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- 223-base de su política, y la regla constante de sus actos, ha cuidadosiempre que la ocasión se le ha ofrecido, de significar á los Gobiernos delas Provincias hermanas, los sentimientos de cordialidad y de benevolenciade que se halla animado para todas, y le es grato deciros, haberrecibido de ellas iguales testimonios por conducto de sus Gobiernosrespectivos.En la provincia de Corrientes tan estrechamente ligada á la deEntre-Ríos por antecedentes y glorias comunes, y en cuyo territoriorecibieron las hordas del caudillo rebelde su severo escarmiento, estallócon motivo de la elección de Gobernador, un movimiento revolucionarioque fué en breve sofocado, sin conmover seriamente el orden de aquellaProvincia, ni amargar la tranquilidad de Entre-Ríos, como se temióal principio de la insurrección.En estos últimos días otro movimiento revolucionario de mayor magnitud,y de más fatales consecuencias acaba de estallar allí; y aúncuando el Gobierno hasta la fecha, con los datos que tiene no puedeapreciar el alcance y la importancia de ese acontecimiento, ha creídoprudente reforzar la vigilancia sobre la frontera en precaución delas complicaciones y ulterioridades que podrían surgir; mientras quecon datos más exactos que procura obtener puede medir la verdaderaextensión de aquel suceso y obrar según le aconsejen la justicia y lasconveniencias del país, y sobre todo, sus deberes de Estado Federal.Las primeras noticias de este lamentable suceso, que por telégrafo secomunicaron á los pueblos de la costa del Paraná, llevaron á esas poblacionesla alarma y la intranquilidad, porque se aseguraba, que ála sombra del movimiento revolucionario de Corrientes, se operaba simultáneamenteotro en esta Provincia, á cuya cabeza se encontrabael rebelde López J ordan, que había invadido el territorio al frente dequinientos hombres. Las autoridades departamentales, procediendo deacuerdo con instrucciones que con anterioridad se les habían trasmitido,para el caso de una invasión, reunieron algunas fuerzas paraponerlas al servicio del orden y de la autoridad constitucional de laProvincia. El Gobierno en posesión de mejores datos, y persuadidode la impotencia de los anarquistas, cuya propaganda para honor deEntre-Ríos, no encuentra eco en el buen sentido del pueblo, ha impartidoórdenes para que esas milicias sean inmediatamente licenciadas,llevando así al seno de esas poblaciones la tranquilidad y las seguridadesde una paz duradera, que falsas noticias les había arrebatado;dejando solamente en aquella parte de la frontera una respetableguardia de observación.