El sÃn - Pfizer
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80 12 personajes en busca de psiquiatra<br />
Un mal duelo tiende a hacernos caer en la depresión.<br />
Pero no es una depresión cualquiera. Es una sensación persistente<br />
de congoja que no permite sentir placer por nada.<br />
<strong>El</strong> deprimido no solo se regodea en su pesar, sino que piensa<br />
consistentemente y durante un tiempo prolongado que<br />
nada vale la pena y, por lo tanto, no tiene sentido ni siquiera<br />
despertarse. A veces la persona deprimida no pude<br />
dormir, o se despierta de repente en la noche sin poder<br />
conciliar de nuevo el sueño, pensando en ideas fijas como,<br />
por ejemplo, la terrible pesadumbre de la pérdida que lo<br />
agobia. Puede ocurrir también que escuche voces negativas<br />
que recalquen el mensaje: “Tú no sirves para nada, ya no<br />
queda nada por hacer”. Es la depresión psicótica, que poco<br />
a poco va convenciendo a la persona de encontrar la mejor<br />
salida a su dolor: la muerte. Y hasta puede que la persona<br />
se concentre en adelante en planear el suicidio, y tenerlo de<br />
tal forma elaborado que reavive súbitamente su entusiasmo,<br />
que se le note contento, que parezca que ha salido adelante.<br />
No es sino una falsa mejoría: se encuentra feliz porque ya<br />
sabe cómo se va a matar.<br />
<strong>El</strong> duelo patológico se presenta, y uno puede detectarlo<br />
en consulta, cuando de manera permanente el individuo<br />
no funciona, ni para sí ni para los demás, ni en su trabajo ni<br />
en su casa, ni con su familia ni con sus amigos. No es capaz<br />
de hacer nada, no tiene ningún vínculo con las cosas que<br />
lo rodean ni con los recuerdos. Por supuesto, no todos los<br />
síntomas se dan al mismo tiempo ni en todos los pacientes.<br />
La labor del psiquiatra es ir evaluando los síntomas para<br />
saber cómo y cuándo interceder.<br />
Está visto, eso sí, que la soledad no suele ser una buena<br />
consejera, aunque haya personas capaces de superar el<br />
duelo de esta forma. La compañía de las personas que nos<br />
rodean y nos quieren, nos alivian el camino del dolor, así<br />
como las distintas formas de religiosidad o el desarrollo de