28 JORGE RUFFINELLIno nos abandonará nunca, que nunca saldrá de nuestra memoria. Por ejemplo,"Dac<strong>ti</strong>lógrafo":Montevideo quince de noviembrede mil novecientos cincuenta y cincoMontevideo era verde en mi infanciaabsolutamente verde y con tranvíasmuy señor nuestro por la presenteyo tuve un libro del que podía leervein<strong>ti</strong>cinco centímetros por nochey después del libro la noche se espesabay yo quería pensar en cómo sería esode no ser de caer como piedra en un pozocomunicamos a usted que en esta fechahemos efectuado por su cuentaquién era ah sí mi madre se acercabay prendía la luz y no te asustesy después la apagaba antes que me durmierael pago de trescientos doce pesosa la firma Menéndez & Solariy sólo veía sombras como caballosy elefantes y monstruos casi hombresy sin embargo aquello era mejorque pensarme sin la savia del miedodesaparecido como se acostumbraen un todo de acuerdo con sus órdenesde fecha siete del corrienteera tan diferente era verdeabsolutamente verde y con tranvíasy qué op<strong>ti</strong>mismo tener la ventanillasen<strong>ti</strong>rse dueño de la calle que bajajugar con los números de las puertas cerradasy apostar consigo mismo en términos severosrogámosle acusar recibo lo antes posiblesi terminaba en cuatro o trece o diecisieteera que iba a reír a perder o a morirmede esta comunicación a fin de que podamosy hacerme tan sólo una trampa por cuadraregistrarlo en su cuenta corrienteabsolutamente verde y con tranvíasy el Prado con camino de hojas secasy el olor a eucaliptus y a tempranosaludamos a usted atentamentey desde allí los años y quién sabe.
Estos poemas de temá<strong>ti</strong>ca tan poco pres<strong>ti</strong>giosa desde el punto de vista literarionos abrieron los ojos al país gris y triste que éramos. Alguna vez el mismo <strong>Benedet</strong><strong>ti</strong>explicaba: "(En Uruguay) había surgido una poesía de corzas y gacelas y madréporasy cosas así, que empleaba como base de metáforas una flora y una fauna ni siquiera(existentes). En cierto modo, yo atribuyo el éxito repen<strong>ti</strong>no y sorpresivo de Poemasde la oficina, en gran parte, a que fue una cosa diferente a eso que se venía haciendo...".Pero si estos poemas, con su sencillismo machadiano, con su tristeza a cuestas,con el asomo de una crí<strong>ti</strong>ca social, ya fueron importantes en su momento, casi deinmediato la visión que nos daban del país fue sostenida, reforzada por los magníficosMontevideanos, aquellos "Dublineses" uruguayos que llegaban también paracambiar nuestra óp<strong>ti</strong>ca, y hasta nuestro modo de leer la literatura. Poemas cle la oficinay Montevideanos fueron realmente el acta de bau<strong>ti</strong>smo de <strong>Benedet</strong><strong>ti</strong> en la literaturausuguaya, y el comienzo de un fenómeno que no ha cesado nunca, y que, al contrario,se ha reproducido en innumerables países. Me refiero al fenómeno extraordinariode una comunicación fluida y permanente con sus lectores, con lectores que sehan reproducido en diversas generaciones, que le han sido fieles (como él a ellos), yque <strong>Benedet</strong><strong>ti</strong> encontró en Argen<strong>ti</strong>na, en España, en México, en Cuba ... Si lo llamofenómeno extraordinario es ante todo porque cuando <strong>Benedet</strong><strong>ti</strong> encontró un lectormasivo en su pequeño país natal, los crí<strong>ti</strong>cos atribuyeron el éxito (aparte el valor literario,que nunca es garantía de popularidad) a su apelación temá<strong>ti</strong>ca a las clasesmedias, a un es<strong>ti</strong>lo sencillo y directo de narrar, y a que esos lectores reconocían susproblemas en los de sus personajes. Sin embargo, esa hipótesis de interpretación dejóde ser válida cuando los libros fueron a su vez leídos con inteligencia y fervor en elCaribe, en México o en España. Ya no sirvió la teoría de la representa<strong>ti</strong>vidad social,por sí sola, para explicarlo. Debe de haber, también, un fondo de verdad enzocional,de auten<strong>ti</strong>cidad literaria, y una razón poé<strong>ti</strong>ca (que supera a la social) y que el lectorreconoce en sus líneas y entrelíneas.<strong>Benedet</strong><strong>ti</strong> le enseñó a mi generación, que la vocación podía encontrar vías inesperadasy simultáneas, que podíamos y debíamos dejar sueltas las vocaciones paraque éstas encontraran sus formas y sus ritmos. Él mismo lo haría siempre, no sólomanejando diferentes formas del ejercicio de la escritura sino combinándolos experimentaly audazmente en novelas-poemas o poemas-novelas como fue el caso de Elcumpleaños de Juan Ángel. Sin embargo, antes aún de llegar a la década del setenta,otro libro de <strong>Benedet</strong><strong>ti</strong> nos dio una lección de tremendo impacto sobre nuestra percepciónde la generación de nuestros maestros, al punto de que empezamos a dudarsobre verdades que aquella generación nos había inculcado.1960 marcó para <strong>Benedet</strong><strong>ti</strong> otro despertar. La tercera prueba para un tercer género,el ensayo periodís<strong>ti</strong>co, en el que <strong>Benedet</strong><strong>ti</strong> dejaría su marca. El libro se <strong>ti</strong>tuló Elpaís de la cola de paja (1960) y fue una requisitoria contra los hábitos mentales ymorales del Uruguay de la época. El país de la cola de paja se refiere a muchos malessociales anotados con perspicacia, imaginación y enojo: la cobardía civil, la hipocresía(o fallutería), la manipulación sindical, la mentalidad mediocre de la burocracia,la represión como modo de gobernar -todo aquello que de una u otra manera tenían