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-6-cuando pueda chocar á nuestras pasiones. Por mi parte declaro quedeseo ver cuanto antes reedificado el hermoso edificio de la gran Nación,cualesquiera que sean los nombres en su cúspide aunque elmodesto mío y mi mismo cuerpo hayan de caer sepultados en los escombrosde sus sólidos cimientos.El Gobernador de Buenos Aires ha retirado parte de sus fuerzasá S1'3 hogares y dá con esto una prueba de que no piensa continuarIn acción siempre mal castigada de las armas.Si necesita por nuestra parte una prueba de confianza más paraponerse sereno y tranquilo á cumplir la augusta misión que los sucesosle han señalado; acordémoscela, Señor, que ella retemple sualma en los grandes sentimientos ya que les va un pueblo que hahecho tantos y tan buenos esfuerzos y sacrificios, y á quien no secomprende, ni se corresponde, ni estima como merece serlo.Entre-Ríos si arde en entusiasmo en defensa de sus derechos y sise armó briosa :í la amenaza de una injusta agresión, ansía tambiéndejar sus armas rendidas ante el santuario de la Ley.Hagamos todo lo digno, todo lo honorable para que la paz restablezcala prosperidad interrumpida de estos pueblos ayer tan florecientes,agotados hoy por las alarmas fratricidas.y si apesar de todo, el furor de partido es mayor que el interes dela patria, limpias de responsabilidades las armas Entre-Rianas, peroresplandecientes de razón y de honor defenderán con éxito los derechosde este pueblo bajo la protección del Dios de la Justicia. Y noprevalecerá iniquidad por que Dios lo ha dicho de los que se enciendenen ira insana contra sus hermanos.La autorización es por fin, un voto de confianza al P. E. para quelleve adelante sus nobles esfuerzos por la paz, debe usarla el Gral.Urquiza. Yo he de votar por ella.He dicho.El Sr. Moreno. - Estoy en desidencia con la Comisión porque encuentroimportuno sancionar la autorización pedida por el Ejecutivoy porque no me parece conforme á lo que exige la dignidad de Entre­Ríos investir de facultad tan honrosa al Gobernador de Buenos Aires.Cuando el Gobierno de aquella Provincia, atribuye á debilidad yá miedo nuestros sinceros esfuerzos por la paz; cuando la prensa porteñacuyas inspiraciones sigue siempre aquel Gobierno ha estado ycontinúa aun en una grita furiosa contra Entre-Ríos; cuando nosarmamos para precaber los ataques de ese Gobierno que amenaza hollarnuestros derechos; mal, muy mal viene, Sr., la sanción del decretoque se discute.