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Esta industria de la recolección del "monte" siguesiendo en gran medida la esfera de empresarios noindígenas.Pero su crecimiento es más ampliamentesignificativo. Es evidencia de una mayor comprensiónde los valores de tales alimentos australianos, una comprensiónque durante las últimas tres décadas ha sido sóloun aspecto de la creciente visibilidad de los indígenasaustralianos en las esferas políticas y en otras esferas. Laelasticidad del conocimiento ecológico indígena en todaspartes del país, brinda una prueba notable de la fuerza dela cultura indígena y de su habilidad para sobrevivir apesar de dos siglos de presión orientada a erradicar lascaracterísticas espirituales y de comportamiento consideradasirrelevantes en una sociedad moderna. Esa fuerzaestá cristalizada en la creencia indígena universal queconstituyen un todo con su territorio ancestral, su "país";y que son responsables del mantenimiento saludable de esepaís –sus aguas y sus suelos, sus plantas y sus animales,sus lugares sagrados- tanto para ellos como para las futurasgeneraciones. Debido a los derechos territoriales indígenasy el subsiguiente traslado de familias al "monte"durante las últimas tres décadas, el ejercicio de tal responsabilidadse ha convertido en mucho más posible. Simultáneamente,está siendo valorada más altamente la contribuciónúnica del conocimiento ecológico indígena a la conservacióngeneral de la biodiversidad de Australia y lasustentabilidad a largo plazo. El futuro escenario para lasupervivencia de tal conocimiento y de sus aplicacionesprácticas parece entonces relativamente brillante. Pero tambiénhay muchas interrogantes difíciles a responder. Negociaracuerdos entre los australianos indígenas y no-indígenassobre compartir los derechos a tales recursos y manejarlosen formas que sean mutuamente aceptables es muyargumentablemente uno de los primeros desafíos que enfrentala sociedad australiana en el siglo XXI.La historia "negra" de Australia: la desposesiónindígena y la destrucción culturalDurante los dos últimos siglos los colonizadores no-indígenasse han dispersado desde las zonas costeras de Australiahasta las partes más remotas de su interior. En elproceso, han malentendido, denigrado y pisoteado losderechos de los pueblos indígenas a usar y manejar losrecursos naturales del país. La percepción sostenida durantemucho tiempo de que el continente australiano era"terra nullius" –tierra de nadie- todavía alegado por representantesde las sociedades de base agrícola e industrial,brinda una evidencia gráfica de tales actitudes. Demuestrauna casi total ignorancia de cómo los cazadores yrecolectores indígenas percibían sus derechos ocupacionalesy de uso, y cómo la flexibilidad de sus enfoquesadaptativos al uso de recursos, se desarrolló durante unperíodo de asentamiento de al menos 50.000 años y hacontribuido a la supervivencia de los hábitats naturalesúnicos de Australia.La exploración y la colonización no-indígenas fueesencialmente colonial. Resultó en una extensa desposesióny la reubicación forzada de los pueblos indígenasen reservas y asentamientos administrados por gobiernosy misiones, frecuentemente lejos de sus territoriostradicionales. Al desalojar a la gente de su tierra, ladesposesión fracturó el vínculo directo entre las familiasy los recursos naturales de los cuales dependían; y tambiénsocavó todo su estilo de vida. Sus sistemas de creen-
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Esta industria de la recolección del "monte" siguesiendo en gran medida la esfera de empresarios noindígenas.Pero su crecimiento es más ampliamentesignificativo. Es evidencia de una mayor comprensiónde los valores de tales alimentos australianos, una comprensiónque durante las últimas tres décadas ha sido sóloun aspecto de la creciente visibilidad de los indígenasaustralianos en las esferas políticas y en otras esferas. Laelasticidad del conocimiento ecológico indígena en todaspartes del país, brinda una prueba notable de la fuerza dela cultura indígena y de su habilidad para sobrevivir apesar de dos siglos de presión orientada a erradicar lascaracterísticas espirituales y de comportamiento consideradasirrelevantes en una sociedad moderna. Esa fuerzaestá cristalizada en la creencia indígena universal queconstituyen un todo con su territorio ancestral, su "país";y que son responsables del mantenimiento saludable de esepaís –sus aguas y sus suelos, sus plantas y sus animales,sus lugares sagrados- tanto para ellos como para las futurasgeneraciones. Debido a los derechos territoriales indígenasy el subsiguiente traslado de familias al "monte"durante las últimas tres décadas, el ejercicio de tal responsabilidadse ha convertido en mucho más posible. Simultáneamente,está siendo valorada más altamente la contribuciónúnica del conocimiento ecológico indígena a la conservacióngeneral de la biodiversidad de Australia y lasustentabilidad a largo plazo. El futuro escenario para lasupervivencia de tal conocimiento y de sus aplicacionesprácticas parece entonces relativamente brillante. Pero tambiénhay muchas interrogantes difíciles a responder. Negociaracuerdos entre los australianos indígenas y no-indígenassobre compartir los derechos a tales recursos y manejarlosen formas que sean mutuamente aceptables es muyargumentablemente uno de los primeros desafíos que enfrentala sociedad australiana en el siglo XXI.La historia "negra" de Australia: la desposesiónindígena y la destrucción culturalDurante los dos últimos siglos los colonizadores no-indígenasse han dispersado desde las zonas costeras de Australiahasta las partes más remotas de su interior. En elproceso, han malentendido, denigrado y pisoteado losderechos de los pueblos indígenas a usar y manejar losrecursos naturales del país. La percepción sostenida durantemucho tiempo de que el continente australiano era"terra nullius" –tierra de nadie- todavía alegado por representantesde las sociedades de base agrícola e industrial,brinda una evidencia gráfica de tales actitudes. Demuestrauna casi total ignorancia de cómo los cazadores yrecolectores indígenas percibían sus derechos ocupacionalesy de uso, y cómo la flexibilidad de sus enfoquesadaptativos al uso de recursos, se desarrolló durante unperíodo de asentamiento de al menos 50.000 años y hacontribuido a la supervivencia de los hábitats naturalesúnicos de Australia.La exploración y la colonización no-indígenas fueesencialmente colonial. Resultó en una extensa desposesióny la reubicación forzada de los pueblos indígenasen reservas y asentamientos administrados por gobiernosy misiones, frecuentemente lejos de sus territoriostradicionales. Al desalojar a la gente de su tierra, ladesposesión fracturó el vínculo directo entre las familiasy los recursos naturales de los cuales dependían; y tambiénsocavó todo su estilo de vida. Sus sistemas de creen-