Revista de la Bolsa de Comercio de Rosario

moderna, el número de ciudadanoshace inviable la democracia directa.En nuestro sistema político el pueblono gobierna sino por medio de susrepresentantes.En la Argentina la democracia no halogrado aún consolidarse como unsistema maduro. En el 2001 vivimosuna profunda crisis del sistema político.Esta crisis se expresó en agudasexpresiones de rechazo a la legitimidad,no del sistema, pero sí de los actorespolíticos en general. El voto castigo, elhecho de que cerca del 50% no hayavotado, lo hizo en blanco o impugnandosu voto, la consigna repetida enmuchos actos públicos “Que se vayantodos”, muestran a las claras la crisis derepresentatividad de los representantes.¿Cómo puede desenvolverse la vidapolítica en una sociedad de masas sinrepresentantes?La crisis de representación da lugara la búsqueda de nuevas formas dedemocracia directa, semidirecta o deauto representación, bajo las formasde ONGs o el tercer sector, y protestascon contenido reivindicativo dedistinto tipo, ya sea social, ecológicas,etc.. Ahora bien, estas manifestaciones,en la medida en que llegan ainstancias de negociación en una mesa,generan automáticamente una formade representación con diversos gradosde formalidad. A la corta o a la largaaparecen sujetos que con su presenciahacen presentes a otros sujetos,llegando los primeros (representantes)a decidir en grado menor o mayor porlos representados.A la vez que la vida pública se hacecrecientemente democrática desde elpunto de vista de los procedimientoselectivos formales, la representaciónse hace cada vez menos participativa.La elite gobernante parece desacoplarsedel supuesto mandato popularde hecho muy esquivo. Esto corroe lalegitimidad del sistema en la mente delos ciudadanos que tienden a recurrir amecanismos directos o semidirectos departicipación pública. La ciudadaníase rebela contra las instituciones queya no la representan. Ello lleva a crisisrecurrentes y a la búsqueda de personalismossalvadores.¿Son estas formas de democracia semidirectael futuro de la vida política?¿Cuáles son los desafíos del liderazgopara superar la crisis de representación?¿Cuáles son los nuevos rasgos quedebería tener la “educación del soberano”en este nuevo contexto? Estas sonalgunas de las preguntas que queremosformularnos en este artículo.Son indispensableslos liderazgosde representaciónEl ejercicio de la ciudadanía requiererepresentación y la representación requiereliderazgo. La mediación parecepor el momento insustituible. Puedehaber sí un cambio en la forma de representación.Algunos de los elementosde la nueva representación parecen ser:a. la mediación de los medios masivosde comunicación,b. el rol protagónico de la opiniónpública,c. cierta desacreditación de los partidospolíticos,d. la emergencia de asociaciones de lasociedad civil en la vida pública,e. la fragmentación de intereses y ladificultad de articular una voluntadcomún.Los líderes tienen una función instituyente,no meramente representativa, sibien no tienen una libertad absoluta.Aunque existan siempre intereses ydivisiones en el interior de la sociedadrepresentada, hay mayor autonomía delos liderazgos respecto de las condicionespreexistentes en la sociedad. En latradicional democracia de partidos, losciudadanos estaban asociados a conjuntosde valores, principios, ideologíase intereses bastante perdurables, queconstituían la identidad del partido, lapertenencia de sus afiliados y simpatizantesy el margen de maniobra desus candidatos. Hoy estas identidadesse han desdibujado y advertimosuna mayor autonomía tanto de cadaciudadano como de cada candidatoque, mediante el uso de los mediosmasivos de comunicación, entra a lacasa de cada elector, almuerza o cenacon él y le habla en forma directa sinla mediación del partido. Es por esoque hoy se habla de una democracia decandidatos. Y ya no de partidos.En este sentido, el surgimiento denuevos personalismos de distinto signoy apoyados en las tecnologías de la comunicaciónes un fenómeno que crece.Esto implica un cambio en la estructuraen el discurso de los líderes.Los discursos más efectivos son losque permiten mayor identificación deelectores con el candidato. Parece quela propuesta ha de ser lo más vacíaposible. Así se logra contener en elladiversidad de intereses y valores. Loscandidatos se convierten así en referentestranspartidarios. Hay que rompercon la identificación partidaria deorigen para contener mayores adhesiones,pero además porque el elector noes ya, en su mayoría, un cautivo de unadeterminada identidad partidaria, sinomás bien un consumidor mutante deproductos y servicios, pero también deideas y candidatos que logran rompersu modorra e indiferencia política enaquellas circunstancias en las que esobligado a votar. Ésta es la vitalidad denuestra democracia argentina, si bienesta indiferencia o despolitización no esun fenómeno exclusivamente local.Esto puede verse como muy negativoo peligroso, desde la perspectiva de losvalores tradicionales que alentaban unavigorosa democracia de partidos. Ahorabien, este fenómeno también puedeser percibido como una invitación a loslíderes a encontrar propuestas, valorese intereses mas universalizantes, menossectoriales. Quizá una oportunidadpara la democracia en general y para lademocracia argentina en particular.El descontento es la sombra de unanhelo. Es dable pensar que hay unconjunto de anhelos, valores, deseos,Revista de la Bolsa de Comercio de Rosario | 39