revista en pdf - Diputación de Salamanca

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Revista turística de Salamancano.13 Otoño 2010 - Invierno 2011editaDiputación de SalamancaDpto. de TurismoC/ Felipe Espino, 137002 SalamancaTlf.: 923 293 100turismo@lasalina.escoordinaciónJosé L. CregocolaboradoresJosé M. Ferreira Cunquero, SantiagoJuanes, Luis Miguel Mata, JustinoSanchón, Raúl de Tapia, José Luis Yuste.fotografíasEloy Díaz, Roberto García, FranciscoMartín, Luis M. Mata, Santiago Santos,Vicente Sierra Puparelli, José Vicente.diseño y maquetaciónAlter BiimprimeGráficas LopeportadaEmbalse de Santa Teresa con la sierra de Béjaral fondo (Fotografía: Francisco Martín).La Diputación de Salamanca no se haceresponsable de la opinión de los colaboradores.Queda prohibido reproducir total o parcialmenteel contenido de la publicación sin autorizaciónexpresa del editor.Ejemplar gratuito. Prohibida su venta.Depósito Legal: S. 51-2004www.lasalina.es/turismoVilvestre,exuberancia en Las Arribes (pg.04)Es allí la primavera calma paz en el apego…más que belleza es Vilvestreperla bañada en el Duero.Sierra de Béjar y Candelarioel paisaje que talló el hielo (pg.08)Cuentan los geólogos que un gran bloque de hielo cubría por completola cuerda del Calvitero, creando con su presión los valles glaciares.Serradilla, un arroyo de pasión (pg.12)Cada Viernes Santo, desde hace ya más de cinco lustros, esta localidaddel Campo de Agadones vive una a una las escenas más trágicas de laSemana Santa.Siega Verde la vida hace 18.000 años (pg.16)En el suroeste salmantino, el mayor enclave de grabados paleolíticosde toda España ha sido reconocido recientemente por la UNESCOPatrimonio de la Humanidad.El embalse de Santa Teresa,un oasis en la tierra de Alba (pg.20)El río Tormes, apenas ha descendido de la sierra de Gredos, se abre pasoen una zona llana y despejada, hasta llegar a este recoleto mar interior.El garbanzo de Pedrosilloun tesoro de La Armuña (pg.25)La Armuña, comarca cerealista por excelencia, ha encontrado en lalenteja y recientemente en el garbanzo de Pedrosillo sus marcas decalidad gastronómica.Hornos, corrales, palomares... (pg.30)Arquitectura complementaria, construcciones que resultanespecialmente valiosas para entender las singularidades de laarquitectura tradicional salmantina.

Vilvestreexuberancia enLas Arribes* Por J. M. Ferreira Cunquero. Fotografía: Vicente S. Puparelli4

Una vez esclarecidas las coordenadasde esta helmánticaciudad que palpita con su-Y ya, cuando los foráneos visitantes danfe de esta fortuna que bendice el terruñosalmantino, me embarco en el emo-en Vilvestre y su espectacular entorno.Pueblo de gentes que, en la tarea comúnde lo nuestro, guardan con cierto privi-EN PRIMERA PERSONAsurros de piedra su historia, me reservocionante acontecimiento natural quelegio la mesura ribereña; heredad dima-el placer de mostrar los tesoros que, enacaece al noroeste de nuestra geografía.nante de una historia que induce a in-nuestra provincia, por sus contrastes, lo-El parque natural de Las Arribes delquirir seductoras conjeturas o exotéricosgran seducir a los amigos viajeros que seDuero es una exposición exuberante devaticinios que vienen desde siempre ani-dejan guiar por este enamorado de unala naturaleza; hábitat de ensueño, quedando en la memoria. Así emerge nues-tierra que es única para vivir momentosinculca en las honduras más exigentestra pertenencia ancestral a las raíces que,intensamente irrepetibles.la imperiosa necesidad de predecir otrosregadas por los años, germinan comoencuentros. Encuentros con la voz delfruto de verdad el valor de la leyenda.Así recorremos la planicie, que en Laagua, que serpentea por los cañonesArmuña acoge los densos trigos quegraníticos o por el manso curso que pro-El taller neolítico, que tanto afama a Vil-bajo el cielo danzan, o el asombrosopaga el milagro perdurable del verdor,vestre, es ejemplo de ese rico valor queespectáculo de las sierras salmantinasmatiz del óleo magistral de la ribera.despierta el rasgo contradictorio entredonde, cual venas de emoción, transitanquienes han estudiado este interesantelos senderos naturales sus quebradas.PERLA DEL DUERO. Reconociendolugar, que nos cita con nosotros mismosTierra de matices costumbristas, queque Las Arribes merecen una dedica-en el albor de otra era. Aunque es im-invocan con temblor ancestral nuestración exhaustiva para descubrir la ricaposible evitar que la imaginación ypresencia; sombras del tiempo, recosta-variedad de sus múltiples atractivos, milos apegos despierten el matizdas al atardecer bajo los viejos encinaresparticular pertenencia a un atardecermisterioso del cerro de Vil-que en el Campo Charro firman coninolvidable me vincula a los encantosvestre, es tentador in-cierto orgullo su regia estampa.únicos y extraordinarios que se unificanclinarse por

Página anterior: almendro en flor sobre el río Duero.Abajo: calle Grande y rollo jurisdiccional.VilvestreVitigudinoel carácter costumbrista que marca ennuestros orígenes lo que somos.La iglesia de Nuestra Señora de la Concepción,cual vigía del pueblo ribereño,alza con bella naturalidad su uniformeequilibrio, propio del renacimiento, sugiriéndonosen sus atrayentes huellas delgótico tardío el deleite que nos aguardaen su interior.quienes afirman, que más que taller paraafilar armas, aquel rincón enigmático fuesantuario rupestre de cierta relevanciaen la prehistoria. La implantación delcristianismo apaga más tarde los ecos paganos,erigiéndose en sus inmediacionesla ermita, donde la Señora de Vilvestrees agasajada con celo por sus entusiastasdevotos. A la Virgen del Castillo nuncale falta la luz que mantiene viva la llamade un pueblo como auténtica virtud desu arraigo.Más allá de estas insinuaciones que despiertannuestra tendencia a rendirnosante esta fascinadora incitación, hemosde recorrer sus calles para gozar de lascasas añejas que realzan como auténticostesoros la arquitectura peculiar dela comarca. Fachadas góticas,balcones con originales rejerías,ménsulas que sostienencon vigor tradicional el recuerdoy la ausencia…Recordando los pelourinhos portuguesesde estilo gótico manuelino,el Rollo de Vilvestre erigesu cruz sencilla sobre un pilarprofusamente decorado conformas y detalles, que puedenhacernos sentir, evocando otrotiempo, el inconfundible pálpitode la sorpresa emocionante.Podemos saborear esehalo intransferible, que habitalos rincones de los pueblosque han sabido mantenerY ya cuando los amigos viajeros creenque, en El Castillo que domina los contornos,es posible que mengüe la aventura,es cuando la fascinación alcanzasu cenit. En los aledaños de la ermitade la Virgen del Castillo, los miradoresnos incrustan en el espectáculomontañoso que es atravesado en susentrañas por el Duero. Río o Rayaque, en complicidad, aúna horizontescon la hermana tierra lusa paraexteriorizar el abrazo común, que en...balcones conoriginales rejerías,ménsulas quesostienen el recuerdoy la ausencia6

Vista parcial de Vilvestre durante lafloración del almendro. Abajo: paraje deLa Barca y embarcadero junto al Duero.Las Arribes se extiende con contundentehermosura por el circo rocoso.La pendiente espectacular que nos llevahasta La Barca discurre entre la vegetaciónsilvestre, propia del microclimaque acentúa los contrastes, mientras seenmarca Peño Durón en el decoradonatural que germina emocionantes perspectivasde ensueño. Allí simula ser el ríocastellano inmensa laguna, que irrumpemisteriosa del vientre de la montaña,donde el viento escultor ha tallado en lapiel de granito la forma.En barco podemos seguir el curso hastael embarcadero de la Congida, cercade la presa hidroeléctrica de Saucelle, onavegar río arriba hacia el mirador de laCode, mientras disfrutamos entre otrascosas de las grandes rapaces, que ebriasde altura preñan de libertad el cielo, o delas caprichosas geometrías que ha modeladocon paciente fortuna el pulso firmedel natural prodigio.Y al regreso, cuando ya hemos captadola mágica insinuación de aquel paisaje,podemos acercarnos a monte Gudín,o al molino de la Luisa donde, a travésde un contraluz, es posible observar concierta melancolía los entresijos artesanalesde la molienda.No podemos irnos sin degustar, acompañadodel excelente vino de la zona, elque es uno de los quesos de oveja más selectosque se elaboran en nuestra provincia.Después, el poso hechicero de LasArribes nos hará tornar a su embrujoy, en el cálido hospedaje que nos ofreceVilvestre, podemos descubrir, ya sin prisa,en el reencuentro, la impresionantevariedad de sus rutas y atalayas.Es allí la primaveracalma paz en el apego,matiz hondo que en sosiegopreña de amor la Ribera.La hermosura es a su veradel aire cincel arrieroque ha tallado con esmerola huella en su piel rupestre.Más que belleza es Vilvestreperla bañada en el Duero.José Manuel Ferreira Cunquero,escritor. Tiene publicados seis libros de poemasy varios inéditos,dos de ellos finalistasen el Premio Internacionalde Poesía MísticaFernando Rielo.Ha sido columnistade los diarios ABC deCastilla y León, Tribunade Salamanca yEl Adelanto. Su poesía ha sido publicada endiversas revistas y libros entre los que cabendestacar los de La Fiesta del Soneto yOperación Plus Ultra, publicadospor el Ateneo de Sevilla.

Sierra de Béjar y Candelariohieloque talló elel paisajePAISAJES* Por Raúl de Tapia, Fundación Tormes –EB. Fotografía: Eloy DíazLa nieve simplifica el paisaje.Borra las aristas, dulcifica losriscos e iguala los colores. Uncómodo silencio se instala a su paso, dandola vuelta al interior de las montañaspara sacar a la luz su alma limpia y clara.Tras la nevada, bosques y matorrales, pinosy robles se hermanan conformandouna escena gélida, de reminiscencias atávicas:la huella de los glaciares conquistacada invierno sus cimas y valles.La extravagancia de lasmontañas. Junto a las meseteñasdehesas el suelo se levanta hace millonesde años para exponer al viento losviejos granitos. Las pujanzas glaciaresdomaron con la terquedad del tiempolas formas abruptas, dejando el inconfundiblerastro de su presencia. Cuentanlos geólogos que un gran bloque de hielocubría por completo la cuerda del Calviteroasí como sus faldas, formando unadesproporcionada y congelada montera.Su presión sobre la cumbre modeló el inmensotrapecio que ahora vemos cuandonos asomamos a la cara sur de la sierra.La gran mole se derramaba y descendíacreando los valles glaciares que enriquecende matices vitales a la sierra.Recorrer sus canchales y gargantas seconvierte en un regreso a otro tiempo,cuando la montaña estaba candada porun blanco primigenio. La herencia deese coloso es la postal que ahora ejercede fondo escénico para las villas de Béjary Candelario.9

Hoya Mayor se ofrece alviajero desde el Travieso.Para ser conscientes de la magnitud de lasfuerzas de la Naturaleza hemos de pasearpor el fondo de los valles glaciares. Junto ala carretera que asciende desde Candelarioa la llamada Segunda Plataforma, enla última curva, un sendero nos acercaráhasta este impresionante vacío, otrora colmatadode hielo. En invierno el paseo sehace entretenido, adivinando los hitos depiedras que despuntan sobre los piornos.Estos arbustos se almohadillan redondeandolas lomas, en una lograda estrategiaque les protege de las bajas temperaturas.La nieve en su descenso, se colocasobre sus ramas tupidas y las escasas hojas,dando forma a una manta continua.Debajo de ella la vida sigue, la vegetaciónsobrevive y a su abrigo una riqueza zoológicaque en ocasiones delata su presenciapor las huellas de sus tránsitos.Si bajamos un poco por este embudo rocoso,hasta donde sus arroyos se entrelazany los saltos de agua se quedan detenidospor viento helado, nos hallaremos enun anfiteatro pétreo. Una cantata de gor-goteos y agudos soplidos será interpretada,bajo una sensación de soledad, deplácida tranquilidad. El silencio del fríose rompe con el deshielo, cuando resquebrajarsey fundirse cumple su función dehidratar a los bosques postreros. Es unlugar para callarse, escuchar y dar paro ala admiración y al embelesamiento.Ascendiendo unas decenas de metros,por el sendero que nos lleva hasta lacima, cambiaremos de enfoque. De losmuros graníticos que nos cubren comouna empalizada, abrimos la visión a kilómetrosde llano y sierras desde la cuerdadel Calvitero. Hacia el sur las tierrascharras, con las sierra de las Quilamas,de Francia y de Gata cerrando el paisaje.Hacia el norte las cumbres abulenses,con el Valle de Trampal a nuestros pies,excepcional ejemplo de lagunas glaciares.Un paseo junto a sus azulados yacuosos cristales nos provocará una sensaciónde humildad ante la inmensidadnatural. Aquí tenemos la visión del ÁguilaReal, la panorámica de un solapamientode montañas que forman partede las estribaciones del Sistema Central.BéjarCandelarioLas brumas boscosas gateanpor la Garganta del Oso. Peroestas montañas, en su heterogeneidad,nos brindan otra propuesta cargada dela melancolía del otoño y del invierno.Saliendo de la villa chacinera, buscandola carretera de Navacarros pasaremosun puente junto a un añejo molino. Elcamino que surge a nuestra izquierdanos adentra en otro valle, más angosto,donde emboscarnos de robles y pinos.La vegetación se humedece con las nieblasque allí rezuman, generando unaatmósfera norteña. Pequeños prados,construcciones antiguas y la sonata delbosque de fondo.10

Aquí los pinares del lugar tienen su propialuz, su identidad musical y la perpendicularidadcomo identidad estética.Un detalle que no olvidaremos es la impregnaciónolfativa, esa esencia dulzonay curativa de la resina. Aún con nieve,el pino silvestre muestra su personalidad,acogiendo en su interior a las pequeñas ysonoras aves forestales que se nutren desu patrimonio vivo. Al acabar este pinarque ensombrece el camino, el Arroyo delOso sale al paso y nos encamina hacia elRisco del Águila. El perfil de estos granitosda nombre a una escultura espontáneatallada para perdurar. De nuevo lamontaña se muestra en su desnudez yesplendor. Si alcanzamos la cima tendremosa mano La Covatilla y un enfoquedistinto con la mirada puesta al este.Y en Hoya Moros, la herenciadel glaciarismo másdiáfano. Por último nos trasladamosa poniente. Hacia el oeste de Candelarioseguimos la carretera que serpenteabuscando la Presa de Fuensanta. Juntoal Puente de los Avellanares abandonaremosel coche, para adentrarnos en unapista forestal enmarcada de robles. Jóvenesy centenarios rebollos nos acompañanen la ascensión, por una floresta con labiodiversidad a flor de piel. Si el nombredel puente ya nos cuenta parte de la vegetaciónagazapada en el río, tejos, abedulesy acebos completan la lista de un prolongadoconteo de especies botánicas. Es elparaíso de los frutos silvestres, algunos deellos aguantan bien las nieves, suponiendolos escasos y necesarios aportes para lasupervivencia de numerosos vertebrados.Tras una cansada andadura, los piornosnos vuelven a salir al paso, y el amplio vallese estrecha. Cuando las praderas dominenel entorno y un trenzado de arroyosllanee en derredor, un circo glaciar noshabrá atrapado. De nuevo el sosiego, denuevo la intimidad, una vez más la humildadfrente a la grandeza de lo percibido.Sólo quien ha descansado tras el esfuerzojunto a los picos y agujas del lugar, conoceesta sensación…Hoya Moros es una lección deglaciarismo, donde todos loselementos que ayudan a explicarlo que sucedió hace millonesaños se dan cita. Hielos,fríos, altura, vientos y granitosson engarzados en el reloj geológicopara devolvernos esteexclusivo Patrimonio.Un gran bloquede hielo cubrió porcompleto la cuerda delCalvitero, formando unadesproporcionada monteraPáginas 8 y 9: Agujas de Hoyamoros. Páginaanterior: la dehesa de Candelario y el circode Hoya Moros, desde Peña Negra. En estapágina: el río Cuerpo de Hombre en HoyaCuevas, y camino del Paso del Diablo.11

Serradilla,un arroyo depasión* Por José Luis Yuste. Fotografía: José Vicente12

De las dos Serradillas que acogeel mapa provincial de Salamanca,una de ellas, la delArroyo, bien podría decirse que se transformaen Jerusalén por un día. CadaViernes Santo, desde hace ya más decinco lustros, esta localidad del Campode Agadones vive una a una las escenasque desembocan en el punto más trágicode la Semana Santa, poniendo en ello lapasión propia de quien defiende algo queha alumbrado, moldeado y alimentadocon mimo al paso del tiempo.En esta fecha, el municipio se transformaplenamente. Sus calles acogen a losvisitantes que acuden al reclamo de unaPasión viviente que no ha necesitadode novedosas técnicas demarketing para encontrarungran ecoaquende y allende nuestras fronterasprovinciales. El boca a boca, con énfasisen el realismo y la fuerza que los vecinosimprimen a la representación, hasido el principal vehículo de transmisiónde lo que este municipio, enclavado enla comarca de Ciudad Rodrigo e integrantedel Parque Natural Sierra de LasBatuecas-Sierra de Francia, vive profundamentecada Semana Santa.Si el viajero llega desde la amuralladaMiróbriga tendrá que saludar a su pasoal monasterio de la Caridad, cuyo platerescoretablo es, desde que lo adquiriesehace dos siglos y medio, el que luce en laiglesia parroquial de Serradilla del Arroyo.A espaldas de Ciudad Rodrigo, el visitantecomienza a verse mecido por unondulado paisaje, evidente preludio deotros más abruptos, como el de la Hastiala-aquí, con h aspirada hasta casi convertirseen j- o la Peña de Francia.Por el Paso de los Lobos, sin necesidad deencaramarse al santuario que cobija a lavirgen morena, también seaccede a Serradilla del Arroyo, si se pretendenestampas escarpadas tamizadaspor los tonos que en cada estación presentanrobles y castaños, jaras y quejigos. Asimismo,se llega bordeando la famosa Peñaen la que el francés Simón Rolan, SimónVela –“Simón, vela y no duermas…”– encontróla imagen que allí se venera, por lacarretera que pasa por El Maillo y acercaa la Casa Baja, monasterio que los dominicosque vivían arriba, en el risco, utilizabandurante los crudos inviernos.Con frío, que ya sabemos como se las gastael tiempo en esta Salamanca nuestra,ha llegado a celebrarse la Pasión. Incluso,como en la edición de 2009, con nieve.Pero la meteorología adversa no arredraa los serradillejos en su entrega a la representaciónni hace decrecer la expectaciónde los visitantes. Cuando manda el buentiempo, pueden congregarse hasta tresmillares que siguen atentamente el desarrollode cada una de las escenas, contextos basados en el relato evangélico deSan Juan, y acompañan a los diferentesescenarios en que se desarrollan.13

Crucifixión en el paraje conocido comoTeso Santo. Abajo: Tras ser despojadode las vestiduras, el Nazareno subehacia el promontorio.Ciudad RodrigoSerradilladel ArroyoEl lugar conocido como La Fábrica acogela entrada en Jerusalén y, a continuación,el atrio de la iglesia, como si de un trípticose tratase, muestra la última cena, ellavatorio de pies a los apóstoles, la oracióndel huerto y el prendimiento, las tresnegaciones de Pedro, las comparecenciasante el sanedrín y Pilatos, el lavatorio, losazotes en la columna, el arrepentimientode Judas que lanza las treinta monedas…Hasta que, con la cruz a cuestas, Jesússe encamina por las calles de este rincónsalmantino hacia el Gólgota, que aquí esel Teso Santo, conocido por tal no pordenominación reciente y vinculada a estacelebración, sino desde antaño por ser elalto elegido para, cada 3 de mayo, cumplirel rito de la bendición de campos.blo y por los misterios de esta Pasión, hablande Las Cruces cuando retroceden en eltiempo. Rememoran el Vía Crucis conel Manso Cordero –la imagen del Nazareno–y los cánticos de las mujeres en cadauna de las estaciones. También, cómooriginalmente el primer lugar de la es-cenificación fue el interior de la iglesia ycómo a medida que se introducen los diálogos,allá por los albores de la década delos noventa, se amplían luego y, a la par,según va registrando un mayor númerode asistentes, se opta por ubicarla en espaciosexteriores. Igual que sucedió conSe recuerda en el lugar cuando “era unaescenificación sin diálogos” y tanto JuanCarlos Iglesias –Jesús de Nazaret cadaViernes Santo desde 2002– como ElíasMartín –centurión de la Legión romana–,que nos guían por los recovecos del pue-14

Se promueve su declaracióncomo Fiesta de InterésTurístico RegionalRepresentación ante el atrio de la iglesia parroquial, y escenificación de la entrada en Jerusalén.el teatro popular medieval, pero, quedaclaro, por motivos bien distintos a los queobligó a aquel a abandonar los templos.No descartan la introducción en el futurode nuevas escenas, aunque reconocen queno es fácil cuando los actores son los propiosvecinos y algunos de ellos no vivenhabitualmente en el pueblo. Ahora, a lasya citadas que se desarrollan en el atriode la iglesia parroquial, se unen las quejalonan el camino del Calvario: las trescaídas; el encuentro de Jesús con su Madre,que acoge la Plaza de la Constitución;la llamada al Cirineo que, dedicadoa las tareas agrícolas con su borrico,se encuentra al otro lado del arroyo quecomparte nombre con el pueblo y en elque metros más adelante lavan las mujeres,entre las que se encuentra la Verónica.Cruza ésta el regato y limpia el rostroensangrentado, que, ante su asombro,queda impreso en el pañuelo.Los actores, embebidos en su papel,ajenos a lo que les rodea, transmiten talsentimiento que la teatralización alcanzagrado sumo de realismo. Los espectadores,comitiva permanente, lo detectan;perciben y reciben esa fuerza. “A la gentele llega”, confiesa convencido Juan Carlos,heredero de José, Ricardo y Víctoren el papel de Jesús. “No es teatro, es unavivencia. No es que digas: tengo que escenificaresto. No. Es algo que llevas dentro, que lo vives”.Y así, no es difícil que brote la lágrima.Él ha sido testigo. “Ha habido gente que, alacabar, se ha acercado a mí y, a la par que me dabanlas gracias, reconocían haberse emocionado”.Conmoción con los diálogos, con la recreaciónde esas estampas ya citadas ocon las que completan la dramatización:antes de la tercera caída, el llanto desgarradode las plañideras o, después, elgesto de Cristo al pasar ante el cuerpodel traidor Judas que cuelga de un árbol.De inmediato se llega a la ermita, dondeel Mesías es despojado de sus vestidurasantes de ser crucificado entre los dosladrones, de recibir vinagre en vez deagua, de sufrir con el llanto de su Madre;de, como está escrito, encomendarsu espíritu.En el altozano que domina el pueblo, conel monte Hormazal en el horizonte comotestigo, finaliza la función, cada año seguidapor un mayor número de personasque han conocido de su existencia y,movidas por la curiosidad o por algún detipo de sentimiento enraizado en la espiritualidad,quieren sumarse a ella.15

Siega VerdeLa vida hace 18.000 años* Por Luis M. Mata. Fotografía: Francisco MartínCae la tarde, los últimos rayosde sol enrojecen las escasasrocas que en el horizontedestacan sobresaliendo de una homogéneapenillanura. Un río serpentea tranquilopor un gran vado de suaves laderasy se hace presuroso al adentrarse por unpróximo paso angosto, encajándose entrealtas paredes rocosas, en un escenarioagreste. Nuestros ojos disfrutan de estavisión y se detienen momentáneamenteal vislumbrar en la lejanía un leve movimiento,unas vagas figuras humanas,toscamente vestidas, que se arrastran yse ocultan tras las rocas. Sus movimientospausados y cautelosos denotan queesperan y acechan algo.De repente, un numeroso grupo de ciervosabandona la espesura y se dirigeconfiado a abrevar en la corriente fluvial.Un gran macho preside el grupo dehembras y de cervatos, moviéndose sinninguna preocupación. Apenas sus cabezasse inclinan y sus lenguas tocan elagua los hombres saltan impetuosos desdesus posiciones y comienzan a corrertras los cérvidos, arrojando sus lanzas ysus flechas con puntas de sílex hasta alcanzara dos ejemplares adultos.La escena ha durado muy poco, su brevedadconcluye con sendos cuerposinertes asaeteados y ensangrentados ycon una sonora danza de júbilo de loscazadores. La jornada de caza ha sidoun éxito y la tribu podrá disfrutar de unamerecida cena y de varios días de sosiego.Esta sería la ancestral visión cotidianaque podríamos contemplar hace unos18.000 años, a finales del periodo PaleolíticoSuperior, cuando los antiguospobladores de estas tierras del occidentepeninsular solían aprovechar el vadonatural del río Águeda a su paso por losterritorios de Villar de la Yegua, Serranillo,Villar de Argañán y Castillejo deMartín Viejo, para llevar a cabo sus ex-Estación Rupestrede Siega VerdeCiudad Rodrigopediciones de caza. De mero escenariocinegético el paraje se torna en único yprivilegiado enclave donde confluyen, enidónea conjunción, este uso y otro mástrascendente, el de lugar mágico, refugiode arte primitivo, santuario de artepaleolítico... Nos referimos a la EstaciónRupestre de Siega Verde.Página anterior: figura de un caballo al sol dela tarde. Derecha: visitante fotografiando unode los grabados.17

Los grabados fueron sacados a la luz en1988 por Manuel Santonja, entonces directordel Museo Provincial de Salamanca,y Rosario Pérez, al llevar a cabo laprospección del río Águeda, en los trabajosde realización del inventario arqueológicode la provincia de Salamanca.Muy pronto se advirtió la importanciadel hallazgo de dicho yacimiento al airelibre de cronología Solutrense, al ir descubriendoa lo largo de la ribera numerosospaneles de grabados con la representaciónde abundantes figuras de animales.Se trata de grabados líticos sobre panelesde esquistos inclinados hacia el río y casisiempre orientados en idéntica dirección,ubicados invariablemente en la orilla izquierdade la corriente fluvial.En total, unas 645 figuras de caballos,toros, ciervos, cabras, renos, bisontes, ri-nocerontes, etc., se agrupan en diecisieteconjuntos, predominado la aparición dereducidos grupos de figuras en panelesde mediano tamaño, formando, en suconjunto, el mayor enclave de grabadospaleolíticos de toda España.Con 645 figuras, se tratadel mayor enclave degrabados paleolíticos detoda EspañaLa técnica utilizada en la realización deestos grabados es mixta, predominandoel piqueteado y, en menor medida, la incisióny el grabado fino. Sobre ella destacala precisión de los diseños, la plasticidadde las imágenes y la verosimilitud de lasfiguras, así como la delicadeza y exactitudde las incisiones. Sus trazos y dibujos,aún esquemáticos, denotan una altísimacalidad artística y técnica de sus autoresque utilizaron probablemente buriles yalgún percutor.Toda suerte de animales fue objeto de superpetuación artística, quizá como métodopropiciatorio de caza, tal vez comoagradecimiento a los espíritus o los ancestroso tan solo como mera constanciade las abundantes y venturosas jornadas decaza. Aun desconociendo los sentimientosde sus creadores, lo que sí podemoshoy día es admirar y reverenciar un lugarúnico que, por la belleza de su entornoy la expresión artística que reúne,se hace irrepetible en nuestra provinciay sorprende a cualquier visitante que seacerque hasta él.18

Página izquierda: monitorde la estación en plenaexplicación. En esta página:interior del aula arqueológicay superposición de distintasfiguras de animaleso zoomorfas.La historia reciente de la estación rupestreha sido venturosa. Tras su descubrimiento,ya señalado, y soportandodiversos avatares que pasaron por algunadesgraciada e incomprensible alteracióny varias agresiones vandálicas, elyacimiento quedó bajo el amparo de laFundación del Patrimonio Histórico dela Junta de Castilla y León, que lo ha dotadode la debida protección, invirtiendorecursos económicos que han propiciadosu puesta en valor.Un centro de recepción de visitantes y deinterpretación, situado a apenas veintemetros del yacimiento y recientementerenovado, ha sido dotado de todos losrecursos necesarios para dar a conocerla belleza y la importancia de este yacimientoarqueológico único por su importanciaen España. El carácter pedagógicopredomina en una exposición en la quelos visitantes podrán conocer y visualizarlas técnicas de caza y de recolección, losutensilios utilizados en sus tareas diarias,la indumentaria de la tribu, su modo devida… y lo más llamativo, la forma en laque decidieron crear arte o culto, las técnicasde grabado e incisión, sus útiles, etc.Del éxito de esta aventura son tambiénresponsables los miembros entusiastas delgrupo de acción local de la comarca deCiudad Rodrigo ADECOCIR, que hoygestionan acertadamente la estaciónrupestre, y todos aquellos que creímos,desde hace muchos años, en el valor deaquellos paneles atribuidos, según añejasleyendas, a antiguos pastores de la comarca.Una tarea, la de su puesta en valor,que ha durado mucho tiempo y en laque muchas personas dejaron su esfuerzo,su trabajo y su ilusión.Sirva a todos ellos este artículo a modode sencillo homenaje y sobre todo demagnífico colofón, como quedó patenteel pasado 1 de agosto de 2010 cuandola UNESCO declaró Siega Verde comoPatrimonio de la Humanidad como extensióndel yacimiento portugués de FozCôa. Una feliz historia que no acaba aquí,es más, que abre la puerta a una nuevaetapa, más venturosa si cabe, al proyectareste territorio remoto del poniente salmantinohacia el resto del mundo, al equipararloa los más importantes elementospatrimoniales de la civilización.No dude más el lector, y si no conoce esteextraordinario paraje, apresúrese a disfrutarde una jornada inolvidable acompañandoa la tribu de cazadores que yaconocemos y que habitaba las cercaníasdel vado del río Águeda, allá al oeste,aguas abajo de Ciudad Rodrigo.www.siegaverde.es19

El embalsede Santa TeresaUn oasis en la tierra de Alba* Por Justino Sanchón. Fotografía: Francisco Martín20

El camino de llegada apenaspuede desvelar la majestuosidaddel lugar. Una carreteraestrecha y curva descubre un paraíso denaturaleza, agreste y viva. El Tormes,apenas ha descendido de la sierra deGredos, se abre paso en una zona llanay despejada, dejándose ver de forma maravillosaentre municipios que tuvieronvida y que quieren recuperar su idiosincrasia,como Salvatierra de Tormes.La llegada al pantano de Santa Teresahace que la vista se deslumbre. Por su tamaño–puede acumular 496 millones demetros cúbicos- es el segundo más grandede todos los que el Estado español haconstruido en la cuenca del río Duero,sólo superado por el de Riaño. Un recoletomar interior, donde apenas se oyeel ruido del Tormes golpeando contra elmuro de la presa, mientras las aves revoloteansobre el agua.21

Página anterior: panorámica primaveral del embalse.Abajo: vuelo de grullas al atardecer. Página siguiente:pescadores en las primeras luces de la mañana;invernada de las grullas en las dehesas próximas.Con una longitud de costa de 100 kilómetros,constituye un lugar de ensueño para los deportistasde la caña y el sedalAunque no dispone en la actualidad deun centro de avistamiento, Santa Teresaaparece en los cuadernos de la naturalezacomo un punto de encuentro de avesmigratorias y lugar donde se pueden observarlas grullas. El propio Ministerio deMedio Ambiente lo señala como una de las63 zonas que son ocupadas por la grullacomún en la península Ibérica. En Castillay León aparecen cinco lugares dondeinverna esta especie, como son Villafáfila,el río Zapardiel, el Oso, Tudela de Dueroy el embalse de Santa Teresa.Embalse deSanta TeresaGuijueloAlba deTormesRío TormesSus 1.853 kilómetros cuadrados y susorillas, con una longitud de costa de 100kilómetros, constituyen un lugar de en-sueño y devoción para los deportistas dela caña y el sedal: bogas, carpas y barboshacen las delicias de los cientos de pescadoresque lo frecuentan. Aunque losexpertos aseguran que se puede utilizarcualquier estilo para pescar en las aguasdel río Tormes, también recomiendan elsedal pesado, conocido como “cola derata”. En todo caso, la principal característicaes la paz que se descubre en cadarincón de este espacio.La visión arquitectónica del pantano tienetambién su importancia. Se construyó enla década de los años 60 para regular elcauce del Tormes y se hizo con un murode contención de 900 metros. A 35 kilómetrosde Salamanca en dirección sur ya 850 metros sobre el nivel del mar, estárodeado de encinas y monte bajo, ademásde áreas de cultivo y zonas de pastizales.La apertura de la autovía de la Plata Sevilla-Gijónha acercado significativamenteel enclave a las principales poblaciones.Las propias instalaciones de la presa,propiedad de la Confederación Hidrográficadel Duero, son dignas de una visita,previa autorización del organismo decuenca. Uno de los trabajadores más históricos,el encargado de las instalaciones,ha construido en la zona de las viviendasuna maqueta en la pizarra que muestrael funcionamiento de la presa. Pero, además,cientos de metros de galerías bajoel Tormes muestran el paso de los años, elavance de la técnica y guardan una partede la historia de España, sumada a un22

sinfín de curiosidades de todos los ilustrespersonajes que por aquí han pasado.Santa Teresa es un remanso de paz, desosiego, de vida, de naturaleza en unaparte de Castilla, abierta. Es un mundoque forma parte de la tierra, unatierra que conforma un mundo. Es labelleza en estado puro. Kilómetros decosta, kilómetros de caminos que abrenla posibilidad a rutas a pie o en bicicletaque permiten descubrir una parte de laprovincia de Salamanca desconocida.En concreto, hay una ruta de 68 kilómetrosque posibilita conocer los ecosistemasde los márgenes del Tormes. Desdeel muro de la presa hay que dirigirseal oeste, pasando el antiguo clubnáutico, y coger una desviación a laizquierda, para internarse en unazona de pastizales y secano. Por aquíse pueden ver poblaciones comoMontejo de Salvatierra, Salvatierrade Tormes, Aldeavieja, La Tala, Armenteros,Galinduste, además de parajescomo el Barranco de Maluquía.Otra forma de conocer la zona es através de los deportes náuticos. El municipiode Pelayos vive por y para elembalse. Tras años de emigración, queen muchos casos se debió a las expropiacionespara realizar el pantano,23

la localidad apenas supera los 110 habitantes,que pretenden que el Tormes les dé lariqueza que el propio río se llevó.Turismo naútico en Guijo de Ávila;castillo de Salvatierra de Tormes.Así, ya está en marcha un club de regatas,a lo que hay que sumar los cientos departiculares que con embarcaciones mediasnavegan en estos remansos. Quiensurca las aguas del Tormes define al lugarcomo de un gran encanto y con grandesposibilidades de futuro. Los expertosconsideran que el viento adecuado es delsuroeste, aunque tiende a ser racheado.Aguas adentro, las zonas más propensas ala navegación son Aldeavieja, Salvatierra,en una zona conocida como Salvaconejos,Pelayos y Montejo.Pero Santa Teresa ofrece algo más quedisfrutar en sus aguas contenidas. Tambiénaporta municipios con encanto. Elmás representativo es la histórica villa deSalvatierra de Tormes, que durante laEdad Media fue un señorío vinculado ala realeza; después pasó a manos de loscondes de Carrión, para formar parte dela casa de Alba en el sigloxv hasta el siglo xix. En1963, la ConfederaciónHidrográficadel Duero expropióel municipiopara construir elembalse de SantaTeresa, produciendosu casitotal abandono.En la actualidad comienza a recuperarsu esplendor gracias a la cesión de algunasviviendas por la Confederación ya la labor de recuperación que se estállevando a cabo.Cuando se llega a Salvatierra llaman laatención los restos del castillo, llamado dela Mora Encantada, y una antigua muralladel siglo xiii. En el territorio circundantedestacan la torre de Cespedosa deTormes y el castillo de Galinduste.Donde la tierra de Alba se proyecta en la lejanasierra, el embalse de Santa Teresa detieneel paisaje para regalo del visitante.24

Dejando atrás la capital salmantinahacia el norte, latierra se torna profunda yferaz, con promesa de abundantes cosechas.Es La Armuña, comarca cerealistapor excelencia, que ha encontrado en lalenteja desde hace años y en el garbanzode Pedrosillo más recientemente sus marcasde calidad gastronómica.Algunos de los pueblos incluidos en el reglamentode uso de la marca “Garbanzode Pedrosillo”, que van desde Aldealenguao Cabrerizos, a Villares de la Reina,Villamayor y Almenara de Tormesya aparecen reseñados en el informe dePascual Madoz (1848) sobre la riquezade España como lugares en los que secultivaba el garbanzo. Tienen todos ellosla consideración, en mayor o menor grado,de ser armuñeses, palabra que procededel árabe, y nadie debe dudar deque los árabes conocían muy bien el garbanzo.Aún hoy, tengo como su mejor librode referencia el de Faraouk MardamBey en colaboración con Robert Bistolfi,“Tratado del garbanzo”. La cocina hispanomagrebí, por ejemplo, empleaba laharina de garbanzo para hacer una tortao isfiriya; la judía tenía su harira, o sopaespeciada de legumbres y verduras, o sucasi sagrada adafina, para muchos precedentede la olla podrida y por tanto delcocido, en cuya composición está muypresente el garbanzo.En el primer recetario español, “El librode Sent Soví”, aparece un preparado degarbanzos tiernos, cocidos en leche de almendra.Desde entonces, el garbanzo, yanunca desaparecerá de nuestros recetarios,y desde luego estará muy presenteen nuestra mejor literatura: el Arciprestede Hita, Quevedo, Cervantes, BenitoPérez Galdós (apodado Don Benito26

Página anterior: vainas de garbanzo de Pedrosillo.Abajo: investigadores del ITACYL observando lacalidad del cultivo.“Garbancero”), Azorín… Por estar loencontramos en el hablar diario, cuandose menciona que tal o cual es el “garbanzonegro”, cuando salimos de casa a“ganarnos los garbanzos” o cuando alregresar le contamos a nuestros hijos elcuento de “Garbancito”.Hoy es difícil imaginar nuestra cocina sinel cocido, el potaje de vigilia o los calloscon garbanzos que se hacen en algunasregiones españolas, guisos de referencia,junto a los muy salmantinos garbanzoscon pimientos, o con espinacas, reseñadosen el “Almanaque de Cocina Tradi-cional” de Marta Sánchez Marcos, inclusocon acelgas o arroz, que incluye ElisaNúñez en su “Delicias Charras”, en elque aparece un contundente “Garbanzode viernes” con hechuras de potaje.Claro que el origen del garbanzo se pierdeen la noche de los tiempos y garantizarcuál es su patria es difícil. Los egipcioslo llamaban “cara de halcón”. Losgriegos lo cocinaban y hasta lo citaronen la “Iliada”. Para los romanos era ungrano estratégico y lo almacenaban. Yde los árabes ya he dicho algo, si acasoel añadir que en algún momento vieronEn la boca se apreciala finura de su piel,la mantecosidad desu textura y un saboragradable e intensoen los garbanzos (con otros géneros) unproducto afrodisíaco, igual que algunoscristianos, como recoge Carlos Azcoytiaen historiacocina.com.Sin embargo, todo parece indicar quefueron los cartagineses los que introdujeronel garbanzo en España. Cartaginesesque, por cierto, también anduvieron27

por Salamanca. Tito Livio dicealgo en ese sentido cuando afirmaque en tiempos de Cartago,los españoles comíamos garbanzosa todas horas. Siglos más tardeGautier lo diría con otras palabras:los garbanzos son el únicoplato español. Y a mucha honra,diría el castizo.Estamos ante una de las legumbresmás recomendables, por su sabor,pero también por su cantidad defibra, beneficiosa para la prevenciónde cánceres de colon o recto; suaporte de vitamina B1, calcio, fósforo,hierro, potasio o magnesio, conun importante aporte de hidratosde carbono. Ideal para dietas hiposódicasy también para personas condiabetes. Hace poco, incluso, se des-cubrió que un aminoácido de los garbanzos,el triptofen, liberaba serotonina, queelevaba el estado de felicidad de las personas.Un descubrimiento israelí a partir deun conocido plato de ensalada de garbanzoscon aceite de oliva y pimentón.Todo apunta a que mucho antes deque Madoz levantase acta Salamancaya comía garbanzo armuñés,de las localidades citadasen el reseñado reglamento,que hoy va directo a conseguirla marca de garantía.De hecho, los garbanzosprotegidos por esta marcaproceden de las variedadeslocales, tradicionalmentecultivadas en la zona, o delas variedades que se obtengana partir de ellas.28

De izquierda a derecha, de arriba abajo: recolección en parcelaexperimental; el grano limpio; aventado tradicional; envasado ygarbanzo de Pedrosillo con langostinos y merluza asada.La forma del grano de estos garbanzoses casi esférica, su superficie es lisa, sinpliegues ni rugosidades, y los cotiledonesaparecen separados por una línea rectaperfectamente definida. Tienen, además,un color crema intenso, tendiendoa tonos rojizos y anaranjados, es muyuniforme en los calibres y los granos estánbien formados y sin defectos físicos.En la boca, bien cocidos, se apreciarála finura de su piel, la mantecosidad desu textura, la carencia de granulosidado el sabor agradable e intenso. Parececlaro, que quien prueba una vez este“Garbanzo de Pedrosillo” por fuerza repiteencantado de su sabor y su paso porboca. Y precisamente, la marca de garantíalo que pretende es garantizar queeso sea así mediante inspecciones yrigurosas catas, para que elconsumidor que adquierade nuevoel garbanzose encuentre con las mismas características.Estoy hablando de normas muy estrictas.El garbanzo, esencial en la dieta mediterránea,es, también, una referencia denuestra cocina más cercana y doméstica.La cocina telúrica, que nace de latierra, en este caso de La Armuña, yforma parte de la cocina casera que haido transmitiéndose de generación engeneración. Hoy, gracias a las exigenciasde calidad del producto, disponemos deun garbanzo mucho más rico. Así quesólo queda disfrutarlo.Buen provecho.29

hornos,corrales,palomares…* Texto y fotografía: Luis Miguel Mata PérezEl viaje de descubrimiento porla geografía de Salamanca seencuentra salpicado por innumerablesejemplos de lo que podíamosdenominar arquitecturas complementarias.Estas construcciones suelen acompañara la vivienda, y resultan especialmentevaliosas, entre otras razones, porla cantidad y calidad de información queaportan para entender las singularidadesde la arquitectura tradicional salmantina.Casi siempre se encuentran alejadas delnúcleo urbano, lo que las ha mantenidoalejadas del afán “innovador y progresista”de la sociedad. Muchas de ellas fueronabandonadas hace tiempo en su uso, porlo que se encuentran en grave deterioro,aunque en la mayoría son todavía patentessus primitivos rasgos arquitectónicos ylas soluciones constructivas originales.Así, graneros y paneras, pajares, cerniderosy hornos, leñeras, cuadras, tenadas,pocilgas, majadas, cabriteros, gallineros,palomares, bodegas, lagares, almazaras,chozos, casitas, guardaviñas, rediles,cercados, tapias, arrimaderos, tejares,hornos de cal, fraguas, pozos, molinos,aceñas, pozos de nieve, lavaderos, norias,cigüeñales, acequias, puentes, pontones,fuentes, abrevaderos, eras, potros, corrales,frontones, plazas de toros…, todosson elementos integrantes de esta denominadaarquitectura complementaria oauxiliar que adornan valles y llanuras,montañas y desfiladeros salmantinos.31

En página anterior: amplia tenada ganadera (Tierra de Vitigudino). Abajo: corral de Chinatos con miliario central(sierra de Béjar). Página derecha: horno de pan en sobrao (sierra de Francia); pocilgas en dehesa (comarca deCiudad Rodrigo), y detalle de antiguo palomar (Las Arribes).Ganados y bestiasvivieron secularmentejunto a los habitantesde la casa yrecibieron siempre untrato preferencialTodo este variopinto conjunto de construccionescumplieron en el medio ruralfunciones concretas y relevantes en elsoporte de la vida y de la economía familiar.Muchas de ellas acompañaban ala casa en su propia definición constructiva,integrándose en la propia estructurade la misma como elementos de usocercano y cotidiano. Éste es el caso dehornos, gallineros, tenadas, pocilgas, etc.En otras ocasiones, la especial identidadarquitectónica comarcal favorecía el queeste tipo de edificaciones se separen de lacasa y se dispersen por el pueblo.Mención aparte merecen aquellas construccionessecundarias que poseen unaconcreta ubicación aislada, en el campo,en mayor o menor lejanía al núcleo habitadoy que responden a una función concretay a una localización exacta junto alrecurso que es menester explotar o vigilar.32

Ejemplos patentes de este hecho son tejares, molinos,chozos, guardaviñas, cercados, arrimaderos,casetas, abrevaderos, pozos de nieve, puentes yfuentes, entre otros.No queremos realizar un inventario exhaustivode todas las tipologías constructivas auxiliares deSalamanca, tan sólo intentaremos agruparlasatendiendo a una sencilla clasificación que pretendeestablecer familias constructivas claramentediferenciadas por su vocación de uso.ARQUITECTURA DOMÉSTICALlamamos así a aquellas construcciones auxiliares quefrecuentemente aparecen incluidas en la vivienda familiar,formando parte del amplio concepto de la casa.Salvando las peculiaridades de ciertas comarcas salmantinas,donde las hacen exentas o aisladas en otraparte del caserío, nos encontramos con elementos deuso cotidiano que exigen de cierta proximidad en suubicación. Incluimos en este apartado los hornos queaparecen en una habitación aislada (frecuentementejunto al cernidero), formando parte de las diversas dependenciasde los patios o aprovechando espacios útilesen sobraos, cocinas y otras zonas, a menudo sorprendentes,como fachadas, solanas o sobreescaleras, comolas que adornan muchas calles de nuestras sierras o delponiente salmantino.Los graneros o paneras, en numerosas ocasiones, aparecenligados íntimamente a la casa dada su función de reunir elbien más preciado de la familia y razón de su sustento; nosreferimos, claro está, al preciado grano, en sus variedades detrigo, cebada o centeno. Otros productos de consumo familiarcompletarán el espacio destinado al efecto y que quedarácustodiado permanentemente por la presencia misma de lafamilia, en tierras de llanura, como las de La Armuña. La leñeraocupará, también, lugar privilegiado en su cercanía, pueses compañera diaria de hogares y trashogueros en su comúnfin de cocinar y aportar valioso y, a menudo, efímero calor alos moradores.

De izquierda a derecha: tenadas con cubrición deripia (Tierra de Vitigudino); corral de los lobos (LasArribes, Foto Vicente S. Puparelli).ARQUITECTURA PECUARIAGanados y bestias vivieron secularmentejunto a los habitantes de la casa. Conellos labraron campos, recogieron cosechas,trasladaron a viajeros y enfermos,colaboraron en el sustento con sus produccioneso con el sacrificio de su propiaexistencia. Fueron uno de los más preciadosbienes de la unidad familiar y por ellorecibieron siempre un trato preferencialen su disposición en la casa.Los gallineros aparecen como un pequeñocomplemento, de dimensiones variables,adscrito a la vivienda, en el corral,o como dependencia exenta, con libreacceso a la calle, pero siempre cercanopor la inmediatez y cotidianidad de suuso y cuidado. Cuadras, tenadas y pocilgaspresentan parecidas consideraciones,al cobijar animales y herramientas de usofrecuente y que merecían un cuidado permanentepor contribuir a la manutenciónde la familia y a las labores agrarias de susmoradores. Aparecen, así, formando partede las distintas dependencias del corral,en las inmediaciones de la cocina o de lapuerta de acceso a la vivienda.A pesar de que esta ubicación resultafrecuente en el paisaje arquitectónicorural de Salamanca, existen abundantesocasiones en donde todos o algunos deestos elementos reseñados se individualizandel hogar. En numerosas ocasioneslos pajares se aíslan dentro del núcleourbano habitado y se concentran en zonasdel pueblo, lejos de la casa, como ennumerosas localidades del noroeste salmantino.En otras, las tenadas, asociadasa cuadras y corrales, presentan idénticadisposición, alejándose de la construcciónprincipal a otras calles del caserío,frecuentemente periféricas.En zonas de penillanuras, de clara vocaciónganadera, aparecen, también,pocilgas y cabriteros dispersos por elmonte, que proporcionan cobijo a losganados que pastan por la dehesa. Casisiempre de reducido tamaño, muestranen numerosas ocasiones pequeñas dependenciasdestinadas a resguardar a las críashasta un mínimo desarrollo que les independicede estos cuidados. Otras veces,como ocurre en las sierras meridionales,grandes tenadas, aisladas o asociadas agenerosos pajares, adornan prados y laderasde claro aprovechamiento ganadero.Las majadas se ubican en terrenos escarpadosde arribes y sierras sudoccidentales,proporcionando resguardo a ganadosy cuidadores de alimañas y hurtos.En los lugares más inaccesibles de estasladeras se pueden observar grandes edificacionescirculares, cubiertas en su perímetroo, sólo en parte, con altas paredesque protegían a los ganados de ataquesno deseados. Hoy, casi todas abandonadas,recuerdan un uso que se ha incrementado,pero en formas más novedosasy cómodas.Los palomares, a pesar de no representarelementos comunes en el agro salmantino,tuvieron asidua presencia en estastierras. En la actualidad quedan escasosejemplos de tales construcciones queaportaban ingresos suplementarios a laseconomías familiares. Al contrario queen el resto de la comunidad, donde frecuentanlas tierras de pan llevar, en Salamancase hacen frecuentes en Las Arribesdel Duero y en zonas de frontera.34

Patrimoniode la Humanidad35