Dolor anal crónico idiopático (no debido a fisura, fístula ni ...

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12.07.2015 Views

Dolor anal crónicoidiopático (no debidoa fisura, fístulani hemorroides)J.M. ENRÍQUEZ-NAVASCUEZ,J.L. ALÓSEGUI Y C. PLACER*Introducción• El término dolor anal crónico idiopático(DACI) designa un cuadro clínico cuyoprincipal rasgo es la ausencia de anomalíasdetectables en el examen físico, y cuyodiagnóstico se basa en la descripción deldolor por parte de los pacientes. Por lo tanto,se define por lo que no es.• El dolor anal, perianal y perineal crónicose puede agrupar como trastornos maldefinidos, que incluirían el DACI, la proctalgiafugax, la coccigodinia o el síndrome delelevador y en ocasiones el síndrome de perinédescendente (SPD), o la neuralgia pudenda,sin una clara delimitación entre ellosque no sea por la localización de una determinadaárea dolorosa a la palpación. Porotra parte, los tipos clásicos de dolor (somático,visceral y neuropático) se solapan ycoexisten en estas afecciones, siendo artificiosoy de poca utilidad analizarlos por separado.• Algunos rasgos comunes a todos ellosserían la etiología desconocida, la patogeniaincierta, el curso clínico evolutivo o supersistencia en el tiempo impredecible, laausencia de un tratamiento satisfactorio, elno conllevar trastornos funcionales y el serfrustrante, tanto para los pacientes comopara los médicos, originando multiplicidadde consultas.Características descriptivas• El DACI constituye el 30% a 40% de losmotivos de consulta por dolor anal “crónico”(1). Se describe como un dolor continuo,diario, generalmente intenso, de predominiovespertino, al finalizar la jornada,urente, profundo y central, localizado en elcanal anal medio, con irradiación variable,que se agrava con la sedestación (que producela sensación de cuerpo extraño o defalsa necesidad de evacuación), siendo elefecto de la defecación variable y que ge-*Hospital Donostia, Servicio de Cirugía General y Digestiva, Sección de Cirugía Colorrectal, San Sebastián-Donostia.

<strong>Dolor</strong> <strong>anal</strong> cró<strong>ni</strong>coidiopático (<strong>no</strong> <strong>debido</strong>a <strong>fisura</strong>, fístula<strong>ni</strong> hemorroides)J.M. ENRÍQUEZ-NAVASCUEZ,J.L. ALÓSEGUI Y C. PLACER*Introducción• El térmi<strong>no</strong> dolor <strong>anal</strong> cró<strong>ni</strong>co idiopático(DACI) designa un cuadro clí<strong>ni</strong>co cuyoprincipal rasgo es la ausencia de a<strong>no</strong>malíasdetectables en el examen físico, y cuyodiagnóstico se basa en la descripción deldolor por parte de los pacientes. Por lo tanto,se define por lo que <strong>no</strong> es.• El dolor <strong>anal</strong>, peri<strong>anal</strong> y perineal cró<strong>ni</strong>cose puede agrupar como trastor<strong>no</strong>s maldefi<strong>ni</strong>dos, que incluirían el DACI, la proctalgiafugax, la coccigodi<strong>ni</strong>a o el síndrome delelevador y en ocasiones el síndrome de perinédescendente (SPD), o la neuralgia pudenda,sin una clara delimitación entre ellosque <strong>no</strong> sea por la localización de una determinadaárea dolorosa a la palpación. Porotra parte, los tipos clásicos de dolor (somático,visceral y neuropático) se solapan ycoexisten en estas afecciones, siendo artificiosoy de poca utilidad <strong>anal</strong>izarlos por separado.• Algu<strong>no</strong>s rasgos comunes a todos ellosserían la etiología desco<strong>no</strong>cida, la patoge<strong>ni</strong>aincierta, el curso clí<strong>ni</strong>co evolutivo o supersistencia en el tiempo impredecible, laausencia de un tratamiento satisfactorio, el<strong>no</strong> conllevar trastor<strong>no</strong>s funcionales y el serfrustrante, tanto para los pacientes comopara los médicos, originando multiplicidadde consultas.Características descriptivas• El DACI constituye el 30% a 40% de losmotivos de consulta por dolor <strong>anal</strong> “cró<strong>ni</strong>co”(1). Se describe como un dolor continuo,diario, generalmente intenso, de predomi<strong>ni</strong>ovesperti<strong>no</strong>, al finalizar la jornada,urente, profundo y central, localizado en elc<strong>anal</strong> <strong>anal</strong> medio, con irradiación variable,que se agrava con la sedestación (que producela sensación de cuerpo extraño o defalsa necesidad de evacuación), siendo elefecto de la defecación variable y que ge-*Hospital Do<strong>no</strong>stia, Servicio de Cirugía General y Digestiva, Sección de Cirugía Colorrectal, San Sebastián-Do<strong>no</strong>stia.


neralmente <strong>no</strong> interrumpe el sueño ya queel dolor se alivia con el decúbito. Más de lamitad de los pacientes tienen historia de cirugíapelviperineal o <strong>anal</strong> previa, o un perinélaxo o “insuficiente” (aunque la defecació<strong>no</strong>bstruida es rara), y un tercio historiade ciatalgia o de partos distócicos. A diferenciade la proctalgia fugax, el DACI <strong>no</strong>parece relacionarse con el síndrome de intesti<strong>no</strong>irritable o con problemas de evacuabilidadrectal.• En 1859 Simpson describió la coccigodi<strong>ni</strong>a,cuyo <strong>no</strong>mbre viene dado por ser lalocalización principal de un dolor vago, sinhorario típico, continuo con exacerbaciones,irradiado hacia atrás y a los glúteos, defi<strong>ni</strong>docomo el “disconfort de estar sentado sobreuna pelota” con agudas exacerbaciones,que empeora con la sedestación y sealivia con la bipedestación. Se da con másfrecuencia en mujeres entre la 5ª y 6ª décaday se caracteriza por el dolor a la palpacióndel cóccix o por despertar el dolordescrito al traccionar de la cinta del puborrectal.• Grant, en 1975, pensando que el origende la coccigodi<strong>ni</strong>a era un espasmo de losmúsculos elevadores lo de<strong>no</strong>minó “síndromedel elevador”, propo<strong>ni</strong>endo el masajedigital de la musculatura pelviana comotratamiento.• La proctalgia fugax fue descrita en1935 por Thaysen. Es un síndrome mejor defi<strong>ni</strong>do,más frecuente en hombres, sueledarse en la cuarta década, desapareciendoespontáneamente años después, y se caracterizapor un dolor de aparición súbita,frecuentemente <strong>no</strong>ctur<strong>no</strong>, tipo cólico, muyintenso, a <strong>ni</strong>vel del esfínter <strong>anal</strong> exter<strong>no</strong>, deme<strong>no</strong>s de 20 minutos de duración y que cesasolo. Se alivia, a veces, doblando las rodillassobre el abdomen o sentándose en elsuelo de cuclillas. No se acompaña de alteracionesa<strong>no</strong>rrectales, aunque se asociacon el síndrome de intesti<strong>no</strong> irritable. Porotra parte, en 1991, Kamm describe tres pacientescon miopatía hipertrófica del esfínterinter<strong>no</strong> hereditaria, que se ma<strong>ni</strong>fiesta clí<strong>ni</strong>camentecomo una proctalgia fugax yestreñimiento (2). Desde entonces ha habidocomu<strong>ni</strong>caciones de más familias con esteraro trastor<strong>no</strong> (3).• No es fácil desligar estos cuadros de lasmolestias secundarias a problemas de laestática pélvica (dada la frecuencia de losmismos en la exploración física). Sin embargo,el dolor perineal puede ser un rasgo delSPD, tal y como lo describiera Parks en 1966,apareciendo después de la defecación otras estancias prolongadas de pie y aliviándoseen decúbito.• Boisson, en 1966 (4), sugirió que dada ladistribución metamérica pudenda de algu<strong>no</strong>scuadros de dolor perineal cró<strong>ni</strong>co, éstepodría tener su origen en una neuralgia delnervio pudendo. Otras parecen de distribuciónmás ciática con trastor<strong>no</strong>s sensorialesen dermatomas sacras, sugiriendo una radiculopatíapor fibrosis o compresión. Otrascausas de neuropatía pudenda serían ladiabetes o las infecciones virales, en especialel herpes. Mag<strong>ni</strong>, en 1986 (5), viendo losrasgos psicológicos, las áreas “gatillo” y la respuestafavorable de estos pacientes a losantidepresivos sugiere que estos cuadros podríanrelacionarse con formas localizadasde fibromialgia. Estas neuralgias y miopatíasse encuentran descritos principalmente enla literatura de habla francesa.• Desde nuestro punto de vista son preferibleslas de<strong>no</strong>minaciones descriptivas a lassupuestas etiológicas, que en realidad sonmeras especulaciones, dudando de su existenciareal.• La Tabla 1 es meramente orientativa yen absoluto debe tomarse por un cuadrode diagnóstico diferencial entre entidadesseparables, ya que existe una gran superposiciónentre ellas.• Entre la mitad y dos tercios de los pacientescon DACI presentan antecedentesquirúrgicos sobre vísceras pélvicas, columnalumbar o c<strong>anal</strong> <strong>anal</strong>, incluyendo histerectomías,reparaciones del descenso perineal,o prolapso rectal y hemorroidectomías.Además, un tercio aquejan de lumbociatal--38-


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gia, presente o pasada, o de partos difícilesantes del i<strong>ni</strong>cio del dolor <strong>anal</strong>. En una seriede 18 pacientes, el 60% de ellos habían sidotratados con dilatación <strong>anal</strong>, esfinterotomíainterna o ambas, antes de considerar el diagnósticode DACI.Diagnóstico diferencial• Lo más importante es descartar la presenciade enfermedad orgá<strong>ni</strong>ca, ya que eldiagnóstico de DACI sólo puede considerarsecuando se excluyen otras alteracionesque causan disconfort y dolor <strong>anal</strong> más ome<strong>no</strong>s cró<strong>ni</strong>co o recurrente, como la <strong>fisura</strong><strong>anal</strong>, el absceso interesfinteria<strong>no</strong>, las complicacioneshemorroidales o los pólipos o papilas<strong>anal</strong>es hipertróficas. También convienedescartar los trastor<strong>no</strong>s neurológicos secundariosa lesiones espinales y las afeccionespélvicas, ginecológicas (endometriosis) ourológicas (prostatitis cró<strong>ni</strong>ca).• El diagnóstico diferencial del DACI yde los otros trastor<strong>no</strong>s perineales o peri<strong>anal</strong>eses difícil. Aunque si bien la proctalgia fugaxes más frecuente en hombres y la coccigodi<strong>ni</strong>aen mujeres, esto es de poca ayuda parael paciente individual. La característica deldolor es el rasgo más importante. Así comoen el DACI el dolor, de aparición gradual eintensidad variable, predomina durante eldía, agravándose con la sedestación y aliviándoseal tumbarse, en la proctalgia fugaxel i<strong>ni</strong>cio del dolor es brusco, pudiendollegar a despertar a los pacientes durantela <strong>no</strong>che, dura pocos minutos y se localizamás alto en el c<strong>anal</strong> <strong>anal</strong> y recto, aliviándoseal flexionar las extremidades inferioreshacia la pared del abdomen o sentándosede cuclillas en el suelo.• En <strong>ni</strong>nguna de estas dolencias se encuentraa<strong>no</strong>malía alguna en el examen físico.En los pacientes con coccigodi<strong>ni</strong>a o síndromedel elevador, el dolor, parecido aldel DACI, es más vago, persistente, sordo ylocalizado hacia atrás, hacia el sacro; la diferenciaentre ambos sólo se establece porel hallazgo, con el tacto rectal, de un área“gatillo”, sensible y dolorida, en el cóccix osu área al traccionar de la cinta del puborrectal.• En el síndrome del periné descendenteel dolor es típicamente perineal posterior,sordo, invalidante, acompañando al descensopatológico del periné durante los esfuerzosdefecatorios, generalmente asociadosa evacuaciones incompletas y al prolapsode la cara anterior de la mucosa delrecto inferior. El dolor persiste o se incrementatras la defecación y con la bipedestación,y disminuye con el decúbito y alapoyar el periné sobre una superficie plana.El diagnóstico del SPD se realiza de visu,por el abombamiento perineal que se producecon el esfuerzo defecatorio.• La hipoestesia y parestesias en el territoriosensitivo del nervio pudendo aislado esmuy poco frecuente, y el atrapamiento delnervio en el c<strong>anal</strong> de Alcock como entidaddebe confirmarse mediante estudios electrofisiológicosy bloqueos nerviosos conanestésicos. Como comentamos, la neuralgiaperineal es un térmi<strong>no</strong> mixto, descriptivoy etiológico, oscuro y confuso. La neuralgiadel nervio pudendo pura es rara, pero puedeproducirse por traumatismo perineal ocicatrización quirúrgica o traumática de laregión perineal. Consiste en un dolor urente,a veces lancinante, con hiperalgesia cutánea,sensibilidad profunda en el trayectodel nervio, con parestesia, hormigueos y embotamiento,sintomatología que respondea los bloqueos repetidos del nervio pudendocon soluciones acuosas de anestésicoslocales.• Además, en el diagnóstico diferencialhay que considerar las supuestas complicacionesde intervenciones quirúrgicas previas,a las que son sometidos buena parte,más de la mitad, de los pacientes con DA-CI, y a las que con frecuencia se achaca eldolor <strong>anal</strong> persistente, siendo fuente de desconfianzay frustración por parte de los pacientesy médicos.-40-


Exámenes complementarios• La etiología y patoge<strong>ni</strong>a del DACI, y decasi todos los síndromes dolorosos perineales,es desco<strong>no</strong>cida. No obstante los pacientescon DACI deben ser estudiados condete<strong>ni</strong>miento. Hay que constatar la ausenciade hallazgos patológicos y cambios objetivosmediante el tacto rectal y la rectosigmoidoscopia,incluyendo la ausencia deáreas “gatillo” en el cóccix o de un descensoperineal marcado.• Una resonancia magnética nuclear(RMN) o una ecografía endo<strong>anal</strong> puedendescubrir abscesos interesfinteria<strong>no</strong>s o sinusinfecciosos <strong>no</strong> sospechados previamente.En algu<strong>no</strong>s pacientes se pueden descubrirasí mismo a<strong>no</strong>malías estructurales o en elgrosor del esfínter <strong>anal</strong> inter<strong>no</strong>, aunque susig<strong>ni</strong>ficado sea dudoso, exceptuando el síndromeclí<strong>ni</strong>co hereditario descrito por Kamm.Por otra parte, el aumento del grosor del esfinterinter<strong>no</strong> se ha observado en pacientescon síndrome de intesti<strong>no</strong> irritable, siendoun dato reversible, variable y relacionadocon la actividad sintomática de la afección.En un estudio con 18 pacientes conDACI, a los que se realizó una ecografía endo<strong>anal</strong>se encontraron a<strong>no</strong>malías en el66%, pero difíciles de contextualizar y dedudoso sig<strong>ni</strong>ficado patogé<strong>ni</strong>co, y se realizaronbiopsias en algu<strong>no</strong>s de ellos, siendo <strong>no</strong>rmaleso con un aumento inespecífico de fibrosis(6). En otro estudio, también con 18pacientes, pero con proctalgia fugax, se realizóecografía endo<strong>anal</strong> en todos ellos sinencontrar a<strong>no</strong>malías, como engrosamientoo áreas hiper o hipoecoicas en el esfínter inter<strong>no</strong>de los pacientes (7).• Los estudios de fisiología a<strong>no</strong>rrectal (ma<strong>no</strong>metría<strong>anal</strong>, volumetría rectal, distensibilidad,reflejo recto<strong>anal</strong> y latencia motora terminalde nervios pudendos) y defecográficosrealizados en dos estudios con 12 y 18pacientes, respectivamente, diag<strong>no</strong>sticadosde DACI, <strong>no</strong> revelaron datos u<strong>ni</strong>formesy diferenciadores de la población <strong>no</strong>rmal, sibien en el primero de ellos se encontró undiscreto incremento del valor de la presión<strong>anal</strong> basal máxima en el grupo con DACI,te<strong>ni</strong>endo el 70% de los pacientes con presión<strong>anal</strong> basal alta dificultades para la relajacióndel puborrectal durante la defecografía(6, 8). No obstante, en otro estudiosólo en el 20% de 14 pacientes con DACI valoradoscon EMG se encontró una actividadelectromiográfica paradójica (9).• De estos estudios se infiere que <strong>ni</strong> el aumentode la presión basal <strong>anal</strong> máxima, <strong>ni</strong>el distinto grosor del esfínter inter<strong>no</strong> o el gradode descenso perineal tiene un papal patogé<strong>ni</strong>coclaro y u<strong>ni</strong>forme.• Otros estudios etiopatogé<strong>ni</strong>cos valoradosen el DACI son las alteraciones psicológicas.Los pacientes con DACI obtuvieronuna mayor puntuación de neuroticismo, psicoticismoy depresión, medida con las escalaspsicométricas correspondientes, quela población control. No obstante, las hipótesisetiológicas orgá<strong>ni</strong>cas y psicológicas <strong>no</strong>son mutuamente excluyentes si<strong>no</strong> que ambaspueden ser integradas. También se haseñalado la mayor frecuencia, con respectoa la población control, con que los pacientescon DACI presentan sucesos psicológicosimportantes en el pasado (10).Tratamiento• No existe un tratamiento satisfactoriopara el DACI. Al <strong>no</strong> observarse, en general,diferencias estructurales <strong>ni</strong> fisiológicas específicaso constantes en lo referido a lapresión <strong>anal</strong> en reposo, grosor del esfínterinter<strong>no</strong>, descenso perineal o neuropatía, conrespecto a la población “<strong>no</strong>rmal”, <strong>no</strong> podemosreco<strong>no</strong>cer una enfermedad con entidadpropia, y por ello el tratamiento seráexperimental y seguirá una táctica empíricade ensayo-error.• Es importante explicar esta situación alos pacientes, tras descartar, obviamente,lesiones específicas, y asegurarles que <strong>no</strong>padecen un tumor. Aunque la cancerofobia<strong>no</strong> es un dato característico de los pacientescon DACI u otras formas de dolorperi<strong>anal</strong> o perineal aislados, muchos de es--41-


tos pacientes presentan síntomas de síndromede intesti<strong>no</strong> irritable o están diag<strong>no</strong>sticadosde esta afección. Por ello, el tratamientodebe dirigirse también a aliviar lossíntomas gastrointestinales concomitantes.• Como la etiología y la patogénesis delDACI son desco<strong>no</strong>cidas y probablementemultifactoriales, es previsible que el mismotratamiento <strong>no</strong> tenga igual efecto en todoslos pacientes.• El empleo de <strong>anal</strong>gésicos es obvio, porlo que queda fuera de esta discusión.• En bastantes casos los pacientes yahan sido interve<strong>ni</strong>dos mediante esfinterotomíainterna o dilatación <strong>anal</strong>, a menudo conextirpación de colgajos <strong>anal</strong>es, en la suposiciónde que el dolor <strong>anal</strong> era secundario auna hipertonía esfinteriana <strong>anal</strong> o a complicacionestrombóticas recurrentes de hemorroidesexternas evanescentes, consiguiendoasí, por lo general, poco alivio de los síntomas.Esto puede llevar a la estigmatizaciónde los pacientes como portadores de lesionesrecurrentes o de complicaciones postquirúrgicas.• Dado los resultados obte<strong>ni</strong>dos con ladilatación <strong>anal</strong> o la esfinterotomía interna,dividir a los pacientes con DACI entre losque tienen hipertonía <strong>anal</strong> y los que <strong>no</strong>, <strong>no</strong>parece muy prometedor, pero puede constituiruna base racional para intentar un tratamiento(preferiblemente <strong>no</strong> quirúrgico) conuna finalidad objetivable.• El calor local, seco o húmedo, disminuyela presión <strong>anal</strong> basal, aunque este efectoes mayor entre los pacientes con lesioneso heridas <strong>anal</strong>es que en los controles (11).• La aplicación tópica de <strong>ni</strong>troglicerina(NTG) o de diltiazen, reduce la presión <strong>anal</strong>en reposo en un 20% a 30%. La NTG tópicaes fácil de obtener y preparar, pero puedecausar cefalea. El diltiazem es mejor tolerado,pero más difícil de obtener; ambos puedenensayarse como primera medida terapéuticaen aquellos casos con hipertoníaesfinteriana (6).• La inyección de toxina botulí<strong>ni</strong>ca reducela presión <strong>anal</strong> basal y de esfuerzo, y esun tratamiento para las distonías de otrosmúsculos, como el estrabismo o el tortícolisespasmódico. Se ha obte<strong>ni</strong>do buena respuestaempleando la toxina botulí<strong>ni</strong>ca, inyectadaen la masa del puborrectal, en casosde a<strong>ni</strong>smo, observando una caída, ademásde la presión de esfuerzo, de la presión<strong>anal</strong> de reposo, probablemente, por denervaciónquímica simultánea del esfínter inter<strong>no</strong>(12). No existen datos sobre su utilidaden los pacientes con DACI.• Buscando un efecto más duradero, alos pacientes que <strong>no</strong>tan alivio o mejoría utilizandoel diltiazem o NTG tópicos se lespuede ofrecer, razonablemente, la inyecciónde toxina botulí<strong>ni</strong>ca. Otra alternativaes la utilización de <strong>ni</strong>fedipi<strong>no</strong> oral (a dosisde 20 mg/12 h), que además evitaría la taquifilaxiaobservada con la utilización prolongadade la pomada de NTG (6).• En los pacientes que <strong>no</strong> responden aestas pomadas aún puede intentarse la toxinabotulí<strong>ni</strong>ca, ya que su efecto <strong>no</strong> va necesariamenteligado a una disminución dela presión basal o de reposo, como ya hemoscomentado con anterioridad.• El biofeedback se ha utilizado en variasseries. En una de ellas con 12 pacientes conDACI e hipertonía <strong>anal</strong> el tratamiento conbiofeedback disminuyó la presión basal enun grado similar a lo conseguido en la poblacióncontrol. Los pacientes con DACIprecisaron sesiones de reeducación, unavez al trimestre y después trimestralmente,tras ocho semanas continuadas de entrenamiento,para mantener el alivio sintomático,que se logró en la mayoría de los casos (8).• La utilidad del biofeedback se justificaen que a cada contracción del esfínter exter<strong>no</strong>le sigue una relajación refleja de ambosesfínteres, del mismo modo que se observauna reducción de la presión basal alprovocar una distensión rectal inflando unbalón, y estos efectos pueden ser visualizadosy repetidos. Ambos tipos de biofeed--42-


ack se han empleado en el DACI, la incontinencia<strong>anal</strong> y el a<strong>ni</strong>smo, si bien en esteúltimo se busca la relajación refleja delesfínter exter<strong>no</strong> y puborrectal en la ma<strong>ni</strong>obraexpulsiva.• La estimulación electrogalvá<strong>ni</strong>ca fueeficaz en 36 de 45 pacientes con dolor ydisconfort cró<strong>ni</strong>co <strong>anal</strong> y perineal, si bienera un grupo muy heterogéneo y mal defi<strong>ni</strong>do,después de admi<strong>ni</strong>strar de una a nuevesesiones de 20 minutos (13).• La electromodulación de las raíces sacraspuede ser otra alternativa en pacientescon clí<strong>ni</strong>ca importante y que <strong>no</strong> mejoran,pero sólo existen sugerencias a esterespecto y <strong>no</strong> hay datos clí<strong>ni</strong>cos.• No existen datos referentes a la utilizaciónde otras medidas físicas instrumentalesmás convencionales y utilizadas en la prácticafisioterapéutica, como onda corta, etc.• La utilidad de los antidepresivos estábien establecida en los cuadros dolorososa<strong>no</strong>perineales y peri<strong>anal</strong>es cró<strong>ni</strong>cos, así comoen las llamadas neuralgias perineales (yen la fibromialgia en general) (1, 4, 6, 14). Laterapia cog<strong>ni</strong>tiva-conductual para reforzarconductas positivas y el ejercicio físico diariopueden ayudar en determinados casos,aunque la hetrerogeneidad de los pacientesque reciben estos tipos de apoyo hacedifícil tener una idea clara sobre cuándo recomendarlos(14).• En los casos en que el bloqueo anestésicorepetido del nervio pudendo logre unalivio sintomático podría pensarse en realizaruna descompresión o “neurólisis” quirúrgicadel nervio. En una serie de 12 pacientes condolor en el territorio del nervio pudendo alos que se realizó una neurólisis-transposiciónde éste, siguiendo la vía de Robert(15), u<strong>ni</strong> o bilateralmente, en sólo tres pacientesse obtuvo un beneficio real y duradero,aunque los autores creen que conuna mejor selección de los pacientes, basadaen la respuesta al bloqueo anestésico,podrían identificar casos reales de neuralgiapor atrapamiento (16).• Para el síndrome del elevador o coccigodi<strong>ni</strong>aademás de medidas co<strong>no</strong>cidas,como evitar el apoyo directo sobre la zonadolorida, los baños de asiento o el masajedigital, la infiltración en el área dolorosacon 40 mg de triamci<strong>no</strong>lona puede aliviarlas molestias (17). En la proctalgia fugaxcualquier tratamiento tiene su i<strong>ni</strong>cio de accióncuando el dolor ya ha cedido: el <strong>ni</strong>tritode amilo sublingual, el <strong>ni</strong>fedipi<strong>no</strong> o el salbutamolinhalado son fármacos que se hanutilizado con resultados irregulares en estacondición (1, 7).• En defi<strong>ni</strong>tiva, y parafraseando a Churchill,vemos que en lo referente a la etiología,patoge<strong>ni</strong>a y el tratamiento del DACItodo está rodeado de incóg<strong>ni</strong>tas, envueltoen misterios y dentro de e<strong>ni</strong>gmas.Bibliografía1. Swash, M. Chro<strong>ni</strong>c peri<strong>anal</strong> pain. En: Henry, M.,Swash, M. (Eds.). Coloproctology and the pelvic floor.Butterworths, London 1985; 388-392.2. Kamm, M.A., Hoyle, C.H.V., Burleigh, D.E. Hereditaryinternal <strong>anal</strong> sphincter myopathy causing proctalgiafugax and constipation. Gastroenterology1991; 100: 805-810.3. Celik, A.F., Katsinelos, P., Read, N.W. Hereditary proctalgiafugax: Report of a second family. Gut 1995;36: 581-584.4. Boisson, J., Debbasch, L., Bensaude, A. Les algiesa<strong>no</strong>rectales essentieles. Arch Fr Mal Appar Dig1966; 55: 3-24.5. Mag<strong>ni</strong>, G., Bertoli<strong>ni</strong>, C., Dodi, G. Douleur péri<strong>anal</strong>chro<strong>ni</strong>que: Considerations psycho pathologiquescharacteristiques. Psicopathologie 1986; 19: 170-174.6. Christiansen, J., Bruun, E., Skjoldbye, B. Chro<strong>ni</strong>c idiopathic<strong>anal</strong> pain: Analysis of ultraso<strong>no</strong>graphy, pathologyand treatment. Dis Colon Rectum 2001; 44:661-665.7. Eckardt, V.F., Dodt, O., Kanzler, G. y cols. A<strong>no</strong>rectalfunction and morphology in patients with sporadicproctalgia fugax. Dis Colon Rectum 1996; 39: 755-762.8. Grimaud, J.C., Bouvier, M., Naudy, B. y cols. Ma<strong>no</strong>metricand radiologic investigations and biofeedbacktreatment of chro<strong>ni</strong>c idiopathic <strong>anal</strong> pain. DisColon Rectum 1991; 34: 690-695.9. Neill, M.E., Swash, M. Chro<strong>ni</strong>c peri<strong>anal</strong> pain: An unsolvedproblem. J R Soc Med 1982; 75: 96-101.10. Christiansen, J. Chro<strong>ni</strong>c idiopathic <strong>anal</strong> pain. Eur JSurg 1998; 164: 83-88.11. Dodi, G., Bogo<strong>ni</strong>, F., Infanti<strong>no</strong>, A. y cols. Hot or coldin <strong>anal</strong> pain? Dis Colon Rectum 1986; 29: 248-251.-43-


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