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Revista - Página/12

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Los nuevosderechos civiles25 AÑOSPI36Veinticincoaños, dossociedadesPor Andrés Osojnik¿Alguien puede imaginar hoy, mientras lapantalla emite de fondo a Tinelli, que algunavez un programa televisivo fue levantado porque incluyóuna encuesta callejera en la que el cronista consultabaa los transeúntes sobre la relación entre el tamañodel pene y el placer sexual femenino?Eso sucedió un tiempo antes de la salida de este diario.El programa, que abordaba aspectos vinculados a lasexualidad, no sólo fue levantado de Canal 7, sino quesu conductor no pudo renovar el contrato una vez vencido.El diario La Nación se hizo eco del escándalo...publicando un editorial en el que tildaba de pornógrafoal conductor desplazado: “¿Educación sexual o pornografía?”,llevaba por título.Era una sociedad que con su pacatería naïf vivía comogran conquista la sanción de la ley de divorciovincular. Y vaya si lo era. Ocurrió ocho días despuésde la salida de PáginaI<strong>12</strong>. El 3 de junio de 1987, elSenado convertía en ley la primera gran ampliaciónde los derechos civiles en la Argentina democrática.Una conquista que Alfonsín sí pudo cristalizar, en sintoníacon dos avances logrados poco tiempo antes: lapatria potestad compartida y la igualdad de hijos matrimonialeso extramatrimoniales. El divorcio llegódespués de una marcha que había congregado a unas50 mil personas en Plaza de Mayo, momento cúlminede la cruzada emprendida por la Iglesia y otros sectoresconservadores que pronosticaban la disolución de lasociedad argentina.Nada de eso ocurrió: luego del pico inicial de parejasque esperaron años por la posibilidad de regularizarsu situación, los divorcios entraron en una mesetamás o menos estable y el país no sucumbió a ningúncataclismo.Ese año el alfonsinismo entró en un declive quepreparó el terreno –hiperinflaciones mediante– parala consolidación del neoliberalismo en el país. Y enese marco, las preocupaciones sociales viraron a otrosejes. La batalla por los derechos individuales cedía ala urgencia de la creciente desigualdad o la desocupación.La policía tenía cheque en blanco para el disciplinamientosocial. Fueron los años del gatillo fácil exacerbado.Fueron los años de las razzias indiscriminadas: en1991 moría Walter Bulacio, víctima de la violenciauniformada. Ese mismo año, la Corte Suprema rechazabala posibilidad de que una organización que teníacomo objetivo la defensa de la diversidad sexual tuvierapersonería jurídica. La Comunidad Homosexual Argentinarecién la pudo obtener después de una campañade denuncia internacional.El estado de situación no se modificó con la llegadade la Alianza, a pesar del origen ideológico de buenaparte de sus componentes. Y la crisis de 2001 terminóde pulverizar cualquier intento de ampliación de derechosy libertades civiles, a pesar de la efervescenciaasamblearia que ganaba las calles.Fue la recuperación económica de la era kirchneristala que posibilitó volver a debatir sobre libertades y derechos.La recuperación económica y, por cierto, la decisiónpolítica. Pedro Zerolo, el artífice del matrimonioigualitario en España, explicaba en su momento que eltrabajo del colectivo de la diversidad sexual era fundamentalpara lograr esa conquista, pero que sin decisiónpolítica del Gobierno era imposible.Así se verificó también aquí: la historia de luchas delas organizaciones gays y lesbianas pudo coronar unaconquista histórica recién cuando recibió un apoyo firmedel Gobierno. Y aunque volvió a aparecer el discursosobre la debacle social usado para rechazar el divorcio(idéntico además al registrado <strong>12</strong>0 años antes,cuando se buscaba impedir que la inscripción de los casamientospasara de la Iglesia al Estado) ya no hubomultitudes en las calles. Contra la ley de matrimonioigualitario, el color naranja pudo reunir apenas a unospocos miles en la Plaza del Congreso.La posibilidad legal de que personas del mismo sexopuedan casarse es tal vez el cambio cultural de mayorimpacto, pero en definitiva uno más de una lista queya había arrancado antes.La implementación del Programa de Salud Sexual yProcreación Responsable fue un paso formidable parael reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos,principalmente de las mujeres, y el acceso direc-

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