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- 162-tículo 108 prescribe que" las Provincias no ejercen el poder delegadode la Nación ni pueden celebrar tratados de carácter político", nipuede por consiguiente una Provincia ingerirse en el orden políticode- otra cualquiera. Y para dar una forma práctica á estas sabiaslimitaciones, el artículo 109 que también me permito citar á V. E.dice así: "Ninguna Provincia puede declarar ó hacer la guerra á"otra provincia. Sus quejas deben ser sometidas á la Corte Suprema"de Justicia y dirimidas por ella. Sus hostilidades de hecho sonl. actos de guerra civil calificada de sedición ó asonadas, que el Go­"bierno Nacional debe sofocar y reprimir conforme á la ley".Solo por un olvido de estas importantes disposiciones ha podidoV. E. estampar los siguientes conceptos en la nota á que contesto:¡: El arma y no la voz -hubiese levantado brioso (Entre Rios) para"~ostener la autoridad legítima si le hubiese sido posible acudir en:: el momento del conflicto, cumpliendo las prescripciones de la Cons­"titución, por las que los Gobiernos hermanos se deben en defensau de las instituciones de sus pueblos amagados por la invasión exte­"rior y por la sedición". En estos conceptos V. E. indica claramenteque si hubiese estado en actitud de prestar auxilio armadoá La Rioja en la hora de su conflicto, habría arrastrado á la Provincíade Entre Rios á hostilidades que la Constitución condenacalificándolas de sediciosas y que el Gobierno Nacional se habríavisto obligado á sofocar y reprimir en cumplimiento de su debery en reivindicación de facultades exclusivas que en ese acto le habríansido usurpadas por el Gobierno de V. E.Si la Constitución hubiese dejado en manos de los Gobiernosde Provincias la atención del órden político y de las prerrogativasdo las vecinas habría erigido en ley la anarquía en vez de "construirla misión nacional" y de "consolidar la paz interior". A loscaudillos prepotentes que dispusieran de una Provincia fuerte óbelicosa nunca les faltarían medios y pretestos para invadir lospueblos más débiles de la vecindad y establecer en ~llos, como hasucedido en épocas de triste recuerdo, el imperio de la fuerza y lasupresión de esa independencia del propio Gobierno local con eldesconocimiento de la supremacia de la Constitución y de las leyesNacionales.La ley fundamental ha querido, al contrario, que el Gobierno dela Nación responsable ante el país en general y cuya posición mismale permite ejercer con elevación é imparcialidad aquellas delicadasfunciones, sea el que preste su protección á las Provincias débiles