El sÃn - Pfizer
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La pesadilla de Dios<br />
personalidad, hay falla severa en la teoría de la mente y en<br />
los esquemas sociales. Estas alteraciones en la cognición social<br />
pudieran originarse por interacciones complejas entre<br />
factores relacionados con predisposiciones genéticas (polimorfismos<br />
de genes de proteínas reguladoras de neuroquímicos<br />
cerebrales), con factores de vulnerabilidad biológica<br />
(problemas en el embarazo, dificultades en el parto,<br />
enfermedades neurológicas tempranas, traumas de cráneo<br />
de la infancia o alteraciones de nutrición) y aprendizajes<br />
estructurados por un contexto social caótico, permisivo,<br />
autoritario o violento. Estos problemas se acompañarían de<br />
trastornos en la empatía y en el procesamiento emocional.<br />
Por esa razón, la manera racional de intervenir el trastorno<br />
disocial y el trastorno antisocial de la personalidad,<br />
del que paceden Alexis y Wílmar, sería trabajar de manera<br />
simultánea en todos estos niveles de la actividad representacional<br />
del cerebro, lo que podría incluir el uso de medicamentos<br />
que permitan regular el ambiente neuroquímico<br />
del encéfalo, el entrenamiento empático, las modificaciones<br />
del procesamiento emocional y la reconstrucción de la<br />
cognición social. En cuanto a la prevención, también habría<br />
que intervenir en la construcción de representaciones sociales<br />
tolerantes, apacibles, flexibles, eliminando del imaginario<br />
social la validación de cualquier tipo de violencia<br />
como camino para la refrendación de derechos.<br />
Se argumenta que este tipo de sociedades son utópicas,<br />
que pensar de esta manera constituye un pacifismo ingenuo.<br />
Sin embargo, la realidad nos muestra conglomerados<br />
sociales muy próximos a este ideal: Austria, Suiza, Noruega,<br />
Suecia, Dinamarca, Holanda y Costa Rica. Otros, como<br />
Uruguay, lo tuvieron y lo perdieron, pero lo están volviendo<br />
a encontrar. Se argumentará, con toda razón, que estas<br />
sociedades civilizadas y pacíficas son menos felices porque<br />
tienen niveles más altos de depresión y de suicidios. Parece<br />
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