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- 159-Entre tanto, dos órdenes de hechos legislativos habían tenido lugar,los cuales afectaban la esencia de la ley de 1862 verificandovirtualmente su revisión en el término señalado.Por una parte el Congreso, al sancionar la ley general del Presupuesto,eliminaba con manifiesta prolijidad todas las partidas referentesá los objetos de carácter provincial, cuya jurisdicción SP.había transferido á la N ación, y siendo esta sanción posterior alrechazo de la ley de Capital era trascendental y concluyente porcuanto alteraba las condiciones de residencia consignados en la leyde 1862.La Legislatura Provincial por su parte, había traido á su presupuestolas partidas suprimidas en el de la N ación y recobrado asípor un acto indirecto pero positivo y en la época prevista por elcompromiso, la parte de jurisdicción antes cedida.y como si esto no bastara para poner en evidencia la voluntadde la Legislatura, ella rechazaba casi al mismo tiempo la mociónpresentada en una de sus Cámaras, para que se prorrogase la sesiónde la parte de jurisdicción que estaba deferida al Gobierno Nacionnl.Como estos antecedentes que por su notoriedad deben ser conocidosde V R, el Señor Vice-Presidente no ha podido dejar de procedercomo lo ha hecho. Ha usado de un derecho en cuanto al P. E.concierne, supliendo la deficiencia de la ley, en 10 que es indispeusablepara la existencia misma del Gobierno, y ha interpretado 103actos sucesivos del Congreso en su filiación lógica desde 1862, comola voluntad de que la residencia de las autoridades continúe en laCiudad de Buenos Aires, bajo las únicas condiciones que de aquelloshechos resultan posibles, y hasta que una ley positiva lo dispongade otra manera.Aquí co~responde aplicar á una de las indicaciones de V. E. enla que insinúa que el P. E. N. ha debido dictar un acuerdo ó decretoestablciendo formamalmente su residencia y federalizando el te.rritorio donde lo fijase. Permítame V. E. manifestarle mi sorpresaal ver contenida en su comunicación oficia] tan extraña doctrina.Ni el P. E. ni el Congreso pueden federalizer territorio alguno delas Provincias sin el consentimiento de sus Legislaturas respectivas,porque la Constitución Nacional así lo dispone terminantemente.V. E. aconseja, pues, una violación de h. Constitución, precisamenteen el mismo documento en que tan celoso se muestra porla observancia de la ley fundamental.Por lo demás, los Poderes Legislativo y .Tudieíal, han de oontinuar