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12.07.2015 Views

Educación, identidad y cultura La vigencia de Gabriela Mistralmirada, aunque el acontecimiento ya haya dejado de ocurrir hace tiempo. De modo que en lapalabra poética lo que aparece finalmente somos nosotros mismos, nuestro mundo y nuestrascostumbres. Esta labor reveladora es tan decisiva, que si ella no existiera andaríamos comosonámbulos en nuestra propia tierra.Lo que nos enseña Gabriela es que los artistas, a través de sus obras, como en un espejo, nosvan mostrando cómo somos, dónde estamos, de qué vivimos, qué nos importa, qué veneramos,qué despreciamos, hacia dónde nos dirigimos. Por eso, la cultura, en este sentido artístico,es uno de los elementos constantemente fundadores de nuestra identidad y esa es la razónfundamental que explica por qué la cultura necesariamente nos une, teje ese lazo invisibleentre nosotros que hace que la palabra Chile tenga un sentido y una significación precisa,quizás no en nuestra cabeza, pero sí en nuestros sentimientos y subjetividad.El tema de nuestra identidad es fundamental para la educación que tiene el enorme desafíode crear ciudadanos del mundo, que sean al mismo tiempo verdaderamente chilenos. Así,nuestra educación, a la vez que entrega las herramientas para introducirnos en los lenguajesglobales, debe desarrollar y hacer un buen uso del lenguaje propio de Chile. Tenemos queser capaces de transmitir a través de la educación el valor del patrimonio universal, pero almismo tiempo, el valor del patrimonio propio, tangible e intangible, y ello no es fácil en unaépoca en que también los sistemas escolares se han globalizado. Educar en lo global pero tambiénen lo nacional y en lo local, es lo relevante cuando hablamos del sentido de la educacióny cuando afirmamos que debemos orientar nuestra educación hacia el desarrollo cultural.Cultura y educaciónLa cultura es fundamental para la tarea educativa, porque ella es una meta, una condiciónpara nuestro desarrollo y uno de sus factores primordiales. Pensar que la finalidad del procesopolítico y económico de nuestras naciones está en la economía misma es ver las cosas conmiopía. El desarrollo con la finalidad de más desarrollo no es otra cosa que un círculo vicioso,que en su descuido atenta en contra de los valores más preciados del ser humano. Si ponemoslas cosas en su lugar, debemos afirmar que queremos desarrollarnos para ser más felices, paraque nuestra vida se acerque cada día más a la expansión de nuestra humanidad, que queremosdesarrollarnos no solamente en cuanto a tener mejores estadísticas macro o micro–económicas,sino para ser más creativos, más imaginativos, más seguros de nosotros mismos,más conscientes de quienes somos, más respetuosos de lo que hemos sido, más justos y másreflexivos, más abiertos y solidarios a las experiencias de los demás habitantes de esta tierra.Se trata de alcanzar un desarrollo verdaderamente humano y para todos, sin exclusiones.66

José WeinsteinMientras más culta es una sociedad, más firmes son sus principios democráticos. Muchasveces se dice que el asentamiento de los valores en un país depende de su proceso educativo.Pero, ¿de qué educación se trata? ¿En qué se educa? ¿Hacia qué se educa? ¿Cuáles son loscontenidos valóricos que se transmiten a través del proceso educativo?La respuesta a una buena parte de estas preguntas, es la cultura, que proporciona en granmedida los contenidos de la educación, esos que no son meros conocimientos ni puro adiestramientoen técnicas y habilidades, sino esos que llevan dentro de sí valores, hábitos y costumbres;las metas de una sociedad. Educar, en un sentido esencial, es educar desde la culturay hacia la cultura, porque es en ella donde se forjan los valores constitutivos y permanentes.La cultura es lo digno de reconocimiento y de resguardo, lo que constituye el cimiento irrenunciablede nuestra vida nacional, aquello que constituye nuestra identidad como nación,pero también como seres humanos –dentro de una “escala de identidades” que acepta múltiplespertenencias. 2La cultura es condición del éxito educacional, porque sin ella la educación no cumple cabalmentesus objetivos. La incultura reduce la eficacia de la acción educativa y, al contrario, unmayor nivel cultural permite un mejor aprovechamiento de los recursos y métodos pedagógicos.La cultura no es viable sin la educación, pero la educación no es viable sin la cultura.Ambas exigen ser consideradas en su mutua co–pertenencia, en la reciprocidad de su codependencia.Asumir en plenitud la circularidad entre educación y cultura es la única forma delograr una sociedad culturalmente integrada, base fundamental para cumplir todos los demásobjetivos sociales, políticos y económicos.Pero si deseamos unir la cultura y la educación es porque tendemos a creer que ha habido unasuerte de ensimismamiento en los sectores, que no permite estas articulaciones tan necesarias.No queremos un ensimismamiento educativo, que la educación esté fijándose a sí misma susfines, propósitos y metas. El sistema escolar siempre debe tener como punto de mirada la culturay la sociedad. No deberíamos olvidar la lúcida advertencia que nos hizo Gabriela en unode sus pensamientos sobre la educación: “Así como sea la escuela, así será la sociedad entera”.DesigualdadOtro tema estratégico y doloroso para Chile, y del que también la Mistral fue plenamenteconsciente, tiene que ver con el hecho social de la desigualdad. La pobreza de la educación noes solo perjudicial para los excluidos. Lo más crítico es el talento que perdemos como sociedad,2 De ahí que se pueda ser latinoamericano, chileno, porteño, profesor e hincha de Wanderers simultáneamente.67

José WeinsteinMientras más culta es una sociedad, más firmes son sus principios <strong>de</strong>mocráticos. Muchasveces se dice que el asentamiento <strong>de</strong> los valores en un país <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> su proceso educativo.Pero, ¿<strong>de</strong> qué educación se trata? ¿En qué se educa? ¿Hacia qué se educa? ¿Cuáles son loscontenidos valóricos que se transmiten a través <strong>de</strong>l proceso educativo?La respuesta a una buena parte <strong>de</strong> estas preguntas, es <strong>la</strong> cultura, que proporciona en granmedida los contenidos <strong>de</strong> <strong>la</strong> educación, esos que no son meros conocimientos ni puro adiestramientoen técnicas y habilida<strong>de</strong>s, sino esos que llevan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí valores, hábitos y costumbres;<strong>la</strong>s metas <strong>de</strong> una sociedad. Educar, en un sentido esencial, es educar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> culturay hacia <strong>la</strong> cultura, porque es en el<strong>la</strong> don<strong>de</strong> se forjan los valores constitutivos y permanentes.La cultura es lo digno <strong>de</strong> reconocimiento y <strong>de</strong> resguardo, lo que constituye el cimiento irrenunciable<strong>de</strong> nuestra vida nacional, aquello que constituye nuestra i<strong>de</strong>ntidad como nación,pero también como seres humanos –<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una “esca<strong>la</strong> <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s” que acepta múltiplespertenencias. 2La cultura es condición <strong>de</strong>l éxito educacional, porque sin el<strong>la</strong> <strong>la</strong> educación no cumple cabalmentesus objetivos. La incultura reduce <strong>la</strong> eficacia <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción educativa y, al contrario, unmayor nivel cultural permite un mejor aprovechamiento <strong>de</strong> los recursos y métodos pedagógicos.La cultura no es viable sin <strong>la</strong> educación, pero <strong>la</strong> educación no es viable sin <strong>la</strong> cultura.Ambas exigen ser consi<strong>de</strong>radas en su mutua co–pertenencia, en <strong>la</strong> reciprocidad <strong>de</strong> su co<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia.Asumir en plenitud <strong>la</strong> circu<strong>la</strong>ridad entre educación y cultura es <strong>la</strong> única forma <strong>de</strong>lograr una sociedad culturalmente integrada, base fundamental para cumplir todos los <strong>de</strong>másobjetivos sociales, políticos y económicos.Pero si <strong>de</strong>seamos unir <strong>la</strong> cultura y <strong>la</strong> educación es porque ten<strong>de</strong>mos a creer que ha habido unasuerte <strong>de</strong> ensimismamiento en los sectores, que no permite estas articu<strong>la</strong>ciones tan necesarias.No queremos un ensimismamiento educativo, que <strong>la</strong> educación esté fijándose a sí misma susfines, propósitos y metas. El sistema esco<strong>la</strong>r siempre <strong>de</strong>be tener como punto <strong>de</strong> mirada <strong>la</strong> culturay <strong>la</strong> sociedad. No <strong>de</strong>beríamos olvidar <strong>la</strong> lúcida advertencia que nos hizo Gabrie<strong>la</strong> en uno<strong>de</strong> sus pensamientos sobre <strong>la</strong> educación: “Así como sea <strong>la</strong> escue<strong>la</strong>, así será <strong>la</strong> sociedad entera”.DesigualdadOtro tema estratégico y doloroso para Chile, y <strong>de</strong>l que también <strong>la</strong> Mistral fue plenamenteconsciente, tiene que ver con el hecho social <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>sigualdad. La pobreza <strong>de</strong> <strong>la</strong> educación noes solo perjudicial para los excluidos. Lo más crítico es el talento que per<strong>de</strong>mos como sociedad,2 De ahí que se pueda ser <strong>la</strong>tinoamericano, chileno, porteño, profesor e hincha <strong>de</strong> Wan<strong>de</strong>rers simultáneamente.67

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