendencia europea, apoyasustancialmente una función de los genes en esta posición, en lo que se refiere a133

NEUROCIENCIA DEL CONSUMO Y DEPENDENCIA DE SUSTANCIAS PSICOACTIVASla dependencia del alcohol. También se han visto acoplamientos con el cromosoma4p cerca del gen receptor GABA b1 (Long y colab., 1998).En un estudio de pares de hermanos en Finlandia, la dependencia del alcoholmostró una evidencia débil de acoplamiento con una posición en el cromosoma 6,y significativas evidencias de acoplamiento con el receptor de serotonina 1B G861C(véase a continuación); en una tribu india del suroeste de Estados Unidos tambiénse apreció un acoplamiento significativo de hermanos en pares con el cromosoma6 (Lappalainen y colab., 1998). Los indicios más sólidos del acoplamiento con lasposiciones de susceptibilidad para la dependencia del alcohol están en los cromosomas1 y 7, y hay evidencias más modestas de una posición en el cromosoma 2(Reich y colab., 1998). La mejor evidencia de acoplamiento se apreció en el cromosoma11p (D11S1984), en cercana proximidad a los genes del receptor de dopaminaD4 (DRD4) y de tirosina hidroxilasa (TH) (Long y colab., 1998).Genes candidatos para la dependencia del alcoholAldehído deshidrogenasaEl alcohol se metaboliza en acetaldehído, que a su vez se metaboliza en acetato antesde ser eliminado del cuerpo. La forma mitocondrial de aldehído deshidrogenasa(ALDH2) es la enzima responsable en mayor medida del metabolismo del acetaldehídoen acetato [para revisiones sobre el metabolismo del etanol y la dependenciavéase Agarwal (2001); Li (2000); Ramchandani y colab. (2001)]. La deficienciade ALDH2 produce una reacción adversa al alcohol debido a niveles elevados deRECUADRO 5.2Reacción de enrojecimiento al alcohol o “sensibilidad al alcohol”Algunos individuos presentan una serie de síntomas luego del consumo de alcohol, que hansido relacionados con niveles elevados de acetaldehído. Estos niveles de acetaldehído sedeben a alteraciones en el metabolismo del etanol, y pueden producir los síntomassiguientes:– Vasodilatación, incremento en la temperatura de la piel, sensación de calor, rubor facial.– Incremento en la respiración y el ritmo cardiaco.– Disminución en la presión sanguínea.– Broncoconstricción.– Náusea y dolor de cabeza.– Euforia o reacciones adversas.Los neurotransmisores implicados en estas respuestas son las catecolaminas, opioides,prostaglandina, histamina y bradiquinina.Fuente: Eriksson, 2001.134

5. BASES GENÉTICAS DE LAS FARMACODEPENDENCIAScolab., 1997; Johnson y colab., 1998; Han y colab., 1999a; Prescott, Aggen yKendler, 1999; Prescott y Kendler, 1999; Enoch y Goldman, 2001). Las estimacionessobre la heredabilidad fueron <strong>de</strong> 66% en mujeres y <strong>de</strong> 42 a 75% en hombres,respecto a la frecuencia <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>consumo</strong> <strong>de</strong> alcohol (Heath y colab., 1991;Heath y Martin, 1994), y <strong>de</strong> 57% en mujeres y <strong>de</strong> 24 a 61% en hombres, respectoa la cantidad promedio consumida al beber (Heath y colab., 1991).Aún no es claro si el riesgo genético es un factor <strong>de</strong>cisivo en la iniciación <strong><strong>de</strong>l</strong>beber o en el hacerlo durante la adolescencia (Han y colab., 1999a; Maes ycolab., 1999; Stallings y colab., 1999). Podría ser que los efectos ambientalesexpliquen casi todas las variaciones en la iniciación <strong><strong>de</strong>l</strong> beber, aunque los factoresgenéticos son más importantes para explicar la frecuencia <strong>de</strong> la intoxicación(Viken y colab., 1999). Los factores genéticos contribuyen a la estabilidad respectoal tiempo (69-80%) en la frecuencia y la cantidad <strong>de</strong> alcohol consumido porcada ocasión <strong>de</strong> beber (Kaprio y colab., 1992; Carmelli y colab., 1993).También se es factible utilizar estudios en gemelos para examinar otros aspectos<strong>de</strong> la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> alcohol. La heredabilidad estimada para el uso temprano <strong><strong>de</strong>l</strong>alcohol fue significativamente mayor en muchachos (55%) que en mujeres jóvenes(11%) (Rose y colab., 2001). Los varones (pero no las mujeres) con un mayor riesgo<strong>de</strong> <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> alcohol presentaron una menor sensibilidad al etanol (Heathy colab., 1999b). El riesgo genético respecto a la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> alcohol se incrementóen aquellos que reportaban un historial <strong>de</strong> trastornos <strong>de</strong> conducta o <strong>de</strong>presiónimportante, y entre aquellos sumamente neuróticos con inconformismo social,“terquedad”, búsqueda <strong>de</strong> noveda<strong>de</strong>s o (sólo en mujeres) calificaciones <strong>de</strong> extroversión(Heath y colab., 1997). Probablemente hay genes específicos que influyen sobrela heredabilidad <strong><strong>de</strong>l</strong> síndrome <strong>de</strong> abstinencia <strong><strong>de</strong>l</strong> alcohol (revisado en Schuckit, 2000).A<strong>de</strong>más, las influencias genéticas también alteran la búsqueda <strong>de</strong> tratamiento (41%)para la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong><strong>de</strong>l</strong> alcohol, en la cual el entorno común explica otro 40% <strong><strong>de</strong>l</strong>a varianza (True y colab., 1996).Estos hallazgos también indican la existencia <strong>de</strong> influencias genéticas en variasetapas <strong><strong>de</strong>l</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la <strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia</strong> <strong>de</strong> <strong>sustancias</strong>, y que ciertamente hay factoresque influyen la conducta <strong>de</strong> búsqueda <strong>de</strong> tratamiento. Los criterios <strong>de</strong>finitorios <strong><strong>de</strong>l</strong>fenotipo en cuestión pue<strong>de</strong>n tener efectos significativos sobre los resultados <strong><strong>de</strong>l</strong> estudio.Aunque es claro que existe un componente genético para múltiples aspectos <strong><strong>de</strong>l</strong>hábito <strong>de</strong> beber alcohol (es <strong>de</strong>cir la iniciación, frecuencia, cantidad y respuesta alalcohol), la relación entre genes y conducta <strong><strong>de</strong>l</strong> beber dista <strong>de</strong> ser simple.Depen<strong>de</strong>ncia <strong><strong>de</strong>l</strong> alcohol y estudios <strong>de</strong> acoplamientoSe i<strong>de</strong>ntificó en el cromosoma 4q una posición muy cercana a la región <strong>de</strong> losgenes <strong>de</strong> alcohol <strong>de</strong>shidrogenasa (ADH) (Long y colab., 1998; Reich y colab.,1998; Saccone y colab., 2000); se han asociado estos genes con efectos protectoresen asiáticos, como se verá posteriormente en este mismo capítulo (Reich ycolab., 1998). El hallazgo <strong>de</strong> un acoplamiento a 4q en tribus indias <strong><strong>de</strong>l</strong> suroeste<strong>de</strong> Estados Unidos, así como en estadouni<strong>de</strong>nses <strong>de</strong> <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia europea, apoyasustancialmente una función <strong>de</strong> los genes en esta posición, en lo que se refiere a133

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