AFPa la integración del Acuerdo de Libre Comercio de lasAméricas (ALCA) que propuso Estados Unidos bajo elgobierno de Bush hijo. “Alca, al carajo”, dijo Chávez conhabitual desparpajo en las calles de la ciudad balnearia.Hubo alguna señal en sentido contrario. Durante el mandatode Tabaré Vázquez, Uruguay coqueteó con la posibilidadde firmar un Tratado de Libre Comercio con EstadosUnidos. El intento elevó la temperatura con sus socios delMercosur y reveló las dificultades en los procesos de integraciónentre economías de diferente tamaño. En 2008,doce países firmaban el tratado constitutivo de la UniónSuramericana de Naciones, un instrumento político nuevoa nivel regional. Unasur actuó como bloque efectivo frentea propósitos desestabilizadores del oriente bolivianocontra el gobierno de Evo y, más recientemente, contra unintento de golpe contra Rafael Correa en Ecuador.En general, las economías crecieron la última década.Eso permitió que hubiera inversión en lo social y reducciónde la pobreza en Venezuela, Ecuador, Brasil, Uruguayy Argentina. Hay países que hoy están fuera del eje progresista:México, Chile y Colombia. “México es grande a nivelregional. El Tratado de Libre Comercio de 1994 sancionóel bilateralismo y la dependencia estrecha. El 80 porciento de sus exportaciones van a Estados Unidos. México,que era productor de maíz, pasó a ser importador de alimentos”,afirma Kozel. Para el analista, uno de los retosde estos procesos es superar el paradigma extractivo, dejarde ser productores primarios y lograr responder al desafíode la inversión y la innovación tecnológica. “Si con estadécada de crecimiento y con las medidas que se implementanse va a poder responder al desafío de la innovacióntecnológica, que significa quebrar el círculo de subordinacióntecnológica. Aun si logramos eso, está el problemade la viabilidad de que toda la región alcance estándaresproductivos altos.”Hoy los gobiernos progresistas reabren debates sobre losrecursos estratégicos cruciales como la energía o el agua,algo que parecía clausurado en el pasado. Un pasado en elque Estados Unidos solía tener mucha mayor injerencia enla región. Hoy, varios países de América latina establecenuna relación más horizontal con el gigante del NorteUnasur actuó como bloque efectivofrente a propósitos desestabilizadores deloriente boliviano y contra un intento degolpe contra Correa en Ecuador.PI55
Los formidables cambios enel universo árabe musulmán25 AÑOSPI56Un nuevomundo quese abrePor Eduardo FebbroEn un cuarto de siglo, el mundo árabe musulmánconoció aceleraciones fulgurantes de lahistoria y retrocesos dramáticos, episodios de violencia,pactos de paz y guerras impensables. A pesar de las dosguerras del Golfo (1991 y 2003), de las dos guerras de Afganistán–la invasión soviética entre 1979 y 1989 y la invasiónoccidental de 2001–, la sangrienta guerra entreIrán e Irak (1980-1988), los atentados de Nueva York, lairrupción de Al Qaida y las revueltas árabes que a partirde 2001 sacaron del poder a cuatro protosaurios –el tunecinoBen Ali, el egipcio HosniMubarak, el libio MuammarKhadafi y el yemenita Ali Saleh–,los años que nos separande 1987 están empapados ydeterminados por el conflictoisraelo-palestino y los turbiosmanejos de las potencias occidentalesen esa región delmundo. Los 25 años transcurridosse abren con la explosiónde la primera Intifada enlos territorios palestinos, el 9de noviembre de 1987. La llamada“revolución de las piedras”estalló como una protestamasiva contra la ocupaciónisraelí hasta convertirse enuna de las protestas más vio-lentas y prolongadas de la historia moderna. Recién en1993, luego de la firma de los Acuerdos de Oslo entre elgobierno israelí de Yitzhak Rabin y Yasser Arafat, la “revoluciónde las piedras” entró en un remanso hasta su reactivación,en el año 2000.Los acuerdos de Oslo negociados en secreto entre israelíesy palestinos significaron un reconocimiento explícitode los derechos palestinos y la legitimización deArafat y de la OLP (Organización para la Liberación dePalestina) como interlocutores viables. El 13 de septiembrede 1993, Rabin, Arafat y el presidente norteamericanoBill Clinton firmaron en Washington una declaraciónde principios que puso en marcha un proceso negociador.Oslo desembocó en la modificación de la carta dela OLP, de donde se suprimieron los artículos que llamabana la desaparición de Israel, en el retorno de YasserArafat a Palestina (1994), y en la creación de la AutoridadPalestina. Lo que no se había conseguido en mediosiglo se obtuvo gracias a una negociación facilitada por lallegada al poder del laborista Yitzhak Rabin y las transformacionesde Arafat. Los acuerdos de Oslo son herederosde la primera guerra del Golfo consecutiva a la invasiónde Kuwait por parte de Irak. Oslo es una matriz. Eltrastorno de esa guerra, que vio a una armada multinacionalcompuesta por más de un millón de hombres atacarun país árabe, llevó al ex presidente norteamericanoGeorge Bush (padre) a impulsar un proceso de negociaciónmultilateral destinado a solucionar las crisis de MedioOriente. Pero cuando Occidente se mete, las armas ylas tergiversaciones nunca están lejos. Bush padre y susaliados desalojaron de Kuwait al difunto presidente iraquíSaddam Hussein, pero le dejaron el aparato militar yrepresivo en pie (la Guardia Republicana) para queaplastara la revuelta de los chiítas del sur que el mismoBush había llamado a levantarse para derrocar a Saddam.Las heridas de la prolongada guerra entre Irán e Irak aúnestaban abiertas. En septiembrede 1980, impulsado y ar-EFEmado por Occidente, Saddamatacó a Irán en plena revolucióndel imán Khomeini. Laguerra terminó en 1988 y dejóel tendal de un millón demuertos.Casi un año antes, en febrerode 1987, las tropas de lahoy extinguida Unión Soviéticase retiraron de Afganistán,vencidas por una alianzade mujaidines y terroristas respaldadapor Occidente. Afganistánes otra matriz: de allínace el islamismo radical tal ycomo lo conocemos hoy. Ensu voluntad de poner de rodi-