El sÃn - Pfizer
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<strong>El</strong> hombre que terminó amarrado a un árbol de castaño<br />
estaba convencido de que Prudencio era el que lo consolaba<br />
y lo asistía en sus necesidades, cuando en realidad era<br />
Úrsula la que lo atendía, lo limpiaba y le daba de comer.<br />
Es claro en este pasaje el fenómeno de la ilusión, durante el<br />
cual el paciente esquizofrénico identifica los hechos reales<br />
de acuerdo con su creencia.<br />
Prudencio Aguilar, el personaje muerto y asesinado por<br />
José Arcadio Buendía, quien lo avergonzó señalando su supuesta<br />
fragilidad sexual, el generador de toda la tragedia de<br />
su vida, de su destierro, de la ambivalencia de la sexualidad,<br />
de la incertidumbre, finalmente fue el objeto de condensación<br />
para su delirio; se convirtió en su respuesta, en la salida<br />
a su fragilidad ambivalente; lo situó en la existencia, le<br />
permitió vivir su realidad resolutoria. 5 García Márquez expresa<br />
magistralmente este fenómeno en el pasaje del sueño<br />
de los cuartos infinitos. José Arcadio Buendía soñaba que<br />
se despertaba en una habitación y pasaba a otra habitación<br />
idéntica, y luego a otra idéntica y así sucesivamente, y luego<br />
se devolvía al cuarto real, donde despertaba. Pero una vez<br />
Prudencio Aguilar lo despertó en uno imaginario, y ya no<br />
pudo regresar nunca al cuarto real (GGM, ibídem, p. 166).<br />
Un lenguaje para él solo<br />
En la reconstrucción de una realidad propia, ni siquiera<br />
el propio lenguaje es suficiente. Con frecuencia el esquizofrénico,<br />
en períodos avanzados de su enfermedad, acude<br />
a neologismos, que son palabras y frases propias ininteligibles<br />
para los otros, con significados únicos y propios que ya no<br />
cumplen una función comunicativa. <strong>El</strong> Padre Nicanor, el<br />
párroco del pueblo, descubrió que la jerga de José Arcadio<br />
5. Berrios, G. Historia de los síntomas de los trastornos mentales: la psicopatología descriptiva desde<br />
el siglo XIX. Fondo de Cultura Económica, México, 2008. Pág. 702.<br />
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