10 JORGE GÓMEZ RENDÓN2) los caraques o esmeraldeños; 3) los colimas (actuales awa); 4) los serranos, que incluían alos cayapas (actuales chachis) y a los colorados (actuales tsáchi<strong>las</strong>); 5) los chonos o indios <strong>del</strong>Daule; 6) los malabas; y 7) los yumbos. En la misma línea, un trabajo más reci<strong>en</strong>te id<strong>en</strong>tificapara la costa norte <strong>del</strong> Ecuador (norte de Manabí y Esmeraldas) cerca de diez grupos étnicos 13(Palop, 1994: 140).En base al análisis de fu<strong>en</strong>tes arqueológicas, etnohistóricas y lingüísticas es posible elaborarun mapa etnolingüístico g<strong>en</strong>eral de la Costa ecuatoriana (ver Anexos, Mapa 1). Pero aún <strong>en</strong>tonces,nada nos asegura que a cada grupo corresponda una l<strong>en</strong>gua específica. De hecho, <strong>las</strong> primerasrelaciones geográficas de la costa ecuatoriana sugier<strong>en</strong> lo contrario. Así, la descripción anónimade la ciudad de Guayaquil <strong>en</strong> 1605 subraya la exist<strong>en</strong>cia de una gran variedad lingüística <strong>en</strong> ellitoral <strong>del</strong> Ecuador. A continuación transcribo los pasajes relevantes a la composición lingüísticaimperante <strong>en</strong> la Costa a finales <strong>del</strong> siglo dieciséis:“En cada pueblo [de indios <strong>del</strong> distrito de Guayaquil], y aun <strong>en</strong> algunos <strong>en</strong> cada parcialidad, hablanlos indios l<strong>en</strong>gua difer<strong>en</strong>te, propia y antigua de aquél lugar; no usan l<strong>en</strong>gua común <strong>en</strong>tre todos, ni la<strong>del</strong> inga, ni otra. La que sab<strong>en</strong> ya casi todos y corre <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, es la castellana”;“Los indios de esta tierra [distrito de Puerto Viejo] no conv<strong>en</strong>ían <strong>en</strong> una l<strong>en</strong>gua g<strong>en</strong>eral y común atodos: cada pueblo hablaba la suya difer<strong>en</strong>te, lo cual era causa de discordia y guerras <strong>en</strong>tre ellos: losindios marítimos se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> todos <strong>en</strong>tre sí, aunque la l<strong>en</strong>gua que usan no es… (Ilegible). Díceseque conocían y distinguían los días de la semana con nombres particulares, y que t<strong>en</strong>ían al domingopor el más solemne, y le llamaban tepipichinche, y que a sus hijos ponían nombre <strong>del</strong> día <strong>en</strong> qu<strong>en</strong>acían”;“Las l<strong>en</strong>guas propias y antiguas de los moradores de este lugar [Charapoto] son diversas: losantiguos naturales hablan la suya; los de Tusagua, Conchipa y Toal otra, y los de Pasao no ti<strong>en</strong><strong>en</strong>l<strong>en</strong>gua común sino es la castellana”;“T<strong>en</strong>ían estos 4 pueblos [Jaramijó, Camillos, Cama, Manta] l<strong>en</strong>gua propia y común a ellos”;“Sab<strong>en</strong> la l<strong>en</strong>gua castellana <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral todos los indios de este lugar [Picuaza], y algunos cantandiestram<strong>en</strong>te canto de órgano, pero solos dos dic<strong>en</strong> que había que supies<strong>en</strong> leer, el cacique yotro”;“T<strong>en</strong>ían diversas l<strong>en</strong>guas [los de Jipijapa], cada parcialidad la suya: ahora hablan todos una que haprevalecido, y más comúnm<strong>en</strong>te hablan la castellana” (Anónimo, 1994: 18, 33, 43, 44, 46, 48).Tres observaciones cab<strong>en</strong> respecto a los pasajes anteriores. La primera y más evid<strong>en</strong>te, es elavanzando proceso de castellanización de ciertas poblaciones (<strong>las</strong> <strong>del</strong> distrito de Guayaquil <strong>en</strong>g<strong>en</strong>eral, y <strong>las</strong> de Jipijapa y Picuaza <strong>en</strong> el distrito de Portoviejo), proceso que <strong>en</strong> algunos casosconcluyó con la desaparición de la l<strong>en</strong>gua nativa (por ejemplo, <strong>en</strong> la población de Pasao, y ajuzgar por el uso de ‘t<strong>en</strong>ían’, también <strong>en</strong> los pueblos de Jaramijó, Camillos, Cama y Manta). Lasegunda es la diversidad de l<strong>en</strong>guas d<strong>en</strong>tro de una misma zona (<strong>las</strong> l<strong>en</strong>guas de los distritos deGuayaquil y Portoviejo <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, y más específicam<strong>en</strong>te <strong>las</strong> de <strong>las</strong> parcialidades de Charapoto,Tusagua, Conchipa y Toal, reducidas <strong>en</strong> el pueblo de Manta, así como <strong>las</strong> l<strong>en</strong>guas de <strong>las</strong> ochoparcialidades de Jipijapa). La tercera, finalm<strong>en</strong>te, es la exist<strong>en</strong>cia de una comunión lingüística<strong>en</strong>tre varias parcialidades, bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> su orig<strong>en</strong>, bi<strong>en</strong> como resultado <strong>del</strong> contacto lingüístico: <strong>en</strong> elprimer caso, <strong>en</strong>tre los “indios marítimos”, que se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> todos <strong>en</strong>tre sí; <strong>en</strong> el segundo caso,13 Sin contar dos – los Barbacoas y Sindaguas – que habrían ocupado el extremo meridional de la costa pacífica de laactual república <strong>del</strong> Colombia.
DESLINDES LINGÜÍSTICOS EN LAS TIERRAS BAJAS DEL PACÍFICO ECUATORIANO11<strong>en</strong>tre <strong>las</strong> parcialidades de Jipijapa, donde para <strong>en</strong>tonces había prevalecido una de <strong>las</strong> l<strong>en</strong>guassobre <strong>las</strong> demás, la cual era hablada conjuntam<strong>en</strong>te con el castellano.Confirma la temprana castellanización de la costa el que ninguna de <strong>las</strong> tres relacionesgeográficas de la provincia de Guayaquil de que disponemos para el siglo dieciocho – Montúfar yFraso (1754), Anónimo (1772), Requ<strong>en</strong>a (1774) – m<strong>en</strong>cione una l<strong>en</strong>gua hablada por los indíg<strong>en</strong>asque no sea el castellano. En realidad la única excepción es la m<strong>en</strong>ción que hace Requ<strong>en</strong>a <strong>del</strong>os habitantes de los pueblos de la Canoa y Tosagua, “[que] son zambos de indios y usan undialecto particular difer<strong>en</strong>te <strong>del</strong> inca; según <strong>las</strong> noticias que ellos mismos han conservado de susantepasados, parece que naufragó <strong>en</strong> esta costa una embarcación con negros bozales, los que semezclaron con <strong>las</strong> mujeres <strong>del</strong> país y de este modo formaron un idioma particular, muy extraño<strong>del</strong> que se habla <strong>en</strong> el Perú” (Requ<strong>en</strong>a, 1992 [1774]: 586). La l<strong>en</strong>gua a la que se refiere Requ<strong>en</strong>ano puede ser otra que el esmeraldeño, l<strong>en</strong>gua que Stev<strong>en</strong>son <strong>en</strong>contró <strong>en</strong> Esmeraldas, Río Verdey Atacames hacia 1808 y <strong>del</strong> cual J. M. Pallares recogió para Teodoro Wolf un vocabulario yglosas <strong>en</strong>tre sus últimos hablantes hacia la década de 1870. Según Newson (1995), los zambosde Illescas se habrían as<strong>en</strong>tado no sólo alrededor de la Bahía de San Mateo al norte, sino también<strong>en</strong> la región que se exti<strong>en</strong>de hasta Coaque y Cabo Pasao, como resultado de su expansión haciael sur y de la fundación y reubicación de reducciones por parte de los misioneros mercedarios<strong>en</strong> el siglo diecisiete.Es muy probable que muchas de <strong>las</strong> l<strong>en</strong>guas de <strong>las</strong> que habla el autor anónimo de la relaciónde 1605 no fueran más que dialectos de una sola, con difer<strong>en</strong>tes grados de inteligibilidad, peroque a oídos <strong>del</strong> relator resultas<strong>en</strong> l<strong>en</strong>guas distintas. Tal sería el caso de <strong>las</strong> l<strong>en</strong>guas habladas<strong>en</strong> <strong>las</strong> ocho parcialidades de Jipijapa, que al cabo de algunos años se redujeron a una, bi<strong>en</strong> pornivelación dialectal (dialect leveling), bi<strong>en</strong> por el predominio de un dialecto sobre los demás acu<strong>en</strong>ta de su mayor número de hablantes o de su mayor prestigio. De hecho, lo más probable esque <strong>en</strong> este caso se produjera una nivelación dialectal, <strong>en</strong> razón de haber sido congregados losindios de <strong>las</strong> ocho parcialidades <strong>en</strong> una sola reducción (San Lor<strong>en</strong>zo de Jipijapa).En g<strong>en</strong>eral, la situación lingüística antes y después de la conquista debió haber sido máscomplicada de lo que sugiere Jijón, para qui<strong>en</strong> todas <strong>las</strong> hab<strong>las</strong> de la Costa desde la desembocadura<strong>del</strong> Mira se reducirían <strong>en</strong> una sola l<strong>en</strong>gua, la que él llama “manabita, dividida <strong>en</strong> muchos dialectos”(Jijón y Caamaño, 1943: III-99). Jijón transcribe como sust<strong>en</strong>to de su afirmación varias citas decronistas como Oviedo o Cieza de León, <strong>en</strong> <strong>las</strong> cuales resalta un conjunto de rasgos de la culturamaterial e inmaterial de todos los indios de la Costa. Esta comunión de rasgos culturales, sinembargo, es para nosotros más el reflejo de la pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia a un área cultural compartida – el áreasept<strong>en</strong>trional andina occid<strong>en</strong>tal – que la exist<strong>en</strong>cia de una homog<strong>en</strong>eidad lingüística. El hechode que existieron y exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> la provincia de Esmeraldas l<strong>en</strong>guas g<strong>en</strong>éticam<strong>en</strong>te distintas nosadvierte contra cualquier g<strong>en</strong>eralización apresurada. En otras palabras, si la diversidad lingüísticaera considerable <strong>en</strong> la costa norte <strong>del</strong> Ecuador, la costa c<strong>en</strong>tro-sur no ti<strong>en</strong>e por qué haber sidola excepción. Creemos que <strong>las</strong> palabras de Jijón, con todo lo probable que resultan a partir <strong>del</strong>análisis de <strong>las</strong> fu<strong>en</strong>tes, deb<strong>en</strong> ser matizadas tomando <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta siempre como criterio básico oregla práctica que a una cultura no necesariam<strong>en</strong>te corresponde una l<strong>en</strong>gua específica, o bi<strong>en</strong>,que no existe una relación de equival<strong>en</strong>cia perfecta <strong>en</strong>tre l<strong>en</strong>gua y cultura. Recordemos unaspalabras que pese a haber sido escritas hace nov<strong>en</strong>ta años no dejan de t<strong>en</strong>er absoluta vig<strong>en</strong>ciapara el análisis de <strong>las</strong> culturas y de <strong>las</strong> l<strong>en</strong>guas. Al hablar sobre la relación es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te inestabley ambigua <strong>en</strong>tre raza, l<strong>en</strong>gua y cultura, Sapir insiste <strong>en</strong> que,“los accid<strong>en</strong>tes de la historia están reord<strong>en</strong>ando constantem<strong>en</strong>te <strong>las</strong> fronteras de <strong>las</strong> áreas culturalessin que borr<strong>en</strong> necesariam<strong>en</strong>te <strong>las</strong> divisiones exist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong>tre <strong>las</strong> l<strong>en</strong>guas” (Sapir 1921).En los años que siguieron a la conquista, la dinámica demográfica de la Costa se vioconvulsionada de maneras insospechadas. Los procesos de reagrupación de sectores de unamisma población o incluso de difer<strong>en</strong>tes poblaciones a través de reducciones, motivaron una