manera. Durante el año pasado se ha realizado mucho paraabrir sendas a través de su país ... lo cual ellos tomaron comoun movimiento de nuestra parte para encontrarlos y capturarlosen su primera aparición" (citado en Portman1899:735).No es de sorprender, que la respuesta a este tipo dehostigamiento de los jarawa sitiados cambió de la retiradaa decididos ataques contra cualquiera que encontrabanen el bosque. La invasión de los andamaneses en estaspartes exacerbó la situación. Envalentonados por la protecciónconferida a ellos por el control británico de lasislas, los andamaneses visitaron y ocuparon parte de losbosques en los cuales nunca se habrían aventurado sinarriesgar un encuentro con los jarawa. Desde este puntoen adelante, los convictos y los andamaneses que trabajabano cazaban en el bosque fueron regularmente atacadosy matados por los jarawa. Deplorando este estado derelaciones con los jarawa y la imposibilidad de rastrearlosen el denso bosque, Portman evalúa la situación:"Al mismo tiempo, el actual estado de cosas no carece deventajas y a pesar de que temo de que los j'rawas continuaránsiendo por un tiempo una fuente de dificultados para laColonia, ciertamente dispararán contra cualquier convictofugado que encuentren, y el conocimiento de estos actos,pienso, sirve como un desaliento a los convictos que piensanen escapar" (ibid.:750).Como los jarawa se reubicaron de su antiguo territoriomás al norte, en los bosques previamente ocupados porgrupos de aka-bea-da que se habían extinguido, fueronenviadas expediciones en su búsqueda. Si la razón de talcurso de acción parece inexplicable, Portman tiene dificultadesde elucidarlo en su Informe Anual para 1893-94:"Nuestra única oportunidad de conocer a los j'rawas queactualmente parecen ser deseperanzadamente hostiles, escapturar algunos de los hombres jóvenes, como se hizo conlos onge de la Pequeña Andaman y mantenerlos aisladoshasta que sean realmente amistosos. Actualmente, cualquierencuentro entre ellos y los otros andamaneses finaliza enuna pelea y, por lo tanto, he instruido a los últimos de lasAndaman del Medio capturar a los j'rawas que encontraran,si fuera posible sin herirlos, y traérmelos a mi" (ibid.:756).Incluso frente al riesgo de transmitir la epidemia de sarampión,estos infructuoso esfuerzos de poner a los jarawadentro de la égida británica no cesaron."Yo soy de la opinión de que la única forma de capturar alos j'rawas es enviando partidas armadas de policías yconvictos, como se hizo en otras ocasiones cuando fueroncapturados y usar a nuestros andamaneses solamente comorastreadores, ya que tienen demasiado miedo de que losj'rawas hagan un esfuerzo real para capturarlos cuandoestén solos y sin el apoyo de armas de fuego. Existen unospocos andamaneses que están vivos ahora que conocenel territorio jarawa, y esos pocos son ancianos"(ibid.:761) (el énfasis es mío).No se percibe ninguna disonancia en reconocer la decrecientepoblación andamanesa con los esfuerzos de ponera otros grupos dentro del dominio del control británico.La palabra final de Portman sobre los jarawa es la siguiente:"Para pacificarlos, deben ser capturados, y es esta capturaque es tan difícil...una vez capturados, podrían ser retenidospor el Oficial al mando de los andamaneses hasta que esténpacificados en una cierta medida y aprendan un poco deindostán; también se les podría enseñar a fumar, estableciendoasí una dependencia (1) que sólo el contacto con nosotrospuede satisfacer; ...Posiblemente, después de este tratamiento,algunos de ellos, si retornaran a su propios hogares,pudieran ser los medios para inducir a otros a ser másamistosos. La principal dificultad, después de que han sidocapturados, es llevar adelante la antes mencionada política,porque, en cautiverio, los j'rawas enferman y mueren"(ibid.: 766).La situación se deterioró continuamente con un correspondienteaumento de la mortalidad en ambos lados. Encada operación de censo conducida por los británicos(comenzando en 1901, y repetida con intervalos de diezaños), se montaron misiones punitivas a gran escalacontra los jarawa.Hacia el fin del control británico de las islas, lasrepresalias jarawa tomaron la forma de incursiones yataques al mismo asentamiento. La ocupación japonesade las islas (1942-1945) y la muerte de cuatro soldadosjaponeses ocasionaron el bombardeo y disparos en variaspartes de la isla, incluyendo el territorio jarawa, lo cual secree complicó aun más la situación.Las dos décadas pasadasLos jarawa han continuado desplegando un frente impredecible,a pesar de los esfuerzos concertados realizadosdurante los pasados veinticinco años por la administraciónindia de iniciar y mantener "contactos amistosos"con ellos. Sarkar (1990) analiza algunas de las ocasiones"momentáneas" que son percibidas como un punto decambio importante en las actuales relaciones ambivalentescon los jarawa. La continuidad con las antiguas políticasbritánicas es destacable. Lo más sorprendente es que estasconexiones son citadas como una afirmación de la actualpolítica."En 1968, 3 niños jarawa fueron capturados...y llevados aPort Blair, donde fueron retenidos 2 durante un mes bajo laobservación de 2 antropólogos del Registro Antropológicode la India. Fueron tratados bien y luego fueron puestos enlibertad cerca de su área con una gran cantidad de regalos"(Pandit 1974 citado en Sarkar 1990:51)... ' En realidad se
siguió el método adoptado por Portman 1879-1894' (Sarkar1990:51) (el énfasis es mío).Whitaker y Whitaker (1984) destacan que:"Desde 1974 en adelante se han realizado contactos regularescon los jarawa en su campamento costero de ChotalingBang (Andaman del Medio). En 1981, otro grupo de laAndaman del Sur fue contactado usando a los jarawa deChotaling Bang como intermediarios. Los últimos fueronllevados a la Isla Strait y se les mostró 3 el asentamientoandamanés de allí" (ibid.:13, énfasis mío).Las amenazas para la salud de tales contactos con personasexternas es totalmente ignorado, y la enormidad delriesgo de llevar a los jarawa a la Isla Strait donde uno o másandamanés sufre crónicamente de tuberculosis es espeluznante.Como Zai Whytaker (1984) señala urgentemente,"incluso un virus de influenza podría ser fatal parapueblos que no tienen inmunidad con respecto a lasenfermedades de la civilización" (70). Ella continúa recordandoaquellos que han olvidado rápidamente las trágicasconsecuencias de tales prácticas imprudentes en épocasprevias en el caso de los andamaneses y los onge.En la parte imprevista del "cambio de situación" estánlas continuas secuencias de "incidentes jarawa", cuandolos intrusos o cazadores furtivos que son encontrados enterritorio jarawa son generalmente atacados y muertos. Olas incursiones periódicas que se realizan en las aldeascercanas todos los meses en torno a la luna llena, paraobtener implementos de metal y utensilios, bananas, cocosy arroz cocido (que son artículos estándar dados a losjarawa durante los viajes de "contacto"). Roger Whitaker(1985) afirma que la amenaza más seria contra los jarawaen la actualidad es la creciente presión humana en lasislas y la continua invasión de su territorio que es fundamentalmentetierra de caza y de pesca. Él observa que losjarawa ahora usan metal para sus flechas y están dispuestosa tomar riesgos considerables para obtenerlo,incursionando en campamentos de construcción de caminos,campamentos forestales (policía del bosque) y granjas.Como la cantidad y la escala de los "incidentes jarawa"indican, recibiendo solamente atención de los medios dedifusión si hay muertes del lado indio, los colonizadores,intrusos ilegales y la policía "del bosque", sin una aprobaciónformal del gobierno se encargan de lanzar unamini-guerra contra los jarawa. En este contexto, un previoTeniente Gobernador, la más alta autoridad en las islasfue escuchado decir que la "amenaza" jarawa debería serfinalizada de una vez por todas, cercándolos y reteniéndolosen algún lugar donde fueran incapaces de "causarproblemas". Mientras tanto la administración sigueloteando tierras a los colonizadores, o legalizando invasionesa lo largo de los límites de la zona litigada forestal.También para los jarawa, como reconoce Mukerjee (1995),ha sido una declaración de guerra. Ella informa sobre unincidente de hace más de un año cuando "la tribu atacó unpuesto forestal, empalando a una mujer y sacrificando aun ternero" (20). Los perros y elefantes, que están asociadoscon los colonizadores son matados regularmente,pero "en el proceso han protegido los prístinos bosques desu territorio, junto con su única fauna" (ibid.).Se pueden sacar algunas lecciones saludables recordandolas épocas tempranas del contacto británico con los