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IntroducciónEste artículo tiene la intención de ser un breve resumende la actual situación de los pueblos del bosque (o"pigmeos") de los bosques tropicales de AfricaCentral. En total suman probablemente entre 250.000 y300.000 individuos y su situación varía tremendamente '.Hay dos modos distintos de observar su situaciónmarginal. La primera es en términos de la severa discriminaciónque pueden sufrir a manos de sus vecinos agricultoresy otros; la segunda es en términos de la resistencia yfortaleza de su sistema social igualitario. La discriminaciónsevera es más evidente para aquellos grupos que yano tienen acceso a su base de recursos forestales, perotambién es un tema poderosamente subsistente, o frecuentementedominante, para los grupos de base forestal enrelación a sus vecinos agricultores. Examinar primariamentesu situación en términos de discriminación puedeser crucial para aquellos grupos que ya no tienen accesoal bosque, pero usando el enfoque en relación a grupos decazadores-recolectores que dependen de productos delbosque, generalmente conduce a enfoques que separan alos cazadores-recolectores de sus vecinos agricultores,frecuentemente en el contexto de los intentos de evangelizaciónpara hacer que abandonen sus propias creenciasy los intentos de sedentarizarlos para que se puedanconvertir en agricultores. Entonces, enfocando simplementela discriminación que ellos experimentan puedeoscurecer las fuerzas de su propias formas culturales ysociales.Allí donde el bosque continúa proveyéndolos de unabase de recursos independiente, también prueba ser elcontexto para las creencias y experiencias que sustentanuna economía de compartir y un sistema político que esesencialmente fluido e igualitario. En este contexto, lospueblos del bosque son capaces, en grados variables, deejercer alguna, o una gran autonomía para determinar lanaturaleza de su interacción con sus vecinos agricultoresy con los más recientemente llegados al bosque. Donde subase de recursos ha sido destruida hace largo tiempo o lesha sido negada, ya sea a través de la deforestación omediante el control ejercido sobre ellos por los agricultoresvecinos, por los asentamientos misioneros y más recientementea través de los proyectos de conservación,restringiendo o negando su acceso al bosque, ellos hansido frecuentemente reducidos a virtual servidumbre ypobreza. Tanto la infraestructura para las concesionesmadereras y otros agentes de deforestación, así como elrespaldo financiero para los proyectos de conservaciónhan sido frecuentemente financiados o apoyados por elBanco Mundial (por ejemplo a través de la Comisión deMedio Ambiente Global) y otras agencias internacionales.Aunque los gobiernos centroafricanos tienden a considerarque los pueblos de los bosques necesitan sersedentarizados –ya sea con propósitos de control impositivoy para asegurar que el resto del país no sea estigmatizadocomo atrasado por la asociación con tales puebloseltrabajo real de sedentarización es frecuentemente realizadopor ONGs occidentales del norte y misioneros, eindirectamente facilitado por la destrucción o protecciónde los bosques.Aquellos pueblos cuyo bosque todavía está bastanteintacto pasan parte del año cazando y recolectando en suterritorio y algunos viven cerca de aldeas de agricultorestrabajando en los campos. Ahora tienden a trabajar duranteun tiempo para las compañías madereras, en proyectosde conservación, en safaris de cazadores o congrandes comerciantes de carne. Sin embargo, ellos puedentambién denunciar vehementemente la consecuencia detales actividades cuando se hacen notorias. Tambiénpueden resentir amargamente su falta de acceso por estarcontrolado o negado por las políticas de sedentarizacióngubernamentales, por las compañías madereras o lasrestricciones conservacionistas. Los tres grupos más grandesde pueblos del bosque que todavía, en gran medida,mantienen su base de recursos forestales son: los mbuti (obambuti) y efe del bosque de Ituri en el Congo, los baka delsudeste de Camerún y el noroeste del Congo Brazzaville,y los aka (o ba-aka) del norte del Congo-Brazzaville en laRepública Centroafricana.Los agricultores tienen generalmente una actitudambivalente con respecto a estos cazadores-recolectores:a veces los consideran como esclavos y apenas humanosy a veces como iguales o incluso como los seres civilizadosoriginales. Mientras que, en el pasado, estos cazadoresrecolectoreshan sido fundamentales para los agricultores,permitiéndoles beneficiarse de los productos forestales,protegiéndolos de los espíritus del bosque y asegurandoritualmente la fertilidad de los campos, hoy, en muchoslugares, los bosques han disminuido en importancia ycomo resultado tales cazadores-recolectores y ex cazadores-recolectoresse han visto marginados y severamentediscriminados. Mientras que su universalmente reconocidoestatus como habitantes originales del bosque antesservía en algunas áreas para subrayar su vida forestalautónoma y su habilidad para relacionarse con otroscomo iguales, ese estatus es ahora frecuentemente consideradocomo un símbolo de su atraso. Cualquier derechoIzq.: hombre mbuti trepando en busca de mielFoto: Robert Grantham

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