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Año 7 N° 79 Octubre 2008 Palacala:Como caída ... - Generaccion.com

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nes. Fueron los primeros exploradores colonos,quienes llevaron de regreso a España,esta joya extraída en el Nuevo Mundo.Si bien es cierto que en la Lima de los 20, losalbores del Tacu Tacu se debieron a la costumbrede preparar el popular “calentado”, que noera mas que la cena de la noche anterior, fritaen la sartén y servida en el desayuno, -muchosafirman que así es más sabrosa que <strong>com</strong>erlade estreno, pues ya tiene sus sabores asentadosy mejor cuajados- siglos atrás en lashaciendas azucareras y algodoneras al nortey al sur de Lima respectivamente, los negrosesclavos ya hacían gala de sus artes culinariasy se alimentaban y llenaban el estómago conesta mezcla, para aguantar sus arduas faenasen el campo.“Comida de esclavos” le llamaban y esas vocesse escuchaban en Cañete, Chincha, Ica yZaña. Y es que la costumbre era <strong>com</strong>er bastantepara no enfermarse y esa creencia perduróhasta hace algunas décadas atrás, endonde, aunque ya la inexplicable esclavitudhabía sido abolida, se heredó la costumbre deque este plato no tenía cabida en mesas aristócratasy se limitaba a ser consumida por laservidumbre. Poco a poco este prejuicio se fuedesterrando -gracias a la Providencia- pues lasprivaciones de carbohidratos en estas mesas,hubieran desequilibrado, en el largo plazo, laenergía necesaria en el cuerpo humano.CON PALLARES Y LENTEJAS TAMBIEN…La particularidad de este potaje radica en sucontundencia y aunque hay gente, no tan optimistacon relación a los desórdenes gástricosque su consumo ocasiona, la Madre Naturalezatambién ha sido benévola para poner anuestro alcance remedios para <strong>com</strong>batir losinminentes problemas volátiles que se presentanen algunos casos. Ahí tenemos el anís ola menta en tisanas o sencillamente aumentarla dosis de perejil o pimienta en la preparacióndel plato.Claro está que otras versiones, un poco másavezadas, re<strong>com</strong>iendan una copa de anisadoo un pisco de Uva Italia para redondear la jornadaalimenticia. <strong>Como</strong> sea que esto fuere, elTacu Tacu abre un sinfín de posibilidades paraquienes deseen adentrarse en la aventura delbuen <strong>com</strong>er. Pues no basta solo mencionar,que el Tacu Tacu es la mezcla de frejoles conarroz, bien aderezaditos, con aceite, sal, ajo,cebolla picada, y una pizca de ají amarillo previamentemolido, sino que es sobre todo, elpretexto para buscar un buen a<strong>com</strong>pañante enel plato. Y en esto el aceite de oliva, tambiénjuega su rol.Definitivamente la naturaleza asume su tareay lo hace con innegable sabiduría, y ahora losfrejoles ya no están solos para apropiarse delTacu Tacu: también <strong>com</strong>parten un papel protagónicootras menestras <strong>com</strong>o los pallares y laslentejas, que tienen el mismo origen y participandel mismo destino. Ya en las particularidadesde gustos y mezclas se deciden si van mejorcon tal o cual <strong>com</strong>pañía. Así las sábanas debistec, las truchas fritas, los mariscos o unossencillos huevos y plátanos fritos pueden serlas pinceladas finales que nos hagan participarde un verdadero festín.Y aunque a los negros se les atribuía la excelenciaen la preparación de los primeros TacuTacus, han pasado los siglos y tanto su preparación<strong>com</strong>o su consumo se han masificadoy ha pasado de ser un plato de esclavos, aservirse en el menú de un restaurante gourmet,obviamente en minúsculas porciones,obedeciendo las tendencias actuales. Tortillagruesa de arroz y frejoles, frita y dorada en lasartén, servida aunque solo sea con salsa decebolla, esa que llamamos criolla, en juliana,con rocoto en cuadraditos y con el jugo de unperuanísimo limón… y ya podemos darnos porbien servidos.En nuestra deliciosa realidad quedan los frejoleshechos en casa, con sus infaltables lonjitasde cerdo -a los que muchos llaman “grasa”,pero que los ardientes defensores de su consumorefutamos afirmando que es “colágeno”-con ese aderezo que torna en un ligero amarillo,el color pálido que tienen de nacimiento,jugoso, con esa textura que une lengua y paladarmientras se deshace en el saboreo inminente…y finalmente, el arroz, <strong>com</strong>pañero delargas jornadas, blanco, aderezado con ajos,sal y aceite. Un Tacu Tacu señores, para recordarnosque también en la sencillez de unplato puede afirmarse la grandeza de nuestracocina.La Casa del PiscoGermán Schereiber 141 San Isidro5455

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