12.07.2015 Views

Revista - Página/12

Revista - Página/12

Revista - Página/12

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Los cambios en laliteratura argentina25 AÑOSLa dictaduray el sigloPor Claudio ZeigerPI78Veinticinco años es un tiempo suficiente paramirar con los largavistas el panorama desde elpuente. Es una cifra rotunda, incuestionable y tiene el discretoencanto de que ya se puede hablar de “un cuarto desiglo”, como quien se toma un cuartito de pastilla, porejemplo, un ansiolítico. No es medio ni una pastilla entera.Pero algo es. De los 25 años que nos convocan (1987-20<strong>12</strong>) se debería hacer la salvedad de que corremos el riesgode adolecer de la enfermedad de la sábana: un pococorta o un poco larga. Es decir, si todavía se discute cuándoterminó el siglo XX, si en el último día de 1999 o diezaños antes, con la caída del Muro de Berlín, ¿cómo no discutircuándo se terminó lo que venía antes de ese cuartode siglo, cuándo comenzó lo nuevo, lo que aún persiste, apesar del vértigo que se le imprime al sentido de la nove-dad? Y además, no estamos hablando de la literatura mundial,sino de un recorte sudamericano y más recorte todavía,argentino. En cuyo caso, es inevitable señalar, sobre elrecorte general, el corte tajante de la dictadura militar ytodas sus secuelas, algo que se extendería un poco más alládel años 1983. Pero más allá de toda salvedad, prevencióny paraguas abierto, es cierto que este cuarto de siglo que,paradójicamente abarca dos, es un cuarto propio.Respiración artificial (Ricardo Piglia), Ultimos días de lavíctima (José Pablo Feinmann), Flores robadas en los jardinesde Quilmes (Jorge Asís), En otra parte (Rodolfo Rabanal),entre otros libros, habían marcado en el inicio de losaños ’80 un claro clima de transición hacia el futuro, apenasentrevisto, desde ya, novelas aún cifradas en muchosaspectos, diversas formas de atravesar la niebla, líneas defuga. Todas ellas tantean, más que un estilo, un modo dedecir, una búsqueda de cómo hablar bajo ciertas circunstanciastan subterráneas como sangrientas, desde adentroo desde el afuera, de la historia. Como avisa un título deAndrés Rivera, buscan “Una lectura de la historia”. A faltade novelas de dictadores, que no hubo. Y también, máscerradas sobre un clima propio, se pueden agregar Lasmuecas del miedo de Enrique Medina, por qué no.También La reina de las nieves de Elvio Gandolfo, encompañía de, por ejemplo, La luz argentina de César Aira,los primeros golpes a ciegas de la contundencia fogwilliana,el deslumbrante puñado de cuentos de Ejércitos imaginarios,predecesor de otro libro clave de entonces, Los pichiciegos,al filo de la guerra de Malvinas/fin de dictadura.(Desde ya este tipo de enumeraciones es el reino de la injusticia,porque no hay manera de incluirlo todo y porquela subjetividad se monta en el recorte, vayan las disculpas

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!